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miércoles, 16 de julio de 2014

San Buenaventura

San Buenaventura

«Doctor de la Iglesia, príncipe de los místicos, biógrafo de san Francisco. Este insigne franciscano está considerado como una de las figuras cumbres de la escolástica. Mereció la confianza de los pontífices de su tiempo»


Históricamente, en pocos casos –quizá sea excepción la de este franciscano– ha confluido el juicio de tantos pontífices para reconocer los altísimos méritos que jalonaron una vida. A los honores que el santo fraile recibió mientras discurría su peregrinaje por este mundo, se añadieron otros más elevados tras su muerte. Sixto IV lo canonizó el 14 de abril de 1482. Sixto V lo aclamó doctor de la Iglesia otorgándole el título de «doctor seráfico» el 14 de mayo de 1588. León XIII en su alocución del 11 de octubre de 1890 lo declaró «príncipe de los místicos», y Pío XII en su exhortación al clero en 1950 subrayó la supremacía para la formación de las disciplinas filosófico-teológicas siguiendo las pautas de este «doctor angélico», al tiempo que subrayaba las riquezas espirituales e influjo en la vida apostólica que se derivan de ellas.
Nació en la localidad italiana de Bagnoregio, no lejos de Viterbo, hacia 1217. Se llamaba Giovanni di Fidanza, como su padre, que era médico de profesión. Hallándose en peligro por grave enfermedad cuando era niño, su madre María lo consagró a san Francisco de Asís, y sanó. Años más tarde, en torno a 1243, tomó el hábito franciscano después de haberse planteado dar a su vida el máximo sentido; jamás entró en sus planes desperdiciarla en vanos afanes. Para alguien como él, que soñaba imitar las gestas de los primeros discípulos y sentía que en su corazón resonaban con fuerza las huellas de la primitiva Iglesia, el Poverello encarnaba el genuino ejemplo a seguir: «Confieso ante Dios que la razón que me llevó a amar más la vida del bienaventurado Francisco es que ésta se parece a los comienzos y al crecimiento de la Iglesia. La Iglesia comenzó con simples pescadores, y después se enriqueció de doctores muy ilustres y sabios; la religión del bienaventurado Francisco no fue establecida por la prudencia de los hombres, sino por Cristo».
Al profesar tomó el nombre de Buenaventura. Se había formado en la universidad de París junto a los más afamados profesores de la época, uno de ellos Alejandro de Hales quien tanto admiró a su brillante discípulo que llegó a decir que Adán parecía no haber dejado rastro de su pecado en él. Su inteligencia y capacidad de penetración le permitió hacer acopio de una sólida formación. En él se aunaban oración y estudio, que ofrecía complacido a la mayor gloria de Dios. En realidad, la clarividencia y la profundidad que rezuman sus trabajos es el fruto de su honda vida mística. Decía: «el gozo espiritual es la mejor señal de que la gracia habita en un alma». Fue profesor de teología y Sagrada Escritura en la universidad parisina desde 1248 a 1257. Mientras tanto, perseguía la perfección y hacía frente a sus tendencias con la gracia de Cristo. Una visión le ayudó a superar escrúpulos como el que a veces le instaba a no recibir la comunión, pese a desearlo con todas sus fuerzas, porque se sentía indigno de ella a causa de las imperfecciones que detectaba en sí mismo. Solía meditar en la Pasión de Cristo, a quien se había propuesto imitar. Se caracterizó por virtudes como la prudencia, humildad, inocencia evangélica, pobreza, paciencia y mortificación. Fue gran devoto de la Virgen; a él se debe el rezo diario delÁngelus.
Los diez años que pasó en París dejaron en sus profesores y compañeros la impresión de hallarse ante una persona de excepcionales cualidades y virtud. De hecho, el 2 de febrero de 1257, sin haber cumplido aún 36 años, fue elegido ministro general en el capítulo de Roma. Era un hombre sencillo, humilde y caritativo, fidelísimo al espíritu de la regla. Por eso pudo mediar sabia y prudentemente entre los partidarios de una aplicación austera de la misma y los que juzgaban que debía suavizarse. En la carta que dirigió a todos los provinciales quedó clara su posición y visión con la que buscó la equidistancia entre las posturas. Viajó por Francia, Alemania, Italia y España. Presidió cinco capítulos generales, varios provinciales, y dio a la Orden y al mundo una bellísima biografía del Poverello. Predicó ante auditorios diversos, entre los que había reyes y pontífices.
La escolástica tiene en él a un singular maestro en la forma y en el fondo. En sus trabajos aparecen admirablemente ensambladas teoría y praxis; develan su pericia para poner al descubierto errores y subrayar lo esencial. Su contribución al pensamiento y a la Iglesia sigue vigente como antaño, o más, porque su influjo no ha decaído durante siglos. Es autor de una ingente obra compuesta por centenares de sermones, textos místicos, teológicos y filosóficos de alta erudición. Algunos tan significativos como el Itinerario del alma a Dios, elComentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo, redactada en su época parisina, el tratado Sobre la vida de perfección, el Soliloquio y Sobre el triple camino,por mencionar algunos escritos. Un día le visitó su amigo santo Tomás y lo halló absorto. Respetando la contemplación en la que estaba sumido, se marchó diciendo: «Dejemos a un santo trabajar por otro santo».
Era tan valioso que en 1265 Clemente IV quiso encomendarle la sede arzobispal de York, pero él lo convenció para que diese a otro la misión. En otro momento, Gregorio X, elevado al papado a instancias suyas, le nombró y consagró cardenal obispo de Albano, apelando a la obediencia que le debía. Luego este pontífice contó con su autorizado juicio para la realización del II Concilio ecuménico de Lyon, poniendo en sus manos la unión de los griegos ortodoxos, labor que pudo llevar a buen término justo antes de morir. Porque el 15 de julio de 1274, mientras se celebraba el concilio, el santo entregó su alma a Dios. A demanda del pontífice Gregorio X todos los sacerdotes del mundo, hecho insólito y único, oficiaron una misa por su alma.

sábado, 12 de julio de 2014

La formación cristiana de los adultos

El Consejo Internacional para la Catequesis celebró en Roma, del 24 al 29 de octubre, su VI sesión plenaria. Los miembros de este organismo proceden de 27 naciones de los cinco continentes. Inauguró la sesión el cardenal Antonio Innocenti, Prefecto de la Congregación para el Clero. El día 29 fueron recibidos por el Papa en la Sala del Trono, y durante la audiencia el cardenal Innocenti dirigió al Santo Padre unas palabras en las que dijo, entre otras cosas: "En estos días el Consejo, renovado en más de la mitad de sus miembros, ha desarrollado una gran cantidad de trabajo: ha tratado algunas cuestiones de gran actualidad para la catequesis de los adultos, ofreciendo a la Congregación para el Clero, y a través de ella a toda La Iglesia, sugerencias e Indicaciones valiosas: ha presentado una amplia panorámica sobre la situación de la catequesis en las grandes áreas socioculturales del mundo, y ha revisado y actualizado sus estatutos. La aportación del Consejo concluir en un documento sobre la catequesis de los adultos que la Congregación para el Clero pretende ofrecer como instrumento de reflexión y de ayuda a los obispos y a los responsables de la catequesis. En esta ardua tarea el dicasterio y el Consejo se sienten estimulados por el ejemplo y el magisterio de Vuestra Santidad y le agradecen las orientaciones que quiere darnos también en este encuentro". Juan Pablo II respondió con el discurso que te ofrecemos a continuación traducido del Italiano 
1. Le agradezco mucho, seriar cardenal, las amables palabras con las que ha introducido este encuentro, presentando a los que han tomado parte en el: los superiores y los oficiales de la Congregación para el Clero, en particular aquellos que se ocupan de Ja .sección pastoral catequistica; y los ilustres componentes del Consejo intencional para 3a Catequesis, que han llegado de todas las partes del mundo para dar una aportación de estadios y experiencias sobre los importantes problemas catequeticos de nuestro tiempo. Saludo a todos cordialmente.
La civilización de la imagen y los actuales modelos de vida.
2. El tema de estudio elegido para esta sexta sesión de vuestro Consejo es de capital importancia para la iglesia, en cuanto que la catequesis de adultos se dirige a personas que tienen la gran responsabilidad y capacidad de vivir el mensaje cristiano en su forma plenamente desarrollada" (Catechesi tradendae, 43). 
Una tarea, no menos importante, de vuestra sesión ha sido la de resaltar las condiciones religiosas del sujeto adulto en relación también con el ambiente sociocultural en el que vive y trabaja. 
En realidad, a lo largo de este siglo, se han producido grandes transformaciones sociales, al tiempo que se ha extendido rápidamente, gracias a las conquistas de la ciencia y de la técnica, un notable progreso cultural también a nivel de masas. La sociedad en la que hoy está inserto el adulto, generalmente se halla dominada por la civilización de la imagen (cine, televisión, revistas gráficas) y por la rápida difusión de noticias, ideas, valores, datos culturales y científicos, transmitidos con lenguaje fácil e incisivo. Por lo demás, en este contexto, no se habla de Dios; la religión se considera como un hecho privado, cuando no se presenta bajo un ángulo critico o negativo; además, los modelos de vida y las interpretaciones de la realidad son múltiples y contrapuestas. 
Este es el contexto en el que ha crecido el creyente adulto de nuestros días, el cual por desgracia, la mayoría de las veces, ha realizado solamente la primera etapa del itinerario catequético que conduce a una fe comprendida y vivida. En general, se ha detenido en la etapa preparatoria de la primera comunión y de la confirmación, o en las nociones aprendidas en los  bancos escolares de tal forma que, mientras ha crecido y madurado en aspecto físico sociológico y profesional, de hecho todavía está en el estudio inicial por lo que respecta al crecimiento y maduración en la fe. - El resultado es una fe no profundizada, débil y frágil hasta el  punto de que parece ya inexistente. Para una aproximación pastoral catequética eficaz, es necesario que nos detengamos con atención responsable ante la tipología del adulto, para estudiar su mentalidad, su modo de expresarse, comunicarse y vivir publica o privadamente.
El problema religioso
3.  También es necesario preguntarse cuáles son ¡as esperanzas y las exigencias más ocultas, en el adulto de hoy, en el aspecto religioso. 
Se puede afirmar que, en general, el adulto contemporáneo, en su intimidad, tiene hambre y sed del Dios vivo, y por tanto de lo sagrado, debido a diversos motivos: ya sea por las instancias inmutables de la naturaleza humana, que lleva en sí el signo y la necesidad de la causa primera, ya por el mayor progreso de discernimiento con respecto a los dudosos enfoques ideológicos y prácticos de la sociedad terrena; o, finalmente, por el sentido de incertidumbre, de miedo y de vacío existencial, que deriva de una cultura privada de lo trascendente. 
El adulto de hoy, que sólo aparentemente es irreflexivo o indiferente, necesita sobre todo volver a explicar todos los motivos de credibilidad racional que el cristianismo posee, del que se subraya siempre el carácter histórico. De hecho, es posible demostrar que Dios se ha revelado al hombre por medio de Cristo Redentor. 
Mas, al pasar a los contenidos de esta Revelación, la catequesis actual debe asumir tonos de vivacidad y actualidad. 
El cristianismo es, ante todo, un "mensaje de vida" (Catechesi tradendae, 26), que en nuestros días como en los inicios, se anuncia con alegría: Jesús de Nazaret, Hijo de Dios hecho hombre, murió y resucitó por nuestra redención. Y "en el misterio de la redención, el hombre es confirmado y en cierto modo, es nuevamente creado" (Redeinptor hominis, 10). El adulto contemporáneo, que está envilecido por una sociedad materialista y consumista, gradualmente y con satisfacción tomará conciencia de su valor y de su dignidad de hombre, gracias al anuncio del Evangelio y a una catequesis adaptada a las exigencias de nuestros días. 
La finalidad de tal catequesis es llevar al adulto por el camino de una educación básica e integral en la fe. Pero al proyectar los contenidos catequéticos se tendrá en cuenta tanto el orden jerárquico de las verdades como la situación concreta en la que se desarrolla la catequesis. 
No se deberá, pues, desatender el tratamiento cuidadoso de los grandes temas que se refieren a Dios, "rico en misericordia", Jesucristo, "palabra viva y substancial del Padre", la Iglesia "vivificada por el Espíritu Santo". 
La metodología de la comunicación 
4. En la presentación de las verdades que tocan a la fe y a la moral se recomienda reservar una particular atención a la elección del lenguaje que ha de usarse con el adulto de hoy. La estructura del lenguaje debe ser tal que suscite un vivo interés en el adulto moderno: hay que respetar y usar las mejores formas de comunicación,, incluidos los signos, los gestos y los símbolos. 
La catequesis deberá servirse de los grandes progresos, hechos por la ciencia de la comunicación y del lenguaje, para poder transmitir más eficazmente todo su contenido doctrinal, sin deformación alguna, especialmente cuando se dirige a categorías particulares de personas como los intelectuales, los analfabetos, los minusválidos, etc. (cf. Catechesí tradendae, 59). 
El respeto debido al adulto por su madurez exige que, al dar la catequesis, las informaciones resulten siempre actualizadas, los argumentos tengan una concatenación lógica y el discurso haga referencia también -a los datos de la experiencia de la cultura y de la ciencia, que son muy significativos para nuestro tiempo. La catequesis de los adultos tendrá mayor éxito si se demuestra abierta al encuentro entre fe, cultura y ciencia, para una mutua integración, respetuosa de las competencias recíprocas. 
5. He tenido conocimiento con satisfacción que una parte de vuestra sexta sesión ha sido dedicada al estudio de los itinerarios metodológicos, que se pueden usar en la catequesis actual de adultos. Las exigencias de las diversas áreas geográficas y de los diferentes momentos catequéticos, conducirán a elegir o combinar los diversos modelos típicos de esta catequesis. Pero en cualquier itinerario hay que procurar dejar espacio suficiente para el diálogo y para la participación activa del adulto en la catequesis. 
Diálogo y participación 
Se ha de tener presente, finalmente, que catequizar no sólo quiere decir usar el modelo catequetico más apropiado, con todas las técnicas y los instrumentos relacionados con ellas, sino que también consiste en saber acoger y valorar las capacidades de los adulto, a quienes se necesita ofrecer, a lo largo del año, la posibilidad de participar en encuentros cordiales y en cursos bien organizados, preferentemente en el ámbito de una comunidad eclesial como la parroquia, lugar privilegiado, ya que en ella la pastoral catequética se celebra en un Contexto no sólo didáctico, sino también litúrgico, sacramental y caritativo. 
Espero, además, que también para los adultos se usen sobre todo múltiples medios de comunicación, ya que favorecen el desarrollo de varios tipos de catequesis: desde el inicial al de profundización, desde el ocasional al sistemático y permanente, que tienden a hacer del adulto un cristiano convencido y formado. 
Evangelización 
6. Finalmente deseo dirigir mi palabra de aliento a vosotros y a lodos los que en cualquier parte del mundo, a través de asambleas y publicaciones, están suscitando un saludable despertar del interés y del estudio por la evangelización y la formación religiosa del adulto. El campo de acción, vasto y complejo, presenta espacio y labor para todos, signo de la caridad y de la humanidad. Será necesario valorar, particularmente, los diversos movimientos y grupos eclesiales, los centros y los institutos catequéficos, así corno las escuelas ¿e catequesis por sus estudios y su función educativa sobre los catequistas. 
Sirva de estímulo y consuelo el hecho de que la Iglesia considera la catequesis de los adultos como un "problema central" y la "principal forma de la catequesis" (Catechesi tradendae, 43). Son los adultos, en efecto, padres y madres de familia,  una vez educados en la fe, darán la primera y fundamental instrucción religiosa a los propios hijos en la intimidad de la "iglesia doméstica"; son los adultos quienes pueden dar un testimonio cristiano válido a los jóvenes en el proceso de búsqueda y maduración (Apostolicam actuositatem, 12); por último, son ellos los que, descubierta la validez de la vocación cristiana enraizada en el bautismo, participarán  en la misión salvlfica de la Iglesia, como sujetos activos preciosos, tanto en las comunidades eclesiales, como en las "realidades temporales de las que son responsables" (ib.). 
Deseando que María, Madre de la Palabra de Dios "encarnada" en su seno, haga fructuoso vuestro trabajo y el de cuantos se consagran a anunciar y explicaren nuestro tiempo la Palabra que da la vida, os imparto de corazón a todos la bendición apostólica.

Adiós a Fernandito, el “bebé milagro” que unió a España en oración.

  En los últimos cuatro meses, miles de españoles se unieron a través de las redes sociales a una intensa campaña de oración por Fernandito, un bebé prematuro que nació con solo 24 semanas de gestación y murió hace unas horas.
Con el hashtag #RezoporFernando, miles se unieron a la lucha del bebé y sus padres que pudieron tener al pequeño junto con ellos por poco más de 4 meses, exactamente 130 días de intensa lucha por la vida.
Bosco Pelayo es el nombre del padre de Fernando quien, desde el nacimiento prematuro de Fernandito mantuvo informado a los usuarios de la red social Twitter en donde iba narrando los avances y las diversas noticias sobre el estado de salud de su pequeño.
Los seguidores pudieron vivir a través de las fotos que publicaba Bosco la toma de su primer biberón (tetero), la primera noche en su cuna, el primer encuentro con varios de sus familiares, entre otros.
Los médicos no eran muy optimistas. Por esta razón, Bosco comenzó a pedir oraciones por su hijo a través de la conocida red social y bajo el hashtag #RezoPorFernando. A partir de ese momento, la historia del pequeño pasó a ser la de todos. Ahora, todos expresan su solidaridad y afecto de esta manera:

viernes, 11 de julio de 2014

El Santo Sudario: Retrato de la Pasión de Cristo

Según una antigua tradición provenientes de la iglesia naciente, el  apóstol Pedro conservó el manto con que fue envuelto el cuerpo de Jesús, después de haber sido bajado de la cruz, y que él mismo encontró en el sepulcro vacío el domingo de resurrección.  (Lucas 24,12). San Cirilo de Jerusalén y San Gregorio Naciaceno, del siglo III, Juan, patriarca de Constantinopla y San Germán, obispo de París  del siglo IV, San Leandro de Sevilla del siglo VI, o Beda del siglo VIII; relataban que el "lienzo de Cristo" existía. La primera ciudad donde fue expuesto fue en Edesa (hoy Urfa), edificada entre la Anatolia y Persia. En un manuscrito del siglo VI se cuenta que el rey Ukhamm (9-46 d.C.), al saber que en Jerusalén un gran profeta había sido crucificado, logró obtener la "efigie" del santo, milagrosamente estampada sobre un lienzo de lino. Fue además Edesa el primer estado del mundo en adoptar el cristianismo. Seguidamente, la reliquia fue llevada a Constantinopla (hoy Estambul) en Turquía, capital del nuevo imperio romano, en el año 994; y fue exhibida en la basílica de Santa María del Faro. Allí permaneció hasta la cuarta cruzada, cuando la ciudad fue saqueada por los franceses, en el año 1203. En Europa el lienzo estuvo primero en poder de los templarios, hasta 1307; luego pasó a manos del duque Geoffroy de Charny, quien lo expuso en la iglesia de Lirey. Después fue llevada a Turín en 1578, a la casa de los Saboya, desde entonces ha permanecido bajo la custodia de la arquidiócesis de Turín, en la capilla real de la catedral de San Juan Bautista.
II. El Santo Sudario y la ciencia moderna
En el año 1898, el abogado turinés Secondo Pía, reveló una serie de placas fotográficas del lienzo, en las que en sus negativos refleja la imagen de un hombre cubierto de heridas, y con la misma fisionomía que se le atribuye al Hijo de Dios. Del mismo modo, En diferentes períodos del siglo XX se hicieron estudios al santo sudario; en total se han tomado más de 32.000 fotografías y más de 1.000 exámenes científicos. En julio del 2002 el lino fue sometido a una rigurosa limpieza para quitarle el polvo acumulado por siglos, el sudario se cosió a una nueva tela esterilizada, los restos retirados fueron clasificados y guardados; además se tomaron imágenes a través de un escáner y se elaboró un mapa digital completo de la reliquia. En 1988, las universidades de Arizona, Oxford y de Zurich sometieron el lino a la prueba de radiocarbono 14, para determinar su antigüedad, que fue situada entre los siglos XIII y XIV de nuestra era. Se creyó que la pieza era una falsificación de la Edad Media; sin embargo, en 1992 el sabio ruso Dimitri Kouznetsou demostró que la sábana de Turín es mucho más antigua. Argumentó que el incendio en 1532 provocó una especie de rejuvenecimiento, por las altas temperaturas que sufrió el lino mientras se encontraba guardado en un relicario de plata, en la catedral francesa de Chambery. Los daños del tejido fueron remendados por las monjas clarisas de este templo en 1534. Incluso los resultados obtenidos por los rayos X, han demostrado que este manto rectangular de cuatro metros de largo, por uno de ancho, corresponde a un tejido a mano de tipo "espina de pescado", utilizado en Egipto y en Palestina desde el siglo III a.C. Su material era de hilo de algodón de tipo "herbaceum", cultivado sólo en el Cercano Oriente. Otra prueba para demostrar su autenticidad, está en las inscripciones en letras mayúsculas que a simple vista no se pueden verse, encontradas en varias partes del lienzo. Las palabras estaban escritas en griego, latín y hebreo; una de ellas dice IN NECEM que podría significar "vas a morir", otros textos son: IHEOY "Jesús" en griego, y NAZAPHNO, término que puede traducirse como "Nazareno".
Se logró por computadora una imagen del hombre en tres dimensiones, en caso de que el lienzo hubiera sido una simple pintura, habría producido una impronta plana, distorsionada y sin estética. En la sábana sólo se distinguen dos colores: un suave sepia en la forma del cuerpo y un marrón  oscuro  proveniente de las manchas de sangre. La figura que aparece por ambos lados del lino es una combinación de sombras oscuras y claras. Algunas penetran levemente en  la pieza, mientras otras ni siquiera fueron tocadas. Se tomaron muestras de 37 lugares distintos del tejido, pero no se pudo extraer ningún tipo de colorante artificial; en cambio las manchas de sangre son fluorescentes, al igual que los remiendo de las quemaduras. Se recogieron  además fragmentos de polvo, hongos, esporas, y polen de 28 especies distintas, algunas correspondían a 20 clases de plantas muy antiguas, de las 59 encontradas en su totalidad. Unas procedían de pinos silvestres que sólo florecían en las llanuras de Siria y de Palestina, otras eran de la región del Mar Negro y algunas más recientes de Francia e Italia. Del polvo encontrado en el sudario, se hicieron muestras comparativas con las halladas en el museo arqueológico de Turín, y se extrajeron muestras de partículas de polvo de momia y tejido funerario del Valle de los reyes, que datan del año 1100 a.C. Se comprobó que ambos tejidos contenían una importante cantidad de sal refinada y de excelente calidad, proveniente de las deltas del Nilo.
III. Las marcas de la crucifixión
El santo sudario ha sido llamado como el "quinto evangelio", debido a la gran información que contiene sobre la pasión del Señor. Los científicos dedujeron que el hombre del lienzo debió de medir 1.80 metros de altura y pesar 80 kilogramos, sus cabellos son largos y recogidos en una trenza. El rostro refleja una fisionomía serena y llena de dignidad; pese a mostrar visibles muestras de tortura. Tiene los ojos cerrados, la nariz fracturada, el pómulo derecho y el labio superior hinchados por fuertes golpes ocasionados con una vara. En la frente y alrededor de la cabeza hay 30 heridas, estas fueron hechas por una corona de espinas largas y  afiladas, provenientes de arbustos que florecen en el Mediterráneo. En el cuerpo quedaron señales de unas 120 marcas producidas por un azote romano de dos correas con puntas de plomo, de ellas brotó sangre y suero. También se hicieron estudios comparativos por medio de fotografías infrarrojas con el "manto Sacro" o vestido blanco que se conserva en la iglesia francesa de Argentelvil, en el que se cree fue el que llevó Jesús hasta la cruz; se descubrieron manchas de sangre, en los mismos lugares de las heridas del ajusticiado del sudario. Otras heridas en el omóplato izquierdo y el hombre derecho producidas por un gran peso. Se halló manchas de sangre hechas por un clavo que le atravesó la muñeca izquierda, y una lesión en la rodilla izquierda a consecuencias de varias caídas. Marcas de una cuerda que le sujetaban las piernas, y en el centro del pie derecho una herida del clavo que fue empleado para fijar ambos pies. Hay una similitud de acuerdo a la trayectoria que produciría los clavos de la crucifixión, traídos a Roma en el año 325 por la emperatriz Santa Elena, y que están en la basílica de la Santa Cruz. La herida del costado derecho fue provocada por una lanza de hoja afilada, que penetró entre la quinta y la sexta costilla e hizo manar sangre y líquido del pericardio. El  "espectro" identificó que la sangre humana del lino era muy antigua y pertenecía al tipo AB.
IV. Comparación con otras reliquias
Del rostro de la sábana se lograron varios descubrimientos, pues se comparó con el velo de la Verónica , que es el paño con el que fue enjugado la cara del Mesías camino al calvario, y que se conserva en una iglesia italiana, ambos son iguales. Asimismo, se hallaron 130 marcas de sangre idénticas con el sudario que se conserva en Oviedo (España); que es un pequeño paño que cubrió el rostro del Señor, y que fue hallado también por San Pedro en la tumba vacía (Juan 20,7). El manto se encuentra en la catedral de Oviedo desde el siglo XII, y según las crónicas, fue sacado de Jerusalén en el año 614, cuando la Ciudad Santa fue arrasada por los persas. En las fotografías tomadas a gran escala sobre los ojos de la víctima, se encontraron las marcas de dos monedas sobre los párpados, lo que concuerda con la antigua costumbre hebrea. La moneda del lado derecho pertenece al procurador poncio Pilatos , acuñada entre los años 22 al 32 D.C. La del lado izquierdo es del emperador Tiberio César, del año 29 D.C.
V. Asombroso descubrimiento
Los médicos forenses explicaron que la muerte de aquel condenado debió de haber llegado después de una terrible agonía de varias horas. El cadáver fue cubierto con una gran cantidad de mirra y áloe, sustancias utilizadas en el rito fúnebre judío; estos componentes han sido identificados en todo el lienzo. Los expertos han concluido que la imagen; pudo haberse formado por un fuerte resplandor de energía, producto del calor del cuerpo de Cristo en el momento de la resurrección.
La Eucaristía: Presencial real de Cristo
Para la mayoría de las iglesias cristianas la "Eucaristía" (acción de gracias), es solamente un simbolismo de las palabras de Jesús en la "última cena", celebrado con los apóstoles en la fiesta de la Pascua, el jueves santo del año 33 de nuestro era, el día anterior en el que sería sacrificado por los pecados de toda la humanidad (1Juan 2,2).
Por otro lado, para la Iglesia Católica fiel a la tradición del mensaje divino, ha enseñado que la "Eucaristía" es verdaderamente la presencia del Cristo en la "Hostia", que será entregado por todos nosotros, y en el "Vino" que será derramado por todos nosotros, como un "nuevo pacto" con su muerte redentora en la cruz (Mateo 26,26-28; Marcos 14, 22-24; Lucas 22,19-20). Por esta razón, el Hijo de Dios mandó a conmemorar a sus discípulos este acontecimiento, en recuerdo suyo (1 Corintios 11,25), hasta que El vuelva (Apocalipsis 22,20). Igualmente, las Sagradas Escrituras nos dice que los primeros creyentes "se reunían en el templo, y en las casas partían el pan y comían juntos con alegría y sencillez de corazón" (Hechos 2,46); principalmente el domingo, llamado el "día del Señor " o "primer día" de La semana (Hechos 20,7). Por ser el día en que el Mesías resucitó y venció a la muerte (Juan 20,1).
En la historio de la Iglesia Primitiva hay constancias escritas, como el testimonio de San Justino Mártir, hacia el año 155, para explicarle al emperador romano Antonio Pío, sobre el memorial que hacían los católicos: "Los fieles que asistían al santo Sacrificio comulgaban bajo ambas especies. Los hombres recibían la santa Hostia en su mano y las mujeres en un lienzo blanco; unos y otros bebían del cáliz que les presentaba el sacerdote o el diácono...lo que sobraba del vino consagrado se repartía entre los niños presentes, y el pan consagrado restante era llevado a los enfermos y a los cristianos presos en los cárceles".
Hay que resaltar también el famoso "milagro eucarístico" que se conserva en Lanciano (Italia), cuando en el siglo VIII, durante la misa un monje basiliano dudó de la presencia de Cristo en el momento de la elevación, y para asombro suyo la "Hostia" se convirtió en carne de corazón humano y el "Vino" en sangre de tipo AB [la misma de la sábana santa en que envolvieron el cuerpo de Jesús aI ser bajado de la cruz, y que se conserva en Turín (Italia)]. Este milagro ha sido plenamente confirmado por los resultados de los análisis de la ciencia moderna. Cumpliéndose así las palabras del Mesías a los judíos incrédulos en la sinagoga de Capernaun: "El pan que yo daré es mi propio cuerpo" (Juan 6, 51). De hecho, también los discípulos de Emaús, sólo reconocieron que estaban ante la presencia del Señor, cuando "tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús" (Lucas 24, 30-31).
Es tan significativo la presencia del Salvador en la Eucaristía, que hasta las sectas satánicas se reúnen para profanar la Hostia escupiéndola y pisoteándola en el suelo, mientras se invoca el nombre del Demonio. Por otro lado, en muchas iglesias o capillas católicas se hace la exposición del Santísimo (Hostia consagrada que permanece en lo custodia para la adoración de los fieles). Allí en un ambiente sacro y de piedad se hacen plegarias "unos por otros" (Santiago 5,16), ya que San Agustín decía que "la oración es la fuerza de los hombres y la debilidad de Dios".
Cuando volvamos a comulgar, tengamos siempre presente las palabras del Evangelio: "Quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el último día" (Juan 6,54).
Las raíces bíblicas del Cristianismo
Se denomina cristianismo a la religión en conjunto que fue fundada por Cristo Jesús, "piedra angular de toda su doctrina" (1Corintios 3,10-11 ; 1Pedro 2,4.6-8). Esta religión heredó del pueblo judío la creencia de un único y verdadero Dios (Exodo 20,2-3), que tiene sus inicios desde la "santa alianza" entre Yahvé con el patriarca Abraham (Génesis 12,1-2); convirtiendo al pueblo de Israel, en una "nación santa y reino de sacerdotes" (Exodo 19,5-6), Y sigue siendo un pueblo muy amado por el Padre Eterno (Véase Romanos capítulos del 9 al 11). Sin embargo, "cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés"(Gálatas 4,4). El es el "gran sumo sacerdote"(Hebreos 4,14), que establece un "nuevo pacto"(Hebreos 8,6), por su muerte salvadora en la cruz (Efesios 2,16; Colosesnes 1,20 ), dando origen al "verdadero pueblo de Dios" (Gálatas 6,16). Por consiguiente, "Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. Y si son de Cristo, son descendientes de Abraham y herederos de la promesa que Dios le hizo" (Gálatas 3,28-29).
La Iglesia de Cristo fue vista durante al menos los diez primeros años, como una "nueva secta" salida del Judaísmo (Hechos 28,22), pero en realidad era un "nuevo camino" (Hechos 24,14); ya que estaba centrado en Jesucristo, quien es "el camino, la verdad y la vida" (Juan 14,6). Y a los hombres y mujeres que se atrevían a seguirlo, eran perseguidos a muerte, arrestados y encarcelados (Hechos 22,4). No obstante, ellos estaban unidos en un mismo amor (Colosenses 3,14), como verdaderos "amigos" (3Juan 15), compartiendo sus bienes entre sí (Hechos 2,44), y llevando una vida según las enseñanzas del "sermón del monte", para conseguir el "reino de los cielos"(Mateo 5,3-12).
Ya en cuanto al término "cristiano" con que se identifica a los discípulos de Cristo, empezó a utilizarse en la provincia romana de Antioquía (actual Antakya, en Turquía) (Hechos 11,26). Este nombre fue aceptado por todos aquellos que soportaban los sufrimientos de su fe (1Pedro 4,16); convirtiéndose así en auténticos soldados de Cristo (2 Timoteo 2,3).
El cristianismo estuvo conformado en sus mismo albores históricos por el catolicismo, que tiene a Jesús como cabeza (Coloseses 1,18; Efesios 5,23), al fundar su congregación sobre el apóstol Pedro (roca) (Mateo 16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17). La palabra griega "Iglesia" asamblea de fieles (1Corintios 1,2) "Católica" universal ( Romanos 15,10-11; 1Corintios 12,13; Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9); fue utilizada por primera vez por san Ignacio de Antioquía a principios del siglo segundo de nuestra era. Ella es "la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad" (1Timoteo 3,15).
Fundamento bíblico e histórico de la Iglesia Católica
I. Introducción
¡Cuántas veces no nos hemos preguntado ante la gran avalancha de iglesias cristianas! ¿Cuál de todas ellas es la verdadera?. Al respecto, decía San Cipriano en el siglo III, que "nadie puede tener a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia Católica por Madre". Asimismo, el cardenal John henry newman agregaba que "para conocer la historia del cristianismo, es necesario dejar de ser protestante". Por esta razón, los católicos afirmamos que nuestra religión no fue fundada por ningún hombre, como ocurre con las demás confesiones cristianas, que muchas veces como "lobos feroces" quieren acabar con la iglesia (Hechos 20,29-30). Sino por el contrario, tiene sus orígenes en Jesucristo que es la "roca firme" (Mateo 7,24-25), y por lo tanto, nadie puede construir sobre otro cimiento (1Corintios 3,9-11). La existencia de la Iglesia Católica y su impacto han sido muy profundos; hablamos de una institución que ha existido más que ningún imperio en la historia de la civilización. Ha durado tres veces más que el imperio romano y dos veces más que la Dinastía China.
II. Campo teológico
La Iglesia Católica es vista como el "cuerpo místico" de Cristo (Efesios 1,23), sin "mancha ni pecado" (Efesios 5,27), como "la esposa del Cordero" (Apocalipsis 21,9;22,17); a la que el Señor no deja de cuidarla (Efesios 5,29). Ya que su intención era que hubiera "un solo rebaño y un solo pastor"(Juan 10,16), donde El es "el gran pastor de las ovejas"(Hebreos 13,20), llamado también el "pastor del pueblo de Israel" (Mateo 2,6), o el "buen pastor" (Juan 10,11); que vela permanentemente por ellas (1Pedro 2,25). Para cumplir esta santa labor el Hijo de Dios escogió a doce apóstoles (enviados) (Mateo 10,2-4; Juan 20,21); dándoles plena autoridad para gobernar su iglesia a la cabeza del apóstol Pedro (roca) (Mateo 16,19; 18,18; 19,28; Efesios 2,20); con cinco grandes misiones: predicar el Evangelio (Mateo 28,20) acompañado de la oración (Hechos 6,4), Bautizar (Mateo 28,19; Marcos 16,15-16), celebrar la eucaristía (Lucas 22,19), perdonar los pecados (Juan 20,23; Lucas 24,47), y realizar señales milagrosas en su nombre (Mateo 10,1; Marcos 16,17-18); como Pedro que curaba con su sombra (Hechos 5,15) y Pablo con su ropa (Hechos 19,11-12). Del mismo modo, el Santo de Dios antes de regresar al cielo, les promete a sus amigos enviarles la ayuda divina del Espíritu Santo, que les hará recordar todo lo que El les había dicho (Juan 14,26; 16,13); Haciéndose visiblemente presente en la fiesta del Pentecostés (Hechos 2,1-4.33). Y muchas otras veces, con la colaboración de los ángeles del cielo (Hechos 5,17-20; 8,26; 10,3-8.22; 12,7-11; 27,23-24).
III. La jerarquía eclesiástica
Los apóstoles conforme se iba extendiendo la "Buena Nueva" en los templos y las casas (Hechos 5,42), nombraron a su vez obispos (pastores), presbíteros (ancianos) y diáconos (servidores); por medio de la oración, el ayuno y la imposición de las manos (Hechos 13,3; 14,23; 1Timoteo 4,14; 2Timoteo 1,6) {rito sagrado que se ha mantenido hasta nuestros días en la jerarquía eclesiástica católica}. Prueba de ello es la escogencia de Matías por los once apóstoles, para que ocupara el lugar de Judas (Hechos 1,15-26); al igual que el nombramiento por parte de Pablo de nuevos obispos como Tito en Creta, Timoteo en Efeso y Bernabé en Asia menor , para que cuidaran la "iglesia" o el "rebaño" de Dios (Hechos 20,28; Hebreos 13,7.17), y se dedicaran a "predicar y enseñar" (1Timoteo 5,17). Estos nuevos obispos se les dio el legado de ordenar presbíteros (Tito 1,5), que dieran a conocer la sana doctrina (1Corintios 4,1; 2Timoteo2,2; Tito 1,9), y curaran a los enfermos por medio de la oración y la imposición del óleo (Santiago 5,14; Marcos 6,13). También por solicitud de los apóstoles, la comunidad de Jerusalén nombraron siete diáconos que se encargaban del cuidado material de los fieles (Hechos 6,2-6); uno de ellos , Esteban, fue el primer mártir (testigo) del cristianismo (Hechos 7,59-60). Incluso, entre los apóstoles, profetas, pastores y maestros habían diferentes dones y cualidades . ( hechos 13,1; Romanos 12,6-8; 1Corintios 12,27-31; Efesios 4,11).
Fue tal el éxito que en poco tiempo "las iglesias se afirmaban en la fe, y el número de creyentes aumentaba cada día" (Hechos 16,5; 9,31); "Las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el espíritu Santo" (Hechos 9, 31); dirigidas en cada lugar por los apóstoles, obispos y diáconos (Hechos 15,4; Filipenses 1,1); todos ellos con los fieles en general conformaban las "iglesias de Dios"(2Tesalonisenses 1,4), llamada también como "iglesias de Cristo"(Romanos 16,16), "iglesias de los santos" (1Corintios 14,33), el "pueblo santo"(Hechos 9,13) o "pueblo de Dios"(Apocalipsis 5,8; 8,3; 19,8); la "casa de Dios" (Hebreos 3,6) o "familia de Dios"(Efesios 2,19). Del mismo modo, los príncipes de los apóstoles Pedro y Pablo, en sus cartas pastorales pusieron de manifiesto como debía de ser la vida ejemplar y recta de los obispos (1Pedro 5,1-4; 1Timoteo 3,1-7; 4,17), presbíteros (Tito 1,6-9; 2,2), diáconos (1Timoteo 3,8-13); y de todos los cristianos (Romanos 12,9-21; 13,1-14; 14,1-23; 15,1-6). Sobre el particular, se conoce una carta de San Ignacio de Antioquía, de los primeros años del siglo II, en la que dice que cada comunidad de creyentes, contaba con un único obispo, asistido por los presbíteros y diáconos. Se conservan además las listas de los obispos católicos de las principales iglesias como Roma, Jerusalén, Antioquía, Alejandría; todas las cuales se remontan hasta los propios apóstoles.
IV. La misión evangelizadora
A medida que se iba cumpliendo las palabras del apóstol de los gentiles que señalaba a Cristo como el "salvador de la iglesia" (Efesios 5,23); el Diablo, como "león rugiente", provocaba a la vez persecuciones a los creyentes en todo el mundo (1Pedro 5,8-9); el mismo Divino Maestro así lo había profetizado (Juan 15,20). Los primeros cristianos soportaban con mucha paciencia varias penalidades (2 Corintios 6,4-5), convirtiéndose en verdaderos "testigos de Jesús" (Apocalipsis 17,6), para estar con El en su gloria (Romanos 8,17). En este punto, nuestra iglesia es la que ha dado más mártires en el cristianismo; se estima que en veintiún siglos han sido 40 millones, entre los que se encuentran papas, obispos, sacerdotes, religiosos, monjas, misioneros, catequistas, neo-catecúmenos, seglares, niños y niñas. Solamente en el siglo XX hubo 27 millones que murieron por la fe; como en las persecuciones religiosas en España, México, la Alemania nazi , en la época de la ex unión soviética, en la China comunista, en las guerras internas de algunos países de Africa, América y demás. Ellos son "los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero" (Apocalipsis 7,14), están "vestidos de blanco y llevando hojas de palma en las manos" (Apocalipsis 7,9); y por eso, San Agustín decía que "La Iglesia Católica va peregrinando entre las persecuciones de los hombres y los consuelos de Dios". Esta labor evangelizadora que se cumple desde la misma orden dada por el Señor Jesús de dar a conocer su mensaje hasta los confines de la tierra (Mateo 28,19-20; Hechos 1,8); se ha visto testificada en la historia con la conversión del gran imperio de los Césares con Constantino en el siglo IV. Posteriormente, misioneros y monjes benedictinos hicieron lo mismo en Europa con las tribus bárbaras de los godos, vikingos, francos, germanos y demás. A partir del siglo XVI el catolicismo se extendió por América, la India, China, Japón y el Africa gracias a la predicación de valientes sacerdotes y religiosos franciscanos, dominicos, jesuitas, mercedarios y agustinos. Igualmente, otro sello distintivo era la atención que se prestaba a los huérfanos y a las viudas (Santiago 1,27); en las iglesias el día domingo se recogía una colecta voluntaria para tal propósito (1Corintios 16,1-2). Esta característica bíblica también se ha visto presente hasta nuestros días en la Iglesia Católica, con la gran cantidad de hospitales, dispensarios, leprosarios, centros de salud, ancianatos, orfelinatos, guarderías, escuelas públicas, talleres de capacitación, restaurantes infantiles, bancos de alimentos para los pobres, comedores populares, centros de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos, para enfermos del sida y otros. Obedeciendo con esto el mandato del apóstol Santiago: "la fe sin obras, esta muerta" (2,14-18).
V. Conclusión
Hay que reconocer que la Iglesia de Cristo en su parte humana, se ha cumplido la parábola de "la cizaña en el trigo"(Mateo 13,24-30), a través de los tiempos. De hecho, el Papa Juan Pablo II declaró honradamente que en el catolicismo han habido "luces y sobras". No obstante, el poder del infierno no podrá vencerla (Mateo 16,18), porque "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán"(Mateo 24,35), "la palabra del Señor permanece para siempre" (1Pedro 1,25). El Mesías siempre estará con los suyos (Mateo 28,20; 1Corintios 5,4); según la sentencia del maestro de la ley, Gamaliel (Hechos 5,38-39); ya que existe una íntima unión entre Dios, la iglesia y Cristo Jesús, "por todos los siglos y para siempre"(Efesios 3,21).
El Credo bíblico
CREO EN DIOS. "Nuestro Dios es el único Señor" (Deuteronomio  6,4).
PADRE TODO PODEROSO. "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios" (Lucas 18,27).
CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. "En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra"(Génesis 1,1).
CREO EN JESUCRISTO. "El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es" (Hebreos 1,3).
SU UNICO HIJO. "Pues Dios amo tanto al mundo, que dio a su Hijo Unico, para que todo aquel que crea en él  no muera, sino que tenga vida eterna" (Juan 3,16).
NUESTRO SEÑOR. "Dios lo ha hecho Señor y Mesías" (Hechos 2,36).
QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO. "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo descansará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios" (Lucas 1,35).
NACIO DE SANTA MARIA VIRGEN.  "Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: "la Virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel" (que significa "Dios con nosotros")" (Mateo 1,22-23).
PADECIO BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO. "Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados  trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús, y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro" (Juan 19,1-2).
FUE CRUCIFICADO. "Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado 'lugar de la Calavera' (o que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo  Crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero, que decía: 'Jesús de Nazaret, Rey de los judíos" (Juan 19,17-19).
MUERTO Y SEPULTADO. "Jesús gritó con fuerza y dijo: -¡Padre en tus manos encomiendo mi  espíritu! Y al decir esto, murió (Lucas 23,46). Después de bajarlo de la cruz, lo envolvieron en una sábana de lino y lo pusieron  en un sepulcro abierto en una peña, donde todavía no habían sepultado a nadie (Lucas 23,53).
DESCENDIO A LOS INFIERNOS. "Como hombre, murió; pero como ser espiritual que era, volvió a la vida. Y como ser espiritual, fue y predicó a los espíritus que estaban presos" (1Pedro 3,18-19).
AL TERCER DIA RESUCITO DE ENTRE LOS MUERTOS.  "Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras, que lo sepultaron y que resucitó  al tercer día" (1Corintios 15, 3-4).
SUBIO A LOS CIELOS, Y ESTA SENTADO A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODO PODEROSO.  "El Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios" (Marcos 16,19).
DESDE ALLI HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS. "El nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como juez de los vivos y de los muertos" (Hechos 10,42).
CREO EN EL ESPIRITU SANTO. "Porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha  dado" (Romanos 5,5).
LA SANTA IGLESIA CATOLICA. "Y yo te digo que tu eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla" (Mateo 16,18).
LA COMUNION DE LOS SANTOS.  "Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante  del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos" (Apocalipsis 7,9).
EL PERDON DE LOS PECADOS.  "A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados" (Juan 20,23).
LA RESURRECCION DE LA CARNE.  "Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales" (Romanos 8,11).
Y LA VIDA ETERNA. "Allí no habrá noche, y los que allí  vivan no necesitarán luz de lampara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz, y ellos reinarán por todos los siglos" (Apocalipsis 22,5).
AMEN. "Así sea. ¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22,20).