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domingo, 28 de agosto de 2016

Para y descubre que yo soy Dios … ¡es decir, cállate un minuto!

Rob Galea comparte 8 formas de encontrar la tranquilidad en tu vida



En el ajetreo de nuestras vidas Dios nos pide que estemos tranquilos, que hagamos silencio, que empleemos tiempo para descubrir quién es Él en nuestra vida y quiénes somos en el amor de Dios – Rob Galea

Podría parecer contraproducente, un músico promoviendo el silencio. Pero hay tiempo para todo, y el cantante-compositor-sacerdote Rob Galea hace algo más que vender discos: El quiere que tu te encuentres con Dios.

De todos los lugares posibles, padre Rob eligió las calles de Cracovia, durante la locura de la JMJ, para enseñarnos una lección sobre el silencio. ¿Por qué? Porque muchos peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud, a pesar de estar rodeados de 3 millones de personas, encontraron mucha más quietud en esa semana que en muchas otras semanas de sus vidas.

A todos nos suena el salmo 46: “Haz silencio y descubre que Yo soy Dios”. Padre Rob añade que la palabra aroma para “quietud” en el salmo literalmente significa, ¡Cállate! “En el ajetreo de nuestras vidas Dios nos pide que estemos tranquilos, que hagamos silencio, que empleemos tiempo para descubrir quién es Él en nuestra vida y quiénes somos en el amor de Dios”, explica.  

¿Y cómo podemos hacer eso en un mundo en el que se ha vuelto prácticamente imposible callarse y estar tranquilo? Mira el vídeo en el que el padre Rob enseña las 8 formas para hacer silencio en tu vida.

sábado, 27 de agosto de 2016


“Todos los arreglos vocales fueron hechos por Fray Gabriel.”
Esto no es algo común de leer en la descripción de un video. Pero Fray Gabriel es un hombre más común de lo que podríamos imaginar. Hábil en el canto gregoriano, y, como tantos jóvenes, hábil también en las maniobras con el skate.
Este extraordinario fraile franciscano llamó la atención de la National Academy of Television Arts and Sciences. A finales de 2015, su trabajo en video conquistó un Emmy.
“Yo quería que el fruto del video fuese simplemente la caridad”, dijo Fray Gabriel. “El amor a Dios y al prójimo y el amor a la Madre de Dios que el mundo no ha visto. Lo hacemos todo para la gloria de Dios y para el amor de la Madre de Dios y (con este video) hemos sido capazes de alcanzar eso a muchos niveles.
Fray Gabriel empezó a ir en el skate mucho antes de ser conquistado por la vida religiosa. Durante siete años, perfeccionó sus habilidades. Después de eso, cambió el skate por la túnica. En el instituto religioso, estuvo casi seis años sin practicar su deporte favorito.
Pero entonces un día su superior le dio una orden extraña: toma el skate, ve a la pista pública una vez por semana y evangeliza sobre ruedas. El obediente fraile no pestañeó. A través del skate, llegó a tantos jóvenes que llegó a hacerse una película sobre su testimonio de contracultura, que ahora gira por el mundo (mira aquí: http://www.spiritjuicefilms.com).  
Comprueba el trabajo de Fray Gabriel en iTunes. Y descubre más sobre su orden religiosa aquí: website.


La trampa de vivir una doble vida

El demonio puede tratar de convencernos de que podemos vivir dos vidas paralelas sin consecuencia alguna


Otro sinuoso complot del demonio es tratar de convencernos de que podemos vivir doble vidas. Él disfruta enteramente el pensar en nosotros viviendo nuestras vidas diarias divorciados de nuestra Fe, pero aun acercándonos al altar los Domingos a recibir la Eucaristía.

Uno podría decir que el demonio nos alienta a que no seamos ni muy fríos ni muy cálidos, sino tibios en nuestra experiencia de Fe.

Escrutopo, un demonio y personaje principal del libro: «Cartas del diablo a su sobrino», describe este escenario así:

“[El Paciente] puede ser forzado a encontrar un placer positivo en la percepción de que ambos lados de su vida son inconsistentes. Esto se logra explotando la vanidad. Se le puede enseñar a disfrutar el arrodillarse junto al dueño de la tiendita el Domingo sólo por el hecho de que él recuerda que este hombre puede no entender el mundo urbano y sarcástico que él habitó el Sábado por la noche; y por el contrario, a disfrutar la blasfemia y el lenguaje subido de tono que utilizó con sus amigos mientras tomaban un café pero sabiéndose consciente de un mundo “más profundo y espiritual” que sus amigos no entienden. Ves la idea – sus amigos mundanos le tocan por un lado y el dueño de la tiendita por el otro, y él se siente completo, balanceado, un hombre complejo que ve su alrededor. Por lo tanto, al traicionar constantemente al menos a dos grupos de personas, él sentirá, en lugar de vergüenza, una corriente subyacente continua de satisfacción personal”(51-52)

Como pueden ver, el Paciente es un hombre de dos mundos que está siendo entrenado para disfrutar este hecho. En lugar de escoger vivir una vida de libertinaje total, el demonio trata de convencerlo de que él puede vivir dos vidas paralelas sin consecuencias. El demonio intenta decirle que este tipo de doble vida es preferible y algunas veces incluso deseable.

Desafortunadamente, este tipo de vida es muy común. Muchos de nosotros vamos a Misa el Domingo, pero vivimos una vida totalmente diferente durante la semana. Una persona puede mirar nuestra vida diaria y no pensar que somos Cristianos. Ellos pueden pensar incluso todo lo contrario y se sorprenderían al saber que asistimos a Misa los Domingos.

Éste NO es nuestro cometido luego de asistir a cada Misa.

El sacerdote o diácono dice al final de la Misa: “Id en paz, glorificando al Señor con sus vidas”. Esta despedida particular fue escogida por el Papa Benedicto XVI y deliberadamente seleccionada para mostrar la continuidad que deberíamos tener en nuestra vida. En lugar de finalizar la Misa como si terminara una producción teatral, se nos envía adelante; es un comienzo. El Papa Benedicto reflexionó al respecto en su Exhortación Apostólica «Sacramentum Caritatis»:

“Después de la bendición, el diácono o el sacerdote despide al pueblo con las palabras: Ite, missa est. En este saludo podemos apreciar la relación entre la Misa celebrada y la misión cristiana en el mundo. En la antigüedad, «missa» significaba simplemente «terminada». Sin embargo, en el uso cristiano ha adquirido un sentido cada vez más profundo. La expresión «missa» se transforma, en realidad, en «misión». Este saludo expresa sintéticamente la naturaleza misionera de la Iglesia. Por tanto, conviene ayudar al Pueblo de Dios a que, apoyándose en la liturgia, profundice en esta dimensión constitutiva de la vida eclesial.” (51)

Al final de cada Misa somos literalmente enviados; destinados a ir en misión. Es nuestro deber – dado por Dios – tomar a Cristo con nosotros en nuestro lugar de trabajo e incluso en nuestros encuentros sociales y festejos. La gente debería saber que somos Cristianos.

Esto no significa que debamos iniciar cada conversación diciendo “¿Sabías que Jesús murió en la cruz por ti?”. En el contexto adecuado, sí, esto debería ser dicho. Sin embargo, somos llamados a vivir nuestra vida Cristiana tanto en obras como en palabras. Nuestros compañeros de trabajo, amigos y familiares deben ser capaces de saber sin necesidad de preguntar que somos Cristianos.

Para concluir, he aquí otra forma de ponerlo:

“La belleza del testimonio cristiano expresa la belleza del cristianismo y, por ende, la hace visible. ¿Cómo puede ser creíble nuestro anuncio de la buena noticia, si nuestra vida no logra manifestar también la belleza del vivir? Del encuentro en la fe con Cristo nacen así, en un dinamismo interior sostenido por la gracia, la santidad de los discípulos y su capacidad de hacer la propia vida y la del prójimo «buena y bonita». No se trata de una belleza exterior y superficial, de fachada, sino interior, que se delinea bajo la acción del Espíritu Santo y resplandece ante los hombres: nadie puede esconder lo que es parte esencial del propio ser.” (La Via Pulchritudinis, III.3.B)

Lección: No vivas una “doble vida”. Vive cada minuto como un verdadero Cristiano.

«Nos atrevemos a decir»

Pater_noster
En la Eucaristía de ayer, antes del Padre Nuestro, el sacerdote pronuncia estas palabras del ritual de la Misa: «nos atrevemos a decir». Siento que ese «nos atrevemos a decir» es una llamada a romper la rutina de la oración para evitar repetir las palabras de corrillo y profundizar en ellas. No es posible invocar al Padre (Abba) sin que en el interior del corazón se produzca un vuelco transformador.
No es posible exclamar que su Nombre sea santificado, que venga a nosotros su reino, que se haga su voluntad, que nos dé el pan nuestro de cada día… sin elevar con rectitud de intención nuestra mirada al cielo. No es posible exclamar que perdone nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, que no nos deje caer en la tentación y que nos libre de todo mal si no somos capaces de alzar nuestros ojos hacia la inmensidad celestial para unirnos a Él, que es creador de todo.
La fuerza del Padre Nuestro es que Jesús nos enseña por medio de esta oración que los hombres unimos el cielo y la tierra, que la esencia del Reino se condensa en esta plegaria que salió del mismo corazón de Cristo.
Ese «nos atrevemos a decir» nos abre las puertas para dirigirnos a Dios en el tono más amigable y respetuoso posible. De orar al Padre con esperanza para alcanzar ese Reino prometido rebosante de amor, justicia, paz y fraternidad.
Ese «nos atrevemos a decir» nos hace comprender que es necesario saber repartir el pan cada día pero no únicamente en la Eucaristía diaria o dominical sino también ese pan material del que tantos están necesitados —no sólo a nivel económico, sino de tiempo, de afecto, de entrega, de oración…—, pedir perdón de corazón, trabajar por dignificar la vida y crecer espiritualmente. Es entonces cuando el contenido de esta plegaria, las palabras que pronunciamos que nos sabemos de memoria y hemos repetido miles de veces adquieren su auténtico sentido.
Ese «nos atrevemos a decir» nos lleva a comprender al repetir pausadamente la oración que Dios es el Padre de todos, hombres y mujeres necesitados de su amor y de su misericordia. Que Él es el centro, lo importante, lo esencial.
Ese «nos atrevemos a decir» nos recuerda que esta oración nos lleva a un encuentro íntimo, personal y profundo con ese Dios al que puedes abandonarte con serena confianza.
Ese «nos atrevemos a decir», en definitiva, nos lleva a acudir a ese Padre Nuestro que está en el cielo al que le pides ayuda y al mismo tiempo te comprometes a vivir cristianamente orando con sencillez y humildad de corazón, reconociendo tu auténtica necesidad de Dios y admitiendo tus propias debilidades aceptando que es Él y sólo Él quien sabe que es lo mejor para cada uno.
Hoy «me atrevo a decir» con devoción: Padre Nuestro...

¡Padre Nuestro que estás en el cielo, que eres tres veces santo, te quiero dar gracias, alabarte y adorarte; quiero pedir tus bendiciones para que mi vida esté siempre muy cerca de ti! ¡Padre, me reconozco hijo tuyo, tú que estás en el cielo, y también en los corazones de los que confían y creen en tí! ¡Entra en mi corazón Padre de bondad! ¡Padre, santificado sea tu nombre, alabado sea tu nombre, estoy agradecido por este amor que me tienes y por eso quiero comprometerme a honrarte con todos mis actos, con mis palabras, con mis actitudes, con mis sentimientos...! ¡Padre, venga a nosotros tu reino, quiero hacerlo efectivo en cada uno de los momentos de mi vida, tenerte cerca, a mi lado para darte a los demás y así hacer crecer en este mundo el Reino que nos tienes prometido! ¡Padre, que se haga siempre tu voluntad en la tierra como en el cielo, para alcanzar esa salvación prometida, para algún día estar junto a ti y junto a tu Hijo en el cielo! ¡Quiero unir esta voluntad mía a la tuya para poniéndome en tus manos imitar siempre a tu Hijo y también a la Virgen María que hicieron siempre tu santísima voluntad! ¡Padre, dame hoy el pan de cada día, te lo pido con toda la confianza y con toda la humildad para satisfacer mis necesidades materiales pero también mis necesidades espirituales! ¡Padre, perdona también mis ofensas como yo también trato de perdonar a los que me ofenden! ¡Señor, tú sabes que soy un miserable pecador y que me alejo de ti constantemente, por eso quiero pedirte perdón cuando te ofendo! ¡Necesito recibir tu amor y por eso para tenerlo es imprescindible contar con un corazón puro y limpio, un corazón sensible, un corazón que sea capaz de abrirse siempre a los demás y sea capaz de perdonar de corazón! ¡Padre, no me dejes caer en tentación, no permitas que consienta nunca que el demonio venza en cada una de mis acciones, no permitas que tome el camino equivocado hacia el mal, envía tu Espíritu Santo para que sea capaz de vencer todas las tentaciones del maligno! ¡Y líbrame todo mal, para que el demonio no me venza con sus astucias y estar siempre en paz y en gracia contigo!
Cantamos y oramos con el Padre Nuestro:

Bellísima interpretación de un antiguo himno eucarístico

Ave verum corpus



“Ave Verum Corpus”  (Ave Cuerpo Verdadero) es un himno eucarístico que se remonta al siglo XIV, y que se atribuye al papa Inocente VI. Se cantaba cuando se elevaba la hostia durante la consagración, y se usaba frecuentemente durante la Bendición Eucarística.

El video muestra a las Hijas de María cantando el “Ave Verum Corpus.” Las Hijas de María son una joven congregación religiosa fundada en Estados Unidos en 1984. Su primera obra es esta de reparación del Sagrado Corazón, que cada hermana vive cada día con la intención de mostrar gratitud al Sagrado Corazón de Jesús. Su tarea más importante, dicen, es la adoración al Santísimo Sacramento, que siempre está presente a pesar de las muchas actividades de las hermanas.

Las Hijas de María han grabado ya muchos CD con su música, entre ellos villancicos, canto gregoriano y oros himnos. Los CDs y las descargas de los álbumes están disponibles en su  website.

¿Qué rezar, cuando el mundo se derrumba alrededor?

Señor, en este momento ruego por tu protección
sobre aquellas familias que han sido afectadas
por este desastre natural o tragedia que ha ocurrido,
Ten misericordia de ellos, Dios,
permite que puedan conseguir la forma
de salir hasta un lugar seguro y resguardado.

Señor, en tu amor protege a los niños
y a los ancianos, que puedan estar en buena salud.
Te ruego por aquellas personas que están enfermas,
heridas o afectadas psicológicamente,
pon tu mano de sanidad sobre ellos,
que puedan recuperarse con prontitud,
provee para ellos las medicinas,
la atención médica a tiempo
y que tengas personas dispuestas
y disponibles para ayudarlos en estos momentos
de crisis y de mucha angustia.

Señor, sabemos que podemos contar contigo
aún en los momentos más duros,
ayuda en estos momentos a las familias
que se han quedado sin hogar,
sin un sitio para refugiarse del frío,
de la lluvia y el sol.

Padre santo, ten misericordia y
permite que los vecinos y otras personas
se soliradicen con ellos y los ayuden
proveyendo un lugar para pasar la noche.

Dios nuestro, da tu provisión
a estas familias afectadas por esta tragedia,
que puedan tener alimento cada día,
pañales para los niños y ancianos,
ropa para estar protegidos del frío
y todo lo demás que necesitan
para vivir y seguir adelante.

Señor, pon esperanza en las mentes
de estas personas que están sufriendo,
abrázalos con tu amor y tu bondad,
haz que puedan orar y confiar en ti,
abre puertas para ellos para que puedan
salir adelante a pesar de esta crisis.

Señor, te ruego por aquellos
que han perdido algún familiar
en esta tragedia, que los ha desconsolado,
dales consuelo y fuerza para seguir,
que tu fortaleza les sostenga en paz,
que encuentren también gente
que les acompañe y les apoye.

Padre amoroso, no entendemos
muchas cosas que suceden
pero sabemos que ayudarás
a estas personas que sufren
por haber estado en este desastre natural.

Ten misericordia y manifiesta tu gran poder
en medio de toda esta grave situación
de esta ciudad, pueblo o país.
Gracias porque podemos contar contigo
aún cuando estamos angustiados
en ti encontramos esperanza y alivio
para el dolor y la angustia.
En el nombre de Jesús presento esta oración, amén.

Escucha el Evangelio de Juan recitado en el griego original

Escúchalo tal y como el propio apóstol lo redactó originalmente



Toda la literatura neotestamentaria original está escrita en griego, lo mismo que algunos pocos libros del Antiguo Testamento.

Este griego, sin embargo, dista de ser el mismo en el que los grandes filósofos de la Antigüedad clásica escribieron, que tampoco es el mismo griego en el que escribió Homero.

El griego que usaron los apóstoles es el llamado “griego koiné”, la lengua franca comercial del Mediterráneo, quizá el equivalente de entonces al inglés o el francés de hoy día.

Este video, que corresponde a la versión griega de una AudioBiblia de VIVLOS.net, permite escuchar el Evangelio de Juan, completo, tal y como el propio apóstol lo redactó originalmente.

El Mensaje de la Virgen en Fátima: El premio y la advertencia



Una tranquila y luminosa mañana de domingo, el 13 de mayo de 1917, fue el momento elegido por Dios, para transmitir al mundo, por medio de la Santísima Virgen María, a tres humildes pastorcitos, un mensaje de gran trascendencia que “sigue resonando con toda su fuerza profética”, en el decir de San Juan Pablo II, invitando a la oración, a la conversión y “reparación de sus propios pecados y los de todo el mundo” (12-5-1997).

Los tres niños, Lucía de 10 años, y sus primos Francisco y Jacinta de 9 y 7 respectivamente, pastoreaban un pequeño rebaño de ovejas en un lugarejo llamado Cova da Iria, en Fátima, Portugal. El mundo asistía en esos momentos a la Primera Guerra Mundial que involucraba a numerosas naciones pero, en este alejado lugar de tan graves acontecimientos, los pastorcitos vivían su vida rutinaria.

De pronto, sobre una encina, se les aparece la Madre de Dios: “era una señora toda vestida de blanco, más brillante que el sol”, en palabras de Lucía. Su semblante, agregaba, era de una belleza indescriptible, no era ni triste ni alegre, sino serio, tal vez con un aire de suave censura: “Vengo a pediros que volváis aquí durante seis meses seguidos, los días 13, a la misma hora”. Después les dijo: “rezad el rosario todos los días, para alcanzar la paz en el mundo y el fin de la guerra”.

En julio, la tercera aparición, les dice: “La guerra va a terminar. Pero, si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre”. La impiedad avanzaba dominando la tierra; en 1939 comenzaba la Segunda Guerra Mundial.

En el año 2000, Juan Pablo II ordenó dar a conocer la parte de esta aparición llamada “el tercer secreto”. Era la “visión” de un “ángel con una espada de fuego en la mano izquierda… señalando la tierra con la mano derecha”, diciendo con fuerte voz: “¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!”

No cabría en un solo artículo el desarrollo completo de las apariciones, pero sí queremos resaltar aspectos que muestran su autenticidad como: la afluencia de gran número de espectadores en el momento de las apariciones, cerciorándose de que los niños no mentían; el prodigio de las transformaciones cromáticas y de los movimientos del sol; el fin de la Primera Guerra profetizado: “la guerra va a terminar”; la luz extraordinaria que iluminó los cielos de Europa antes de la segunda conflagración mundial observada en varios países: “cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida sabed que es la señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes”.

Fueron así desarrollándose las apariciones hasta el 13 de octubre cuando ocurriera el prodigio – asistido por más de 70 mil personas – del sol aproximarse vertiginosamente sobre ellos y a poco retirarse. “En octubre haré un milagro para que todos crean”, les afirmó la Virgen el mes anterior. Todos estupefactos se miraban; era el milagro pedido por los niños para confirmar las revelaciones. Al unísono gritaba la multitud: “¡El milagro, los niños tenían razón!”. Fue el llamado: “milagro del sol”.

El Mensaje invita – en el decir del obispo de Leiría-Fátima don Antonio Marto – “a toda la Iglesia y al mundo a serio examen de consciencia”, señalando que “después de las Escrituras, es la denuncia más fuerte e impresionante del pecado del mundo” (5-2-2016).

Alguno preguntará: ¿y que dijeron los Papas al respecto?: Pío XI concedió una indulgencia especial a los peregrinos de Fátima. Pío XII sostenía que “ya pasó el tiempo en que se podía dudar de Fátima” y, en 1946, por medio de su Legado, el Cardenal Masella, consagró el mundo a la realeza de Nuestra Señora de Fátima. Juan XXIII, cuando Cardenal, estuvo como peregrino en el lugar de las apariciones, y en su testamento donó su cruz pectoral al Santuario de Fátima. Pablo VI fue el primer Pontífice en visitar Fátima, en el cincuentenario de las apariciones, el 13 de mayo de 1967.

Juan Pablo II visitó el lugar de las apariciones tres veces, beatificando a los Pastorcitos, Francisco y Jacinta en una de ellas. En 1982, en Fátima, afirmaba que la invitación hecha por Nuestra Señora continúa “más actual incluso que hace sesenta y cinco años atrás. Y hasta más urgente”. Benedicto XVI llegando a Portugal manifestaba, “vengo como peregrino” y señalaba que: “Se ilusionaría quien pensase que la misión profética de Fátima esté concluida” (13-5-2010). Francisco, por su lado, solicitó al Patriarca de Lisboa que consagrara su pontificado (13 de mayo del 2013).

Dirigiéndose a los pequeños pastores Nuestra Señora quiso hablar al mundo entero exhortando a los hombres a la oración, a la penitencia y a la enmienda de la vida; en vista a la situación religiosa en que se encontraba el mundo en la época de las apariciones. Estamos a un año del centenario del magno acontecimiento. Fátima acaba siendo un verdadero divisor de almas en los días de hoy. Sobresalen cada vez más dos familias de almas: una que comprende la crisis moral que asola el mundo contemporáneo; otra que considera que los problemas del mundo contemporáneo tienen poca o ninguna relación con la inmoralidad y la impiedad.

Perplejo queda uno considerando que, en su primera aparición, la Virgen Santísima solicitaba a los pastorcitos “reparación por los pecados con que Él (Nuestro Señor) es ofendido”, es decir que los pecados del mundo habían llegado a un tal grado – ¡en 1917! – que clamaban al Cielo. Y, por otro lado, ver la desintegración moral creciendo hasta nuestros días, ante lo que reclamaba San Juan Pablo II un 8 de mayo de 1996: “Los hombres se olvidaron de Dios y de sus Mandamientos, viviendo como si Él no existiera”, hay una “apostasía silenciosa” que no nos puede dejar indiferentes.

¿Qué debemos hacer? Enfervorizarnos en la devoción al Inmaculado Corazón, en la oración y en la penitencia. Rezar el santo rosario. Pedir, llenos de esperanza, que el año que nos separa del Centenario de las apariciones apresure el triunfo prometido en su tercera aparición: “por fin, Mi Inmaculado Corazón Triunfará”.

Jesús te muestra que Dios te ama

A medida que profundizas en la lectura del Nuevo Testamento te das cuenta de lo poco que le interesaban a Cristo las disquisiciones doctrinales. Jesús imparte doctrina, es evidente, pero lo que verdaderamente le interesa es llegar al corazón de la gente. Cristo no pide certificados de calidad humana, no pone ningún tipo de condiciones, no obliga asistir a ningún curso de formación espiritual, a ninguna catequesis, no exige tener un Master en bondad ni, siquiera, comportarse de la mejor manera posible. Jesús lo único que hace es mirar profundamente al hombre y ver el sufrimiento que hay en su interior. Cuanto mayor es el sufrimiento —sea espiritual físico, humano, de corazón...— más atención le presta Jesús.
Leyendo los relatos del Evangelio muchas veces uno tiene la sensación de que la gente que se acercaba a Él lo hacía por un interés meramente humano. No había nada más. Sabían que aquel hombre curaba enfermedades, expulsaba demonios, resucitaba a los muertos, daba de comer a los hambrientos, hacía verdaderos milagros. Era una aproximación interesada pero no había un interés real en cambiar de vida. De hecho muchos ni siquiera se plantearon dejarlo todo como había ocurrido con los discípulos. Se puede llegar a pensar, incluso, que las palabras de Jesús no eran trascendentes para ellos, que el mensaje que Cristo trasmitía les era indiferente. Tal vez fuera así pero esperaban recibir sanación.
Cuando padecemos cualquier tipo de dolor sea físico, emocional o espiritual y la soledad, el sufrimiento y la desesperación hace mella en su vida acudimos a Jesús para que nos sane la herida que supura en el corazón. Tal vez sea una actitud egoísta, pero es la actitud habitual en los hombres de antes y de ahora.
Sin embargo, cuando observamos a Cristo vemos como por amor y misericordia se compadece de todos aquellos que se acercan a Él. Es su dolor, su tristeza, su desesperación, su sufrimiento, su soledad, su amargura, lo que lleva a Jesús a acercarse a la gente. Jesús no rechaza nunca, acoge siempre. A veces hay tanta gente a su alrededor que Jesús se ve obligado a darles de comer, a alimentar a miles de personas que están allí esperando ese milagro que transforme el problema inmediato que atenaza su vida. Entonces entiendes que Jesús no pretende solucionarte los problemas que te agobian sino que espera que comprendas que es con Él y junto a Él como uno puede cambiar de vida. Que no importa lo que hayas hecho, como te hayas comportado, cuáles son las oscuridades que ennegrecen el corazón, tus sufrimientos, tus caídas, tus pecados… Jesús te muestra que Dios te ama. Te ama tan profundamente que lo hace sin ningún tipo de condiciones. Que Dios en su amor de Padre y en su infinita misericordia se siente tocado por nuestras necesidades y por nuestros dolores y que nuestros sufrimientos y nuestras heridas Él las hace suyas como algo propio.
Una gran enseñanza para mi día a día. Jesús me hace ver que cada vez que alguien se cruce en mi camino y en su mirada, en sus palabras y en sus gestos denote que hay sufrimiento ponga mis manos y mi corazón para socorrerle. Sin condiciones previas como haría Cristo. Hacerlo, simplemente, porque es hijo de Dios. Es decir, mi hermano. Es la mejor manera de demostrar que soy cristiano, hijo de ese Padre lleno de amor y de misericordia.

¡Señor, soy consciente de lo fácil que es creer cuando todas las cosas en la vida me sonríe pero también sabes perfectamente que en los momentos de prueba es fácil que todo se tambalee a mi alrededor! ¡Pongo hoy en tus manos, mi Señor, todas mis necesidades y las de todas las personas que me rodean porque eres el único que tiene el poder de cambiar las cosas! ¡Señor, hoy te pido especialmente por la iglesia y por todos los que la formamos para que seamos capaces con nuestra entrega y nuestro servicio demostrar a los demás cuál es el verdadero amor amando a los demás como tu amaste! ¡Señor, no puedo estar cerca de ti si antes no amo de verdad, de manera auténtica, si no perdono con el corazón, si no sirvo a los demás con generosidad y amor, si no me arrodilló delante de los otros para servirles como serviste Tú! ¡Señor, ayúdanos a acercar tu figura A la gente que nos rodea en estos tiempos que tantos te esperan y no te conocen! ¡Ayúdanos acercar tu Iglesia al mundo de hoy! ¡Señor, tú que has llevado en tu corazón las vicisitudes de tus contemporáneos ayúdanos a nosotros abrazar las necesidades de las personas que nos rodean, sus sufrimientos, sus negaciones, sus tensiones, sus inquietudes, sus colores, sus dudas, sus complejos, sus problemas…! ¡Señor, ayúdanos a traducir todo esto a un lenguaje franco y sencillo, lleno de misericordia para que seas tú para ellos el camino, la verdad y la vida!

viernes, 26 de agosto de 2016


Por motivos laborales viajaba con frecuencia a países islámicos. En algunas ciudades era y es imposible encontrar una iglesia católica por lo que mi Eucaristía diaria la sigo a través de Internet. Una de las páginas que utilizo es Nazaret.tv que celebra la Misa dominical con un sacerdote que utiliza el lenguaje de signos para sordomudos. Mientras predica o celebra, el sacerdote se comunica por medio de gestos. La Palabra de Dios también se puede revelar sin hablar para llegar por medio de la vista.
Es impresionante cómo Dios llega al corazón de la gente acomodándose a los diferentes formas de nuestro lenguaje porque en realidad lo que agrada a Dios es que quien escuche su Palabra la acoja en su interior con amor. Esa escucha —condición primera para amar a Dios— se convierte en la fuente de felicidad y de vida. Felicidad y vida para el alma y el corazón.
La escucha de Dios —el gran Oyente— a nuestras peticiones se basa en el silencio. Es en el silencio donde Dios acoge la súplica de los hombres tantas veces deslavazadas, desordenadas y dispersas para ir colándolas en su lugar y dándoles el valor que merecen. Y nos pide que para escucharle a Él hagamos también silencio. En el silencio se aprende a comprender lo que no se ha dicho pero que viene de Dios.
Piensas en el sacerdote que transmite la Palabra de Dios por signos. El oyente no escucha pero siente, visualiza y acoge. Dios nos habla pero es necesario acoger interiormente su palabra. Y desde el acogimiento surge la fe que transforma el corazón de la persona. La fe surge, la mayoría de las veces, a consecuencia de la escucha pero también por la confianza en quien te habla, por la esperanza y por el amor. Así ocurrió con la mayoría de los personajes de la Biblia. Así le ocurrió a Abraham, a Moisés y, sobre todo, a María, Nuestra Madre.
Cuando uno se siente de Dios es capaz de escucharles. La escucha de la voz de Dios, aunque en apariencia no se oiga, es apertura de corazón porque quien escucha al Señor siempre halla vida en su alma para a continuación ponerla en práctica.
Sí, Dios mío, me hablas ahora y siempre, cada minuto y cada hora, cada día de mi vida. Quieres dialogar conmigo pero me hago el sordo y, sin embargo, hay muchos signos que me muestran que persigues mi amistad y mi cariño. Pues aunque tenga los oídos cerrados a la escucha, al menos tengo ojos para ver que me llamas.


¡Señor Jesús, Tu me conoces y sabes que te amo, en el día de hoy te quiero pedir que entres en mi corazón, que lo renueves y hagas cosas grandes con él! ¡Que arranques de su interior lo que no sirva, lo que no sea tuyo, lo que me aleja de Ti! ¡Limpia mi corazón, Señor, para que pueda verte con nitidez y ver también a los demás con miradas de amor! ¡Señor, sabes que te busco cada día! ¡Hazte, Señor, el encontradizo conmigo como hiciste con los discípulos de Emaús! ¡Señor, Tú me escuchas siempre, tienes en cuenta mis peticiones y en cambio a mí se me hace difícil escucharte por el mucho ruido que hay a mi alrededor! ¡No estoy sordo pero lo parezco por eso quiero permanecer en silencio, paciente, abierto a la escucha para despertar mis oídos y abrirlos a la escucha de tus Palabras y tus consejos llenos de sabiduría, amor y misericordia! ¡Tú me hablas siempre aunque no te escuche o no te sienta porque mi pobre humanidad pecadora se resiste a la escucha! ¡Envía tu Espíritu, Señor, para que abra mi corazón y sea dócil a recibir los susurros de tu voz y aprovechar en mi vida tus enseñanzas! ¡Hoy especialmente te pido por todos los que padecen sordera Tú, que oyes sus voces, aunque no hablen, pues comprendes el movimiento de sus manos que trazan el lenguaje de sus corazones! ¡Ayúdales, Señor, a entender tu Palabra y, en el silencio callado de sus vidas, ayúdales a dar testimonio de su Fe y que en la otra vida puedan oír y exclamar canciones de alabanza por toda la eternidad!

jueves, 25 de agosto de 2016

¿Yo decido mi sexo? Una reflexión sobre la ideología de género

Los estudios de género son muy amplios, y sólo la versión más radical se ha convertido en lo que se conoce como "ideología de género"

La Asamblea de la Comunidad de Madrid (España) ha decidido definir la identidad sexual como “la vivencia interna e individual del género tal y como cada persona la siente y auto determina”, lo que ha generado que numerosas voces críticas se levanten en contra de esta definición de corte político basada en una posición particular dentro del muy nutrido universo de las teorías y estudios de género.

No corresponde hacer aquí un análisis de la extensa ley (“Ley de Indentidad y Expresión del Género e Igualdad Social y No Discriminación”, de 17 de marzo de 2016) , pero sí conviene apuntar a sus claves filosóficas fundamentales, que son de vital importancia para comprender el futuro de las reformas políticas que se nos vienen encima.

En concreto, el aspecto más polémico y central de la ley es el principio de autodeterminación de la identidad sexual que significa, para decirlo de una manera sencilla, que cada persona puede y tiene el derecho a elegir libremente cuál es el sexo con el que se siente identificada, sin tener en cuenta ningún elemento que se refiera a su naturaleza o corporalidad.

Estudios de género no es lo mismo que ideología de género

El primer dato que debemos señalar es que éste no es un principio que las diferentes teorías o estudios de género acepten de buen grado o que incluso propongan. Ni mucho menos. Se trata de la versión más radical entre las posibles, aquella que elimina toda ratio, criterio o norma en la comprensión de la sexualidad y la deja a la arbitrariedad de cada cual que puede, de hecho, cambiar su identidad de manera “performativa” en cualquier momento. Así las cosas, la ley no es una ley que sólo proponga la no discriminación por razones de sexo u orientación sexual, sino una ley que otorga carta de ciudadanía al principio de “autodeterminación de la propia identidad”, cosa bien distinta.

La tesis proviene del conocido libro de Judith Butler titulado Gender Trouble (“El género en disputa”), en el que esta filósofa norteamericana intenta superar el binomio naturaleza-cultura para romper con cualquier tipo de medida que pueda servir para profundizar en la identidad sexual de los sujetos.

Según ella el género es previo a todo discurso que trate de definir lo que somos. Somos un cuerpo cambiante que adopta tendencias sexuales variables y yo soy lo que elijo ser en cada momento. De este modo cada uno decidirá cuál es su sexo, pero no solamente entre las opciones de ser mujer o varón, homosexual, bisexual, transexual, neutro, etc., sino entre cualquier modelo inventado que uno pueda proponer, por muy ocurrente que sea.

Se trata, por lo tanto, de la postura más ideológica, vacía y nihilista entre las posibles. Porque hay muchas posibles: con mucha frecuencia se habla de la “ideología de género” como un cajón de sastre unitario, cuando en realidad allí se amontonan abigarradamente teorías, investigaciones y opiniones muy diversas, siendo la de Butler una más entre ellas -ya digo, la más extrema y nihilista- y a mi juicio con una pretensión claramente política, que es la que la torna extremadamente peligrosa como “ideología de género”.

Sin embargo también es cierto que hay otras teorías y estudios de género que abordan la diferencia sexual, muchas muy sensatas y de las que podemos aprender mucho, siendo injusto que todas acaben en el mismo saco para señalar mejor al “enemigo” al que hay que vencer. Este tipo de simplificaciones no ayudan en nada y las más de las veces contribuyen a dar la razón al que no entiende de razones -porque no las necesita-, sino de voluntad de poder.

Porque otro error no menos extremo que el de Butler (de hecho, es la otra cara de la misma moneda) es considerar que el sexo es una cuestión ligada exclusivamente a la genitalidad, de manera que el hombre y la mujer serían exactamente lo mismo con la única diferencia de los órganos que configuran su aparato reproductor. Esta noción, con la que a veces queremos resolver el problema de la identidad de la manera más directa y sencilla, es una simplificación en muchos casos perversa.

Es cierto que todos los seres humanos nacemos varón o mujer, lo que supone dos estructuras psicofísicas distintas en las que lo humano se determina. De hecho, como señalaba ya hace muchos años Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), existe una configuración innata que sitúa a la persona en una de las dos condiciones sexuadas y lo hace como algo dado, que está conformado no sólo por una genitalidad, sino por toda la estructura anímica y espiritual, es decir, que supone una manera de estar en el mundo y de relacionarse con la realidad y con el resto de seres vivos, de pensar, de querer, de desear, de vivir, de sentir y, en definitiva, de ser.

Además de esto en cada momento histórico y en cada cultura aprendemos modelos de comportamiento, valores y virtudes asociados a lo masculino y a lo femenino. El resultado es que ser hombre o ser mujer tiene que ver con la naturaleza y también con la cultura: lo pude explicar en estas mismas páginas en un artículo sobre el feminismo contemporáneo.

Por ese motivo una de las principales confusiones en las que recaen algunos de los estudios de género, entre ellos el ya mencionado de Judith Butler, es ligar de una manera equivocada la identidad con la orientación sexual, de manera que el sujeto se define exclusiva o especialmente por su orientación sexual, afirmando a partir de aquí que existen tantas identidades personales como expresiones del deseo sexual.

Este error, absurdamente repetido, es sobremanera grosero. El hombre que siente un deseo que se inclina hacia los varones puede ser calificado como “homosexual” pero ésta no es su identidad sexual: es un hombre al que, dicho con rapidez, le gustan los hombres. De la misma manera una mujer con tendencias lesbianas no tiene como identidad el ser “lesbiana”, sino que es una mujer a la que le gustan las mujeres.

Otra cuestión, pero que tiene raíces y consecuencias muy distintas, es la de los problemas de identidad relacionados con la sexualidad, que no tienen por qué depender de la orientación sexual ya que, de hecho, pueden aparecer incluso antes de que se despierte el interés por el otro (o el mismo) sexo. Este es un terreno en el que hay que caminar con cuidado y que no tiene respuestas sencillas ni, desde luego, se puede abordar desde el poder con frivolidad.

Hemos indicado que ser hombre o ser mujer tiene una base natural (innata). Cuando cualquier ser humano viene al mundo lo hace como hombre o como mujer, lo cual no está establecido sólo por la genitalidad, sino que es una estructura psicofísica que, además, se desarrollará en interacción con el entorno. Pues bien, los problemas de identidad sexual pueden surgir en cada uno de estos ámbitos. Hay personas que nacen sin una sexualidad definida por la genitalidad, que aparece doble o confusa (es el caso del hermafroditismo), o que sienten una quiebra entre su constitución psicológica y hormonal y su corporalidad.

Estos problemas no tienen por qué ser una enfermedad ni necesariamente exigen tal catalogación, pero surgen de un desajuste que, de nuevo, está más allá de la decisión arbitraria del sujeto que, más bien, los sufre y pide una ayuda y una solución que hoy en día puede abordarse desde distintos frentes. Eso sí, por el bien de todos los implicados es imprescindible que se haga sin imponer la losa de la ideología: conviene mejor escuchar, analizar y comprender la realidad tal y como se presenta.

A veces tengo la impresión de que es urgente que en nuestras sociedades abramos la mente ante los problemas que plantea la ideología de género y que nos esforcemos en comprender y en lograr una concepción sensata y prudente que pueda ayudar a quienes lo necesitan.

Lo que se puede ver con toda claridad es que el supuesto “principio de autodeterminación de la identidad sexual” es una entelequia sociológica que sólo va a añadir confusión en el debate y con el que los políticos han demostrado estar completamente perdidos y desinformados. ¿O tal vez viven despreocupados del interés de los ciudadanos y se dedican a buscar titulares y a generarse una “imagen pública” según lo que en cada momento les conviene?

“Paz en nombre de Dios” te desea Marcabrú, el trovador medieval del siglo XII

Nacido cerca del 1100 en la Gascuña, al suroeste de Francia, se conservan aún hoy 42 de sus poemas.



Marcabrú fue un trovador nacido al suroeste de Francia cerca del año 1100, de quien conservamos aún hoy alrededor de 42 poemas. De él sabemos que se dedicó profesionalmente a la poesía, y que fue protegido por Guillermo X de Poitiers (también trovador), y que permaneció por más de diez años al servicio de Alfonso VII de León, seguramente como juglar.

En el video se escucha una de las composiciones de Marcabrú, Pax in Nomine Domini”(“paz en nombre del Señor”), dirigida por el célebre Jordi Savall.

Para ser feliz con lo que tienes: un cuento y una oración

Por un corazón libre de apegos desordenados


A menudo veo a personas que no han encontrado su tesoro y no son felices. Viven con ansiedad buscando lo que no poseen.

Recuerdo el cuento del círculo de los noventainueve.

Un rey tenía un servidor siempre feliz. Y eso le enervaba porque no lo entendía. Un día le preguntó el motivo de su felicidad. Y él le dijo que lo tenía todo. Tenía un trabajo, una casa, una familia. Y eso le bastaba para ser feliz.

Le preguntó a un sabio de la corte si sabía el motivo de la felicidad de su siervo. Este le dijo que era feliz porque aún no había entrado en el círculo de los noventainueve. Y le invitó a hacer la prueba. Le dejó una bolsa con noventainueve monedas de oro en la puerta de su casa.

El servidor se puso feliz y las contó. Pero faltaba una. No había cien. Pensó entonces en cómo podía hacer para llegar a las cien. Trabajando horas extras, haciendo que su mujer e hijos trabajaran. Así lo lograría en pocos años.

Metido en esta búsqueda perdió la alegría y todo le hacía estar de mal humor. Había entrado en el círculo de los noventainueve. Ya no lograba ser feliz.

¿Estoy yo en ese círculo? ¿Vivo feliz con lo que tengo o sufro deseando lo que aún no poseo? Cuando el servidor del cuento cambió el lugar de su tesoro, perdió su paz.

Quiero un corazón libre de apegos desordenados. Un corazón que no viva ansioso suspirando por lo que aún no posee, anhelando lo que no alcanza, sin agradecer por lo que tiene. Quiero un corazón libre que descanse en lo que posee y no viva lleno de ansias y preocupaciones.

Una persona rezaba: “Despójame de todo lo que me separa de ti. Desnuda mi pobre corazón arraigado al mundo y vacíalo para ti. Acostúmbrame poco a poco, Señor, a morir cada día a lo que me esclaviza, desprendiéndome, empobreciéndome. Te lo digo con confianza: – Haz de mí lo que quieras”. Un corazón más libre.

¿Dónde está mi tesoro? ¿Hacia dónde corre mi corazón? A veces se confunde y se pierde. El otro día leía: “La Sierva de Dios, Sor María Romero, se aprendió una jaculatoria que repetía sin interrupción cada vez que le llegaba una gran prueba. Así conseguía tener un corazón sereno y tranquilo: – Jesús yo creo, espero y me abandono en tu amor”[1].

Quiero abandonarme en el corazón de Dios. Quiero repetir esa jaculatoria para no olvidarme de lo importante. Me abandono en su amor en la dificultad y en la cruz. Así es todo más sencillo.

Quiero desprenderme de mis bienes, de lo que me ata. Lograr talegas que no se echen a perder. Talegas en el cielo. Quiero un corazón ensanchado y lleno de Dios, de hombres, de dolores. Un corazón compasivo.

[1] Claudio de Castro, El poder de la alegría

¿Por qué la Iglesia es tan cautelosa para reconocer milagros?

Mas de 8000 curaciones reportadas en Lourdes, sólo 69 han sido validadas


El importante papel de los milagros en la fe de la Iglesia es uno de los aspectos de la fe que maravillan (o espantan) a las personas del mundo de hoy, familiarizadas a confiar únicamente en la ciencia o la técnica como los únicos medios para obtener los más difíciles fines.

Un artículo del autor Michael O’Neill divulgado en el informativo estadounidense Our Sunday Visitor explora la doctrina de la Iglesia sobre los milagros y la extraordinaria cautela con la cual se aborda los hechos que, por ejemplo, permiten certificar de forma sobrenatural la santidad de los fieles.

“Nuestra fe entera se fundamenta en la realidad de dos grandes eventos sobrenaturales: la encarnación y la resurrección”, recuerda O’Neill.

“Alrededor de todo el mundo los católicos experimentan un milagro en cada hora de cada día en la misa cuando el pan y el vino se transforman verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo”.

Además de estos grandes milagros, que pueden pasar desapercibidos por cotidianos, existen otros tipos de milagros, algunos de los cuales son sometidos a un estricto examen para ser aprobados como tales por las autoridades eclesiásticas.

Uno de estos tipos de milagros corresponde a las curaciones milagrosas, como las que ocurren en Santuario como el de Nuestra Señora de Lourdes en Francia o los que son certificados en los procesos de beatificación y canonización ante la Congregación para las Causas de los Santos.

Los análisis son tan estrictos en este sentido que de más de 8.000 curaciones reportadas en Lourdes, solo 69 han sido validadas formalmente por la Comisión Médica del Santuario.

Conoce Los 7 criterios científicos de una curación milagrosa

Profundo análisis

Las reglas para certificar un milagro de curación incluyen que la dolencia sea seria, e imposible o muy difícil de curar por métodos humanos y estar en un estado en el cual no podría desaparecer por sí misma.

En el caso analizado no debe haber medicación alguna o demostrarse que la medicación tomada no tiene relación con la cura, que debe ser espontánea, completa y permanente.

Estos criterios son evaluados, en el caso de las causas de beatificación y canonización, por más de 60 doctores de varias especialidades, además de teólogos, obispos y cardenales que determinan las causas espirituales del fenómeno si no puede ser explicado científicamente.

Los milagros incluyen revelaciones particulares -y sus extraordinarios efectos- como la aparición de la Santísima Virgen en el cerro de Tepeyac, México, y la sobrenatural impresión de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en el burdo ayate del vidente san Juan Diego.


Aun en los más reconocidos acontecimientos, la Iglesia no obliga a los creyentes a creer en estas revelaciones que son complementarias a la Revelación plena en Jesucristo, pero que no son indispensables para la salvación.

La Iglesia emplea la ciencia para descartar causas humanas o fraudes en hechos impactantes como el llanto o el sangrado de imágenes religiosas como el de la Madonna de Siracusa, Italia, cuyo llanto fue certificado por el papa Pío XII, o el de la imagen de Nuestra Señora de Akita en Japón en 1973.


Otros impresionantes fenómenos incluyen los estigmas o heridas de la Pasión de Cristo, cuyo caso más famoso es el del monje capuchino san Pío de Pietrelcina, quien se sometió a exámenes médicos para comprobar su autenticidad.

Los documentos de la Iglesia sobre el análisis de los milagros incluyen De Servorum Dei Beatificatione et de Beatorum Canonizatione, de 1840, el cual incluye el documento De Cadaverum Incorruptione sobre los cadáveres incorruptos, la Normae Congregationis de Modo Procedendi in Diudicandis Praesumptis Apparitionibus ac Revelationibus sobre apariciones y revelaciones privadas.

Este artista católico comparte la inspiración profética tras su último álbum

¿Coincidencia o inspiración divina?



Este pensamiento despertó a PJ Anderson en medio de la noche. Rápidamente comenzó a trabajar en la canción Mercy, Mercy que se convertiría en el título de la pista de su álbum.

Era enero de 2015. Dos meses después el papa Francisco declaró el 2016 como el Año Jubilar de la Misericordia.

“No creo que esto sea una coincidencia”, dice Anderson. “Dios puso esta canción en mi corazón y la misericordia es algo que el mundo necesita desesperadamente”.

El tema de la misericordia “cerró el círculo” este mes de agosto: PJ fue invitado a participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia, el hogar de la devoción a la Divina Misericordia. “Dios nos otorga Su misericordia desde el principio. Nosotros hemos olvidado lo que son la misericordia y el perdón”, dice Anderson. “Es hora de abrazar la misericordia en nuestras vidas; Su misericordia es dulce como la lluvia del verano”.

Mercy, Mercy, que dio a conocer el 24 de julio, es el quinto álbum de Anderson. El primer sencillo del álbum, Love Will Heal (que se aprecia arriba), fue seleccionado como himno para el Rally Juvenil y la Misa por la Vida en el Verzion Center, donde PJ condujo a más de 20.000 estudiantes en adoración antes de la Marcha por la Vida.

Si aún no lo has hecho, descárgate gratis el exclusivo album de Cecilia hecho en honor de la Jornada Mundial de la Juventud, que incluye la canción “Mercy Mercy” de PJ Anderson, entre otras muchas. Descarga aquí

Todo el álbum Mercy, Mercy está disponible en iTunes. Para saber más sobre PJ Anderson, visita su página web.

 “Dios nos otorga Su misericordia desde el principio. Nosotros hemos olvidado lo que son la misericordia y el perdón”, dice Anderson. “Es hora de abrazar la misericordia en nuestras vidas. Su misericordia es dulce como la lluvia de verano”.

miércoles, 24 de agosto de 2016

21 enseñanzas de Jesús confiadas a Sor Faustina


La Iglesia Católica reconoce como testigo autentico de la Misericordia Divina de Jesús a Santa María Faustina Kowalska (1905-1938). En el diario de Sor Faustina, muerta a sólo 33 años, Jesús invita a cumplir su voluntad de hacer conocer al mundo la infinita bondad de Dios:

Hija Mía, se diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi misericordia porque están destinadas para un gran numero de almas que sacaran provecho de ellas (Diario, 1142).

Así, desde la canonización de Sor Faustina, presidida por Juan Pablo II, durante el Gran Jubileo del año 2000 hasta el Jubileo Extraordinario, convocado por el papa Francisco, y que terminará en noviembre de 2016, existe un puente de continuidad en la Iglesia para Consagrar la devoción en la divina Misericordia.

A continuación, presentamos 21 enseñanzas sacadas del diario de la reconocida mística polaca que pueden ser útiles para la vida diaria.

Lógicamente, la siguiente es una selección. Por tanto, le invitamos a ver estos puntos como solo un ‘aperitivo’ de un texto que sorprende, inquieta, apasiona a quien lo lee con detenimiento.

1 – Sé misericordioso, busca la misericordia como salvavidas para el alma

Escribe esto: Antes de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia. […] Se apagara toda luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en toda la tierra. […]Eso sucederá poco tiempo antes del ultimo día. (Diario, 1142).

2 – En la tristeza, la penumbra y ante las dudas, confiésate

Un día, durante la meditación matutina, oí esta voz: Yo Mismo soy tu guía, he sido, soy y seré; pero como Me pediste una ayuda visible, te la he dado. Lo había elegido antes de que Me lo pidieras, porque esto lo requiere Mi causa. Has de saber que las faltas que cometes contra él, hieren Mi Corazón; evita especialmente actuar a tu gusto, que en cada cosa mas pequeña haya un sello de la obediencia. (Diario, 362).

3 – Sé humilde, un corazón humilde recibe la bendición de Dios

Veo cada humillación de tu alma y nada se escapa a Mi atención; elevo a los humildes hasta Mi trono, porque así es Mi voluntad. (Diario 279)

4 – Sé dócil, Dios rechaza los soberbios

Cuando me quedé a solas con la Santísima Virgen, me instruyó sobre la vida interior. Me dijo: La verdadera grandeza del alma consiste en amar a Dios y humillarse en su presencia, olvidarse por completo a si mismo y tenerse por nada, porque el Señor es 
 grande, pero se complace sólo en los humildes mientras rechaza siempre a los soberbios. (Diario 1711)

5 – En momentos de tinieblas y de humillaciones, confía en Dios

Satanás siempre aprovecha tales momentos […]De repente oí en mi alma la voz: No tengas miedo, Yo estoy contigo, y una luz extraña iluminó mi mente y comprendí que no debía someterme a tales tristezas y una fuerza me llenó, y salí de la celda con un nuevo ánimo para enfrentar los sufrimientos. (Diario 129).

6 – Ama a tu prójimo a través de obras y no sólo con palabras

“Esta imagen (de la Divina Misericordia) ha de recordar las exigencias de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil” (Diario, 742).

7 – Sé paciente en las pruebas de la vida y trabaja aunque los esfuerzos parezcan vanos

Escribe que día y noche Mi mirada descansa sobre él y permito estas contrariedades para multiplicar sus méritos. Yo no recompenso por el resultado positivo sino por la paciencia y el trabajo emprendido por Mí (Diario 86). 


8 – Sé valiente, el miedo aleja de Dios

¿Por qué tienes miedo y tiemblas cuando estás unida a Mí? No Me agrada el alma que se deja llevar por inútiles temores. ¿Quién se atreve a tocarte cuando estás Conmigo? El alma más querida para Mi es la que cree fuertemente en Mi bondad y la que Me tiene confianza plenamente; le ofrezco Mi confianza y le doy todo lo que pide. (Diario 453)

9 – Reza – no importa las dificultades o las dichas – que la plegaria trae bendiciones

Jesús me enseñó cuánto le agrada la plegaria reparadora; me dijo: La plegaria de un alma humilde y amante aplaca la ira de Mi Padre y atrae un mar de bendiciones.

10 – Evita las murmuraciones y los chismes como una ruina, mejor el silencio

Si se observara rigurosamente el silencio, no habría murmuraciones, amarguras, maledicencias, chismes, no seria tan maltratado el amor (23) del prójimo, en una palabra, muchas faltas se evitarían. Los labios callados son el oro puro y dan testimonio de la santidad interior. 
(Dirario 552)

11 – Sé como un niño que busca a Dios

Me dijo cuánto agradaba a Dios la sencillez del alma. Aunque Mi grandeza es inconcebible, trato solamente con los pequeños, exijo de ti la infancia del espíritu. 
(Diario 332).

12- Sé consciente que Dios envía pruebas a un alma particularmente amada, entre tentaciones y oscuridades; Satanás.

El amor del alma no es todavía como Dios lo desea. De repente el alma pierde la presencia de Dios. Se manifiestan en ella distintas faltas y errores con los cuales tiene que llevar a cabo una lucha encarnizada. Todos los errores levantan la cabeza, pero su vigilancia es grande. 
(Diario 96)

13- Busca la sabiduría del corazón y del espíritu

Cuando contemplas en el fondo de tu corazón lo que te digo, sacas un provecho mucho mayor que si leyeras muchos libros. Oh, si las almas quisieran escuchar Mi voz cuando les hablo en el fondo de sus corazones, en poco tiempo llegarían a la cumbre de la santidad. 
(Diario 584)

14 – Sé constante no importa los sufrimientos

 El las pruebas trataré de ver la amorosa mano de Dios. No hay nada tan constante como el sufrimiento; él siempre hace fielmente compañía al alma. Oh Jesús, en el amor hacia Ti no me dejaré superar por nadie. 
(Diario 227)

15 – Aprende a perdonar con el corazón

Quien sabe perdonar, se prepara muchas gracias de parte de Dios. Siempre que mire la cruz, perdonare sinceramente. 


16 – Sé paciente con las personas que te hacen las cosas más difíciles

Aquella hermana se empeñaba tanto en hacerme difícil el cumplimento de mis deberes que, a pesar de mis esfuerzos, más de una vez consiguió estropear algo de lo que estaba bien hecho, como ella misma confesó en la despedida, pidiéndome mil disculpas. Sin querer analizar sus intenciones, tomé la cosa como una prueba de Dios… 
(Diario 632)

17 – Domina la envidia

El espíritu de Jesús es siempre simple, apacible, sincero; cada malicia, envidia, falta de bondad ocultada bajo una sonrisa de afabilidad es un diablito inteligente; una palabra dura pero que proviene del amor sincero, no hiere al corazón. 
(Diario 633)

18 – Calla cuando eres reprendido

Oh Jesús mío, para compensarte por los blasfemos, callaré cuando me reprendan injustamente, para satisfacerte aunque sea en una pequeña parte. En mi alma Te estoy cantando continuamente un himno y nadie lo puede sospechar ni entender. El canto de mi alma lo conoces sólo Tú, oh Creador y Señor mío. (Diario 81).

19 – Sé silencioso en tu interior para escuchar a Dios

Dios no se da a un alma parlanchina, que como un zángano en la colmena zumba mucho, pero no produce miel. El alma hablantina está vacía en su interior. No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad con Dios. 
(Diario 119)

20 – No te desanimes por la ingratitud

Aunque el pecado es un abismo de maldad e ingratitud, el precio pagado por nosotros jamás podrá ser igualado. Por lo tanto, haz que cada alma confíe en la Pasión del Señor y que ponga su esperanza en Su misericordia. Dios no le negara su misericordia a nadie. (Diario 72)

21 – No busques la perfección…

No busco con curiosidad la perfección en ninguna parte, sino que penetro en el espíritu de Jesús y contemplo sus acciones que tengo relatadas en el evangelio y aunque viviera mil años, no agotaría lo que en él esta contenido. (Diario 510)

 Jesús instruyó a Sor Faustina en la lucha espiritual…..

No temas la lucha; la valentía a menudo intimida a las tentaciones, y ellas no ganan

 No tengas miedo de la lucha a menudo el solo valor atemoriza las tentaciones, y no se atreven a atacarnos. (Diario 1760)

Siempre lucha con profunda convicción, no te rindas

Lucha siempre con esta profunda convicción de que Yo estoy a tu lado. No te dejes guiar por el sentimiento, porque él no siempre está en tu poder, todo el merito está en la voluntad. (Diario 1760)

No te dejes guiar por el sentimiento, a veces ellos escapan a tu control

Cuando el aburrimiento y el desanimo llamen a tu corazón, huye de ti misma y escóndete en Mi Corazón. (Diario 1760)

Las lecciones del diario de Sor Faustina son varias y no pretendemos aquí presentarlas todas. Sin embargo, este pequeño ensayo, se enmarcan en la petición que ha hecho Juan Pablo de extender el culto de la misericordia divina.

“La conciencia humana […]sucumbiendo a la secularización; cuanto más se distancia del misterio de la misericordia alejándose de Dios, tanto más la Iglesia tiene el derecho y el deber de recurrir al Dios de la misericordia « con poderosos clamores »” (Dives in Misericordia, no. 15).

Y finalmente,  el papa Francisco asimismo reafirma la necesidad de la Misericordia porque “es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida”, así escribió en la Bula de convocación del Jubileo Extraordinario en 2015 (Misericordiae Vultus, 2).