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jueves, 25 de agosto de 2016

¿Por qué la Iglesia es tan cautelosa para reconocer milagros?

Mas de 8000 curaciones reportadas en Lourdes, sólo 69 han sido validadas


El importante papel de los milagros en la fe de la Iglesia es uno de los aspectos de la fe que maravillan (o espantan) a las personas del mundo de hoy, familiarizadas a confiar únicamente en la ciencia o la técnica como los únicos medios para obtener los más difíciles fines.

Un artículo del autor Michael O’Neill divulgado en el informativo estadounidense Our Sunday Visitor explora la doctrina de la Iglesia sobre los milagros y la extraordinaria cautela con la cual se aborda los hechos que, por ejemplo, permiten certificar de forma sobrenatural la santidad de los fieles.

“Nuestra fe entera se fundamenta en la realidad de dos grandes eventos sobrenaturales: la encarnación y la resurrección”, recuerda O’Neill.

“Alrededor de todo el mundo los católicos experimentan un milagro en cada hora de cada día en la misa cuando el pan y el vino se transforman verdaderamente en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo”.

Además de estos grandes milagros, que pueden pasar desapercibidos por cotidianos, existen otros tipos de milagros, algunos de los cuales son sometidos a un estricto examen para ser aprobados como tales por las autoridades eclesiásticas.

Uno de estos tipos de milagros corresponde a las curaciones milagrosas, como las que ocurren en Santuario como el de Nuestra Señora de Lourdes en Francia o los que son certificados en los procesos de beatificación y canonización ante la Congregación para las Causas de los Santos.

Los análisis son tan estrictos en este sentido que de más de 8.000 curaciones reportadas en Lourdes, solo 69 han sido validadas formalmente por la Comisión Médica del Santuario.

Conoce Los 7 criterios científicos de una curación milagrosa

Profundo análisis

Las reglas para certificar un milagro de curación incluyen que la dolencia sea seria, e imposible o muy difícil de curar por métodos humanos y estar en un estado en el cual no podría desaparecer por sí misma.

En el caso analizado no debe haber medicación alguna o demostrarse que la medicación tomada no tiene relación con la cura, que debe ser espontánea, completa y permanente.

Estos criterios son evaluados, en el caso de las causas de beatificación y canonización, por más de 60 doctores de varias especialidades, además de teólogos, obispos y cardenales que determinan las causas espirituales del fenómeno si no puede ser explicado científicamente.

Los milagros incluyen revelaciones particulares -y sus extraordinarios efectos- como la aparición de la Santísima Virgen en el cerro de Tepeyac, México, y la sobrenatural impresión de la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en el burdo ayate del vidente san Juan Diego.


Aun en los más reconocidos acontecimientos, la Iglesia no obliga a los creyentes a creer en estas revelaciones que son complementarias a la Revelación plena en Jesucristo, pero que no son indispensables para la salvación.

La Iglesia emplea la ciencia para descartar causas humanas o fraudes en hechos impactantes como el llanto o el sangrado de imágenes religiosas como el de la Madonna de Siracusa, Italia, cuyo llanto fue certificado por el papa Pío XII, o el de la imagen de Nuestra Señora de Akita en Japón en 1973.


Otros impresionantes fenómenos incluyen los estigmas o heridas de la Pasión de Cristo, cuyo caso más famoso es el del monje capuchino san Pío de Pietrelcina, quien se sometió a exámenes médicos para comprobar su autenticidad.

Los documentos de la Iglesia sobre el análisis de los milagros incluyen De Servorum Dei Beatificatione et de Beatorum Canonizatione, de 1840, el cual incluye el documento De Cadaverum Incorruptione sobre los cadáveres incorruptos, la Normae Congregationis de Modo Procedendi in Diudicandis Praesumptis Apparitionibus ac Revelationibus sobre apariciones y revelaciones privadas.

lunes, 1 de agosto de 2016

El incendio más mortífero en la historia de EE.UU. no podía competir con María

La inspiradora historia de la única aparición oficial mariana en los Estados Unidos.

El 8 de octubre de 1871, en un lugar llamado Peshtigo, Wisconsin, o en sus proximidades, varios hombres iniciaban pequeños fuegos en el bosque. Era práctica común de la época para abrir claros en la tierra y así extender el ferrocarril o ampliar la tierra cultivable. Pero ese día sucedió algo inesperado.

Un frente frío se desplazó hasta la zona creando vientos de fuerza cercana a la de un huracán. Los vientos avivaron las llamas y la resultante Tormenta de Fuego de Peshtigo mantiene hoy día el lamentable honor de ser la “tormenta de fuego más mortífera” de toda la historia de Estados Unidos.

Se calcula que cerca de 2.500 personas perecieron en el furioso infierno de 2.000 grados: hasta hoy, ningún fuego ha logrado causar tantas muertes en Estados Unidos.

Pero hay una increíble historia paralela a la de esta tormenta. Milagrosamente, un pequeño grupo de personas no sufrió daño alguno, y eso que estaban en medio del fuego. Se encontraban junto a Adele Brise.

Adele Brise tenía 24 años cuando llegó desde Bélgica a Wisconsin con sus padres en 1855. Devota católica, Adele sentía gran devoción por la Santísima Madre y rezaba diariamente.

El domingo 2 de octubre de 1859, Adele caminaba hacia casa a través del bosque cuando vio a una mujer vestida de blanco, de pie entre una cicuta y un arce.

La mujer estaba revestida de una brillante luz y tenía una banda amarilla en su cintura. Sobre su pelo largo y rubio lucía una corona de estrellas.

Adele, invadida por el miedo, empezó a rezar y la visión desapareció. Habló sobre ella a su madre y su madre y ellos le dijeron que quizás era un alma que necesitaba oraciones.

Al siguiente domingo, Adele iba de camino a misa con su hermana y otra mujer cuando vio por segunda vez a la aparición. Pero su hermana y su amiga, que caminaban un poco por delante de ella, no vieron nada.

De vuelta de misa, la Señora se apareció a Adele por tercera vez. Adele, que había confiado al párroco el misterio de esta dama, siguió el consejo del cura. Le preguntó a la Señora: “En el Nombre de Dios, ¿quién eres y qué deseas de mí?”.

La Señora respondió: “Yo soy la Reina del Cielo, que reza por la conversión de los pecadores, y yo deseo que tú hagas lo mismo. Has recibido la Sagrada Comunión esta mañana, y eso es bueno. Pero debes hacer más. Haz una confesión general, y ofrece la comunión por la conversión de los pecadores (…). Reúne a los niños en este país salvaje y enséñales lo que deben saber para la salvación”.

Adele tenía miedo. Conocía poco de su propia fe. Le preguntó cómo debía obrar con tan poco conocimiento.

La Santa Virgen contestó: “Enséñales el catecismo, cómo hacer el signo de la Cruz, y cómo acercarse a los sacramentos, es lo que quiero que hagas. Ve y no temas. Yo te ayudaré”.

Adele aceptó desde su corazón las palabras de la Santa Virgen. Así empezó un nuevo ministerio, para toda la vida, en la enseñanza de la fe católica a los niños, viajando a pie de casa en casa para instruir a los niños en sus hogares.

El padre de Adele, Lambert Brise, construyó una pequeña estructura de madera en el lugar de la aparición y, varios años más tarde, después de que Isabella Doyen donara cinco acres a los alrededores del lugar, Adele abrió una pequeña escuela.

Además, se construyó una iglesia de madera, más grande, en nombre de Nuestra Señora del Buen Socorro.

Adele y otras mujeres formaron un capítulo de la Tercera Orden Franciscana. Aunque Adele nunca pronunció los votos de religiosa, se le conocía como hermana.

Mientras tanto, se faenaba en los magníficos bosques de Wisconsin para conseguir madera. Pilas de serrín y ramas secas se amontonaban como deshecho sin consideración alguna por la limpieza o la conservación del lugar.

Y entonces llegó la noche del 8 de octubre de 1871. El fuego de Peshtigo estalló con rapidez y empezó a devorar la zona por completo con sus llamas virulentas y su intenso calor. La tormenta ígnea tomó dirección a Nuestra Señora del Buen Socorro.

Las personas cercanas a la capilla también se dirigían allí. Nunca hubo un recuento preciso de la cantidad de personas reunidas, algunas de las cuales fueron con su ganado incluso.

La hermana Adele los organizó y juntos rezaron el rosario. Procesionaron fuera de la capilla, sosteniendo en alto una estatua de María y suplicando su protección.

El fuego seguía acercándose y las personas se trasladaron al interior de la capilla, sin dejar de rezar.

Pronto, el fuego se desató alrededor de todo el complejo y las llamas incluso se inclinaban sobre él. Pero el fuego nunca tocó la capilla de Nuestra Señora del Buen Socorro ni a las personas que estaban allí.

Más de un millón de acres quedaron arrasados por la Tormenta ígnea de Peshtigo. La devastación llegaba tan lejos como alcanzaba la vista.

Sin embargo, en medio de todo aquello, la capilla de Nuestra Señora del Buen Socorro y la propiedad vallada a su alrededor estaban intactas. La propiedad se había salvado y nadie había resultado herido, ni siquiera los animales.

Los cinco acres despuntaban en mitad de aquel paisaje carbonizado como un oasis en el desierto. Las personas que fueron testigos de esta increíble visión supieron que aquella noche había obrado la Mano de Dios.

Los fieles no tenían duda de que la Santa Virgen, Nuestra Señora del Buen Socorro, se quedó allí con ellos delante de la capilla protegiendo a sus hijos de aquel infierno abrasador.

La historia de la hermana Adele y Nuestra Señora del Buen Socorro es muy conocida dentro de la cultura local y entre los fieles, pero muchos la consideraron una “leyenda urbana”. La razón: que nunca se produjo una “evaluación eclesiástica oficial”.

Luego, en 2009, la diócesis de Green Bay inició una investigación formal. El 8 de diciembre de 2010, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, se ofreció una misa especial en el lugar por mano del obispo David Ricken.

En la misa, el obispo declaró que las apariciones marianas que vio Adele Brise eran “dignas de fe”.

El lugar de las apariciones de Nuestra Señora del Buen Socorro es sólo uno de los 15 lugares reconocidos en todo el mundo. El único en Estados Unidos.

Desde su reconocimiento eclesiástico y aprobación, el santuario de Nuestra Señora del Buen Socorro crece rápidamente como destino de peregrinaje mundial. Algo hermoso, sin duda.

martes, 31 de mayo de 2016

LAS 7 VISITAS DE LA VIRGEN MARIA A LA HUMANIDAD

¿Qué quiere decirnos?


Durante el transcurso de la historia, la Virgen María ha visitado a la humanidad en ciertos lugares especiales por todo el mundo.
En la mayoría de las apariciones marianas, sólo una persona o un grupo pequeño, muy a menudo de niños, se ha informado de la visión de la Santísima Virgen que, al principio, es descrita únicamente como “una Señora”. Aunque ha habido excepciones, como la aparición en Zeitun, Egipto, donde se documentó su aparición ante miles de personas: católicos, ortodoxos, musulmanes y no creyentes.

Según la doctrina de la Iglesia católica, la era de la “revelación pública” terminó con la muerte del último Apóstol. Una aparición mariana, si es juzgada auténtica por una autoridad legítima de la Iglesia, se considera una revelación “privada”. En relación a este tipo de revelaciones, podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica:

A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas “privadas”, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de “mejorar” o “completar” la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia. (CIC, 67).

Después de una investigación concienzuda de acuerdo con las normas descritas específicamente por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, la Iglesia confirmará una aparición auténtica como fidedigna.

La Santa Sede ha aprobado oficialmente al menos 13 apariciones de la Virgen María, incluyendo las de Guadalupe (México), Saint-Étienne-le-Laus, París (Rue du Bac, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa), La Salette (Francia), Lourdes (Francia), Fátima (Portugal), Pontmain (Francia), Beauraing (Bélgica) y Banneux (Bélgica).

Hay otras apariciones que han sido aprobadas por el obispo local correspondiente; por ejemplo, la aprobación en 2010 de las apariciones del siglo XIX de “Our Lady of Good Help” (Nuestra Señora de la Buena Ayuda), la primera aparición mariana reconocida en los Estados Unidos.

Apariciones marianas del siglo XX

El siglo XX es pródigo en la documentación de apariciones de la Santísima Virgen, desde la celebérrima aparición en Fátima, Portugal, hasta otras menos divulgadas, pero igualmente poderosas, como las apariciones en Kibeho, Ruanda, o en Akita, Japón. ¿Por qué se ha estado apareciendo tan recientemente?

Fray René Laurentin, un mariólogo mundialmente reputado, nacido el 19 de octubre de 1917 —sólo seis días después de la última aparición de la Virgen María en Fátima— ha viajado por todo el mundo investigando muchos de los informes de estos eventos. Hace algunos años, afirmó que cree que la multitud de apariciones es una llamada urgente a un mundo abocado a la autodestrucción.

“Hay situaciones muy graves y serias en el mundo de hoy en día, así que hay muchas razones para que la Virgen se aparezca para alertarnos. Ella habla de forma global de los riesgos morales, de la inmoralidad sexual liberal o del materialismo. El mundo ha rechazado a Dios y se está abandonando lenta y pacientemente al pecado. Es como si estuviéramos sentados en una rama mientras nosotros mismos la cortamos. Así que ahora experimentamos las consecuencias. El mundo se autodestruye a causa del pecado y no podemos sacarnos a nosotros mismos de esa situación sin ayuda. Así que la Virgen nos llama a volver a lo esencial en nuestras vidas. Pide oración y conversión, nos dice que Dios existe y que debemos regresar a Él. Solamente en Él encontraremos nuestra libertad”.

¿Qué mensaje quiere comunicarnos la Santísima Virgen? En una entrevista en 2008, fray Laurentin explicó que los mensajes varían pero que, al mismo tiempo, son unánimes “en la medida en que representan el simple eco del Evangelio y nos invitan a la oración, a la conversión, al arrepentimiento, al ayuno y a la lectura de la Biblia, de formas diferentes según los tiempos y la relevancia profética de cada mensaje individual, pero siempre sin traspasar los límites de la doctrina de la Iglesia”.

Aunque se informe de milagros, curaciones y recuperaciones acompañando a las apariciones marianas, no son el propósito esencial. Cuando aparece la Santísima Virgen, su propósito principal es el de guiar a sus hijos hacia Jesucristo.

Aquí tienes 7 ocasiones en las que la Virgen María visitó a la humanidad.

Lourdes (Franca), 1858:

La Virgen María se aparece a Bernadette Soubirous, de 14 años, un total de 18 veces en la gruta de Massabielle (“la roca”). La Virgen indicó a Bernadette que debía decir a los sacerdotes que construyeran una capilla en el lugar y le mostró una fuente cuyas aguas han sido causa de numerosas curaciones milagrosas. Cuando por fin Bernadette le preguntó a la Señora quién era, la Virgen respondió: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.


Fátima (Portugal), 1917:

La Virgen María se aparece a tres niños pastores, Lúcia dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto, el 13 de mayo de 1917, en el valle de Cova da Iria. La Virgen habló del dolor de un mundo asolado por la guerra y las revoluciones e hizo un llamamiento a la oración, el arrepentimiento y la penitencia redentora. También confió a los niños una serie de mensajes proféticos, conocidos como “secretos” o “misterios”, que compartirían con los líderes de la Iglesia. María pidió a los niños que rezaran a menudo el Rosario, diciendo que con el Rosario “pondrían fin a las guerras”. El domingo 13 de octubre de 1917, entre 30.000 y 100.000 personas fueron testigos del “Milagro del Sol”.



Akita (Japón), 1973-1981:

La Virgen María se aparece a sor Agnes Sasagawa, una conversa del budismo al cristianismo. Se dice que el mensaje de Akita, que se asocia con una imagen de la Virgen María venerada por milagrosa, está profundamente relacionado con Fátima y que advierte de la venida de dificultades para la Iglesia. Aunque fueron aprobadas por devoción local, las apariciones de Akita no han recibido ni la aprobación ni la desaprobación de la Santa Sede.




Betania (Venezuela), 1976-1988:

La Virgen María se aparece a María Esperanza de Bianchini, esposa, madre y abuela, bajo el título de María, Virgen y Madre, Reconciliadora de Todos los Pueblos y Naciones. Durante una de estas apariciones, había presentes 150 personas que también vieron a la Señora. Las apariciones de Betania han sido aprobadas por el ordinario local, pero la Santa Sede aún no se ha posicionado. En 2010, la Diócesis de Metuchen, Nueva Jersey, EE.UU., abrió un proceso de beatificación y canonización de la visionaria, que ahora es conocida como Sierva de Dios María Esperanza.




Kibeho (Ruanda), 1981-1986:

La Virgen María se aparece a tres adolescentes, Alphonsine Mumereke, Nathalie Ukamazimpaka y Marie-Claire Mukangango, poco antes del genocidio de Ruanda. La Virgen pide ayuno, oración incesante y conversión. Otros jóvenes en Kibeho afirmaron haber recibido mensajes de la Virgen María, pero sólo fueron aprobadas por el ordinario local las apariciones de Alphonsine, Nathalie y Marie-Claire. En el santuario de Kibeho, María es venerada como Nuestra Señora de los Dolores.




Champion, Wisconsin (EE.UU.), 1859:

La Virgen María se aparece a una joven inmigrante, Adele Brise, al noreste de Wisconsin. María la llamó a “reunir a los niños de este lugar campestre y enseñarles lo que tienen que hacer para la salvación”. En 2010 las apariciones fueron aprobadas por veneración por el obispo de Green Bay, Wisconsin, y el Santuario de Nuestra Señora de la Buena Ayuda, construido en el lugar de la aparición a Adele Brise, es un gran atractivo para los peregrinos.




Zeitun, El Cairo (Egipto), 1968-1970 (aprobada por la Iglesia copta ortodoxa):

La Virgen María se aparece sobre la cúpula de la Iglesia copta ortodoxa de Santa María ante una multitud de más de 250.000 personas, entre los que se encontraban católicos, ortodoxos, protestantes, musulmanes y no creyentes. No se transmitió ningún mensaje durante estas apariciones. Puesto que la iglesia donde ocurrieron las apariciones pertenecía a la Iglesia copta ortodoxa de Alejandría, el patriarca copto ortodoxo Cirilo VI fue quien aprobó su veneración.



viernes, 27 de mayo de 2016

María se aparece en San Nicolás (Argentina)

El caso “exhibe carácter sobrenatural y es digno de creencia,” confirma un obispo.




Tras años de exigente análisis y discernimiento, el obispo de la diócesis argentina de San Nicolás de los Arroyos confirmó el carácter sobrenatural de los acontecimientos que en esa localidad de la provincia de Buenos Aires dieron nacimiento a la devoción a Santa María del Rosario de San Nicolás.

Mediante un decreto con fecha el 22 de mayo de 2016, titulado “Declaración acerca del juicio definitivo sobre la presencia de la Virgen María del Rosario de San Nicolás”, el obispo de esa diócesis monseñor Héctor Cardelli repasa el discernimiento, y citando pasajes que la Virgen expuso a la madre de Familia con quien se comunica, asegura que “Dios se detuvo en San Nicolás de los Arroyos, trayendo para nosotros el perfume de Santa María”.

“Concluimos luego de un seguimiento de más de tres decenios que todos los aspectos pueden calificarse de positivos en adhesión a la verdad más plena”, asegura el obispo, y destaca la actitud de Gladys, la mujer que desde hace más de 30 años se comunicaría con la Virgen María: “Se ha apreciado además la sana reserva, docilidad ante la autoridad eclesiástica, además de una evidente ausencia de protagonismo y vanagloria en la persona a la que la Santa Madre invitó para transcribir sus mensajes”.

El decreto se enmarca en las normas que la Santa Sede prevé para el juicio sobre las revelaciones privadas y la enseñanza de que el cristiano del siglo XXI “no tiene que esperar otra nueva revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo”.

El obispo también recuerda con el Catecismo que las revelaciones privadas no pertenecen al depósito de la Fe, y que su función “no es la de mejorar o completar la revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivir más plenamente en una cierta época de la historia (CIC 67)”.

“El en caso de San Nicolás reconocemos su significado positivo en cuanto ha ayudado a comprender y vivir mejor el Evangelio anunciado por Cristo y lo vemos como un alimento para la Fe, la Esperanza y la Caridad, vías que señalan con claridad la intención de seguir los caminos de Salvación que la Palabra de Dios enseña”.

Durante el repaso, se enuncia en el decreto, no se puede encontrar “origen en mera acción humana” que explique los acontecimientos, “el exquisito contenido, la calidad y riqueza de los mensajes, los frutos en términos de conversiones, cambios de vida, sanaciones”. Asimismo, se elimina por los frutos resultantes la posibilidad de “considerar que el mal busque el bien y la santidad de las almas”, rechazándose así la posibilidad de que lo ocurrido sea obra del Enemigo.

El obispo, en su potestad, expresa tener “la suficiente certeza para concluir que el Caso mariano de San Nicolás de los Arroyos exhibe carácter sobrenatural y es digno de creencia”.

El origen de la devoción

En 1983, varios rosarios en varias casas de San Nicolás de los Arroyos, localidad ubicada a 240 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, se iluminaron misteriosamente. Ante este extraño signo, una madre de familia comenzó a rezar con intensidad a la Virgen, quien se le reveló el 25 de septiembre de ese año. La petición de María en esas primeras apariciones consistía en buscar una imagen de María del Rosario que había sido bendecida por un Papa y estaba olvidada. La imagen a la que hacía referencia fue hallada en el campanario de la catedral. Se trataba de una imagen de María con el niño en brazos que había sido bendecida por León XIII con motivo de la inauguración del templo parroquial.

En todo momento la mujer se puso a disposición de la Iglesia, compartiendo los mensajes con las autoridades eclesiales y sometiéndose a su voluntad, cuidándose así que el acontecimiento mariano se conserve “en el seno de la Iglesia”.

El entonces obispo de San Nicolás, monseñor Domingo Salvador Castagna, aprobó la publicación y difusión de los Mensajes de María del Rosario en San Nicolás y ordenó la construcción de un Santuario, erigiéndolo canónicamente, tal como la Virgen lo había pedido.

“No cabe duda: este hecho seguirá creciendo. Por sus frutos espirituales, dio prueba de su autenticidad”, comentó en 1990 monseñor Castagna, quien asistido por una Comisión de investigación, discernió los hechos, aprobó la ortodoxia de los mensajes, y acompañó la devoción estableciendo las reglas necesarias. Los sucesivos obispos acompañaron desde entonces la permanente peregrinación de fieles al santuario en construcción, y en todo este tiempo la vidente, de nombre Gladys, mantuvo su bajo perfil y su vida piadosa.

Habita en una humilde casa cercana al santuario, donde asiste asiduamente a Misa, según confirman los vecinos. La casa es fácilmente identificable por el enorme buzón en la puerta, en el que peregrinos al santuario dejan cartas para que sean compartidas con la Virgen.

“Dios se detuvo en San Nicolás de los Arroyos”, asegura el obispo Cardelli en su decreto. “Él se detiene en las almas que lo necesitan. Nosotros lo necesitamos, nuestro país lo necesita, el mundo lo necesita”, expone.

Para quienes quieran conocer más de Santa María del Rosario de San Nicolás, a cuyo santuario acuden anualmente decenas de miles de peregrinos, solos o en conmovedoras peregrinaciones masivas, se invita a seguir el Facebook del Obispado.