Un lugar que te ayudara a encontrarte con Dios. Aquí encontraras, artículos, reflexiones,música, entrevistas, enseñanzas, catequesis y todo aquello necesario para el encuentro con Cristo.
Este pensamiento despertó a PJ Anderson en medio de la noche. Rápidamente comenzó a trabajar en la canción Mercy, Mercy que se convertiría en el título de la pista de su álbum.
Era enero de 2015. Dos meses después el papa Francisco declaró el 2016 como el Año Jubilar de la Misericordia.
“No creo que esto es una coincidencia”, dice Anderson. “Dios puso esta canción en mi corazón y la misericordia es algo que el mundo necesita desesperadamente”.
PJ Anderson pronto tendría la oportunidad de toparse con el Santo Padre y contarle sobre su divina coincidencia. PJ fue invitado a actuar en la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia.
Lo seguiremos desde aqui mientras actúa en múltiples eventos, incluido el Halleluya Festival (patrocinado por la Comunidad Shalom), en el programa de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, así como en otros programas oficiales de la Jornada Mundial de la Juventud.
Mercy, Mercy, que dio a conocer el 24 de julio, es el quinto álbum de Anderson. El primer sencillo del álbum, Love Will Heal (que se aprecia arriba), fue seleccionado como himno para el Rally Juvenil y la Misa por la Vida en el Verzion Center, donde PJ condujo a más de 20.000 estudiantes en adoración antes de la Marcha por la Vida.
Para saber más sobre PJ Anderson, visita su página web
“Dios previó su misericordia por nosotros desde el principio. Nos hemos olvidado que la misericordia y el perdón son la vida”, dice Anderson. “Es hora de abrazar la misericordia en nuestras vidas. Su misericordia es dulce como la lluvia de verano”.
Durante el transcurso de la historia, la Virgen María ha visitado a la humanidad en ciertos lugares especiales por todo el mundo.
En la mayoría de las apariciones marianas, sólo una persona o un grupo pequeño, muy a menudo de niños, se ha informado de la visión de la Santísima Virgen que, al principio, es descrita únicamente como “una Señora”. Aunque ha habido excepciones, como la aparición en Zeitun, Egipto, donde se documentó su aparición ante miles de personas: católicos, ortodoxos, musulmanes y no creyentes.
Según la doctrina de la Iglesia católica, la era de la “revelación pública” terminó con la muerte del último Apóstol. Una aparición mariana, si es juzgada auténtica por una autoridad legítima de la Iglesia, se considera una revelación “privada”. En relación a este tipo de revelaciones, podemos leer en el Catecismo de la Iglesia Católica:
A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas “privadas”, algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de “mejorar” o “completar” la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia. (CIC, 67).
Después de una investigación concienzuda de acuerdo con las normas descritas específicamente por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, la Iglesia confirmará una aparición auténtica como fidedigna.
La Santa Sede ha aprobado oficialmente al menos 13 apariciones de la Virgen María, incluyendo las de Guadalupe (México), Saint-Étienne-le-Laus, París (Rue du Bac, Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa), La Salette (Francia), Lourdes (Francia), Fátima (Portugal), Pontmain (Francia), Beauraing (Bélgica) y Banneux (Bélgica).
Hay otras apariciones que han sido aprobadas por el obispo local correspondiente; por ejemplo, la aprobación en 2010 de las apariciones del siglo XIX de “Our Lady of Good Help” (Nuestra Señora de la Buena Ayuda), la primera aparición mariana reconocida en los Estados Unidos.
Apariciones marianas del siglo XX
El siglo XX es pródigo en la documentación de apariciones de la Santísima Virgen, desde la celebérrima aparición en Fátima, Portugal, hasta otras menos divulgadas, pero igualmente poderosas, como las apariciones en Kibeho, Ruanda, o en Akita, Japón. ¿Por qué se ha estado apareciendo tan recientemente?
Fray René Laurentin, un mariólogo mundialmente reputado, nacido el 19 de octubre de 1917 —sólo seis días después de la última aparición de la Virgen María en Fátima— ha viajado por todo el mundo investigando muchos de los informes de estos eventos. Hace algunos años, afirmó que cree que la multitud de apariciones es una llamada urgente a un mundo abocado a la autodestrucción.
“Hay situaciones muy graves y serias en el mundo de hoy en día, así que hay muchas razones para que la Virgen se aparezca para alertarnos. Ella habla de forma global de los riesgos morales, de la inmoralidad sexual liberal o del materialismo. El mundo ha rechazado a Dios y se está abandonando lenta y pacientemente al pecado. Es como si estuviéramos sentados en una rama mientras nosotros mismos la cortamos. Así que ahora experimentamos las consecuencias. El mundo se autodestruye a causa del pecado y no podemos sacarnos a nosotros mismos de esa situación sin ayuda. Así que la Virgen nos llama a volver a lo esencial en nuestras vidas. Pide oración y conversión, nos dice que Dios existe y que debemos regresar a Él. Solamente en Él encontraremos nuestra libertad”.
¿Qué mensaje quiere comunicarnos la Santísima Virgen? En una entrevista en 2008, fray Laurentin explicó que los mensajes varían pero que, al mismo tiempo, son unánimes “en la medida en que representan el simple eco del Evangelio y nos invitan a la oración, a la conversión, al arrepentimiento, al ayuno y a la lectura de la Biblia, de formas diferentes según los tiempos y la relevancia profética de cada mensaje individual, pero siempre sin traspasar los límites de la doctrina de la Iglesia”.
Aunque se informe de milagros, curaciones y recuperaciones acompañando a las apariciones marianas, no son el propósito esencial. Cuando aparece la Santísima Virgen, su propósito principal es el de guiar a sus hijos hacia Jesucristo.
Aquí tienes 7 ocasiones en las que la Virgen María visitó a la humanidad.
Lourdes (Franca), 1858:
La Virgen María se aparece a Bernadette Soubirous, de 14 años, un total de 18 veces en la gruta de Massabielle (“la roca”). La Virgen indicó a Bernadette que debía decir a los sacerdotes que construyeran una capilla en el lugar y le mostró una fuente cuyas aguas han sido causa de numerosas curaciones milagrosas. Cuando por fin Bernadette le preguntó a la Señora quién era, la Virgen respondió: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.
Fátima (Portugal), 1917:
La Virgen María se aparece a tres niños pastores, Lúcia dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto, el 13 de mayo de 1917, en el valle de Cova da Iria. La Virgen habló del dolor de un mundo asolado por la guerra y las revoluciones e hizo un llamamiento a la oración, el arrepentimiento y la penitencia redentora. También confió a los niños una serie de mensajes proféticos, conocidos como “secretos” o “misterios”, que compartirían con los líderes de la Iglesia. María pidió a los niños que rezaran a menudo el Rosario, diciendo que con el Rosario “pondrían fin a las guerras”. El domingo 13 de octubre de 1917, entre 30.000 y 100.000 personas fueron testigos del “Milagro del Sol”.
Akita (Japón), 1973-1981:
La Virgen María se aparece a sor Agnes Sasagawa, una conversa del budismo al cristianismo. Se dice que el mensaje de Akita, que se asocia con una imagen de la Virgen María venerada por milagrosa, está profundamente relacionado con Fátima y que advierte de la venida de dificultades para la Iglesia. Aunque fueron aprobadas por devoción local, las apariciones de Akita no han recibido ni la aprobación ni la desaprobación de la Santa Sede.
Betania (Venezuela), 1976-1988:
La Virgen María se aparece a María Esperanza de Bianchini, esposa, madre y abuela, bajo el título de María, Virgen y Madre, Reconciliadora de Todos los Pueblos y Naciones. Durante una de estas apariciones, había presentes 150 personas que también vieron a la Señora. Las apariciones de Betania han sido aprobadas por el ordinario local, pero la Santa Sede aún no se ha posicionado. En 2010, la Diócesis de Metuchen, Nueva Jersey, EE.UU., abrió un proceso de beatificación y canonización de la visionaria, que ahora es conocida como Sierva de Dios María Esperanza.
Kibeho (Ruanda), 1981-1986:
La Virgen María se aparece a tres adolescentes, Alphonsine Mumereke, Nathalie Ukamazimpaka y Marie-Claire Mukangango, poco antes del genocidio de Ruanda. La Virgen pide ayuno, oración incesante y conversión. Otros jóvenes en Kibeho afirmaron haber recibido mensajes de la Virgen María, pero sólo fueron aprobadas por el ordinario local las apariciones de Alphonsine, Nathalie y Marie-Claire. En el santuario de Kibeho, María es venerada como Nuestra Señora de los Dolores.
Champion, Wisconsin (EE.UU.), 1859:
La Virgen María se aparece a una joven inmigrante, Adele Brise, al noreste de Wisconsin. María la llamó a “reunir a los niños de este lugar campestre y enseñarles lo que tienen que hacer para la salvación”. En 2010 las apariciones fueron aprobadas por veneración por el obispo de Green Bay, Wisconsin, y el Santuario de Nuestra Señora de la Buena Ayuda, construido en el lugar de la aparición a Adele Brise, es un gran atractivo para los peregrinos.
Zeitun, El Cairo (Egipto), 1968-1970 (aprobada por la Iglesia copta ortodoxa):
La Virgen María se aparece sobre la cúpula de la Iglesia copta ortodoxa de Santa María ante una multitud de más de 250.000 personas, entre los que se encontraban católicos, ortodoxos, protestantes, musulmanes y no creyentes. No se transmitió ningún mensaje durante estas apariciones. Puesto que la iglesia donde ocurrieron las apariciones pertenecía a la Iglesia copta ortodoxa de Alejandría, el patriarca copto ortodoxo Cirilo VI fue quien aprobó su veneración.
Lo que evita que me rinda es que la oración no es acerca de mí, sino de responder la invitación de Dios
¿Te resulta difícil orar? También a mí. Seré honesto y diré que orar nunca ha sido fácil para mí y aún tengo días en los que fallo miserablemente. Lo que evita que me rinda es saber que la oración no es acerca de mí, sino acerca de Dios. Es acerca de responder a Su invitación de amor y hacer todo cuanto podamos para vencer los obstáculos que se nos presentan.
La oración es una lucha y el campo de batalla está en nuestros corazones. ¿Nos rendiremos y escaparemos o lucharemos hasta que el último suspiro salga de nuestros cuerpos?
Tal a como con cualquier relación, la oración no “sucede” de la noche a la mañana. Las relaciones se desarrollan con el tiempo y requieren de mucho esfuerzo para mantenerlas. Yo no conocí a mi esposa y luego le propuse matrimonio el mismo día. Necesité de tiempo para desarrollar nuestra amistad primero. Incluso después de la boda no podía desistir y dejar de hablarle a mi esposa repentinamente y no volver a invitarla a salir. Si lo hacía, nuestro matrimonio dejaría de existir.
Es lo mismo con la oración. No podemos esperar que la oración sea perfecta y que nunca experimente dificultades. Incluso los santos lucharon con la oración a lo largo de todas sus vidas. La oración requiere de gran esfuerzo y debe crecer con el tiempo.
El Catecismo usa palabras más fuertes y nos instruye a comprometernos en la batalla en medio de nuestras dificultades,
“Este combate debe hacer frente a lo que es sentido como fracasos en la oración: desaliento ante la sequedad, tristeza de no entregarnos totalmente al Señor, porque tenemos “muchos bienes” (cf Mc 10, 22), decepción por no ser escuchados según nuestra propia voluntad… La conclusión es siempre la misma: ¿Para qué orar? Es necesario luchar con humildad, confianza y perseverancia si se quieren vencer estos obstáculos”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2728)
En algunas ocasiones esta batalla ocurre en contra de nuestra propia naturaleza humana, a como el Catecismo explica:
“Mirado positivamente, el combate contra el ánimo posesivo y dominador es la vigilancia, la sobriedad del corazón”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2730)
El enemigo más común durante la oración son nuestras tendencias pecaminosas y nuestra falta de virtud.
Otra manera de explicar la complejidad de la oración es comparándola con ejercicio físico. Dominar el levantamiento de pesas y carreras de largas distancias toma tiempo y esfuerzo. No puedo ir afuera y simplemente correr una milla y esperar convertirme en un corredor de clase mundial. Debo comenzar lentamente y luego gradualmente incrementar mi velocidad por varios meses y años antes de dominar este deporte.
Es lo mismo con la oración. Tal a como Jim Beckman dijo:
“Tampoco la vida espiritual viene naturalmente. ¿Cómo es que tanta gente puede superar lo que aparenta ser infinitos obstáculos para entrenar, pero cuando un obstáculo se presenta para orar o en las disciplinas espirituales la mayoría parece flaquear? Considero que si vamos a triunfar en el viaje espiritual, necesitamos lidiar con nuestra espiritualidad un poco más a como lo hacemos con nuestro horario para ejercitarnos”. (Dios, Ayúdame: Cómo crecer en la oración, página 112)
No debemos cesar de orar cuando un obstáculo o distracción se nos presente. La oración no será fácil y no debemos esperar ser perfectos o recibir revelaciones divinas de un arcángel. Santa Teresa de Ávila explicó los diferentes niveles de la oración en términos de un “Castillo Interior”. Nosotros no comenzamos inmediatamente en la “Séptima Morada”, sino que trabajamos para acercarnos a Dios desde afuera, comenzando en la “Primera”. Es muy importante recordar esto ya que pondrá nuestra vida de oración en perspectiva.
Sobre todas las cosas, debemos luchar y seguir luchando. Lo peor que podemos hacer es darnos por vencidos. Cuando lo hacemos, el Enemigo de nuestras almas sale victorioso.
¡Sigamos el estandarte de Cristo y luchemos contra los numerosos obstáculos de este mundo!
Adaptación y traducción al español por María Mercedes Vanegas, para PildorasdeFe.net, de artículo publicado originalmente en: PhilipKosloski.com, Autor: Philip Kosloski
Encontrar tiempo para hacer Adoración Eucarística puede ser difícil, pero, si lo consigues, ¡podrás percibir grandes resultados!
La Eucaristía es descrita en el Catecismo como fuente y culmen de la fe. Encontrar tiempo para hacer Adoración Eucarística puede ser difícil, pero, si lo consigues, ¡podrás percibir resultados sorprendentes!
“Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos” (Marcos 14, 22-24).
En la cultura actual, la idea de progreso interior es drásticamente desvalorada como “desperdicio de tiempo” o “cosa de los antiguos e ingenuos”. Sólo el progreso exterior parece palpable. Pero el progreso material permanece fuera de nosotros: incluso nos ofrece sentimientos positivos, pero es siempre efímero y sin sustancia. Pero el progreso interior significa que tu te estás transformando y volviéndote mejor.
El tiempo que dedicas a la Adoración puede sorprenderte de muchas maneras. Por ejemplo:
1. Puedes desarrollar un sentimiento de admiración y maravilla
¡No hay nada como la atmósfera de una capilla o iglesia tranquila! El olor del incienso y el esplendor del ostensorio ayudan a comprender la verdad de lo que está sucediendo en la Adoración. ¡Estamos realmente ante Jesucristo! Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma, Su Divinidad. Cuanto más te quedas en silencio ante la Hostia Santa, más comprendes que la única respuesta a la grandeza de Dios es la maravilla, la admiración y el amor.
2. Experimentas la paz en otras áreas de tu vida
Jesús dijo: “Mi paz les dejo, mi paz les doy” (Jn 14, 27). La paz exterior que podemos experimentar en la Adoración (la quietud y el silencio) van mucho más al fondo y nos llevan a una paz interior que abraza todas las áreas de nuestra vida. Esto no significa que todo será perfecto y sin sufrimiento, pero esa paz nos fortalecerá para enfrentarnos con más firmeza y serenidad a las tempestades de la vida.
3. Empieza a mirar más fuera de ti mismo
Jesús dijo: “Como yo les amé, ámense también ustedes unos a otros” (Jn 13, 34). La Adoración nos conecta al prójimo y al mundo – al final, ¡estamos dedicando tiempo al Creador de todo lo que existe! Más tiempo para alabar y adorar a Dios significa más tiempo para ir más allá de nuestras propias preocupaciones y para atender las necesidades de los demás y del mundo en que vivimos.
4. A veces, es pesado …
Habrá momentos en que la Adoración parecerá “insulsa”, “árida”… Te distraerás, tu mente empezará a divagar… La Adoración regular puede estabilizarse y dejar de parecer especial, pero eso no quita valor ni disminuye la verdad de la Adoración. Nuestra fe es mucho más que los sentimientos, y Dios continuará trabajando en ti aunque sientas o pases por momentos más “secos”. Aunque tu mente divague, estás dando a Dios lo mejor que puedes: ¡tu tiempo, tu compromiso y tu compañía!
5. ¡Te emocionas en la Adoración!
Cuanto más tiempo dedicas a adorar a Dios, más descubres que Él te ama y quiere pasar tiempo contigo. ¡Y más empiezas a querer realmente vivir ese tiempo con Él! Si la Adoración antes parecía rutina, ¡en poco tiempo percibes que deseas hacerla! Como decimos en la misa, “es justo y necesario” dar gracias al Señor. La Adoración a Dios está inscrita en nuestro corazón, y “nuestro corazón está inquieto hasta que no descansa en él” (San Agustín).
6. La gracia entra en tu vida
Es increíble como un simple acto de compromiso con Dios, aunque sea un corto periodo de Adoración, haga la diferencia para el resto de tu vida. Puedes tener la certeza de seguir en su presencia aunque hayas salido de la iglesia o capilla. La gracia te poya en todos los momentos, especialmente en los de tentación. Es más fácil resistir a la tentación cuando se dedica más tiempo a la Adoración.
7. Te das cuenta de lo afortunado que eres
Hay personas que quisieran pasar más tiempo con Jesús en Adoración, pero no pueden porque están enfermos o tienen mil tareas necesarias en el día a día. Hay personas, en muchas regiones del mundo, que arriesgan la vida por la Eucaristía y son perseguidas por causa de la fe. ¡Hay personas que enfrentan situaciones extremamente peligrosas para estar con Jesús! Y tu tienes el regalo de poder adorarlo abiertamente, ¡sin hablar de lo que significa tener un sacerdote para administrar los sacramentos!
8. ¡Comprendes que Dios tiene sentido del humor!
Cuanto más dejas que Dios te hable, en vez de gastar todo tu tiempo hablándole, ¡más notas que Dios tiene un gran sentido del humor! ¡Hay incluso momentos en que quisieras reír en voz alta! Quizás parezca sorprendente, pero los mejores padres ¿no demuestran su amor con buen humor?
9. Vas a querer confesarte más veces
Puede parecer intimidador, pero no lo es. ¡La confesión nos permite experimentar el océano ilimitado de la misericordia de Dios! Su misericordia engulle todos nuestros pecados y nos da una libertad real, una libertad sin miedo, que nos permite entrar en su Amor y en su Bondad! La confesión fortalece la conciencia de que estamos en los brazos de un Padre que nos ama mucho y que “nunca se cansa de perdonar” (Papa Francisco).
10. ¡Te apasionas!
Cuando dedicas tiempo de corazón abierto a adorar a Dios y permitir que Cristo te muestre Su Amor, ¡también te apasionas! ¡Y su amor te revela a ti mismo y permite que seas tu mismo! “Yo he venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).
Entonces, ¿a qué estás esperando? Dedica un tiempo a la Adoración Eucarística, ¡y deja a Dios transformar tu vida!
En el 2000, el entonces cardenal Joseph Ratzinger explicó los signos y los símbolos de las apariciones marianas
El 13 de mayo es el 99° aniversario de las apariciones marianas en Fátima, en Portugal. Durante todo el siglo pasado, individuos de todas partes del mundo han elaborado teorías para descifrar el mensaje oculto en los “tres secretos” de Fátima, pero sor Lucía dijo que la interpretación pertenecía no al vidente, sino a la Iglesia. Toca a la Iglesia interpretar los diversos signos y símbolos de Nuestra Señora de Fátima para ofrecer a los fieles una guía clara en la comprensión de lo que Dios quiere revelar.
La Iglesia hizo exactamente esto en el 2000, cuando el entonces cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió un largo comentario-interpretación a nivel teológico del famoso “tercer secreto”. Al cardenal se le encargó que aclarara los signos y símbolos que se encontraban en las visiones de la Virgen, e hizo algunos descubrimientos extraordinarios.
Aquí cinco revelaciones sorprendentes que se desprenden del “tercer secreto” de Nuestra Señora de Fátima tal y como lo interpretó el cardenal Ratzinger (ahora papa emérito Benedicto XVI).
¡Penitencia, penitencia, penitencia!
“La palabra clave de este “secreto” es el triple grito: “¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!”. Nos vuelve a la mente el inicio del Evangelio: paenitemini et credite evangelio (Mc 1, 15). Comprender los signos del tiempo significa: comprender la urgencia de la penitencia – de la conversión – de la fe. Esta es la respuesta correcta al momento histórico, que está caracterizado por grandes peligros, los cuales serán delineados en las imágenes sucesivas”.
El mensaje central de Nuestra Señora de Fátima era “Penitencia”. Ha querido recordar al mundo la necesidad de alejarse del mal y de reparar los daños provocados por nuestros pecados. Esta es la “clave” para comprender el resto del “secreto”. Todo gira en torno a la necesidad de penitencia.
Nosotros hemos forjado la espada de fuego
“El ángel con la espada de fuego a la izquierda de la Madre de Dios recuerda imágenes análogas del Apocalipsis. Este representa la amenaza del juicio, que se cierne sobre el mundo. La perspectiva que el mundo podría ser carbonizado en un mar de llamas, hoy no parece ya que sea una pura fantasía: el hombre mismo ha preparado con sus inventos la espada de fuego. La visión muestra después la fuerza que se contrapone al poder de la destrucción — el esplendor de la Madre de Dios, y, procedente en cierto modo de ello, la llamada a la penitencia”.
Esta parte de la aparición tiende a ser la más angustiosa. Parece que Dios puede destruirnos a todos con una “espada de fuego”.
Pero el cardenal Ratzinger, sin embargo, subraya que la “espada de fuego” sería algo que creamos nosotros (como la bomba atómica) más que un fuego que desciende del cielo. La buena noticia es que la visión afirma que la espada de fuego se extingue al contacto con el esplendor de la Virgen, en conexión con la llamada a la penitencia. La Virgen tiene la última palabra, y su esplendor puede detener cualquier cataclisma.
El futuro no está grabado en piedra
“Se subraya la importancia de la libertad del hombre: el futuro no está de hecho determinado de modo inmutable, y la imagen, que los niños vieron, no es un film anticipado del futuro, del que nada podría ser cambiado. Toda la visión sucede en realidad sólo para apelar a la libertad humana, para encaminarla en una dirección positiva… El sentido de la visión … es… el de movilizar las fuerzas del cambio al bien”.
Contrariamente a la convicción popular, las intensas visiones ofrecidas por Nuestra Señora de Fátima no son una previsión de lo que sucederá. Son una previsión de lo que podría suceder si no respondemos al llamamiento a la penitencia y a la conversión del corazón que la Virgen hace. Tenemos aún nuestro libre albedrío, y se nos exhorta a usarlo por el bien de toda la humanidad.
La sangre de los mártires es semilla de la Iglesia
“La conclusión del ‘secreto’… es una visión consoladora, que quiere hacer permeable al poder curador de Dios una historia de sangre y lágrimas. Los ángeles recogen bajo los brazos de la cruz la sangre de los mártires y riegan así las almas, que se acercan a Dios… Como por la muerte de Cristo, de su costado abierto, nació la Iglesia, así la muerte de los testigos es fecunda para la vida de la Iglesia. La visión de la tercera parte del ‘secreto’, tan angustiosa al principio, se concluye con una imagen de esperanza: ningún sufrimiento es vano, y precisamente una Iglesia sufriente, una Iglesia de mártires, se convierte en signo indicador para la búsqueda de Dios por parte del hombre”
Es verdad que la visión contiene mucho sufrimiento, pero no es en vano. La Iglesia puede tener que sufrir mucho en los años venideros, y esto puede no ser una sorpresa. La Iglesia ha vivido la persecución desde la crucifixión, y nuestro sufrimiento en la época actual producirá efectos positivos solo en el futuro.
Tened valor, yo he vencido al mundo
“‘Mi Corazón Inmaculado triunfará’. ¿Qué significa? El Corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que las armas de todo tipo … El maligno tiene poder en este mundo … tiene poder porque nuestra libertad se deja continuamente separar de Dios. Pero… la libertad para el mal no tiene la última palabra. Desde entonces vale la palabra: ‘En el mundo tendréis tribulaciones, pero ánimo, yo he vencido al mundo’ (Jn 16, 33). El mensaje de Fátima nos invita a confiar en esta promesa”
Para concluir, el “secreto” de Fátima nos da esperanza en este mundo lacerado por el odio, por el egoísmo y por la guerra. Satanás no triunfará, y sus planes malvados serán obstaculizados por el Corazón Inmaculado de María. Podrá haber sufrimiento en el futuro próximo, pero si nos agarramos a Jesús y a Su Madre saldremos victoriosos.