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sábado, 29 de octubre de 2016

Confesión: ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Por qué contárselo a un cura?

Así actúa la gracia, la alegría y el perdón en la vida del que se confiesa

Se ha celebrado en Madrid el I Congreso sobre la Misericordia. Una de las ponencias ha sido sobre la confesión, sacramento de misericordia que fue impartida por Manuel González López Corps, doctor en Sagrada Liturgia y profesor de la Universidad de San Dámaso en Madrid.

En el programa radiofónico El Espejo han aprovechado la ocasión para preguntarle algunas cosas básicas del sacramento de la penitencia. ¿Qué es? ¿Por qué confesarse? ¿Cómo debe ser un buen confesor? ¿Cómo se hace una buena confesión? ¿Por qué hay que contarle los pecados a un cura?

Para Manuel González López Corps, la clave está en las últimas frases de la confesión. El sacerdote dice: “Dar gracias al Señor porque es bueno” y el penitente contesta: “Porque es eterna su misericordia”.

¿Qué es la confesión y porqué hay que confesarse?

Hay que confesarse porque hay que manifestar las maravillas de Dios. La confesión, antes de ser de nuestros pecados, es una confesión de lo que Dios hace en nosotros a pesar del pecado.

La confesión es siempre una confesión de fe, una confesión de alabanza, de gratuidad, por eso es que el sacramento de la misericordia, el sacramento de la reconciliación o de la confesión acaba siempre con esta frase: “Dar gracias al Señor porque es bueno” y el penitente dice: “Porque es eterna su misericordia”.

Por eso tenemos que confesarnos, porque necesitamos expresar ante Dios, ante la Iglesia y ante el mundo que somos pecadores pero que el Espíritu Santo nos santifica.

¿Y porqué no puedo confesarme directamente con Dios? ¿Si Dios es el que perdona, por qué tengo que contarle mis pecados a un cura? ¿Qué pasa si no se los cuento?

Es muy sencillo. En primer lugar: Todos los días hay que hacer examen de conciencia. Todos los días hay que pedir perdón. El pedir perdón o las obras de penitencia son actos personales, pero la confesión es un sacramento. El perdón de Dios se llama Jesucristo y Jesucristo históricamente se continúa en un cuerpo que es la Iglesia.

Por eso cuando un cristiano peca, no solamente está pecando en un aspecto personal o individual sino que también está dañando la santidad de la Iglesia, está haciendo que el mundo sea peor de lo que es. La confesión es la manifestación pública, concreta y tiene también que autoescucharse que ha hecho mal para no volver a hacerlo.

Hay una dimensión dialogal en la Iglesia que es la que concede el perdón y la gracia, para que esa Iglesia le reinserte en la comunidad de la que se ha marchado por el pecado.

Todos los días hay que hacer examen de conciencia, todos los días hay que hacer obras de penitencia y misericordia, pero también hay que celebrar sacramentalmente el perdón porque es lo que Cristo nos ha enseñado. Es la seguridad y la certeza de que el perdón se ha conseguido como gracia.

En este año jubilar de la Misericordia hay muchísimas fotos bonitas del papa Francisco. Hay una que a mí me llama especialmente la atención. El Papa confesando a un joven en San Pedro. La alegría captada por la cámara, la sonrisa del Papa. Normalmente pensamos en el confesor como alguien muy serio, casi que nos está regañando…

Hay un gesto precioso, que a veces no se hace con especial sensibilidad o expresividad que es el imponer las manos. No hay mayor alegría que imponer las manos. Al imponer las manos sobre el penitente, o al menos la derecha, se está comunicando la sombra del espíritu. El espíritu siempre tiene un don que es la alegría.

El hecho de imponer las manos siempre, lo vemos en la Eucaristía al ponernos de rodillas, es porque el cura esta comunicando la sombra el espíritu. Esa sombra que nos reconcilia, que nos comunica su fuerza. Por eso el confesor no existe sino para comunicar la gracia, la alegría, el perdón. El confesor es un juez, es un médico, pero sobre todo es un cura.

Ya que estás hablando del confesor. ¿Algunos consejos para ser un buen confesor?

Primero: Estar presente. Lo primero es estar disponible. Segundo: ser un hombre de escucha. La mayoría de los curas lo son. Hombres que sean maestros de espíritu. En definitiva lo nuestro es enseñar sobre Dios.

Por último: Comunicación de gracia. El sacramento es un acontecimiento. Ya de por sí difícil y duro confesar los pecados: uno peca contra el quinto, contra el sexto… Ahí no están para regañarles sino para decirles: Dios te perdona pero tú no peques más. Es la palabra de Cristo. El cura, el presbítero es un icono del Espíritu Santo.

Ahora le toca el turno a los que van a confesarse, a los penitentes. ¿Qué consejos les darías para hacer una buena confesión?

Primero leer la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es fundamental. Sin la Palabra de Dios no vamos a descubrir nunca que somos pecadores. En segundo lugar: Tener propósito de la enmienda. Es decir, querer cambiar. En la vida hay que plantearse: quiero cambiar, quiero dar un volantazo a mi vida. Después celebrar ese perdón y realizar obras de misericordia. Una vida nueva.

Lo que se llama la confesión de la vida, que la vida sea elocuente, que la gente note que me he encontrado con Cristo en el sacramento de la reconciliación. Sacramento significa signo sagrado. Que seamos signos ante el mundo de que queremos ser diferentes.

Una canción sobre cómo se siente Dios cuando le damos la espalda

Tu Misericordia



La canción de hoy viene de República Dominicana. Tu misericordia, como el nombre sugiere, habla del amor de Dios y de su forma de actuar, sobre todo cuando nos dejamos llevar por nuestras miserias.
“Cada vez que fallo, ahí estás, dispuesto a recuperar tu oveja que necesita tu mano”, dice uno de los pasajes de la canción.
 Conocido por su nombre artístico Juan Grullón “El Centinela”, el cantante compuso esta canción especialmente para el Año de la Misericordia, el cual fue convocado por el Papa Francisco en 2015, cuya conclusión se llevará a cabo en el mes de noviembre del presente año.

Juan Grullón

Nombre: Juan Grullon

Natural de: República Dominicana

Curiosidades: Juan está casado con Stephanie Grullón, que le ayuda mucho en su misión. El nombre “El Centinela”, escogido por Juan está asociado al hecho de tener la intención de ser un verdadero guardián del Señor.

FB: https://www.facebook.com/JuanGrullonelcentinela

Assumpta est: la composición de música sacra inspirada en María

La obra maestra de Pierluigi da Palestrina


La misa Assumpta est es, de las 22 misas a seis voces compuestas por el maestro Giovanni Pierluigi da Palestrina, la más célebre, escrita para la solemnidad de la Asunción.
Giovanni Pierluigi da Palestrina fue un compositor italiano (Palestrina, 1525-Roma, 2 febrero 1594)  entre los más importantes del Renacimiento Europeo.
Su fama de compositor, ampliamente certificada por sus contemporáneos, le ofreció numerosas ofertas de trabajo de la aristocracia italiana y extranjera.
Fue muy estimado en vida y tras su muerte, sus composiciones son modelos insuperables de la polifonía vocal sacra renacentista de la Iglesia romana.

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Lamentarse de las cruces cotidianas

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La vida es como una fotografía, un dibujo, toma forma poco a poco con borrones y tachaduras, cuando nos ponemos en camino, y solo al final comprendemos que cada trama ha ido dado forma a nuestros pasos. Por eso es triste cuando peregrinamos espiritualmente por la vida con una actitud pasiva, despreocupada, sin ilusiones ni compromisos. Desde los inicios, los cristianos estamos llamados a caminar, a dar luz a nuestros pasos. Cuando Dios llamó a Abraham no pretendía que quedara vinculado a sus raíces. Todo lo contrario, esperaba de él que rompiera su seguridad, su arraigo a lo que para él era certero y que se pusiera en camino hacia una tierra desconocida. ¡Una tierra desconocida! Y desde Abraham, Dios nos desafía a que dejemos de lado nuestras falsas seguridades para caminar por nosotros mismos. El Señor no nos quiere como cristianos pasivos sino como gentes llenas de dinamismo, de activismo alegre, responsables y comprometidos. En el seguimiento a Cristo estamos llamados a ser cristianos afanosos, que nos levantemos y caminemos, con la propia voluntad y con nuestros propios pies.
¡Pero tantas veces preferimos detenernos y aminorar la marcha! ¡Queremos seguir a Cristo pero no podemos! Y no podemos ¡por qué en apariencia nos lo impiden nuestras dificultades económicas, nuestros problemas en el matrimonio, las dificultades con nuestros hijos, la pobreza económica, la falta de trabajo, la tibieza de nuestra vida...! En definitiva, los mil problemas que atenazan nuestra vida. Las cruces cotidianas, esas que cada uno lleva, se convierten en la excusa perfecta para aminar la marcha. Son cruces con rostro propio que sirven de justificación para detenernos, para lamentarnos por nuestros problemas y sufrimientos y quedarnos sentados en la cuneta del camino. ¿Aprueba el Señor esta actitud? Jesús no quiere que nadie esconda su cruz entre las zarzas del camino. No desea que nadie baje los brazos y se escabulla con la excusa de que el sufrimiento hace mella en su vida, compadeciéndose de las desgracias, dejando de buscar la verdad, con pretextos para dejar de amar. ¡Claro que Cristo es consciente de que en nuestra vida las cruces son muchas y muy dolorosas! De eso Él sabe más que nosotros pues su amor es tan grande que padeció por nosotros con una muerte de cruz.
Renunciar al peso de nuestra cruz o convertirla en una excusa implica buscar la salvación por medio de bienes que no perduran nunca, que forman parte de lo efímero de la vida; sin embargo, aceptar la cruz, pero no de una forma pasiva sino para emprender el camino, implica darse, perder para obtener una ganancia superior que tienen más que la vida misma.

¡Jesús, amigo, hermano, maestro, gracias por recordarme cada día que el único camino auténtico para alcanzar la santidad es el de la cruz! ¡Señor, por la cruz y desde la cruz me muestras el itinerario para alcanzar la santidad! ¡Ayúdame, después de este rato de oración, a cargar mi cruz con convicción, amor y esperanza y comprender que todo lo que sucede en mi vida es una muestra amorosa de la predilección que sientes por mí!

viernes, 28 de octubre de 2016

¿Qué hacer cuando el pasado te hace daño?

El pasado es como una brújula: recordar no es quedar atrapado, es tener un parámetro, una noción de qué caminos tomar (o no)


Cuando recordamos algo que nos pasó, adquirimos un parámetro. Una noción de lo que antes fue. De eso que forma parte de nuestra historia, de nosotros mismos. Sin embargo, muchas veces recordar es doloroso y evitamos hacerlo.

En casos de desesperación, si tuviésemos ese poder, lo borraríamos en un instante. Con todo, borrar el pasado supone mucho más que olvidar aquello que fue turbador, doloroso y que nos afectó: borrar el pasado es perder el referente de quienes fuimos y de quiénes somos ahora, es perder una de las bases de la vida.

Mirar atrás es necesario cuando se necesita entender algo actual, comprender el momento, analizar y constatar hechos, entender mejor nuestras propias verdades, aquello que forma parte de la esencia de quienes somos. Como cuando miramos hacia atrás y nos damos cuenta de que esa realidad de entonces actualmente sería inconcebible e incluso inimaginable. Ver que nos aguantamos cuando podríamos haber dicho no, darnos cuenta de que nos contentamos con poco, con las migajas de algo mejor.

Si el presente hoy suena diferente es por algo del pasado que recibió un nuevo significado, no se encajó sin más. El mañana también se hace en base no sólo a lo que queremos, sino también a lo que no queremos, a eso a lo que no queremos volver otra vez.

Para vivir el hoy de forma plena es preciso usar el pasado como brújula, apuntando los errores cometidos, los fallos, las verdades omitidas, el recelo que habló más alto que la razón, los sueños asfixiados, los sentimientos bloqueados. Usarlo como brújula para determinar en qué dirección no queremos volver, qué fallos no queremos volver a cometer.

Porque es mucho más fácil que el pasado se convierta en un ancla que nos pesa demasiado y nos arrastra hasta el abismo, culpabilizándonos una y otra vez por los errores cometidos, cuando en realidad el pasado puede ser una gran ayuda en el proceso de cambio y evolución, de resignificación.

Mirar a mi ayer para saber lo que ya no me encaja, para integrar entre la mente y el corazón aquello que ya no forma parte de mi verdad más genuina. Ver lo que ya no tiene lugar hoy. Recordar es necesario, más que eso, es fundamental. Sin nuestros recuerdos, seríamos una partitura incompleta, un libro inacabado, inconexo. Recordar no es quedar atrapado, es tener un parámetro, una noción de qué caminos no queremos tomar, es saber lo que es bueno.

Usar el pasado como una brújula en alta mar, para saber en qué costas detenernos, cuáles son los vientos a evitar, qué direcciones no tomar. Recordar no es revivir, es aprender: que el pasado no nos aprisione, sino que nos oriente.
(via Obvious)

LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

Reflexiones sobre la celebración de Halloween


El significado de Halloween es "All hallow's eve", un término que proviene del idioma inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos". Se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la costumbre antigua anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del miedo, del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca una triste vuelta al antiguo paganismo, tendencia que lamentablemente se ha propagado también entre los pueblos hispanos.

Halloween es una festejo pagano con intereses consumistas. La cultura de consumo propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo. Hollywood ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad. El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el "consumo del terror". 

Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido "templos del Espíritu Santo".

Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas: 

¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para "divertirse" ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? Veamos qué dice Nuestro Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12.

¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos celebren el día de Halloween como una fiesta pagana ¿No seríamos incongruentes?

Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías,  un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7  1ª Pe 5,18  Ef. 6,11  Lc. 4,2  Lc. 25, 41

¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?

Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en "aras de la diversión de los niños" ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, médiums, echadores de cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Sagrada Escritura?

Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer Fil. 4,9  Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús sobre esto en Mt. 5,14  Jn. 8,12

Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.



Celebraciones alternativas a Halloween en España

Hay muchas actividades que se pueden realizar como alternativa a Halloween, dependiendo de la edad. Por ejemplo, para niños pertenecientes a una comunidad parroquial, un colegio, un movimiento o dentro de su propia familia, las sugerencias son:

- Disfrazarse de Santos: Los más pequeños pueden elegir un disfraz del Santo que quieran.
- Aprender lo más destacado de la biografía de un Santo o alguna de sus frases más célebres. Luego, reunidos en grupo, pueden mostrar lo aprendido.
- Dibujar a un Santo, poner su nombre y colgarlo en un lugar visible de la casa, de la clase del colegio o de la parroquia. 

Para los jóvenes, se puede:
- Organizar un cine forum para ver algunas de las numerosas películas que hay sobre la vida de los Santos. 
- Hacerse 'selfies' disfrazados de Santos y compartirlas en Instagram o Facebook.
- Idear un hashtag para Twitter en el que se muestre que estamos celebrando Holywins en vez de Halloween. Un ejemplo sería #YoCelebroHolywins

En este sentido, la Diócesis de Alcalá de Henares (España) organiza desde 2009 una peculiar celebración para la víspera del día de Todos los Santos que incluye Misa, Adoración Eucarística , evangelización y disfraces de santos para los más pequeños, con chocolate incluido, como una alternativa al Halloween. Fueron los pioneros en España.

Carlos Cortés, organizador de Holywins en Alcalá de Henares, comenta que esta idea surgió de un grupo de jóvenes que tenían el deseo de evangelizar por las calles francesas y sobre todo en un día tan específico como la víspera de la fiesta de Todos los Santos.

 "La primera persona que nos ayudó en esta evangelización por la calle era un chico de la Comunidad del Emmanuel, quienes ya hacen esta misión ‘Holywins’ desde 2002 en París. Nos contó la idea, nos pareció estupenda y desde 2009 la llevamos a cabo también en Alcalá", explicó.



Celebraciones alternativas a Halloween en otros países
En la misma línea, la Conferencia Episcopal Británica publica cada año en octubre, desde 2010, un comunicado en el que anima a todos los cristianos a encender una luz en su ventana el 31 de octubre, noche de Halloween, para mostrar que son seguidores de Jesucristo y reivindicar el sentido religioso de la fiesta, una iniciativa que han denominado 'Night of light'.

Entre otras propuestas, la Iglesia de Reino Unido sugiere hacer vigilia, acudir a misa, llevar una prenda de color blanco, y en el caso de los menores, disfrazarse de santos, fabricar velas, cocinar galletas u organizar juegos.

El obispo de la diócesis de Arundel y Brighton y jefe del departamento de Evangelización y Catequesis, Kieran Conry, ha apuntado que Halloween  "es tiempo de recordar a los cristianos su verdadero significado". En esta línea, la Conferencia Episcopal Británica explica que Halloween viene de "All Hallow's Eve" que quiere decir "Víspera de Todos los Santos"

De la misma forma, la Conferencia Episcopal Española anima cada año, desde octubre de 2010, a los niños a disfrazarse de santos, en lugar de vestirse de brujas o calaveras la noche de Halloween para que les sirva como "estímulo" para seguir con su vida cristiana.


No te lamentes por el Halloween, ¡organiza Holyween!

HolyweenHolyween es una iniciativa que nació en Italia en 2006 para conocer e imitar a los santos en su día. En lugar de lamentarse por los monstruos, las calaveras o las máscaras irreverentes propias de las fiestas de Halloween, en varias parroquias y diócesis de Italia se está difundiendo la idea de descubrir y contar historias y virtudes de los santos de preferencia de cada cual festejando Holyween.

Se trata de una la propuesta que realiza el proyecto "Centinelas de la mañana" el cual se está difundiendo en diferentes diócesis de todo el país.

En el folleto promocional, elaborado por jóvenes presentes en otras 35 diócesis, está la calabaza y el rostro de Santa Teresita con la frase "Holyween, un santo en cada iglesia".

Una noche llena de luz

"Pon el rostro de un santo en una iglesia y en tu balcón en las vísperas del día de todos los santos", piden los centinelas. 

"En una noche donde los jóvenes aman vestirse horriblemente, Holyween quisiera mostrar el encanto y la actualidad de los santos, inmortalizados en una foto o en el arte".

"Nos hace bien recordar sus rostros que nos dicen cómo hoy la santidad es posible, en personas concretas de carne y hueso", aseguran los Centinelas de la mañana.

No obstante, el padre Andrea Brugnoli, creador de esta fiesta precisa: "No queremos ir en contra de nadie. Simplemente queremos llenar la ciudad no de monstruos sino de rostros bellos: los de los santos".

Se espera que centenares de jóvenes bajen por las calles y entren a los bares para anunciar la llegada de la fiesta de Todos los Santos. Para ellos "Halloween" se ha transformado en "Holyween" desde el año 2006.

El slogan habla claro: los santos se toman de nuevo su fiesta y para hacer ahora más evidente la antigua tradición. No tienen nada que temer de las modas del momento, rostros de santos aparecerán en los balcones y en las ventanas de su ciudad.

"Si ves un esplendor en la ventana, pon tu nariz hacia arriba y verás el rostro sonriente de un santo italiano, preferiblemente joven", recomiendan los Centinelas de la mañana.

En las ciudades donde se festeja el Holyween los jóvenes vinculados a este proyecto vivirán una velada llamada "Una luz en la noche".

Las iglesias permanecerán abiertas desde las 10 de la noche hasta las 2 de la mañana. El encuentro se ha hecho ya 350 veces en 50 ciudades italianas.

Hasta ahora centenares de miles de jóvenes han participado en las ediciones pasadas. La prensa y a la televisión han estado presentes para registrar el acontecimiento, atraídos por este fenómeno, y han registrado el flujo continuo de personas.

En un país como Italia, en el cual el 35 % de los católicos va a misa cada semana (según datos suministrados por Doxa en octubre de 2009) Holyween representa un reto particular.

La celebración incluye el concurso de los santos más destacados. En 2008 ganó la Madre Teresa de Calcuta y el Padre Pío ocupó el segundo lugar.

"Los centinelas de la mañana" es un proyecto que busca que los jóvenes sean responsables en primera persona de la pastoral juvenil de cada diócesis. Pertenecen a diferentes diócesis y realidades sociales y eclesiales dentro de Italia.

En la localidad de Desenzano hay un centro que suministra material, ideas y propuestas formativas para ayudar a las diferentes diócesis en la tarea evangelizadora de los jóvenes.

La muerte no es el final

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Me maravilla como el espíritu de Cristo provoca milagros en el corazón del hombre de fe y del que no la tiene. Acompaño hasta su casa a un hombre maduro de mi parroquia, saliendo de un encuentro de oración. Me cuenta cómo su hija universitaria, a consecuencia de una leucemia, fue debilitándose paulatinamente. Luchó con la fortaleza de la juventud hasta que, un año y medio más tarde, su frágil cuerpo no pudo aguantar la enfermedad. María murió en los brazos de sus padres y de la Virgen. 

Lo hizo con una gran paz interior, aceptando su sufrimiento como un camino de amor y de preparación para la vida eterna.
Embargado por la emoción, el padre me cuenta que momentos antes de su muerte, junto a su mujer y sus otras dos hijas, con el corazón roto pero lleno de paz y de gozo, sostenidos por una fe inquebrantable, cantaron a María el «Magnificat». Daban gracias a la Madre y al Dios de bondad el regalo de aquella hija y hermana. Dieron gracias a Dios por los veintitrés años que habían compartido juntos, por sus experiencias, por lo que habían aprendido de ella, por la gracia de la enfermedad que les había unido a todos en lo humano y en lo espiritual y les había permitido crecer en la fe.

La muerte de esta joven podemos verla a la luz humana como una injusticia pero en los planes de Dios hay que vivirla al ritmo pausado de la sabiduría del Evangelio. La fe en Cristo es más poderosa que la muerte. La enfermedad de María, "me cuenta su padre," fue un fogonazo de confianza en su amor y su misericordia. Un tiempo en que su ternura permitió un camino de dolor y de silencio pero también de vida. El hombre es figura moldeada por sus manos. Aquella joven en la flor de su juventud fue un testimonio. Fue fruto de la fe verdadera en un Cristo arraigado en el corazón de una familia cristiana. María no ha dejado un vacío en ellos. Ella está muy presente cada día en el seno de esta familia que, al amparo del testimonio de su hija, tratan de crecer humana y espiritualmente. «Gracias, Dios mío, por la fe y porque tu eres el Dios de la vida». Es una letanía que este hombre repite cada día. Ha perdido terrenalmente una hija pero la ha ganado en el cielo donde en la contemplación de Dios, vela por ellos cada día. Y todos sienten que, a través de ella, han llegado muchas gracias inesperadas a la familia.
¡Señor, hoy te quiero pedir por todas aquellas personas que han perdido un ser querido y que sufren la tristeza de una muerte próxima, compadécete de ellos! ¡Ante la muerte de Lázaro tu exclamaste, Señor, «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.», haz Señor que veamos siempre la muerte como un camino hacia la eternidad! ¡Y cuando perdamos a un ser querido, Señor, que veamos que se cumple tu voluntad, que nos quede el consuelo y la esperanza de que lo recibes en el seno de tu gran misericordia! ¡Te ofrezco, Señor, mis pequeñas buenas obras y mis oraciones por todas las almas! ¡Durante tu vida, Señor, te compadeciste siempre por el sufrimiento de los hombres, te pido mires con amor y misericordia el alma de aquellas personas que han fallecido para que puedan gozar del descanso eterno! ¡Te pido, Señor, que nos levantes siempre para que podamos contemplar más allá, para que nuestra mirada pueda mirar la luz con mayor claridad y sentirnos más cerca de Ti y de todos aquellos seres queridos que ahora se encuentran contigo en el cielo! ¡Danos siempre la fortaleza, la serenidad y la fe para aceptar tu divino querer en el momento de la pérdida de un ser querido!
La muerte no es el final, meditamos hoy musicalmente:

Una versión del Aleluya de Leonard Cohen que no has escuchado aún

El grupo vocal Pentatonix ofrece una versión de la quizá sea la canción más famosa del canadiense


Aleluya quizá sea la canción más conocida y versionada, pero también una de las más polémicas, de Leonard Cohen, el cantante, compositor, novelista y poeta canadiense ganador del premio Príncipe de Asturias, a la que hace algunos meses ya le habíamos dedicado este post.

Si bien algunos no aplauden del todo el tema del artista por no encontrarlo del todo “bíblico” –precisamente porque el tema es, en cierta medida, autobiográfico, y porque Cohen procura hacer de este un canto de celebración de ciertos momentos de su propia vida-, otros, como los integrantes del grupo vocal Pentatonix, han optado por versionar el tema sin omitir una palabra de la letra, entendiendo quizá que nada humano le es ajeno a lo divino.

Si quieres cantar, en español, aquí tienes la letra del tema:

He oído que existe un acorde secreto
que David solía tocar, y que agradaba al Señor.
Pero tú realmente
no le das mucha importancia a la música, ¿verdad?
Era algo así como
la cuarta, la quinta
cae la menor y sube la mayor.
El rey, confundido, componiendo un aleluya.

Aleluya…

Tu fe era fuerte, pero necesitabas una prueba.
La viste bañarse en el tejado.
Su belleza, y el brillo de la luna, te superaron.
Te ató a la silla
de su cocina.
Rompió tu trono,
y cortó tu pelo.
Y de tus labios arrancó un aleluya.

Aleluya…

Dices que tomé su nombre en vano.
No conozco siquiera su nombre.
Pero si lo hice, bueno, realmente, ¿qué significa para ti?
Hay un resplandor de luz
en cada palabra.
No importa la que hayas oído.
La sagrada o la rota. Aleluya.

Aleluya…

Hice lo mejor posible, no fue mucho.
No podía sentir, así que intenté tocar.
Dije la verdad, no te tomé el pelo.
Y aun así todo salió mal.
Permaneceré ante la oración del Señor,
sin nada en mi lengua más que el aleluya.

Aleluya…


La nueva versión de “Oceans” de Hillsong United no puede estar mejor

El grupo de alabanza va a Tierra Santa y filma su éxito en el Mar de Galilea


Francesco Pongetti

Hillsong United


Nombre: Hillsong United (band)


Componentes:

  • Joel Houston — líder de adoración, guitarra, teclado, percusión

  • Jonathon "JD" Douglass — líder de adoración, percusión

  • Jad Gillies — líder de adoración, guitarra

  • Matt Crocker — líder de adoración, guitarra, percusión

  • Taya Smith — líder de adoración

  • Dylan Thomas —guitarra rítmica, teclados, director musical

  • Adam Crosariol — bajo

  • Simon Kobler — tambores

  • Michael Guy Chislett — guitarra, teclados, director musical

  • Benjamin "Ben" Tennikoff — teclados, programación, 
    composición

Viven en: Hillsong, AustraliaNacionalidad: Hillsong, Australia


Ultimo álbum: Empires (2015)

Curiosidades: la banda nació en 1998. La canción  “Oceans” se lanzó en septiembre de 2013 y permaneció 48 semanas en el primer puesto de la clasificación de la música cristiana en EE.UU.

lunes, 24 de octubre de 2016

En una antigua basílica de Roma está la huella de una hostia milagrosa

El milagro eucarístico tuvo lugar en el año 595 durante una misa celebrada por el Papa Gregorio Magno


La huella de una hostia milagrosa quedó impresa en un escalón de una iglesia de Roma. Estamos en el año 595 y la huella de este evento sigue visible en la basílica de Santa Pudenciana, una de las más antiguas iglesias de la ciudad, que se remonta a la época romana.
La hija del senador
Según la mayor parte de los historiadores, el senador romano Pudente hospedó al apóstol Pedro en su casa, que se encontraba precisamente donde la iglesia tiene sus cimientos.
El nombre de la iglesia deriva del nombre de la hija del senador. Pudenciana y su hermana Práxedes, aunque no fueron martirizadas, se volvieron célebres porque limpiaron la sangre de los mártires tras su ejecución.
El anatema del Papa
La iglesia es célebre porque “aloja” el testimonio de un evento extraordinario.
En realidad la reliquia del milagro eucarístico de santa Pudenciana se conserva en Andechs, Alemania, en el monasterio benedictino. Pero el hecho se verificó en Roma en 595 durante una celebración eucarística presidida por el papa San Gregorio Magno.
En el momento de recibir la comunión, una noble mujer romana comenzó a reír porque dudaba de la veracidad de la presencia real de Cristo en el pan y el vino consagrados. El papa, entonces, perturbado por su incredulidad, decidió no darle la comunión y en seguida las especies del pan mutaron en carne y sangre.
En la Capilla Caetani
Todavía hoy es posible ver la huella milagrosa dejada por la Hostia que cayó en el escalón del altar de la Capilla Caetani.
Entre las obras más importantes en que se menciona este milagro eucarístico, está la Vita Beati Gregorii Papae escrita por el diácono Pablo en 787.


¿Ser santo? ¡Hágase!

orar-con-el-corazon-abiertoSantos somos todos los cristianos, pero esta expresión se ha atenuado tanto que para la mayoría de la gente ha perdido su significado auténtico. Sin embargo, Cristo les da a sus apóstoles y a toda la comunidad cristiana un mandamiento específico: que seamos santos, perfectos, comportándonos dignamente de acuerdo con nuestra vocación. Y esta llamada es una invitación interior del Espíritu Santo que, por medio de su gracia, nos renueva constantemente para comprometernos con mayor fidelidad ante las múltiples dificultades que se nos presenta cada día.

Como la santidad es lo que me identifica como Hijo de Dios y como coheredero del reino de Cristo, ser santo es sujetarse a Su voluntad, agradarle en todo, servirle con el corazón abierto, ofrecerse uno mismo como sacrificio auténtico para agradarle siempre. Es la marca que me distingue del mundo.
Por tanto para ser santo no es necesario hacer grandes obras, ni grandes esfuerzos, ni grandes sacrificios. Para ser santo basta con vivir sencillamente y con humildad nuestro camino cotidiano a imitación de aquella joven de Nazaret de nombre María cuyo «¡Hágase!» derramó en ella el Señor toda su gracia. Y esto pasa por ponerse primero en oración, en presencia de Dios, y pedirle al Espíritu Santo que nos colme como nos llenó en el día de nuestro bautismo y, con el corazón profundamente transformado, nos cubra de su amor para poder siempre vivir y actuar santamente.
La santidad es una gracia, un don que se obtiene gratuitamente cuando el corazón está predispuesto a recibir y dar en consonancia con el «hágase» de aquella sirvienta de Dios. Un «hágase» que no busque mi propia satisfacción sino el servicio desinteresado. Un «hágase» que sólo busque abrir el corazón a Dios y a los demás. Un «hágase» para que se «haga en mi según tu palabra». Un «hágase» para, en la sencillez de mi corazón, sentir la alegría plena y la paz interior de ser santo, de sentirse lleno de la fuerza del Espíritu Santo porque le he permitido a Dios morar en el sagrario de mi corazón. Un «hágase» para convertirme en tabernáculo vivo en el que se hagan presentes todas las gracias y bendiciones divinas para llevarlas a los demás. Pero ese «hágase» requiere verter en la incineradora el egoísmo, las malas contestaciones, el mal carácter, la apatía, la pereza, la falta de amor y caridad, la soberbia, la autocomplacencia, la tibieza, la prepotencia, la avaricia, el orgullo... y tantos otros impedimentos que me dificultan crecer en santidad.

¡Señor, gracias porque nos ofreces la oportunidad de ser santos! ¡Gracias, porque la santidad es un don gratuito tuyo que das a cada persona que lo anhela y lo busca con el corazón abierto! ¡Señor, hazme comprender que la santidad no es un premio que merezca por mis buenas obras sino porque tu divino amor me da la oportunidad de ser santo! ¡Haz que todas mis obras, Señor, nazcan de mi amor por ti y no para satisfacerme a mi mismo y ganarme el respeto de los demás! ¡Capacítame, Señor, a través del Espíritu Santo para que mi obrar sea auténticamente santo! ¡Lléname, Señor, de tu amor para que mi obrar esté fundamentado por este amor por mí! ¡Quiero acoger, Señor, el don de la santidad que surge de tu infinita misericordia! ¡Quiero ponerse siempre en tu presencia, Señor, para que tu acción santificante me llene siempre de Ti! ¡Ayúdame, Señor, a través de tu Espíritu para que en cada encuentro personal contigo en la oración y en los sacramentos se convierta ante todo en una oración que me capacite para ser tuyo, para vivir una caridad auténtica, un amor auténtico, un sacrificio auténtico por los demás! ¡Ayúdame, Señor, a entender que ser santo es vivir la sencillez de la vida! ¡Señor, te abro las puertas de mi pobre y humilde corazón para que entres en él, dispuesto a recibir tu gracia! ¡Ayúdame, Señor, a olvidarme de mi mismo, a apartar de mi vida el egoísmo y la soberbia, la tibieza y el orgullo, la avaricia y las malas intenciones! ¡Y al igual que hizo tu Madre, Señor, quiero exclamarte: «¡Hágase siempre en mi vida tu palabra y tu voluntad»! ¡María, Madre de Amor y Misericordia, no permitas que nunca me desvíe del camino de la santidad y ruego por mí que soy un pecador! ¡Ayúdame, María, a consagrarme al Señor y Dios!
Para ser santos, cantamos hoy con Jesed:

sábado, 22 de octubre de 2016

Consejos de Dios

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Tengo un amigo, al que quiero mucho, que se encuentra en una situación muy desesperada. Separado de su mujer —con un divorcio traumático— que le dificulta ver a sus hijos pequeños, con muchos problemas en su trabajo, emocionalmente hundido y con la autoestima baja. Mimbres de desolación en su vida. Me envía un mensaje al móvil: «Necesito que reces MUCHO por mí, estoy estancado».

Como todo lo ve tan negro no es consciente de las cosas trascendentes que pueden sucederle. El estancamiento llega al corazón del hombre cuando uno no tiene claro hacia dónde se dirige su vida. Nadie ha sido creado para llevar una vida vacía y sin sentido. Pero su gran defecto es que no escucha. A nadie. Solo cree en si mismo y en lo que le dicta su conciencia.
Cuando son numerosas las personas que te recomiendan algo específico probablemente es porque esa es la decisión que uno debe adoptar. Y llevarlo a la oración para, a la luz de la revelación, contemplar si uno debe llevar adelante los cambios necesarios en su vida y sus proyectos vitales.
Muchas de las personas que nos rodean son instrumentos que el Señor utiliza para encaminarnos. No es una decisión sabia cerrarse a escuchar los consejos de amigos y familiares; en su infinita sabiduría Dios derrama diferentes tipos de habilidades, palabras y conocimientos en los demás para nuestro bien.
Dios necesita lámparas para iluminar, manos para bendecir y palabras para expresarse y muchas personas lo son. Siempre surge alguien que nos ofrece ese consejo que da la respuesta a nuestra inquietud. Se trata de escuchar las voces correctas, aprender a discernir si un consejo surge de un corazón que ama o es interesado, si proviene de una persona con doble intención o desinteresada, de que sinceramente pretende ayudarnos o tiene un propósito escondido.
Pero la base es aceptar que sin Dios no podemos nada, que somos imperfectos, que solo Dios lo sabe todo y que en el camino errado es necesario aceptar y recibir la corrección para evitar cometer el mismo error. Con la humildad de un corazón pequeño.

¡Padre, envíame tu Espíritu para que mis oídos me guarden siempre de los malos consejos y me hagas atento cuando la voz que habla es la tuya para darme lo que necesito! ¡Señor, te doy gracias por el pan espiritual que provees para cada uno de nosotros y nuestras familias! ¡Señor, guíanos y ayúdanos con la fuerza de tu Espíritu para que podamos silenciar nuestras mentes y podamos escuchar con el corazón! ¡Ayúdanos a ser cada día más humildes y recuérdanos que nuestro primer objetivo es servirte a ti y a nuestro prójimo! ¡Espíritu Santo, ilumíname para cumplir siempre con el plan que tiene Dios preparado para mí! ¡Ayúdame a identificar siempre tus dones espirituales y a ponerlos en práctica! ¡Espíritu Santo danos la fuerza para sostener nuestra cruz y comprender que Cristo es el Redentor del mundo y solamente por medio de Él alcanzamos la sanación! ¡Señor, ayúdame a ser lámpara para iluminar, mano para bendecir y palabra para expresar tu Palabra y tu bondad a los demás!
Me rindo ante Ti, le cantamos hoy al Señor:

Cristo muere de esperar la muerte

orar-con-el-corazon-abiertoTal vez la última frase del Nada te turbe, salmo íntimo de Teresa de Jesús, sea el más conocido de la santa de Ávila. Ese «solo Dios basta» que hemos cantado, rezado, meditado y aconsejado al que pasaba por una situación difícil nos permite comprender que Dios está siempre por encima de todo. Ayer leí una frase suya que me invita a la meditación: «Cristo muere de esperar la muerte», también de la santa de Ávila. Impresionante reflexión. Nos lamentamos de la pérdida de los seres queridos. El desgarro para nuestro corazón es enorme. La pena del adiós nos deja una gran congoja en el alma. Contemplo hoy la Cruz, a ese Cristo que muere de esperar la muerte para dar sentido a mi caminar cristiano, para redimir mis pecados, para enseñarme quien soy y cuál es mi dignidad como hijo de un mismo Padre en el Espíritu. Esa cruz de la que pendió Cristo con los brazos abiertos me enseña hoy que no puedo pasar ni un momento sin amar al prójimo como a mí mismo. Que mi destino es la eternidad. Que la cruz es el signo de amor más grande jamás creado. El del Amor del Padre por mi y por todos los hombres; por eso el Príncipe de las Tinieblas odia con tanta crudeza la Cruz, porque le recuerda a toda hora el amor infinito que Jesucristo tiene por todos los hombres. Tan potente es el signo de la Cruz que es enseña de reconciliación con los hombres por Dios creados y con todo el orden de la creación. Por si sola la cruz es el camino hacia el cielo.
Quisiera contemplar hoy la Cruz como lo hizo santa Teresa, llevando a Cristo en lo mas íntimo de mi ser para fortalecer mi esperanza, para hacerlo el centro de mi vida, para abrirle de par en par las puertas de mi corazón, para confiar plenamente en Él, para amar mucho, para dejarme guiar por el Espíritu, para sentirme digno hijo de Dios, para aprender a mirarlo en la Cruz. Solo con que el Espíritu de Dios me otorgue un mínimo de la sabiduría, de la devoción, de la mirada y la espiritualidad de santa Teresa para amar y entregarse al Señor sería el ser más feliz.
¡Santa Cruz, la más hermosa de las maderas donde murió el Señor para la redención de mis pecados y para darme luz eterna y librarme del mal! ¡Señor, te contemplo en la Cruz y me acongojo por los muchos padecimientos que tuviste que recibir durante la Pasión, que todos estos sufrimientos sirvan para concederme los bienes espirituales y corporales que más me convengan para mi salvación!
¡Santa Cruz, la más hermosa de las maderas, eres el signo y el emblema de mi vida, la gran esperanza para sentirme perdonado por este Cristo sacrificado a quien espero servir ahora y honrar en la vida eterna!
¡Santa Cruz, la más hermosa de las maderas, me abrazo a ti para que marques el camino de mi vida, para encontrarme con el Señor y acompañarle en mi peregrinar!
¡Santa Cruz, la más hermosa de las maderas, que tu sola contemplación me haga más humilde, más sencillo, más paciente, más servicial, más generoso, más pequeño!
¡Santa Cruz, la más hermosa de las maderas, conviértete en la luz que me ilumina y me guía, aleja de mi corazón cualquier temor a la muerte, revísteme de tu fuerza, conviértete en mi esperanza, derrama el bien en mi alma y en mi corazón, aleja de mí cualquier tipo de tentación y de pecado, conviértete en mi esperanza!
¡Oh Santa Cruz, la más hermosa de las maderas, dame el valor para soportar mi cruz a imitación de Cristo, enséñame a llevar con amor, paciencia y esperanza todos mis sufrimientos y que el temor que tengo por ellos se convierta en virtud!
¡Que yo adore la Santa Cruz de Jesucristo por siempre! ¡Jesús de Nazaret crucificado, ten piedad de mí!
Nuestra fuerza es la Cruz, del compositor del Vaticano Monseñor Marco Frisina;

viernes, 21 de octubre de 2016

Unir el alma a Dios

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Una de las cosas más hermosas con las que puedo disfrutar cada día es la comunión. No hay nada más intenso en mi vida que este momento. Es como permanecer arrodillado a los pies de Cristo. Y en esos cinco, diez, quince... minutos en los que permanezco en la iglesia después de la comunión mi alma se siente íntimamente unida a la de Jesús. Son momentos de una intimidad impresionante en la que tienes el gozo de poder contemplar a Cristo como muy probablemente lo estarán haciendo en el cielo todos aquellos que han llegado a la dicha de la eternidad.

Te encuentras en actitud abierta sentado en el banco o agazapado en el reclinatorio y todo lo terrenal, todas aquellas preocupaciones que te embargan, desaparecen ante el gozo inmenso de tener a Cristo en tu interior. Y te sientes feliz de poder decirle al Señor: «Gracias, por estar en mi y conmigo», «¡Aquí me tienes, Señor!»...
Son instantes de gozo que permiten concentrar toda la atención única y exclusivamente en aquel que se ha transfigurado para estar cerca de mí. Me viene a la mente la figura de aquel ciego, que en el camino de Jericó, oyendo a la muchedumbre seguir al Señor, aprovechando que pasaba a su vera, aún sin poderle ver, le llama y le pide que se acerque a él. Esa llamada es una llamada de transformación interior. Aquel ciego de Jericó estaba perdido pero, en su sencillez, fue capaz de llamar al Cristo que pasaba. No sabemos, porque no lo dice el Evangelio, que se hizo de él. Pero seguro que en alma, en lo más profundo de su alma, el Maestro debió permanecer siempre. Por eso, después de la comunión, siempre le puedes decir al Señor que antes de comulgar has afirmado «que no soy digno de que entres en mi casa, pero ahora estás aquí, en tu casa, porque mi alma es tuya y te pertenece y puedes hacer de ella todo lo que quieras».
Hoy, en lugar de la oración personal que habitualmente acompaña a la meditación, comparto esta hermosa oración universal del Papa Clemente IX que, por su belleza y profundidad, nos pueden ayudar a orar después de la comunión:
«Creo en Ti, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza; espero en Ti, pero ayúdame a esperar con más confianza; te amo, Señor, pero ayúdame a amarte más ardientemente; estoy arrepentido, pero ayúdame a tener mayor dolor.
Te adoro, Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi último fin; te alabo porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en Ti, porque eres mi protector.
Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda.
Te ofrezco, Señor mis pensamientos, para que se dirijan a Ti; te ofrezco mis palabras, para que hablen de Ti; te ofrezco mis obras, para que todo lo haga por Ti; te ofrezco mis penas, para que las sufra por Ti.
Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres Tú, quiero como lo quieras Tú y durante todo el tiempo que lo quieras Tú.
Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento, que inflames mi voluntad, que purifiques mi corazón y santifiques mi alma.
Ayúdame a apartarme de mis pasadas iniquidades, a rechazar las tentaciones futuras, a vencer mis inclinaciones al mal y a cultivar las virtudes necesarias.
Concédeme, Dios de bondad, amor a Ti, odio a mí, celo por el prójimo, y desprecio a lo mundano.
Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores, ser comprensivo con mis inferiores, saber aconsejar a mis amigos y perdonar con mis enemigos.
Que venza la sensualidad con con la mortificación, con generosidad la avaricia, con bondad la ira; con fervor la tibieza.
Que sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor frente a los peligros, paciencia en las dificultades, humildad en la prosperidad
Concédeme, Señor, atención al orar, sobriedad al comer, responsabilidad en mi trabajo y firmeza en mis propósitos.
Ayúdame a conservar la pureza de alma, a ser modesto en mis actitudes, ejemplar en mis conversaciones y a llevar una vida ordenada.
Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos, para fomentar en mí tu vida de gracia, para cumplir tus mandamientos y obtener la salvación.
Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad de la futura.
Concédeme, Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para librarme del infierno y alcanzar el paraíso.
Por Cristo nuestro Señor. Amén».
«Eucaristía, milagro de amor», cantamos hoy: