Entrada destacada

ADORACIÓN EUCARÍSTICA ONLINE 24 HORAS

Aquí tienes al Señor expuesto las 24 horas del día en vivo. Si estás enfermo y no puedes desplazarte a una parroquia en la que se exponga el...

jueves, 17 de julio de 2014

¿Quieres que muchos jóvenes encuentren a Dios? Empieza ya a rezar la oración de la JMJ Cracovia 2016

El cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo metropolitano de Cracovia (Polonia), ha presentado este jueves 3 de julio, el logo y la oración oficial de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud, a través de la oficina de prensa de la Santa Sede.

En el simbolismo del logo se combinan tres elementos: el lugar, los principales protagonistas, y el tema de la celebración.

El logotipo de la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016 ilustra el pasaje de Mateo 5,7: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" elegido como tema del encuentro. 

La imagen se compone de los límites geográficos de Polonia, dentro de los cuales se encuentra la Cruz, símbolo de Cristo, que es el alma de la JMJ.

El círculo amarillo marca la ubicación de Cracovia en el mapa de Polonia y es también símbolo de los jóvenes.

El hombre puede cerrarse a la palabra de Dios, rechazarla y hacerla ineficaz

Este 15º domingo durante el año trata, precisamente, de la Palabra de Dios. Jesús la compara a una semilla de gran vitalidad, pero que necesita un terreno fértil para producir frutos.
El poder y la eficacia de la palabra de Dios son el argumento central de la liturgia de hoy. “Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar… -dice el Señor-, así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo” (Is 55, 10-11; 1ª lectura). La palabra de Dios realiza siempre lo que expresa: bastó un “fiat” (sí) para sacar de la nada el universo entero y dar la vida a todas las criaturas. Y cuando el hombre, en vez de responder con amor a la palabra creadora, se rebeló, otra palabra, la promesa del Salvador, repetida a través de los siglos de mil formas, le aseguró la salvación y lo orientó a ella.
Llegada la plenitud de los tiempos, Dios no ha enviado a los hombres ya simples palabras, sino su Palabra eterna, su Verbo. El Verbo ha asumido la naturaleza humana, se ha hecho carne, llamándose Jesucristo, y ha venido a sembrar en el corazón de los hombres la palabra de Dios.
Es el tema de la parábola del sembrador que se lee en el Evangelio de hoy (Mt 13, 1-23). El sembrador salido a sembrar es justamente Jesús, y la semilla que esparce “es la palabra de Dios” (Lc 8, 11) que él -Palabra increada- posee en sí mismo y expresa a los hombres en lenguaje humano. Su palabra, pues, es de un poder y eficacia divinos, es semilla fecunda como ninguna, capaz de germinar en salvación, santidad y vida eterna.
Con todo -dice la parábola- la misma semilla produce fruto abundante en un terreno y en otros no produce nada. Se significa aquí el misterio de la libertad del hombre frente al don de Dios. Jesús siembra por doquier la Palabra: no la niega ni a los pecadores empedernidos, a la gente superficial y distraída, a los hombres inmersos en los placeres o engolfados en los negocios, a todos los cuales se los compara en la parábola al camino pisoteado, al terreno pedregoso o al cubierto de espinas; esto indica la gran misericordia del Señor.
En el orden espiritual, en efecto, “es posible que la roca se transforme en tierra grasa; y que el camino deje de ser pisado y se convierta también en tierra fértil, y que las espinas desaparezcan y dejen crecer exuberantes semillas. Y si no en todos se opera esa transformación no es ciertamente por culpa del sembrador, sino de aquellos que no quieren transformarse” (San Juan Crisóstomo, In Mt, 44, 3). Terrible cosa, pero real: el hombre puede cerrarse a la palabra de Dios, rechazarla y en consecuencia hacerla ineficaz. Entonces la Palabra verterá en otra parte su fecundidad con la extraordinaria abundancia de frutos producida “en la tierra buena”, o sea en el que “escucha la Palabra de Dios y la entiende” (Mt 13, 23). Pero aun en éstos el fruto no será igual, sino proporcionado a las disposiciones de cada uno: “unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta” (ib).
Por eso Jesús, aun antes de explicar la parábola, recuerda a sus discípulos lo que decía Isaías de sus contemporáneos: “Esta embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos, para no entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure (ib 15). En verdad que hay que reflexionar y orar para que la gracia de Dios preserve a los creyentes de semejante endurecimiento. Por otra parte, es cierto: quien escucha con buena voluntad la palabra de Dios, reportará fruto y gozará de la felicidad proclamada por el Señor: “Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen” (ib 16).
Les dejo este bellísimo texto orante sobre la Palabra de Dios que nos pone en diálogo de amor con el Divino Sembrador:
“Salió el sembrador a sembrar. ¿De dónde saliste o cómo saliste, Señor, tú que estás en todas partes y lo llenas todo? No cambiando de lugar, sino tomando nuestra naturaleza y por una relación nueva con nosotros, haciéndote más cercano nuestro por haberte revestido de carne. Porque, como nosotros no podíamos entrar donde tú estabas, pues nuestros pecados amurallaban la entrada, saliste en busca nuestra. ¿Y a qué saliste?... Saliste a cultivar y cuidar esta tierra por ti mismo y a sembrar en ella la palabra de la piedad…
Señor, tú ofreces a todos tu palabra con mucha generosidad. Porque así como el sembrador no distingue la tierra que va pisando con sus pies, sino que arroja sencilla e indistintamente su semilla, así tú no distingues tampoco al pobre del rico, al sabio del ignorante, al tibio del fervoroso, al valiente del cobarde; a todos indistintamente te diriges.
Haz, Señor, que escuche yo con diligencia y piense constantemente tu enseñanza, y luego la ponga en práctica con valor, despreciando las riquezas y desprendiéndome de todo lo mundano… Que nos fortifiquemos por todas partes, atendiendo a tu palabra divina, echando profunda raíces y purificándonos de lo mundano” (San Juan Crisóstomo, Comentario sobre el Evangelio de San Mateo, 44, 3-4).
“Mi palabra no volverá a mí sin producir fruto”, afirma el Señor. Hermanos: la parábola del sembrador nos invita a examinar la calidad de nuestra tierra. La eficacia de la Palabra de Dios puede verse limitada por la falta de colaboración. Abramos nuestro corazón a Jesús Sembrador que siembra su Palabra en nuestros corazones para dar a nuestra vida una dimensión nueva.

miércoles, 16 de julio de 2014

San Buenaventura

San Buenaventura

«Doctor de la Iglesia, príncipe de los místicos, biógrafo de san Francisco. Este insigne franciscano está considerado como una de las figuras cumbres de la escolástica. Mereció la confianza de los pontífices de su tiempo»


Históricamente, en pocos casos –quizá sea excepción la de este franciscano– ha confluido el juicio de tantos pontífices para reconocer los altísimos méritos que jalonaron una vida. A los honores que el santo fraile recibió mientras discurría su peregrinaje por este mundo, se añadieron otros más elevados tras su muerte. Sixto IV lo canonizó el 14 de abril de 1482. Sixto V lo aclamó doctor de la Iglesia otorgándole el título de «doctor seráfico» el 14 de mayo de 1588. León XIII en su alocución del 11 de octubre de 1890 lo declaró «príncipe de los místicos», y Pío XII en su exhortación al clero en 1950 subrayó la supremacía para la formación de las disciplinas filosófico-teológicas siguiendo las pautas de este «doctor angélico», al tiempo que subrayaba las riquezas espirituales e influjo en la vida apostólica que se derivan de ellas.
Nació en la localidad italiana de Bagnoregio, no lejos de Viterbo, hacia 1217. Se llamaba Giovanni di Fidanza, como su padre, que era médico de profesión. Hallándose en peligro por grave enfermedad cuando era niño, su madre María lo consagró a san Francisco de Asís, y sanó. Años más tarde, en torno a 1243, tomó el hábito franciscano después de haberse planteado dar a su vida el máximo sentido; jamás entró en sus planes desperdiciarla en vanos afanes. Para alguien como él, que soñaba imitar las gestas de los primeros discípulos y sentía que en su corazón resonaban con fuerza las huellas de la primitiva Iglesia, el Poverello encarnaba el genuino ejemplo a seguir: «Confieso ante Dios que la razón que me llevó a amar más la vida del bienaventurado Francisco es que ésta se parece a los comienzos y al crecimiento de la Iglesia. La Iglesia comenzó con simples pescadores, y después se enriqueció de doctores muy ilustres y sabios; la religión del bienaventurado Francisco no fue establecida por la prudencia de los hombres, sino por Cristo».
Al profesar tomó el nombre de Buenaventura. Se había formado en la universidad de París junto a los más afamados profesores de la época, uno de ellos Alejandro de Hales quien tanto admiró a su brillante discípulo que llegó a decir que Adán parecía no haber dejado rastro de su pecado en él. Su inteligencia y capacidad de penetración le permitió hacer acopio de una sólida formación. En él se aunaban oración y estudio, que ofrecía complacido a la mayor gloria de Dios. En realidad, la clarividencia y la profundidad que rezuman sus trabajos es el fruto de su honda vida mística. Decía: «el gozo espiritual es la mejor señal de que la gracia habita en un alma». Fue profesor de teología y Sagrada Escritura en la universidad parisina desde 1248 a 1257. Mientras tanto, perseguía la perfección y hacía frente a sus tendencias con la gracia de Cristo. Una visión le ayudó a superar escrúpulos como el que a veces le instaba a no recibir la comunión, pese a desearlo con todas sus fuerzas, porque se sentía indigno de ella a causa de las imperfecciones que detectaba en sí mismo. Solía meditar en la Pasión de Cristo, a quien se había propuesto imitar. Se caracterizó por virtudes como la prudencia, humildad, inocencia evangélica, pobreza, paciencia y mortificación. Fue gran devoto de la Virgen; a él se debe el rezo diario delÁngelus.
Los diez años que pasó en París dejaron en sus profesores y compañeros la impresión de hallarse ante una persona de excepcionales cualidades y virtud. De hecho, el 2 de febrero de 1257, sin haber cumplido aún 36 años, fue elegido ministro general en el capítulo de Roma. Era un hombre sencillo, humilde y caritativo, fidelísimo al espíritu de la regla. Por eso pudo mediar sabia y prudentemente entre los partidarios de una aplicación austera de la misma y los que juzgaban que debía suavizarse. En la carta que dirigió a todos los provinciales quedó clara su posición y visión con la que buscó la equidistancia entre las posturas. Viajó por Francia, Alemania, Italia y España. Presidió cinco capítulos generales, varios provinciales, y dio a la Orden y al mundo una bellísima biografía del Poverello. Predicó ante auditorios diversos, entre los que había reyes y pontífices.
La escolástica tiene en él a un singular maestro en la forma y en el fondo. En sus trabajos aparecen admirablemente ensambladas teoría y praxis; develan su pericia para poner al descubierto errores y subrayar lo esencial. Su contribución al pensamiento y a la Iglesia sigue vigente como antaño, o más, porque su influjo no ha decaído durante siglos. Es autor de una ingente obra compuesta por centenares de sermones, textos místicos, teológicos y filosóficos de alta erudición. Algunos tan significativos como el Itinerario del alma a Dios, elComentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo, redactada en su época parisina, el tratado Sobre la vida de perfección, el Soliloquio y Sobre el triple camino,por mencionar algunos escritos. Un día le visitó su amigo santo Tomás y lo halló absorto. Respetando la contemplación en la que estaba sumido, se marchó diciendo: «Dejemos a un santo trabajar por otro santo».
Era tan valioso que en 1265 Clemente IV quiso encomendarle la sede arzobispal de York, pero él lo convenció para que diese a otro la misión. En otro momento, Gregorio X, elevado al papado a instancias suyas, le nombró y consagró cardenal obispo de Albano, apelando a la obediencia que le debía. Luego este pontífice contó con su autorizado juicio para la realización del II Concilio ecuménico de Lyon, poniendo en sus manos la unión de los griegos ortodoxos, labor que pudo llevar a buen término justo antes de morir. Porque el 15 de julio de 1274, mientras se celebraba el concilio, el santo entregó su alma a Dios. A demanda del pontífice Gregorio X todos los sacerdotes del mundo, hecho insólito y único, oficiaron una misa por su alma.

sábado, 12 de julio de 2014

La formación cristiana de los adultos

El Consejo Internacional para la Catequesis celebró en Roma, del 24 al 29 de octubre, su VI sesión plenaria. Los miembros de este organismo proceden de 27 naciones de los cinco continentes. Inauguró la sesión el cardenal Antonio Innocenti, Prefecto de la Congregación para el Clero. El día 29 fueron recibidos por el Papa en la Sala del Trono, y durante la audiencia el cardenal Innocenti dirigió al Santo Padre unas palabras en las que dijo, entre otras cosas: "En estos días el Consejo, renovado en más de la mitad de sus miembros, ha desarrollado una gran cantidad de trabajo: ha tratado algunas cuestiones de gran actualidad para la catequesis de los adultos, ofreciendo a la Congregación para el Clero, y a través de ella a toda La Iglesia, sugerencias e Indicaciones valiosas: ha presentado una amplia panorámica sobre la situación de la catequesis en las grandes áreas socioculturales del mundo, y ha revisado y actualizado sus estatutos. La aportación del Consejo concluir en un documento sobre la catequesis de los adultos que la Congregación para el Clero pretende ofrecer como instrumento de reflexión y de ayuda a los obispos y a los responsables de la catequesis. En esta ardua tarea el dicasterio y el Consejo se sienten estimulados por el ejemplo y el magisterio de Vuestra Santidad y le agradecen las orientaciones que quiere darnos también en este encuentro". Juan Pablo II respondió con el discurso que te ofrecemos a continuación traducido del Italiano 
1. Le agradezco mucho, seriar cardenal, las amables palabras con las que ha introducido este encuentro, presentando a los que han tomado parte en el: los superiores y los oficiales de la Congregación para el Clero, en particular aquellos que se ocupan de Ja .sección pastoral catequistica; y los ilustres componentes del Consejo intencional para 3a Catequesis, que han llegado de todas las partes del mundo para dar una aportación de estadios y experiencias sobre los importantes problemas catequeticos de nuestro tiempo. Saludo a todos cordialmente.
La civilización de la imagen y los actuales modelos de vida.
2. El tema de estudio elegido para esta sexta sesión de vuestro Consejo es de capital importancia para la iglesia, en cuanto que la catequesis de adultos se dirige a personas que tienen la gran responsabilidad y capacidad de vivir el mensaje cristiano en su forma plenamente desarrollada" (Catechesi tradendae, 43). 
Una tarea, no menos importante, de vuestra sesión ha sido la de resaltar las condiciones religiosas del sujeto adulto en relación también con el ambiente sociocultural en el que vive y trabaja. 
En realidad, a lo largo de este siglo, se han producido grandes transformaciones sociales, al tiempo que se ha extendido rápidamente, gracias a las conquistas de la ciencia y de la técnica, un notable progreso cultural también a nivel de masas. La sociedad en la que hoy está inserto el adulto, generalmente se halla dominada por la civilización de la imagen (cine, televisión, revistas gráficas) y por la rápida difusión de noticias, ideas, valores, datos culturales y científicos, transmitidos con lenguaje fácil e incisivo. Por lo demás, en este contexto, no se habla de Dios; la religión se considera como un hecho privado, cuando no se presenta bajo un ángulo critico o negativo; además, los modelos de vida y las interpretaciones de la realidad son múltiples y contrapuestas. 
Este es el contexto en el que ha crecido el creyente adulto de nuestros días, el cual por desgracia, la mayoría de las veces, ha realizado solamente la primera etapa del itinerario catequético que conduce a una fe comprendida y vivida. En general, se ha detenido en la etapa preparatoria de la primera comunión y de la confirmación, o en las nociones aprendidas en los  bancos escolares de tal forma que, mientras ha crecido y madurado en aspecto físico sociológico y profesional, de hecho todavía está en el estudio inicial por lo que respecta al crecimiento y maduración en la fe. - El resultado es una fe no profundizada, débil y frágil hasta el  punto de que parece ya inexistente. Para una aproximación pastoral catequética eficaz, es necesario que nos detengamos con atención responsable ante la tipología del adulto, para estudiar su mentalidad, su modo de expresarse, comunicarse y vivir publica o privadamente.
El problema religioso
3.  También es necesario preguntarse cuáles son ¡as esperanzas y las exigencias más ocultas, en el adulto de hoy, en el aspecto religioso. 
Se puede afirmar que, en general, el adulto contemporáneo, en su intimidad, tiene hambre y sed del Dios vivo, y por tanto de lo sagrado, debido a diversos motivos: ya sea por las instancias inmutables de la naturaleza humana, que lleva en sí el signo y la necesidad de la causa primera, ya por el mayor progreso de discernimiento con respecto a los dudosos enfoques ideológicos y prácticos de la sociedad terrena; o, finalmente, por el sentido de incertidumbre, de miedo y de vacío existencial, que deriva de una cultura privada de lo trascendente. 
El adulto de hoy, que sólo aparentemente es irreflexivo o indiferente, necesita sobre todo volver a explicar todos los motivos de credibilidad racional que el cristianismo posee, del que se subraya siempre el carácter histórico. De hecho, es posible demostrar que Dios se ha revelado al hombre por medio de Cristo Redentor. 
Mas, al pasar a los contenidos de esta Revelación, la catequesis actual debe asumir tonos de vivacidad y actualidad. 
El cristianismo es, ante todo, un "mensaje de vida" (Catechesi tradendae, 26), que en nuestros días como en los inicios, se anuncia con alegría: Jesús de Nazaret, Hijo de Dios hecho hombre, murió y resucitó por nuestra redención. Y "en el misterio de la redención, el hombre es confirmado y en cierto modo, es nuevamente creado" (Redeinptor hominis, 10). El adulto contemporáneo, que está envilecido por una sociedad materialista y consumista, gradualmente y con satisfacción tomará conciencia de su valor y de su dignidad de hombre, gracias al anuncio del Evangelio y a una catequesis adaptada a las exigencias de nuestros días. 
La finalidad de tal catequesis es llevar al adulto por el camino de una educación básica e integral en la fe. Pero al proyectar los contenidos catequéticos se tendrá en cuenta tanto el orden jerárquico de las verdades como la situación concreta en la que se desarrolla la catequesis. 
No se deberá, pues, desatender el tratamiento cuidadoso de los grandes temas que se refieren a Dios, "rico en misericordia", Jesucristo, "palabra viva y substancial del Padre", la Iglesia "vivificada por el Espíritu Santo". 
La metodología de la comunicación 
4. En la presentación de las verdades que tocan a la fe y a la moral se recomienda reservar una particular atención a la elección del lenguaje que ha de usarse con el adulto de hoy. La estructura del lenguaje debe ser tal que suscite un vivo interés en el adulto moderno: hay que respetar y usar las mejores formas de comunicación,, incluidos los signos, los gestos y los símbolos. 
La catequesis deberá servirse de los grandes progresos, hechos por la ciencia de la comunicación y del lenguaje, para poder transmitir más eficazmente todo su contenido doctrinal, sin deformación alguna, especialmente cuando se dirige a categorías particulares de personas como los intelectuales, los analfabetos, los minusválidos, etc. (cf. Catechesí tradendae, 59). 
El respeto debido al adulto por su madurez exige que, al dar la catequesis, las informaciones resulten siempre actualizadas, los argumentos tengan una concatenación lógica y el discurso haga referencia también -a los datos de la experiencia de la cultura y de la ciencia, que son muy significativos para nuestro tiempo. La catequesis de los adultos tendrá mayor éxito si se demuestra abierta al encuentro entre fe, cultura y ciencia, para una mutua integración, respetuosa de las competencias recíprocas. 
5. He tenido conocimiento con satisfacción que una parte de vuestra sexta sesión ha sido dedicada al estudio de los itinerarios metodológicos, que se pueden usar en la catequesis actual de adultos. Las exigencias de las diversas áreas geográficas y de los diferentes momentos catequéticos, conducirán a elegir o combinar los diversos modelos típicos de esta catequesis. Pero en cualquier itinerario hay que procurar dejar espacio suficiente para el diálogo y para la participación activa del adulto en la catequesis. 
Diálogo y participación 
Se ha de tener presente, finalmente, que catequizar no sólo quiere decir usar el modelo catequetico más apropiado, con todas las técnicas y los instrumentos relacionados con ellas, sino que también consiste en saber acoger y valorar las capacidades de los adulto, a quienes se necesita ofrecer, a lo largo del año, la posibilidad de participar en encuentros cordiales y en cursos bien organizados, preferentemente en el ámbito de una comunidad eclesial como la parroquia, lugar privilegiado, ya que en ella la pastoral catequética se celebra en un Contexto no sólo didáctico, sino también litúrgico, sacramental y caritativo. 
Espero, además, que también para los adultos se usen sobre todo múltiples medios de comunicación, ya que favorecen el desarrollo de varios tipos de catequesis: desde el inicial al de profundización, desde el ocasional al sistemático y permanente, que tienden a hacer del adulto un cristiano convencido y formado. 
Evangelización 
6. Finalmente deseo dirigir mi palabra de aliento a vosotros y a lodos los que en cualquier parte del mundo, a través de asambleas y publicaciones, están suscitando un saludable despertar del interés y del estudio por la evangelización y la formación religiosa del adulto. El campo de acción, vasto y complejo, presenta espacio y labor para todos, signo de la caridad y de la humanidad. Será necesario valorar, particularmente, los diversos movimientos y grupos eclesiales, los centros y los institutos catequéficos, así corno las escuelas ¿e catequesis por sus estudios y su función educativa sobre los catequistas. 
Sirva de estímulo y consuelo el hecho de que la Iglesia considera la catequesis de los adultos como un "problema central" y la "principal forma de la catequesis" (Catechesi tradendae, 43). Son los adultos, en efecto, padres y madres de familia,  una vez educados en la fe, darán la primera y fundamental instrucción religiosa a los propios hijos en la intimidad de la "iglesia doméstica"; son los adultos quienes pueden dar un testimonio cristiano válido a los jóvenes en el proceso de búsqueda y maduración (Apostolicam actuositatem, 12); por último, son ellos los que, descubierta la validez de la vocación cristiana enraizada en el bautismo, participarán  en la misión salvlfica de la Iglesia, como sujetos activos preciosos, tanto en las comunidades eclesiales, como en las "realidades temporales de las que son responsables" (ib.). 
Deseando que María, Madre de la Palabra de Dios "encarnada" en su seno, haga fructuoso vuestro trabajo y el de cuantos se consagran a anunciar y explicaren nuestro tiempo la Palabra que da la vida, os imparto de corazón a todos la bendición apostólica.

Adiós a Fernandito, el “bebé milagro” que unió a España en oración.

  En los últimos cuatro meses, miles de españoles se unieron a través de las redes sociales a una intensa campaña de oración por Fernandito, un bebé prematuro que nació con solo 24 semanas de gestación y murió hace unas horas.
Con el hashtag #RezoporFernando, miles se unieron a la lucha del bebé y sus padres que pudieron tener al pequeño junto con ellos por poco más de 4 meses, exactamente 130 días de intensa lucha por la vida.
Bosco Pelayo es el nombre del padre de Fernando quien, desde el nacimiento prematuro de Fernandito mantuvo informado a los usuarios de la red social Twitter en donde iba narrando los avances y las diversas noticias sobre el estado de salud de su pequeño.
Los seguidores pudieron vivir a través de las fotos que publicaba Bosco la toma de su primer biberón (tetero), la primera noche en su cuna, el primer encuentro con varios de sus familiares, entre otros.
Los médicos no eran muy optimistas. Por esta razón, Bosco comenzó a pedir oraciones por su hijo a través de la conocida red social y bajo el hashtag #RezoPorFernando. A partir de ese momento, la historia del pequeño pasó a ser la de todos. Ahora, todos expresan su solidaridad y afecto de esta manera: