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viernes, 11 de julio de 2014

Católico comparte su experiencia y advierte sobre el Islam


 En su reciente artículo "Thinking clearly about Islam" �Pensando claramente sobre el Islam�, Francis X. Maier, el laico con más responsabilidad en la Arcuidiócesis de Denver y ex editor del National Catholic Register, explicó a partir de sus vivencias como periodista en África que la realidad sobre el Islam, incluso no extremista,dista mucho de la búsqueda de la paz.
Maier inició su artículo afirmando que "hace veinte años conocí a un sacerdote en Ghana del Norte. Él me contó una historia que permanece conmigo hasta ahora".
"Este sacerdote era un misionero blanco y vicario general de la Archidiócesis de Tamale. Ghana tiene una gran población cristiana, y como autoridad eclesial él era muy conocido y respetado en el distrito. Una tarde, manejando solo de regreso desde los límites del país, una llanta de su auto reventó. Se salió del camino y cayó en una zanja. El accidente quebró varias de sus costillas, hizo sangrar mucho su rostro y quebró también uno de sus brazos", cuenta el artículo.
"Ghana del Norte tiene también una significativa población musulmana �agrega Maier�. Actualmente, los musulmanes tienen el monopolio de los camiones que ofrecen transporte público. Más de una docena de musulmanes que manejan los camiones vieron al sacerdote herido y pasaron de largo. Finalmente él mismo pudo salir del vehículo, caminar hasta el camino y forzar a un camión a que se detuviera. El conductor, un musulmán, lo obligó a quedarse parado al final de los pasajeros sin importarle sus heridas, hasta que llegando a la ciudad, el sacerdote colapsó".
Al preguntarle "por qué los conductores musulmanes lo ignoraron", comentó Maier, el presbítero respondió que "frente a sus ojos, yo soy un infiel. Simplemente no cuento".
"He escuchado diversas historias en las estaciones de misión a lo largo de todo Ghana del Norte, donde los cristianizados y animistas ciudadanos del sur colindan con lo islámico del norte. La mayoría de los misioneros eran sacerdotes holandeses blancos. Muchos eran escépticos a las estructuras de la iglesia europea. Muchos hablaban el lenguaje de una africanizada teología de la liberación. Pero una cosa compartían unánimemente: una intensa y privada crítica al Islam, proveniente de su experiencia directa", agrega el autor.
"Cuando el Islam llega a una villa, remueve todo lo demás. Progreso, cambio, desarrollo social, olvídenlo. La moneda árabe compra a los mayores y todo se congela en su lugar. Para las mujeres, es muy malo", añade el artículo.
"Por supuesto que derrepente las fricciones religiosas en Ghana hace 20 años eran una excepción. Derrepente las cosas son diferentes ahora. Quizás el Islam es verdaderamente la religión de paz que sus voceros en Norteamérica proclaman. Sin embargo, el récord demasacres sectarias de cristianos por parte de los musulmanes en Nigeria, Sudán, Egipto, Indonesia y Filipinas sugieren lo contrario", afirma Maier.
"De hecho �continúa el artículo�, los récords muestras que una y otra vez en sociedades predominantemente musulmanas, los cristianos enfrentan desde toda clase de discriminación económica, política y religiosa hasta intimidación, secuestro, conversiones forzosas y asesinato. Las excepciones obviamente que existen y las circunstancias varían, pero la norma coránica de marginar a los cristianos siempre se reafirma a sí misma. Y esto no es nuevo. Se ha dado a lo largo de los siglos".
"Casi todo el norte de Africa y el Medio Oriente tuvieron alguna vez un florecimiento de una comunidad cristiana. Los musulmanes armaron una invasión, la sometieron y la eliminaron. Durante el tiempo de la primera cruzada, el (Cristiano) Imperio Bizantino había venido peleando contra la expansión musulmana durante 400 años", agrega el texto.
Aún hay más
"Turquía, con un estado musulmán superficialmente secular, ha suprimido sus minorías cristianas armenias y griegas antiguas al borde de la extinción. Apenas 2 mil almas ortodoxas griegas permanecen en la jurisdicción del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla (actualmente Estambul), una de las sedes más venerables de la historia cristiana", explica el artículo y agrega que, además, "las autoridades turcas están gradualmente eliminando las iglesias y artefactos armenio-cristianos de los campos a tal punto que podemos hablar de genocidio cultural".
Asimismo, "en Egipto Superior, en Enero del 2000, extremistas musulmanes asesinaron a 21 cristianos cópticos con impunidad. En Argelia, militantes musulmanes cortaron las gargantas de siete monjes católicos inofensivos y desarmados. En Sudán, un régimen musulmán radical lleva a cabo una guerra de esclavitud y genocidio en contra de los cristianos y animistas del sur, provocando la muerte de 2 millones de personas hasta ahora".
"En Arabia Saudita, todos los símbolos cristianos y de veneración pública están prohibidos. Y en Pakistán, otro aliado de Norteamérica, las leyes represivas de la "blasfemia" y los extremistas musulmanes empezaron a perseguir a la minoría cristiana mucho antes que los terroristas islámicos balearan una iglesia católica a fines de octubre, matando por lo menos a 16", añade el artículo.
Tras preguntarse "¿cuál es el propósito de mencionar estos detalles?", Maier explica que "en su libro The Culture of Narcissism ?La Cultura del Narcisismo�, Christopher Lasch señaló que a los norteamericanos no les gusta el pasado porque no quieren sentirse obligados o fastidiados por él, que explica el tradicional pobre conocimiento de historia de los norteamericanos. Sin embargo, pensando claramente acerca del Islam ignoramos lecciones de historia a nuestro propio perjuicio".
"La cultura islámica ha contribuido obviamente bastante hermosura y grandeza a la experiencia humana. En la visión cristiana, los musulmanes, los judíos y los cristianos, y todos los seres humanos, son todos hijos de Dios, con los mismos derechos y la misma dignidad inherente. Los musulmanes americanos tienen el mismo derecho a seguridad personal y libertad que todos buscamos", agregó el autor.
"Pero necesitamos recordar que el Islam no significa "paz" realmente. Su traducción correcta es "sujeto de conflicto", pero a lo largo de los siglos ha sido comúnmente asumida como sumisión, sumisión a la voluntad de Alá (Allah). La fraternidad, los derechos y el respeto que gobiernan las relaciones entre los musulmanes no son extensivas a los no creyentes. Los que no pertenecen al Islam, que no se someten a Alá, nunca son sujetos de confianza y a lo largo de la historia, han sido sometidos a la conversión por la fuerza, la humillación o la destrucción", añade el texto.
Maier afirma que "el gran escritor, crítico social y teólogo francés, Jacques Ellul, observó hace una década que 'se dice mucho actualmente de la tolerancia y el pacifismo fundamental del Islam que es necesario recordar su naturaleza, que es fundamentalmente bélica'".
Según Maier, Ellul "continuó indicando que en el pensamiento musulmán 'el mundo se encuentra aún dividido entre el mundo del Islam y el mundo de la guerra. Y dentro de laumma (las tierras dominadas por el Islam), la única existencia posible para los infieles es ladhimmitude, un estado de inferioridad y humillación".
"Por supuesto, el Islam en EE.UU. puede tomar un camino diferente, un camino de integración y diversidad de culturas, pluralismo en sus políticas y apoyo mutuo entre creencias. Si puede suceder en cualquier lugar, ocurrirá aquí. Debemos hacer todo lo posible por alentar este espíritu de buena voluntad. El honesto diálogo interreligioso, deben tomar parte en este esfuerzo", afirmó el autor.
"Mientras el Evangelio nos obliga a los cristianos a amar y a perdonar. No nos obliga a ser ingenuos", concluyó Maier.

¿Verdaderamente resucitó Jesucristo?

También este rasgo es único: es el único Dios humillado de la historia. Además, va a la muerte como al núcleo principal de su misión. Y el Evangelio ve en la cruz el lugar en que resplandece la gloria del amor divino.
Los evangelios narran, por otra parte, las dificultades que experimentó, incluso con sus propios discípulos, para lograr que sus contemporáneos aceptaran la idea de un mesianismo espiritual cuya realización pasaría, no por un triunfo político, sino por un abismo de sufrimiento, como preludio al surgir de un mundo nuevo, el de la Resurrección.
Y la descripción de la figura de Cristo en los evangelios concluye con otro rasgo singular: el testimonio de su resurrección de entre los muertos. No hay ningún otro hombre del que se haya afirmado seriamente algo semejante.
La muerte de Jesucristo y la causa de su condena, son dos hechos materialmente inscritos en la historia, y que, como después veremos, nadie ya se atreve a negar: Jesucristo fue históricamente crucificado bajo Poncio Pilato a causa de su reivindicación divina.
El hecho de su resurrección, sin embargo, sí es negado por algunas personas, que afirman que no se trata de algo empíricamente comprobable, y que por tanto sus apariciones después de muerto tendrían que deberse a una ilusión óptica, una sugestión o algún tipo de alucinación, producida sin duda por su deseo de que resucitara.
Considero muy creíble que Dios, si realmente es Dios, haga cosas extraordinarias si lo considera necesario. Lo que me sorprender es la capacidad de algunos creyentes para aceptar explicaciones mucho más difíciles de creer que un milagro: cualquier cosa, todo, antes que admitir que Dios pueda hacer algo que se salga de lo ordinario.
Algunos explican la Resurrección hablando de ilusiones ópticas, y habría que recordarles quizá que la reacción de los discípulos ante las primeras noticias de la resurrección de Cristo fue inicialmente escéptica (estaban sombríos y abatidos, y aquel primer anuncio les pareció un desatino), y difícilmente se producen sugestiones, alucinaciones o ilusiones ópticas (y menos aún si tienen que ser colectivas) entre personas en actitud escéptica. Además, tampoco se explicaría por qué esas sugestiones sólo duraron cuarenta días, hasta la Ascensión, y después ya nadie volvió a tenerlas.
Los guardias que custodiaban el sepulcro dijeron -y después lo han repetido muchos otros- que los discípulos robaron el cuerpo mientras ellos dormían: curioso testimonio el de unos testigos dormidos, y poco concluyente para intentar rebatir algo que -durante su supuesto sueño- les fue imposible presenciar.
Sin embargo, el testimonio de la Resurrección dado por los apóstoles y por los primeros discípulos satisface plenamente las exigencias del método científico. Es de destacar, sobre todo, el asombroso comportamiento de los discípulos al comprobar la realidad de la noticia por las múltiples apariciones de Jesucristo.
Si esas apariciones no fueran reales, no se explicaría que esos hombres que habían sido cobardes y habían huido asustados ante el prendimiento de su maestro, a los pocos días estén proclamando su Resurrección, sin miedo a ser perseguidos, encarcelados y finalmente ejecutados, afirmando repetidamente que no pueden dejar de decir lo que han visto y oído: el milagro portentoso de la Resurrección, del que habían sido testigos por aquellas apariciones, y que había transformado sus vidas.
La historicidad es de tal índole que la única explicación plausible del origen y del éxito de esa afirmación es que se trate de un acontecimiento real e histórico.
Por otra parte, el testimonio de los evangelios sobre la resurrección de Jesucristo es masivo y universal: todo el conjunto del Nuevo Testamento sería impensable y contradictorio si el portador y el objeto de su mensaje hubiese terminado simplemente con el fracaso de su muerte infamante en una cruz.

jueves, 10 de julio de 2014

La religión interpreta al mundo y transforma la conciencia

Ken Wilber, famoso pensador norteamericano autor de libros como “Los tres ojos del conocimiento” o “Cuestiones cuánticas”, hace una reflexión en la revista Enlighten Next acerca de las dos facetas de la religión. Una primera faceta, la interpretativa, es la que permite al “yo” separado otorgar sentido al mundo. Una segunda faceta, la transformadora, es la que origina una verdadera transformación de la conciencia en los individuos. Ambas aproximaciones a la espiritualidad deben combinarse para legitimar el mundo, y también para desafiar nuestras propias legitimaciones.

El famoso escritor y pensador Ken Wilber, autor de libros tan conocidos como “La conciencia sin fronteras”, ha escrito recientemente en la revista Enlighten Next un artículo, en el que reflexiona sobre las dos facetas de la religión.
Según Wilber, la religión tiene dos funciones muy importantes, aunque también muy diferentes entre sí. Por un lado, la religión actúa como un medio de creación de sentido para el “yo” separado: mitos, relatos, rituales y otros elementos de las religiones nos sirven como consuelo, dan sentido a nuestra existencia, y nos ayudan a resistir los altibajos del destino.
Sin embargo, esta faceta de la religión, señala el autor, no cambia el nivel de conciencia de las personas. Es la segunda función, la función “transformadora” de la religión, la que produce una liberación y una transformación radicales de la conciencia, escribe Wilber.
Interpretación y transformación
La primera función de las religiones sería, por tanto, una especie de “movimiento horizontal” (creación de sentido para el yo), mientras que la segunda sería una suerte de “movimiento vertical”, un movimiento que puede percibirse hacia lo “alto” o hacia las “profundidades” de la conciencia.
A la primera faceta de las religiones Wilber la denomina “interpretación” y, a la segunda faceta, “transformación”. Con la interpretación, el “yo” aprende a percibir y a pensar de una manera determinada la realidad.
Con la transformación, en cambio, el “yo” es examinado, cuestionado e incluso se hace desaparecer para que el individuo alcance una nueva autenticidad.
Ambas funciones de la religión son igualmente indispensables, escribe Wilber. Por su parte, la faceta de la interpretación otorga integridad y seguridad al yo, un sentido para el mundo. Pero, señala el autor, en algún punto del proceso de maduración del individuo esta interpretación deja de funcionar, y ya no ofrece consuelo.
En ese momento, las creencias, los paradigmas, los mitos y las ideas dejan de servirnos, y la trascendencia del “yo” se convierte en el único camino posible. Empieza entonces la búsqueda de la segunda función de la religión, búsqueda que ha sido culminada por muy pocos individuos a lo largo de la historia.
Espiritualidad revolucionaria
Wilber describe la espiritualidad transformadora señalando que ésta no busca legitimar ninguna visión del mundo sino proporcionar verdadera autenticidad. Para ello, cuestiona todo aquello que el mundo entiende como legítimo. Esta espiritualidad sería, por tanto, revolucionaria por naturaleza.
La espiritualidad transformadora, por otro lado, ha sido y es seguida por un número verdaderamente pequeño de personas. El resto de la población religiosa se encuentra implicada en la primera faceta de la religión, la faceta de la interpretación, caracterizada por prácticas mágicas, creencias míticas, oraciones, rituales, etc.
Según Wilber, esto se debe a que la verdadera espiritualidad transformadora es y ha sido extremadamente rara en cualquier momento de la historia, y en cualquier lugar del mundo. Sólo personajes como Padmasambhava, Santa Teresa de Jesús o Maimónides la han llegado a experimentar y a expresar.
El aspecto transformador –raro y revolucionario- de la religión es asimismo difícilmente trasladable a otros, es decir, que aunque cualquier individuo llegue a vivenciar esa segunda faceta de la religión, difícilmente podrá hacer entender a otros de qué se trata y, en su intento, habrá de acudir a la faceta religiosa de la “interpretación”.
Combinación espiritual
Por tanto, aunque seamos críticos con las religiones meramente “interpretativas”, escribe Wilber, hay que darse cuenta de que es necesaria una aproximación integral a la espiritualidad humana, que combine lo mejor de la faceta horizontal y de la vertical, lo interpretativo y lo transformador, lo legitimado y lo auténtico.
Wilber señala la importancia de, en ese camino, no caer en el error de creer como tales “ofertas” espirituales transformadoras, que en realidad son sólo interpretativas.
Expresiones como “nuevo paradigma que cambiará el mundo” y “gran transformación”, que aparentemente ofrecen medios efectivos de desmantelamiento del yo para encontrar su autenticidad, en realidad son nuevas formas religiosas interpretativas, advierte Wilber.
Según él, la faceta transformadora de la religión siempre conlleva y reclama una deuda al que la practica: se debe permitir que penetre hasta el interior del individuo, y que desde él se extienda alrededor de cada uno.
Este camino de expansión se hace desde la autenticidad, no desde esa profunda hipocresía que se esconde en el juego de tomar una nueva interpretación, y llamarla “gran transformación”, advierte Wilber.

Un desafío a los Teósofos


Todo el que observe los acontecimientos internacionales no dejará de percibir la tensión que existe en todas partes del mundo.   Es algo más que una tensión económica; es más que la tensión industrial entre obreros y patronos; es más que la tensión de una lucha nacionalista y política.   Esos no son más que los síntomas de la subyacente necesidad que siente el mundo de encontrar una respuesta a esos problemas, basada en algo más sólido, más digno de confianza y duradero que cualquiera de las ineficaces "soluciones" del pasado.
No es que los hombres tengan miedo.   Los hombres están dotados de suficiente valor.  
Si la humanidad presenciase la inevitable destrucción del mundo y de la raza, encontrarían heroica guía y probablemente resultasen todos héroes, demostrando así, que están hechos de divina materia.       
Pero los hombres saben que para hacer frente al desastre no es bastante el coraje;  y la gran tensión que sienten, se debe a que se dan cuenta que la destrucción no es inevitable;  porque en el fondo de su naturaleza saben que en alguna parte hay una solución. 
Es la emoción que fuerza a aguardar, la duda señalando que se puede hallar la solución, es el esfuerzo mental de la lucha para encontrar la solución a tiempo.
En  un artículo en la revista de la Universidad de Chicago, un autor decía:
" ...El mundo está inflamado de duda, terror y odio; esa llama sólo puede ser extinguida por el sabio, escribiendo en la soledad de su estudio, pero escribiendo con pasión por el derecho y por el bienestar del mundo"...
El valor del sacrificio, y, de la devoción apasionada con respecto a las necesidades humanas es indudable, pero más adelante en la misma revista otro escritor ofrece una mejor solución.
"  ..No es suficiente enseñarles a los  hombres sabiduría, caridad y tolerancia.  Estos atributos son de la misma esencia de lo que se ha venido enseñando desde hace dos mil años.
"..No será suficiente que los hombres de ciencia se pongan a trabajar para aminorar el choque que en la sociedad produce todo progreso industrial.. .
"...No será suficiente que el erudito en la soledad de su estudio, escriba con pasión por los derechos y bienestar de los pueblos.   Los anaqueles del mundo están llenos de ese material.
"El hombre necesita, una nueva base de verdades eternas en la cual cimentar una nueva fé.   El hombre necesita nuevos valores, y que una nueva fórmula rija su vida".
Para los teósofos, tal exposición es un incesante desafío.   La fórmula que presenta, no podría describir mejor lo que la Teosofía tiene para ofrecer en Sabiduría.    Nunca urgió más el tiempo .   Nuevas verdades se necesitan que sean básicas y eternas, capaces de cimentar una fé aquí abajo en la tierra, y practicables con un "conjunto de valores para los cuales vivir".  No es esta una mera retórica, sino la expresión de lo que el mundo verdaderamente busca y ansiosamente espera.
La Sociedad Teosófica ha luchado valientemente, ...para expandir la luz, desde que su llama fué encendida en un mundo supersticioso y materialista.   No ha podido evitar las guerras, a pesar de exhibir las básicas verdades, los valores eternos que los pensadores y las instruidas masas de la humanidad reconocen como esenciales para la paz, la vida y la libertad.
Esas verdades básicas no necesitan ser adaptadas a los hombres de ciencia, ni a los educadores, ni a los psicólogos, ni a ningún otro que verdaderamente busca de responder al llamado de la humanidad.   Esos tomarán las verdades básicas, percibirán su importancia y eterno poder y lo aplicarán a la ciencia, a la educación, a la psicología, a todos los actos a través de los cuales aquellos que están interesados en el bienestar de la humanidad buscan ayuda.  Tales hombres en todas las actividades, están tratando de descubrir la subyacente e iluminadora verdad, sin la cual saben ellos que todos sus esfuerzos son vanos.   Si los teósofos dieran esta verdad en toda su potencia y pureza, sus razones harían que esos hombres adaptasen a ella sus pensamientos profesionales.
Sin duda alguna, es muy importante, que los Teósofos sean ampliamente versados en todas las formas de pensamiento relacionados con los diferentes conocimientos.  Sin embargo más urgente es la necesidad de "nuevas y básicas verdades...verdades eternas...de nuevos valores...una nueva fórmula por la cual vivir",...y si estas fueran claramente expuestas, la adaptación profesional, podría dejarse sin ningún peligro a aquel que sinceramente busca ayudar a la Humanidad.
Lo que se le pide a los teósofos, es que conozcan concienzudamente las verdades básicas, y eternas que constituyen nuestro especial campo de conocimiento, las que deben exponer personalmente y a través de las actividades de la Sociedad Teosófica, en toda su pureza, su lógica e inspirante veracidad.   Esas básicas y eternas verdades, poseen un gran poder si se les facilita un canal puro por el que puedan fluir, y, no necesitan disfrazarse, ni ser diluidas, ni tampoco adaptarse a diferentes tendencias.
Los hombres de saber y de percepción buscan lo básico y lo eterno, los elementos para una nueva fé, nuevos valores para una más feliz vida, y no dejarán de reconocerlas si son claramente expuestas.
En Teosofía, esos hechos fundamentales, básicos y eternos en su naturaleza, han sido extraídos de todas las grandes fuentes de la verdad;  de las religiones, de la filosofía, de la misma Naturaleza.
Esta única síntesis e integración responde al llamado de los pensadores de la humanidad.  Esto es lo que el mundo ansía.  Esto que muestra que los hombres son hermanos por naturaleza, que hace comprensible la utilidad de la vida, y la muerte, desposeyéndolas de todo temor, manteniendo la fé de los hombres por la razón, explicando el pasado, y el presente, e indicando un razonable y seguro camino hacia la felicidad;  esto solamente puede aliviar la tensión de la impelente necesidad que todos los hombres sienten y muchos expresan.
El escritor en la revista de la Universidad de Chicago dice más adelante que el germen del egoísmo debe destruirse.
"Es este germen del interés propio que ha hecho inútiles todas las enseñanzas, prédicas y plegarias del pasado.   Este germen es un producto de la naturaleza, que hace del instinto de conservación su primera ley, y que con nuestras enseñanzas, prédicas y ruegos lo inculcamos en el hombre con el propósito  de adaptarle a una buena vida, pero en realidad estos valores no tienen importancia".
Vemos nuevamente lo cerca que la Teosofía está de la solución.   Su filosofía de la fraternidad, sus enseñanzas de una elevada vida y de las órdenes jerárquicas desde el hombre a la súper humanidad, son la misma antítesis de todo egoísmo y la verdadera esencia de todo sacrificio.  Es la Teosofía el único conocimiento que en el mundo moderno enseña la vida noble, no para la propia preservación, sino para el adelanto de la humanidad y para ayudar al mundo a soportar, "su pesado karma", el resultado de su oscuro pasado.

La Pascua y la simbología astrológica


Tres formas de “Pascua”: judía, cristiana y la astrológica.
1) Pascua judía
Las fiestas cristianas, en general, tienen sus orígenes en las fiestas judías y estas cumplen la función de edificar a lo espiritual y de crear momentos de descanso físico.Las fiestas judías son de dos categorías: alegres y austeras. Entre las alegres está la de Pésaj o Pascua y la tradición de épocas antiguas, donde los hombres de la tierra de Israel acudían al Templo para agradecer por los frutos que habían recogido.
Y no llegaban con las manos vacías: las épocas de las cosechas eran generalmente motivo para que el campesino hiciese su peregrinación al Templo de Jerusalén, a fin de ofrecer sus frutos a lo Divino y agradecer la abundancia de su familia y su país.Por otro lado, estas fiestas poseen dos fases, cual anverso y reverso de la misma moneda, a saber: una faz misteriosa-religiosa y otra realista-nacional. Ambas fases se hallan íntimamente unidas y resulta imposible separarlas, y dan origen a las “Fiestas Judías”.
La primavera en el hemisferio norte marcaba, para el pueblo de Israel, el comienzo de la siega de la cebada -acontecimiento de máxima importancia para un pueblo absolutamente agrícola y ganadero-; en Pésaj o Pascua -momento de la Luna Llena del mes de primavera- los peregrinos llevaban al Templo de Jerusalén los haces de cebada agradeciendo sus cosechas y esta acción la convirtió en fiesta de peregrinación.
Siguen las otras dos fiestas de la alegría que son Shavuot o fiesta de la cosecha de verano, que ofrecían el pan y el trigo, y finalmente, la fiesta de Sucot, fiesta otoñal de la vendimia, de la cosecha del olivo y de los frutales, los peregrinos llevaban al Templo ramilletes de diversas plantas.
Pésaj rememora la independencia nacional, la primera, la que ocurre con el éxodo de Egipto y se puede afirmar que es considerada la fiesta predilecta del pueblo judío.Es una fiesta hogareña y la celebración de la misma pone en la vida de los judíos un carácter vivificante y restaurador, relacionado con la vivencia de la nueva vida consecuencia de la liberación de la esclavitud.
Con esta última definición, podemos decir que Pésaj tiene una gran potencia porque conmemora dos grandes procesos de transformación: el contenido histórico que trae la liberación del esclavo que se transforma en individuo libre y, la de carácter natural por la primavera, que transforma el suelo desnudo en un campo lleno de vida y floración.
Pésaj es una de las fechas principales del año tradicional judío. Desde semanas antes, el ánimo de todos se predispone para la festividad.Dentro de las casas reina una actividad inusitada, una revolución en los ámbitos femeninos: todos los objetos y utensilios que serán utilizados en la fiesta están siendo preparados; también, los condimentos de la comida y los vinos especiales que la acompaña.
Es el momento de comer durante ocho días el pan sin levadura, el pan que se prepara exclusivamente con harina y agua.La presencia de este elemento denominado “pan de la miseria” viene del momento histórico de trascendencia mundial en que, hacia medianoche, todo un pueblo, con sus mujeres, sus niños y hasta sus rebaños, conducidos por la voluntad divina encarnada en Moisés, salió tan apresuradamente del Egipto que la masa preparada para faenar el pan no tuvo tiempo de fermentar.
Simbólicamente, está el recuerdo de tiempos de opresión e induce a los judíos a no abusar del poder, a velar por el derecho del prójimo y a ayudar al necesitado.El pan sin fermento tiene la marca de la “Justicia y de la Bondad” en la conciencia de éste pueblo. Estos sentimientos dan origen a una costumbre denominada “monedas para el trigo” y consiste en una colecta que se realiza entre los miembros de la comunidad y lo recaudado se entrega a los necesitados para la adquisición del pan y de otros elementos esenciales para la celebración de Pésaj o de la liberación del individuo.
2) Pascua Cristiana
Estamos en la Semana Santa. Para los cristianos tenemos la simbología de la muerte y la resurrección de Jesús en Cristo. Es la representación simbólica de ENTREGA del hombre común (Jesús) y el retorno de un alma que entró en contacto con lo Divino (Cristo).Lo que hace Jesús es entregar, abrir a todos los seres humanos el chakra del corazón, DAR AMOR, para que podamos así también entrar en contacto con lo DIVINO.
Estos días son excelentes para hacer una buena meditación, para hacer una limpieza física, emocional, mental y espiritual de todas las actitudes de vida del año que paso, para poder comenzar una nuevo ciclo “limpio” o consciente de las impurezas para poder seguir limpiando y la manera de hacer tal trabajo está en el proceso de agrandar dentro de nosotros nuestra capacidad de DAR AMOR.
A título de curiosidad la fiesta de Pascua de Resurrección se celebra en toda la comunidad de la Iglesia Católica el primer domingo después de la Luna Llena que sigue inmediatamente al equinoccio de Aries.La fecha de la Pascua determina las demás fechas como: el miércoles de ceniza que cae 45 días antes, la Ascensión 40 días después, el Pentecostés 50 días después y, Corpus Cristi 60 días después (siempre de la fecha de la Pascua).
3) Pascua vista con la simbología astrológica
Es muy interesante saber que el Pésaj (Pascua judía) está siempre relacionado con el 14 día de Nisán o la Luna Llena, dentro de la simbología astrológica, del signo de Aries.Lo que me impresiona bien es que los rabinos estudian profundamente todos los movimientos celestes, y guardan muchos conocimientos que vienen de los babilonios, para poder hacer el cálculo de todas las demás fiestas judías que se basan en la fecha de Pésaj.
Tenían y tienen que saber los ciclos de las Lunaciones de sus 19 años y prestar atención cuando algunos días estos cálculos caen en el día sábado para cambiar, acomodar las fechas y los días de la semana, etc. Sepan que éste año todo eso marca el inicio del año.¡Feliz Año Nuevo!
Otra cosa importante para mencionar es el hogareño ritual judío anterior a la fiesta de Pésaj, donde las amas de casa, las madres de familia tienen mucho trabajo.Para preparar esta fiesta es primordial un trabajo de limpieza, de limpieza profunda que está simbolizada por no tener ningún elemento que contenga levadura dentro de la casa en estos ocho días de festividad.
Todo tiene que ser sacado de los armarios, limpiar los objetos y el armario por dentro; todos los utensilios de la casa van a ser lavados y dejados listos para ser usado en la fiesta y todo el año. Astrológicamente, esta actitud de limpieza está asociada al signo de Piscis que es el signo anterior a Aries. Podemos siempre pensar que Aries “nace” de Piscis, Aries “sale” de Piscis y de este proceso de limpieza que nos trae concentración y de ella se aglutina la carga energética que da origen a Aries.
El inicio, el comienzo está dentro de Aries. Quince días atrás toda la colectividad judía limpiaban sus casas, tiraban las cosas que no sirven más, las que están rotas, la que están viejas, y arrancan el año con todo aquello que quieren tener. Nada está fuera de lugar, todo está cuidado. Es así que se empieza el año, es así que arranca Aries.
También es interesante relacionar estas dos culturas en sus tradiciones y simbologías. El cristianismo da origen al “CORAZÓN DE CRISTO” que está asociado a la liberación del ser por medio de su propia CONCIENCIA AMOROSA, que es equivalente a la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto.