En los 800 años del Gran Perdon
Largo y profundo silencio guardó el Papa Francisco hoy, en la pequeña Porciuncula que alberga la basílica de Asís, meditando sobre el jubileo extraordinario del Perdón que pidió san Francisco hace 800 años a Honorio III.Después de hablar sobre la necesidad de perdonar “ante tantas personas que viven incubando rencores y odios”, pues el perdón “es el principal camino hacia el Paraíso”, el Papa en persona se sentó un buen rato en el confesionario, animando con su ejemplo a todos los sacerdotes.