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jueves, 19 de junio de 2014

LOS MAGICOS REGALOS DE LOS REYES MAGOS

Muchas veces comento con personas si saben el real significado de los regalos de los reyes Magos al Niño Jesús, en la mayoría de casos no tienen ni idea del significado real o mágico que ellos tienen; es muy curioso como el mundo Cristiano ha llegado a celebrar ciertas fechas sin conocer su importancia o significado. Según la tradición cristiana los tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar, llegaron hace más de 2.000 años a celebrar el nacimiento del niño Jesús portando tres regalos: oro, incienso y mirra.
El evangelio de San Mateo (Mt2: 1-12) cuenta de unos Magos que vinieron de Oriente guiados por una estrella buscando al nuevo Rey que habría de nacer. Si bien no existen muchos datos específicos de estos personajes se asume que eran "sabios" o Astrónomos. Asimismo; tampoco se especifica el porque de los regalos; existen muchas interpretaciones inclusive al respecto. Estos Magos pueden no haber sido otros que miembros de la casta sacerdotal como lo sugiere Tertuliano que los nombra como Magos de "estirpe Real". La religión de los Magos era fundamentalmente la de Zoroastro y prohibía la hechicería; su astrología y habilidad para interpretar sueños fue quizás la ocasión para su  encuentro con Cristo. En algunos escritos de la época se menciona el número tres en alusión a las tres familias descendientes de Noé.
La narración evangélica no menciona el número de Magos, y no hay una tradición cierta sobre esta materia. Varios textos cristianos hablan de tres Magos; en realidad se hallan influenciados por el número de regalos. En el Oriente, la tradición habla de doce obsequios.
Como fuere; estos tres Reyes Magos venían de países lejanos y fueron guiados por la Estrella de Belén; que también es atribuible a la triple conjunción de Marte, Júpiter y Saturno ; es allí que Melchor entregó la mirra, Gaspar el incienso y Baltasar el oro.¿Pero que utilidades o propiedades tenían el oro, el incienso y la mirra? ¿Porque precisamente esos tres regalos?
Pues los tres regalos siguen teniendo grandes poderes medicinales hoy en día y ya desde la antigüedad se conocía sus poderes curativos; entonces podríamos decir que lo que en realidad los Reyes Magos le trajeron al niño Jesús fueron elementos para cuidar su cuerpo y su salud. Hoy en día inclusive el deseo de todo padre al momento de nacer su hijo por encima de cualquier cosa  es que este "sano".
EL ORO
La importancia del oro era tan obvia hace más de 2.000 años como lo es ahora; sin embargo tiene un significado mágico que el día de hoy también lo tiene. Pero además del valor que se le ha otorgado en todas las culturas y épocas, el metal ha sido utilizado desde hace miles de años también en algunos tratamientos medicinales.
En la antigüedad algunos creían que ingerir sus alimentos diarios servidos en platos de oro podría prolongar su tiempo de vida y retardar el envejecimiento. También durante la gran peste negra en Europa algunos alquimistas pensaron que podrían curar a los enfermos haciéndoles ingerir oro finamente pulverizado, cosa que no fue tan cierta.
Los primeros registros del uso del oro datan del 1500 antes de Cristo; algunos enfermos en la antigüedad masticaban finísimas láminas o polvo de oro. En determinadas ocasiones se echaba una pizca de este metal en guisos fortalecedores;  el mismísimo Rey francés Luis XII bebía grandes cantidades de oro líquido, brebaje reconstituyente que le preparaban los alquimistas de la corte para fortalecer su maltratada salud.
El Oro en la Alquimia es una vía hacia el autoreconocimiento esencial. Es información sobre nuestro camino, sobre nuestra vida. Es la transmutación del alma, con la medicina de la sabiduría, con la intuición y sobretodo con el corazón; es la búsqueda de la piedra filosofal.
En las últimas décadas se ha descubierto que el oro interfiere inhibiendo algunas moléculas causantes de algunas enfermedades inflamatorias e infecciosas, incluido el VIH. El uso de oro en medicina es conocido como crisoterapia
EL INCIENSO
El incienso del latín incensum o encender, es una preparación de resinas aromáticas vegetales, a las que a menudo se añaden aceites esenciales de origen animal o vegetal, de forma que al arder desprenda un humo aromático con fines religiosos, terapéuticos o estéticos.
El principal objetivo de los budistas tibetanos, donde intervienen los aromas y las vibraciones armónicas de los inciensos es para invocar el apoyo de los espíritus benefactores que están en el ambiente.
Hoy en día el incienso es algo que no puede faltar en las vidas de los budistas, así como en sus fiestas, ceremonias. Es una costumbre quemar el incienso en todas sus celebraciones. Aplicando así la "aromaterapia"
En China y Japón se ha usado en los rituales de adoración de deidades, porque se piensa que el humo puede llevar las oraciones al cielo.
Se dice que el incienso tiene propiedades calmantes y en la antigüedad se le usaba para tratar la melancolía hoy en día la llamada "depresión".
En la medicina ayurvédica usa para tratar la artritis y ha sido muy estudiado para comprobar su potencial curativo en asma, osteoartritis, enfermedad de Crohn y colitis.
Aunque no se ha podido comprobar los beneficios del incienso para estas enfermedades en humanos, de igual manera se sabe que es efectivo como repelente de mosquitos.
LA MIRRA
La mirra es una resina que se obtiene a través de los cortes practicados en la corteza del árbol oriundo de Somalia. Por los cortes fluye un jugo lechoso de color amarillento que al entrar en contacto con el aire forma bolas y granos irregulares, se oscurece y despide un intenso aroma. La composición de esta resina de mirra es diversa. Sus componentes más activos son: aceites esenciales y mucílago. En tiempos pasados se tomaba sencillamente un trocito de esta resina del tamaño aproximado de un frijol y se masticaba con el fin de curar las inflamaciones bucofaríngeas o para protegerse de posibles infecciones; es decir que se le atribuían ya desde la antigüedad propiedades antisépticas y antiinflamatorias.
Mirra significa "amargo" en árabe. En la medicina china se le ha usado durante siglos para curar heridas, cicatrices, sangrado y para aliviar la inflamación.
Los antiguos egipcios lo usaban también para embalsamar a sus muertos y durante mucho tiempo fue considerado un producto más valioso que el mismo oro.
La mirra, sin embargo, sigue siendo muy usada en la industria cosmética, que afirma que el producto tiene propiedades antienvejecimiento.
De hecho, el incienso y la mirra son la base de los productos de belleza más utilizados actualmente; hay quienes las incluyen en los tratamientos antienvejecimiento o anti-age;  ya que se pueden encontrar en algunas cremas, bálsamos y lociones inclusive en tratamientos revitalizantes en algunos de los "Spa" mas conocidos del mundo.
Quizás pues si entrelazamos estos tres regalos estaríamos hablando de que le entregaron al niño Dios herramientas para que su cuerpo en esta vida terrenal este sano. Si bien esta es una interpretació n libre de los regalos de los Reyes Magos, pues no esta muy lejos de la realidad ya que el mensaje real de aquellos Sabios era de que: "debemos cuidar nuestro cuerpo ya que en el Mora el Espíritu de Dios".

Origen de la Palabra Dios

Comencemos con el origen de la palabra Dios, God en inglés.
¿Cuál es la significación verdadera y primitiva de este término? Sus significados etimológicos son tan numerosos como variados. Según uno de ellos, la palabra se deriva de un término persa antiquísimo y muy místico: Goda el cual quiere decir “El mismo”, o algo emanante por sí mismo del Principio absoluto. La raíz de esa palabra es Godan de donde se derivan Wotan, Woden y Odín; de forma que la radical oriental no ha sido casi alterada por las razas germánicas que formaron con ella la voz Gotz, de la cual derivaron el adjetivo Gut, “Good” (bueno en inglés) y el término Goda o ídolo. Las palabras Zeus y Theos de la antigua Grecia dieron origen a la palabra latina Deus. Goda, la emanación, no es ni puede ser idéntica a aquello de lo que emana y, por consiguiente, es tan sólo su manifestación periódica y finita. Cuando el antiguo Arato dijo que “Todos los caminos y mercados frecuentados por los hombres están llenos de Zeus; llenos de El están los mares y también los puertos”, no limitaba la Idea de Dios a un mero reflejo temporal suyo sobre nuestro plano terrestre, como lo es Zeus o su antecedente Dyao, sino que daba a la palabra la extensión de un Principio universal y omnipresente. Antes de que Dyao, el deslumbrante dios (el cielo) hubiera atraído la atención del hombre, existía ya el védico Tat –”aquello”– (that en inglés), el cual no tiene ni para el filósofo ni para el iniciado nombre alguno definido, porque es la noche absoluta, oculta bajo toda la radiante luz manifestada. Pero no se pudo evitar que el Sol, primera manifestación en el mundo de Maya e hijo de Dyao, fuese llamado por los ignorantes “El Padre” como lo fue también el mítico Júpiter, última y significativa reflexión de Zeus–Surya.
De manera que el sol llegó rápidamente a ser sinónimo de Dyao y fue confundido con él.
Para unos, era el Hijo; para otros, “el Padre”, que mora en el radiante cielo. Sin embargo, Dyao–Pitar, el Padre en el Hijo y el Hijo en el Padre, tiene origen finito, puesto que le fue concedida la Tierra como esposa. Durante la gran decadencia de la filosofía metafísica fue cuando comenzó a representarse a Dyâvâ–prithivî, “el Cielo y la Tierra”, en forma de padres universales y cósmicos, no sólo de los hombres, sino también de los dioses. El poético y abstracto concepto original de la causa Ideal acabó por corromperse. Dyao, el Cielo, llegó a ser rápidamente Dyao el Paraíso, la morada del “Padre” y, finalmente, el mismo Padre. En seguida el Sol fue transformado en símbolo del Padre y recibió el título de Dína Kara “el que crea el día”, y de Bhâskara “el que crea la luz”, siendo desde ese momento el Padre de su Hijo y viceversa.
A partir de entonces se estableció el reino del ritualismo y del culto antropomórfico que terminó por envilecer al mundo entero, extendiendo su supremacía hasta nuestra época llamada civilizada.
Una vez se ha visto que éste es el origen común, sólo nos resta establecer el contraste entre los dos dioses –el dios de los gentiles y el de los judíos– y deducir intuitivamente, basándonos en su propia revelación y juzgándoles de acuerdo con su definición, cuál de los dioses se encuentra más cerca del ideal más sublime.
Citemos al coronel Ingersoll el cual ha establecido un paralelismo entre Jehová y Brahma. Jehová, oculto tras las nubes y tinieblas del Sinaí, dice a los judíos:
“No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te prosternarás delante de sus imágenes, ni las
honrarás, porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me aborrecen, a fin de que me teman”.
Compárense estas palabras con las que pone un hindú en boca de Brahma: “Yo soy el mismo para todos los seres. Quienes sirven honradamente a los otros dioses, me adoran involuntariamente. Yo soy el que participa en toda adoración; yo, la recompensa de todos los adoradores”. Compárense ambos párrafos, El primero es un lugar oscuro en que se insinúan cosas que nacen del fango: el otro, grande como el firmamento, cuya bóveda está sembrada de soles.
El primero es el dios que atormentaba la imaginación de Calvino, cuando añadía a su doctrina de la predestinació n la del infierno tapizado de cráneos de niños no bautizados. Las creencias y los dogmas de nuestras iglesias son tan blasfemas por las ideas que implican como las de los paganos que se hallan sumergidos en las tinieblas…Ya pueden disfrazar y enjalbegar cuanto quieran al Dios de Abraham y de Isaac, que nunca serán capaces de refutar las palabras de Marción, quien niega que el Dios del odio pueda ser el mismo Dios que el “Padre de Jesús”. Sea como sea, herejía o no, el “Padre que está en los cielos” ha seguido siendo, a partir de esa época, una criatura híbrida, una mezcolanza del Jave  (Júpiter) de los paganos con el “Dios celoso” de Moisés, Dios que, exotéricamente, es el sol, cuya morada se encuentra en los cielos y, esotéricamente, es el cielo.
¿No da El nacimiento a la luz “que brilla en las tinieblas”, al día, al brillante Dyao, al Hijo, y no es El, acaso, el Altísimo Deus coelun? ¿Y no es Terra, la Tierra, la Virgen eternamente inmaculada que, engendrando sin descanso, fecundada por el ardiente abrazo de su “Señor”– los vivificantes rayos solares – se convierte en madre de todo cuanto vive y respira en el vasto seno de la esfera terrestre? Esto explica el carácter sagrado que tiene en el ritual lo que ella produce: o sea, el pan y el vino. De ahí también la antigua messis, el gran sacrificio ofrendado a la diosa (Ceres Eleusina, es decir, la tierra) de las cosechas (de la mies): messis para los iniciados, missa para los profanos1 que ha llegado a ser hoy en día la misa o liturgia cristiana. La antigua ofrenda de los frutos de la Tierra hecha al Sol, al Deus Altissimus, el símbolo del G.A.D.U. de los francmasones contemporáneos, llegó a ser la base más importante del ritual entre las ceremonias de la nueva religión. Las parejas místicas2 Osiris e Isis (el sol y la tierra) de los egipcios, Bel y la cruciforme Astarté de los babilonios; Odín o Thor y Freya, de los escandinavos; Belén y la Virgo Paritura de los celtas; Apolo y la Magna Mater de los griegos, las cuales tenían idéntica significación, pasaron como representació n corporal a los cristianos y fueron transformadas por ellos en el Señor–Dios o el Espíritu Santo que desciende sobre la Virgen María.El Deus Sol o Solus, o sea el Padre, llegó a confundirse con el Hijo: el “Padre” que brilla deslumbrador en la hora del Mediodía, se transformaba al amanecer en “Hijo”, en cuyo momento se decía el que “había nacido”. Esta idea recibía su gran apoteosis anualmente el día 25 de diciembre, durante el solsticio de Invierno, cuando, según se decía, el sol –acabado de nacer– era igual para los dioses solares de todas las naciones. Natalis solis invicte. Y el “precursor” del Sol resucitado, crece y se fortalece hasta el equinoccio de primavera, que es cuando el Dios–Sol comienza su curso anual bajo el reinado de Ram o del Carnero (Aries), la primera semana lunar del mes.
En toda la Grecia pagana se conmemoraba el día primero de marzo, cuyas neomenia se consagraban a Diana. Por idéntica razón, las naciones paganas celebran su fiesta de Pascua el primer domingo siguiente a la luna llena del equinoccio de primavera. El cristianismo, no sólo ha copiado las fiestas del paganismo, sino también las vestimentas canónicas, cosa que es imposible negar. Eusebio confiesa en su Vida de Constantino, diciendo quizás la única verdad proferida en su vida, que “con el fin de hacer que el cristianismo fuera más atrayente para los gentiles, los sacerdotes (del Cristo) adoptaron las vestimentas externas y los ornamentos utilizados en el culto pagano, y podría haber añadido que habían hecho lo mismo con sus rituales y sus dogmas.
1 De pro, “delante” y fanum, “el templo”; es decir, los que no están iniciados, los que se encuentran ante el templo sin atreverse a entrar.2 La Tierra y la Luna su pariente, son similares. Por eso todas las diosas lunares eran también símbolos representativos de la Tierra.

Sabiduría Divina

Quién mira afuera, sueña; quién mira adentro, despierta.
(Carl Gustav Jung)
Los grandes espíritus siempre han encontrado oposición violenta de los mediocres. Éstos últimos no pueden entender cuando un hombre no se rinde sin pensar a prejuicios hereditarios, sino que franca y valientemente usa su inteligencia.
(Albert Einstein)
Todas las verdades son fáciles de entender una vez que son descubiertas; el punto es descubrirlas.
(Galileo)
No intentes estudiar la más elevada de todas las ciencias si no has decidido de antemano entrar en el sendero de la Virtud, porque aquellos que no son capaces de sentir la Verdad no comprenderán mis palabras.
Únicamente aquellos que entren en el Reino de los Cielos comprenderán los Misterios Divinos, y cada uno de ellos aprenderá la Verdad y la Sabiduría sólo en la medida de su capacidad para recibir en el corazón la Luz Divina de la Verdad. Para aquellos cuya vida consiste únicamente en la mera luz de su ego intelectual, los Misterios Divinos de la Naturaleza no serán comprensibles, porque las palabras que pronuncia la Luz no son oídas por sus Almas; únicamente aquel que se desliga de su ego o propio yo puede Conocer la Verdad, porque la Verdad sólo es posible conocerla en la Región del Bien Absoluto.
Todo cuanto existe es producto de la actividad del Espíritu. La más elevada de todas las Ciencias es aquella por cuyo medio aprende el hombre a conocer el lazo de unión entre la inteligencia espiritual y las formas corpóreas. Entre el Espíritu y la Materia no existen las líneas de separación marcadas, pues entre ambos extremos se presentan todas las gradaciones posibles.
Dios es Fuego, emitiendo la Luz más pura. Esta Luz es Vida, y las gradaciones existentes entre la Luz y las Tinieblas se hallan fuera de la concepción humana. Cuanto más nos aproximamos al centro de la Luz, tanta mayor es la fuerza que recibimos, y tanto mayor poder y actividad resultan. El destino del hombre es elevarse hasta aquel Centro Espiritual de Luz, por sus propios medios. El hombre primordial era un Hijo de aquella Luz. Permanecía en un estado de Perfección Espiritual muchísimo más elevado que en el presente, en que ha descendido a un estado más material asumiendo una forma corpórea y grosera. Para ascender de nuevo a su altitud primera, tiene que volver atrás en el sendero por el cual descendió.
Cada uno de los objetos animados de este mundo obtiene su vida y su actividad gracias al Poder del Espíritu; los elementos groseros hállanse regidos por los más sutiles, y estos a su vez por otros que lo son todavía más, hasta llegar al poder puramente espiritual y divino, y de este modo, Dios influye en todo y lo gobierna todo. En el hombre existe un germen de Poder Divino, germen que desarrollándose, puede llegar a convertirse en un árbol del cual cuelguen frutos maravillosos. Pero este germen puede únicamente desenvolverse gracias a la influencia del calor que radia en torno del Centro Flamígero del Gran Sol Espiritual, y en la medida en que nos aproximamos a la Luz, es este calor sentido.
Desde el centro o causa suprema y original, radian continuamente poderes activos, difundiéndose a través de las formas que su actividad eterna ha producido, y desde estas formas radian otra vez hacia la causa primera, dando lugar con esto a una cadena ininterrumpida en donde todo es actividad, luz y vida. Habiendo el hombre abandonado la radiante esfera de luz, se ha hecho incapaz de contemplar el pensamiento, la voluntad y la actividad del Infinito en su unidad, y en la actualidad tan sólo percibe la imagen de Dios en una multiplicidad de imágenes varias. Así es que él contempla a Dios bajo un número de aspectos casi infinito, pero el mismo Dios permanece uno. Todas estas imágenes deben recordarle la exaltada situación que un tiempo ocupó y a la reconquista de la misma deben tender todos sus esfuerzos.
A menos que se esfuerce en elevarse a mayor altura espiritual, ira sumiéndose cada vez más profundamente en la sensualidad, y le será entonces mucho más difícil el volver a su estado primero.
Durante nuestra vida terrestre actual nos encontramos rodeados de peligros, y para defendernos nuestro poder es bien poco. Nuestros cuerpos materiales nos mantienen encadenados al reino de lo sensual y un millar de tentaciones se lanzan sobre nosotros todos los días. De hecho, sin la reacción del espíritu, la acción del principio animal en el hombre rápidamente lo arrastraría al cieno de la sensualidad, en donde su humanidad desaparecería en último resultado. Sin embargo, este contacto con lo sensual es necesario para el hombre, pues le proporciona la fuerza sin la cual no sería capaz de elevarse. El poder de la voluntad es el que permite al hombre elevarse, y aquel en quien la voluntad ha llegado a un tal estado de pureza que es una y la misma con la voluntad de Dios, puede, incluso durante su vida en la tierra, llegar a ser tan espiritual que contemple y comprenda en su unidad al reino de la inteligencia.
Un hombre tal puede llevar a cabo cualquier cosa; porque unido con el Dios universal, todos los poderes de la naturaleza son sus propios poderes, y en él se manifestarán la armonía y la unidad del todo. Viviendo en lo eterno, no se halla sujeto a las condiciones de espacio y de tiempo, porque participa del poder de Dios sobre todos los elementos y poderes que en los mundos visible e invisible existen, y comparte y goza de la gloria (conciencia) de lo que es eterno. Diríjanse todos tus esfuerzos a alimentar la tierna planta de virtud que en tu seno crece. Para facilitar su desarrollo purifica tu Voluntad y no permitas que las ilusiones de la sensualidad y del tiempo te tienten y te engañen; y cada uno de los pasos que des en el sendero que a la vida eterna conduce, te encontrarás con un aire más puro, con una vida nueva, con una luz más clara, y a medida que asciendas hacia lo alto aumentará la expansión de tu horizonte mental.
La inteligencia sola no conduce a la sabiduría. El espíritu lo conoce todo, y sin embargo ningún hombre le conoce. La inteligencia sin Dios enloquece, empieza a adorarse a sí misma y rechaza la influencia del Espíritu Santo. ¡Ah, cuán poco satisfactoria y engañosa es una tal inteligencia sin espiritualidad! ¡Cuán pronto perecerá! El espíritu es la causa de todo, ¡y cuán pronto cesará de brillar la luz de la más brillante de las inteligencias una vez abandonada por los rayos de vida del sol del espíritu!
Para comprender los secretos de la sabiduría no basta el especular y el inventar teorías acerca de los mismos. Lo  que principalmente se necesita es sabiduría. Solamente aquel que se conduce sabiamente es en realidad sabio, aunque no haya recibido jamás la menor instrucción intelectual. Para poder ver necesitamos tener ojos, y no podemos prescindir de los oídos si queremos oír. Para poder percibir las cosas del espíritu necesitamos el poder de la percepción espiritual. Es el espíritu y no la inteligencia quien da la vida a todas las cosas, desde el ángel planetario hasta el molusco del fondo del océano. Esta influencia espiritual siempre desciende de arriba abajo, y nunca asciende de abajo arriba, en otras palabras: siempre radia desde el centro a la periferia, pero jamás de la periferia al centro. Esto explica por qué siendo tan sólo la inteligencia del hombre el producto o efecto de la luz del espíritu que brilla en la materia no puede nunca elevarse por encima de su propia esfera de la luz, que procede del espíritu.
La inteligencia del hombre será capaz de comprender las verdades espirituales. Únicamente con la condición de que su conciencia entre en el reino de la luz espiritual. Esta es una verdad que la gran mayoría de las personas científicas e ilustradas no querrán comprender. No pueden elevarse a un estado superior al de las esferas intelectuales creadas por ellas mismas, y consideran todo lo que se halla fuera de ellas como vaguedades y sueños ilusorios. Por lo tanto, su comprensión es oscura, en su corazón residen las pasiones, y no se les permite a ellos el contemplar la luz de la verdad. Aquel cuyo juicio es determinado por lo que percibe con sus sentidos extremos no puede realizar las verdades espirituales. Un hombre dominado por los sentidos se mantiene adherido a su yo individual, el cual es una ilusión, y naturalmente, odia la verdad, porque el conocimiento de la misma destruye su personalidad. El instinto natural del yo inferior del hombre le impulsa a considerarse a sí mismo como un ser aislado, distinto del Dios universal. El conocimiento de la verdad destruye aquella ilusión, y por lo tanto, el hombre sensual odia la verdad.
El hombre espiritual es un hijo de la Luz. La regeneración del hombre y su restauración a su primer estado de perfección, en el cual sobrepasa a todos los demás seres del universo, depende de la destrucción y remoción de todo cuanto oscurece o vela su verdadera naturaleza interna. El hombre es, por decirlo así un fuego concentrado en el interior de una cascara material y grosera. Es su destino el disolver en este fuego las porciones materiales y groseras (del alma) y unirse de nuevo con el flamígero centro, del cual es a manera de centella durante su vida terrestre. Si la conciencia y la actividad del hombre hállanse continuamente concentradas en las cosas externas, la luz que radia de la centella divina desde el interior del corazón va debilitándose poco a poco, y desaparece finalmente. Pero si el fuego interno se cultiva y alimenta, destruye los elementos groseros, atrae otros principios más etéreos, hace al hombre más y más espiritual y le concede poderes divinos.
No sólo cambia el estado del alma (la actividad interna), cambia también el estado receptivo más perfecto para las influencias puras y divinas, y ennoblece por completo la constitución del hombre hasta que se convierte en el verdadero Señor de la creación. La Sabiduría Divina o «Teosofía» no consiste en conocer intelectualmente muchas cosas, en ser sabio en pensamientos, palabras y acciones. No puede existir ninguna Teosofía especial ni cristiana. La Sabiduría en absoluto (Sabiduría Divina) no posee calificaciones. Es el reconocimiento practico de la verdad absoluta, y esta verdad es sólo UNA

Ieshúa

El Nombre de Yeshua Yehosua o Ieshua que en la traducción del Hebreo significa Salvación, o simplemente Salvador. En tiempos cuando Roma dictaba en Judea había muchos problemas politicos, ha resultado de esto grupos de Judíos incluyendo Simon Pedro en hebreo como "Shimeon Kepha Ha-Tzadik" el Zelote[1] hacían enfrentamientos en contra del imperio romano como también el famoso Barrabas o en hebreo como"Bar Aba" ( hijo del Padre) adoptaban nombres "mesiánicos" o proféticos para que el pueblo judío de la época los apoyara en la revolución en contra de la dictadua del Imperio Romano. Es probable que Miriam (maria) su madre lo nombro Yeshua, un nombre común en aquella época a causa del mismo. Estas guerrillas entre Judea y Romanos tenían una data desde el ano 100 AEC (antes de la era común) en la revuelta de los Maccabeos y la Independencia temporal de Judea[2]
Como es mencionado en aquel tiempo Judea estaba dominada dictorialmente por Roma, en el cual todo judío tenía que pagar impuestos al Emperador, en el medio de aquel caos muchos grupos surgieron y necesitaban un líder, una persona que moviera masas, una persona que les sirva como voz y fuerza en contra de la dictadura de roma, fue entonces que emerge Yeshua, el judaísmo no asegura que es el mesías o el mashiaj ben david, pero definitivamente fue una persona que movía masas, miles de personas lo seguían.
El judaísmo niega que Yeshua fue Rabino, pero las ensenanzas fueron totalmente doctrina judía, como por ejemplo la de Perdonar al pecador, o la más grande de todas en el judaísmo la doctrina del arrepentimiento en hebreo como Teshuva [3] que literalmente de traduce como retornar al Padre, o el de Nacer de nuevo, son doctrinas Judías, la doctrina del sumergirse en Agua para la limpieza de los pecados en Hebreo como sumergirse en una Mikve [4] podriamos enumerar muchos otros.
La Gemara (también Gemorah) (×'×ž×¨× – de la gramatica: Hebrea "[completo]"; Aramaic "[a] estudiar")cuenta[5] que Yeshua tenía conocimiento de la Kabbala[6] (hebreo קַ×`ָּלָ×") y menciona en que entro al templo y toco el Arca del Pacto y se quemó las manos y a causa de las llagas podía sanar enfermos, también hacia uso del vocablo en hebreo en fórmulas para sanar enfermedades especificas, como también los 72 nombres de Di-s para controlar la creación.
Algunos grupos judíos niegan en absoluto todo esto, y asumen que fue un profano hijo de un soldado romano y no de Yosef y que fue un mal estudiante e profano de la Torah, pero no hay prueba antropóloga que pueda probar lo dicho hasta el dia de hoy.
Según lo escrito en la Gemara (también Gemorah) (×'×ž×¨× – de la gramatica: Hebrea "[completo]"; Aramaic "[a] estudiar")cuenta que[7] Yeshua HaNotzri (nazareno) nació aprox en el año 3582 de la Creación (aprox año 2 de la Era Común o cristiana.
Fue hijo de una mujer llamada Miriam que estaba casada con Yosef un carpintero.
Hizo sus primeros estudios en la Yeshiva (Escuela de estudios Judaicos)bajo la doctrina de Shammai[8] (50 BCE–30 CE) Shammai Era un erudito judío del primer siglo, y de una figura importante en el trabajo del centro de judaísmo y de la literatura rabínica, el Mishnah.[9].
En aquella época eran dos doctrinas judías, una encabezadas por Shammai y la otra por Hilel, dos escuelas opuesta la una a la otra, los Fariseos[10] (Hebreo perushim, de parash, que significa "a separar") tenían tendencias Hilelicas.
De acuerdo a sus sabios (los de Israel) Yeshua tuvo cinco discípulos: Mattay, diminutivo de Matitiyahu (Mateo); Nakay al parecer Lucas; Nétzer; Buny o Bunay; Todá, adaptado de Taday (Tadeo).
De acuerdo con lo encontrado por Antropólogos e Arqueólogos se dice que tuvo 13 discípulos.
La Historia relata que más de 250,000 judíos fueron víctimas de la Crucifixion, era una de las tantas formas brutales de asesinar y ejecutar vidas humanas. Fue considera una forma extremadamente deshonrosa y dolorosa la forma de ejecución en la que el Imperio Romano mataba a quien ellos consideraron "Enemigos de Roma"
Según el escritor en la época Romana Flavio Josefo[11]Yeshua fue un Judío mas como otros 250,000 víctima del abuso cometido por el Imperio Romano, parece ser que Roma no veía a Yeshua como un judío más, o mucho menos como un profeta o enviado, para Roma él era un movedor de Masas, una persona que podría traer problemas al Imperio porque a los ojos de Roma el podría causar otra revuelta como paso años atrás.
Finalmente fue ejecutado por ser enemigo para el Imperio.
En otros grupos de judíos no aceptan esta historia, a pesar de que ha sido aprobada por estudios antropologicos e arqueológicos.
El Judaísmo Mesiánico es una más entre las diversas corrientes del judaísmo; quizá incluso la más vieja de todas. Su diferencia con las demás, se basa fundamentalmente en la aceptación del mesianísmo de Yeshua (Jesús).
Sus Orígenes se remontan al siglo primero de la era común, en la que doce judíos provenientes de diversas corrientes y esferas sociales, creen que en Yeshua de Nazareth, se cumplen las profecías mesiánicas anunciadas en el Tanaj, por medio de los patriarcas y profetas; razón por la cual aceptan su invitación a seguirle y predicar las buenas nuevas entre la Casa de Israel (Mat 10:1-7). Por estos mismos motivos, el Mesías les promete que durante su reinado -la restauración de la monarquía davídica-; gobernarían conjuntamente con él, a las doce tribus de Israel (Mat 19:28).
Luego de la resurrección de Yeshua, los judíos mesiánicos -conocidos entonces por la sociedad jerosolimitana como el grupo "Ha Derej"(El Camino)-, permanecen como una más de las corrientes judías de la época; así que el Templo de Jerusalén, continúa siendo el centro de su adoración y la puerta de Salomón, su lugar predilecto de reunión (Hechos 2:46, 3:1-26,4:1-4, 5:38-42, 6:7, etc.). A los pocos años y como consecuencia de la muerte de Esteban, a excepción de los apóstoles, el resto huye de Jerusalén, y de ésta manera el mensaje que les había sido depositado por su amado rabí, comienza a ser escuchado en Judea y Samaria (Hechos 8:1,4).
Sin embargo, no es hasta que Dios llama a su servicio a un joven e intransigente rabino, de nombre Shaul (Saulo-Pablo) , para que su mensaje sea llevado a todo el mundo conocido. Momento histórico en el que nace justamente el cristianismo (Hechos 11:19-26). Por desgracia y debido a diversos factores políticos, sociales, culturales -sin olvidar la voluntad permisiva de Dios- : judíos mesiánicos y cristianos comienzan a caminar por sendas separadas (aunque unidos espiritualmente por el mismo Camino trazado por Yeshua-Jesús) .
Largos siglos de dolor, persecución e ignominia, esperaban al judaísmo mesiánico. La huella del antisemitismo no fue menos profunda en sus hijos, que en el resto de sus hermanos de las otras corrientes judías, pues a la hora de las persecuciones no importó en absoluto, si se creía, o no, en Yeshua. Por fortuna, nuevos tiempos comenzaron a soplar en Europa, de tal forma que durante el siglo XVIII, muchos judíos de distintos países, además de creer que Yeshua es el Mesías anunciado en las Kitvei Kodesh (Sagradas Escrituras); consideran que no tenía ningún sentido, ni apoyo bíblico, que para creer en su propio Dios, en su propio Mesías, y en sus propias Escrituras; tuviesen que renunciar a su herencia y cultura judía, por lo que tímidamente comienzan a organizarse de nuevo.
Diversas agrupaciones se forman por toda Europa, pero no es sino hasta el 14 de mayo de 1866, en que se forma la Alianza Hebreo-Cristiana de la Gran Bretaña (intentar utilizar el nombre "judío mesiánica" hubiera sido casi un suicidio). Su primer presidente es el Dr. Carl Schwartz, de manera que su ejemplo es seguido por otros países, por lo que se forman también Alianzas Nacionales en casi todo el continente.
Concluida la Primera Guerra Mundial, las Alianzas Nacionales sobrevivientes convocan a una reunión de carácter internacional en la ciudad de Londres, pues creían que así como el sentimiento sionista imperante en esa época estaba en el fluir divino, de la misma forma era el momento de unificarse y presentar un frente común ante ante tanta adversidad e incomprensión (no pocas veces proveniente de ambos lados)
El 8 de septiembre de 1925 en la ciudad de Londres, con delegados de dieciocho naciones representando a los cinco continentes, se formó, luego de oración y de escuchar mensajes poderosos así como diversas ponencias con sólidas bases bíblicas -acordes por supuesto, al tiempo político que se vivía-: la International Hebrew Christian Alliance (hoy International Messianic Jewish Alliance). La presidencia recayó en un caballero de la corona británica: Sir Leon Levinson (foto al margen).
Dentro de este movimiento, En datos estimados existen aproximadamente 1.5 milones de judíos mesiánicos en todo el mundo.
Judaísmo caraíta
Caraíta, etimológicamente del hebreo laraim, significa `seguidores de la Escritura'. El judaísmo caraíta tiene como libro sagrado a la Biblia hebrea. La interpretació n de la Escritura debe ser individual. No acepta ningún otro escrito, como la Mishnah o el Talmud, ni la tradición oral rabínica.
Surgió en el siglo VIII en Palestina con Anán Ben David. El Caraismo repudia a cualquier tipo de mesianismo fundado en Falsos mesías, como es el caso de Jesus de Nazaret.
Judaísmo ebionita
El judaísmo ebionita (ebionim) considera que Jesús de Nazaret fue un judío con ideas próximas a los profetas de Israel, en cuanto a su fidelidad a la Torah, su apoyo a los pobres, reclamando justicia social.
El movimiento judío ebionista se considera restaurador del antiguo ebionismo, desde 1985. En America latina tiene como Adalid y Traductor a Jorge Arzaquel.
Judaísmo Netzarim Ortodoxo
El judaísmo Netzarim Ortodoxo(Netzarim) considera que Jesús de Nazaret fue El Mesías Del pueblo de israel, pero solo reconocen la Tanaj Hebrea Como Inspirada por dios.

CONFESIONES DE FE DE GRANDES CIENTÍFICOS

Johannes Kepler 1571-1630, fue uno de los mayores astrónomos:
“Dios es grande, grande es su poder, infinita su sabiduría. Alábenle, cielos y tierra, sol luna y estrellas con su propio lenguaje. ¡Mi Señor y mi Creador! La magnificencia de tus obras quisiera yo anunciarla a los hombres en la medida en que mi limitada inteligencia puede comprenderla “
Copérnico (1473- 1543), fundador de la mundovisión moderna:
“¿Quién que vive en íntimo contacto con el orden más consumado y la sabiduría divina, no se sentirá estimulado a las aspiraciones más sublimes? ¿Quién no adorará al Arquitecto de todas estas cosas?
Newton (1643- 1727) fundador de la física teórica clásica:
“Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos un inmenso océano. La admirable disposición y armonía del universo, no ha podido sino salir del plan de un Ser omnisciente y omnipotente”
Linneo (1707- 1778) fundador de la botánica sistemática:
“He visto pasar de cerca al Dios eterno, infinito, omnisciente y omnipotente y me he postrado de hinojos en adoración”
Volta (1745- 1827), descubrió las nociones básicas de la electricidad:
“Yo confieso la fe santa, apostólica, católica y romana. Doy gracias a Dios que me ha concedido esta fe, en la que tengo el firme propósito de vivir y de morir”
Ampere (1775- 1836), descubrió la ley fundamental de la corriente eléctrica:
“!Cuan grande es Dios, y nuestra ciencia una nonada!”
Cauchy (1789- 1857) insigne matemático:
“Soy cristiano, o sea, creo en la divinidad de Cristo, como todos los grandes astrónomos, todos los grandes matemáticos del pasado”
Gauss (1777- 1855), uno de los más grandes matemáticos y científicos alemanes:
“Cuando suene nuestra última hora, será grande e inefable nuestro gozo al ver a quien en todo nuestro quehacer solo hemos podido vislumbrar”
Liebig (1803- 1873), célebre químico:
“La grandeza e infinita sabiduría del Creador la reconocerá realmente sólo el que se esfuerce por extraer sus ideas del gran libro que llamamos la naturaleza”
Robert Mayer (1814- 1878), científico naturalista (Ley de la Conservación de la Energía)
“Acabo mi vida con una convicción que brota de lo más hondo de mi corazón: la verdadera ciencia y la verdadera filosofía no pueden ser otra cosa que una propedéutica de la religión cristiana”.
Secchi (1803- 1895), célebre astrónomo:
“De contemplar el cielo a Dios hay un trecho corto”
Edison (1847- 1931) , el inventor más fecundo, 1200 patentes:
…Mi máximo respeto y mi máxima admiración a todos los ingenieros, especialmente al mayor de todos ellos: Dios”
Schleich (1859- 1922), célebre cirujano:
“Me hice creyente a mi manera por el microscopio y la observación de la naturaleza, y quiero, en cuanto está a mi alcance, contribuir a la plena concordia entre la ciencia y la religión”
Marconi (1874- 1937), inventor de la telegrafía sin hilos, Premio Nobel 1909:
“Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración, y creo, no solo como católico, sino también como científico”
Millikan (1868- 1953), gran físico americano, Premio Nobel 1923:
“Puedo de mi parte aseverar con toda decisión que la negación de la fe carece de toda base científica. A mi juicio jamás se encontrará una verdadera contradicción entre la fe y la ciencia”
Eddingtong (1882- 1946) Célebre astrónomo inglés:
“Ninguno de los inventores del ateísmo fue naturalista. Todos ellos fueron filósofos muy mediocres”
Albert Einstein (1879- 1955), fundador de la física contemporánea ( teoría de la relatividad y premio Nobel 1921):
“Todo aquel que está seriamente comprometido con el cultivo de la ciencia, llega a convencerse de que en todas las leyes del universo está manifiesto un espíritu infinitamente superior al hombre, y ante el cual, nosotros con nuestros poderes debemos sentirnos humildes”
Plank (1858- 1947), fundador de la física cuántica, premio Nobel 1918:
“Nada pues nos lo impide, y el impulso de nuestro conocimiento lo exige…relacionar mutuamente el orden del universo y el Dios de la religión. Dios está para el creyente en el principio de sus discursos, para el físico, en el término de los mismos"
Schrödinger (1887- 1961), creador de la mecánica ondulatoria, premio Nobel 1933:
“ La obra maestra más fina es la hecha por Dios, según los principios de la mecánica cuántica…”
Hathaway, padre del Cerebro electrónico.
“ La moderna física me enseña que la naturaleza no es capaz de ordenarse a si misma. El universo supone una enorme masa de orden. Por eso requiere una “Causa Primera” grande, que no está sometida a la segunda ley de la transformació n de la energía y que por lo mismo, es Sobrenatural”
Wernher Von Braun (1912- 1977), constructor alemán- americano de los cohetes espaciales:
“ Por encima de todo está la gloria de Dios, que creó el gran universo, que el hombre y la ciencia van escudriñando e investigando día tras día en profunda adoración”
Charles Townes (Compartió el premio Nobel de física 1964 por descubrir los principios del láser):
“ Como religioso, siento la presencia e intervención de un ser Creador que va más allá de mi mismo, pero que siempre está cercano…la inteligencia tuvo algo que ver con la creación de las leyes del universo”
Allan Sandage (1926-) Astrónomo profesional, calculó la velocidad con la que se expande el universo y la edad del mismo por la observación de estrellas distantes:
“ Era casi un ateo prácticamente en la niñez. La ciencia fue la que me llevó a la conclusión de que el mundo es mucho más complejo de lo que podemos explicar. El misterio de la existencia solo puedo explicármelo mediante lo Sobrenatural”