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jueves, 10 de julio de 2014

La religión interpreta al mundo y transforma la conciencia

Ken Wilber, famoso pensador norteamericano autor de libros como “Los tres ojos del conocimiento” o “Cuestiones cuánticas”, hace una reflexión en la revista Enlighten Next acerca de las dos facetas de la religión. Una primera faceta, la interpretativa, es la que permite al “yo” separado otorgar sentido al mundo. Una segunda faceta, la transformadora, es la que origina una verdadera transformación de la conciencia en los individuos. Ambas aproximaciones a la espiritualidad deben combinarse para legitimar el mundo, y también para desafiar nuestras propias legitimaciones.

El famoso escritor y pensador Ken Wilber, autor de libros tan conocidos como “La conciencia sin fronteras”, ha escrito recientemente en la revista Enlighten Next un artículo, en el que reflexiona sobre las dos facetas de la religión.
Según Wilber, la religión tiene dos funciones muy importantes, aunque también muy diferentes entre sí. Por un lado, la religión actúa como un medio de creación de sentido para el “yo” separado: mitos, relatos, rituales y otros elementos de las religiones nos sirven como consuelo, dan sentido a nuestra existencia, y nos ayudan a resistir los altibajos del destino.
Sin embargo, esta faceta de la religión, señala el autor, no cambia el nivel de conciencia de las personas. Es la segunda función, la función “transformadora” de la religión, la que produce una liberación y una transformación radicales de la conciencia, escribe Wilber.
Interpretación y transformación
La primera función de las religiones sería, por tanto, una especie de “movimiento horizontal” (creación de sentido para el yo), mientras que la segunda sería una suerte de “movimiento vertical”, un movimiento que puede percibirse hacia lo “alto” o hacia las “profundidades” de la conciencia.
A la primera faceta de las religiones Wilber la denomina “interpretación” y, a la segunda faceta, “transformación”. Con la interpretación, el “yo” aprende a percibir y a pensar de una manera determinada la realidad.
Con la transformación, en cambio, el “yo” es examinado, cuestionado e incluso se hace desaparecer para que el individuo alcance una nueva autenticidad.
Ambas funciones de la religión son igualmente indispensables, escribe Wilber. Por su parte, la faceta de la interpretación otorga integridad y seguridad al yo, un sentido para el mundo. Pero, señala el autor, en algún punto del proceso de maduración del individuo esta interpretación deja de funcionar, y ya no ofrece consuelo.
En ese momento, las creencias, los paradigmas, los mitos y las ideas dejan de servirnos, y la trascendencia del “yo” se convierte en el único camino posible. Empieza entonces la búsqueda de la segunda función de la religión, búsqueda que ha sido culminada por muy pocos individuos a lo largo de la historia.
Espiritualidad revolucionaria
Wilber describe la espiritualidad transformadora señalando que ésta no busca legitimar ninguna visión del mundo sino proporcionar verdadera autenticidad. Para ello, cuestiona todo aquello que el mundo entiende como legítimo. Esta espiritualidad sería, por tanto, revolucionaria por naturaleza.
La espiritualidad transformadora, por otro lado, ha sido y es seguida por un número verdaderamente pequeño de personas. El resto de la población religiosa se encuentra implicada en la primera faceta de la religión, la faceta de la interpretación, caracterizada por prácticas mágicas, creencias míticas, oraciones, rituales, etc.
Según Wilber, esto se debe a que la verdadera espiritualidad transformadora es y ha sido extremadamente rara en cualquier momento de la historia, y en cualquier lugar del mundo. Sólo personajes como Padmasambhava, Santa Teresa de Jesús o Maimónides la han llegado a experimentar y a expresar.
El aspecto transformador –raro y revolucionario- de la religión es asimismo difícilmente trasladable a otros, es decir, que aunque cualquier individuo llegue a vivenciar esa segunda faceta de la religión, difícilmente podrá hacer entender a otros de qué se trata y, en su intento, habrá de acudir a la faceta religiosa de la “interpretación”.
Combinación espiritual
Por tanto, aunque seamos críticos con las religiones meramente “interpretativas”, escribe Wilber, hay que darse cuenta de que es necesaria una aproximación integral a la espiritualidad humana, que combine lo mejor de la faceta horizontal y de la vertical, lo interpretativo y lo transformador, lo legitimado y lo auténtico.
Wilber señala la importancia de, en ese camino, no caer en el error de creer como tales “ofertas” espirituales transformadoras, que en realidad son sólo interpretativas.
Expresiones como “nuevo paradigma que cambiará el mundo” y “gran transformación”, que aparentemente ofrecen medios efectivos de desmantelamiento del yo para encontrar su autenticidad, en realidad son nuevas formas religiosas interpretativas, advierte Wilber.
Según él, la faceta transformadora de la religión siempre conlleva y reclama una deuda al que la practica: se debe permitir que penetre hasta el interior del individuo, y que desde él se extienda alrededor de cada uno.
Este camino de expansión se hace desde la autenticidad, no desde esa profunda hipocresía que se esconde en el juego de tomar una nueva interpretación, y llamarla “gran transformación”, advierte Wilber.

Un desafío a los Teósofos


Todo el que observe los acontecimientos internacionales no dejará de percibir la tensión que existe en todas partes del mundo.   Es algo más que una tensión económica; es más que la tensión industrial entre obreros y patronos; es más que la tensión de una lucha nacionalista y política.   Esos no son más que los síntomas de la subyacente necesidad que siente el mundo de encontrar una respuesta a esos problemas, basada en algo más sólido, más digno de confianza y duradero que cualquiera de las ineficaces "soluciones" del pasado.
No es que los hombres tengan miedo.   Los hombres están dotados de suficiente valor.  
Si la humanidad presenciase la inevitable destrucción del mundo y de la raza, encontrarían heroica guía y probablemente resultasen todos héroes, demostrando así, que están hechos de divina materia.       
Pero los hombres saben que para hacer frente al desastre no es bastante el coraje;  y la gran tensión que sienten, se debe a que se dan cuenta que la destrucción no es inevitable;  porque en el fondo de su naturaleza saben que en alguna parte hay una solución. 
Es la emoción que fuerza a aguardar, la duda señalando que se puede hallar la solución, es el esfuerzo mental de la lucha para encontrar la solución a tiempo.
En  un artículo en la revista de la Universidad de Chicago, un autor decía:
" ...El mundo está inflamado de duda, terror y odio; esa llama sólo puede ser extinguida por el sabio, escribiendo en la soledad de su estudio, pero escribiendo con pasión por el derecho y por el bienestar del mundo"...
El valor del sacrificio, y, de la devoción apasionada con respecto a las necesidades humanas es indudable, pero más adelante en la misma revista otro escritor ofrece una mejor solución.
"  ..No es suficiente enseñarles a los  hombres sabiduría, caridad y tolerancia.  Estos atributos son de la misma esencia de lo que se ha venido enseñando desde hace dos mil años.
"..No será suficiente que los hombres de ciencia se pongan a trabajar para aminorar el choque que en la sociedad produce todo progreso industrial.. .
"...No será suficiente que el erudito en la soledad de su estudio, escriba con pasión por los derechos y bienestar de los pueblos.   Los anaqueles del mundo están llenos de ese material.
"El hombre necesita, una nueva base de verdades eternas en la cual cimentar una nueva fé.   El hombre necesita nuevos valores, y que una nueva fórmula rija su vida".
Para los teósofos, tal exposición es un incesante desafío.   La fórmula que presenta, no podría describir mejor lo que la Teosofía tiene para ofrecer en Sabiduría.    Nunca urgió más el tiempo .   Nuevas verdades se necesitan que sean básicas y eternas, capaces de cimentar una fé aquí abajo en la tierra, y practicables con un "conjunto de valores para los cuales vivir".  No es esta una mera retórica, sino la expresión de lo que el mundo verdaderamente busca y ansiosamente espera.
La Sociedad Teosófica ha luchado valientemente, ...para expandir la luz, desde que su llama fué encendida en un mundo supersticioso y materialista.   No ha podido evitar las guerras, a pesar de exhibir las básicas verdades, los valores eternos que los pensadores y las instruidas masas de la humanidad reconocen como esenciales para la paz, la vida y la libertad.
Esas verdades básicas no necesitan ser adaptadas a los hombres de ciencia, ni a los educadores, ni a los psicólogos, ni a ningún otro que verdaderamente busca de responder al llamado de la humanidad.   Esos tomarán las verdades básicas, percibirán su importancia y eterno poder y lo aplicarán a la ciencia, a la educación, a la psicología, a todos los actos a través de los cuales aquellos que están interesados en el bienestar de la humanidad buscan ayuda.  Tales hombres en todas las actividades, están tratando de descubrir la subyacente e iluminadora verdad, sin la cual saben ellos que todos sus esfuerzos son vanos.   Si los teósofos dieran esta verdad en toda su potencia y pureza, sus razones harían que esos hombres adaptasen a ella sus pensamientos profesionales.
Sin duda alguna, es muy importante, que los Teósofos sean ampliamente versados en todas las formas de pensamiento relacionados con los diferentes conocimientos.  Sin embargo más urgente es la necesidad de "nuevas y básicas verdades...verdades eternas...de nuevos valores...una nueva fórmula por la cual vivir",...y si estas fueran claramente expuestas, la adaptación profesional, podría dejarse sin ningún peligro a aquel que sinceramente busca ayudar a la Humanidad.
Lo que se le pide a los teósofos, es que conozcan concienzudamente las verdades básicas, y eternas que constituyen nuestro especial campo de conocimiento, las que deben exponer personalmente y a través de las actividades de la Sociedad Teosófica, en toda su pureza, su lógica e inspirante veracidad.   Esas básicas y eternas verdades, poseen un gran poder si se les facilita un canal puro por el que puedan fluir, y, no necesitan disfrazarse, ni ser diluidas, ni tampoco adaptarse a diferentes tendencias.
Los hombres de saber y de percepción buscan lo básico y lo eterno, los elementos para una nueva fé, nuevos valores para una más feliz vida, y no dejarán de reconocerlas si son claramente expuestas.
En Teosofía, esos hechos fundamentales, básicos y eternos en su naturaleza, han sido extraídos de todas las grandes fuentes de la verdad;  de las religiones, de la filosofía, de la misma Naturaleza.
Esta única síntesis e integración responde al llamado de los pensadores de la humanidad.  Esto es lo que el mundo ansía.  Esto que muestra que los hombres son hermanos por naturaleza, que hace comprensible la utilidad de la vida, y la muerte, desposeyéndolas de todo temor, manteniendo la fé de los hombres por la razón, explicando el pasado, y el presente, e indicando un razonable y seguro camino hacia la felicidad;  esto solamente puede aliviar la tensión de la impelente necesidad que todos los hombres sienten y muchos expresan.
El escritor en la revista de la Universidad de Chicago dice más adelante que el germen del egoísmo debe destruirse.
"Es este germen del interés propio que ha hecho inútiles todas las enseñanzas, prédicas y plegarias del pasado.   Este germen es un producto de la naturaleza, que hace del instinto de conservación su primera ley, y que con nuestras enseñanzas, prédicas y ruegos lo inculcamos en el hombre con el propósito  de adaptarle a una buena vida, pero en realidad estos valores no tienen importancia".
Vemos nuevamente lo cerca que la Teosofía está de la solución.   Su filosofía de la fraternidad, sus enseñanzas de una elevada vida y de las órdenes jerárquicas desde el hombre a la súper humanidad, son la misma antítesis de todo egoísmo y la verdadera esencia de todo sacrificio.  Es la Teosofía el único conocimiento que en el mundo moderno enseña la vida noble, no para la propia preservación, sino para el adelanto de la humanidad y para ayudar al mundo a soportar, "su pesado karma", el resultado de su oscuro pasado.

La Pascua y la simbología astrológica


Tres formas de “Pascua”: judía, cristiana y la astrológica.
1) Pascua judía
Las fiestas cristianas, en general, tienen sus orígenes en las fiestas judías y estas cumplen la función de edificar a lo espiritual y de crear momentos de descanso físico.Las fiestas judías son de dos categorías: alegres y austeras. Entre las alegres está la de Pésaj o Pascua y la tradición de épocas antiguas, donde los hombres de la tierra de Israel acudían al Templo para agradecer por los frutos que habían recogido.
Y no llegaban con las manos vacías: las épocas de las cosechas eran generalmente motivo para que el campesino hiciese su peregrinación al Templo de Jerusalén, a fin de ofrecer sus frutos a lo Divino y agradecer la abundancia de su familia y su país.Por otro lado, estas fiestas poseen dos fases, cual anverso y reverso de la misma moneda, a saber: una faz misteriosa-religiosa y otra realista-nacional. Ambas fases se hallan íntimamente unidas y resulta imposible separarlas, y dan origen a las “Fiestas Judías”.
La primavera en el hemisferio norte marcaba, para el pueblo de Israel, el comienzo de la siega de la cebada -acontecimiento de máxima importancia para un pueblo absolutamente agrícola y ganadero-; en Pésaj o Pascua -momento de la Luna Llena del mes de primavera- los peregrinos llevaban al Templo de Jerusalén los haces de cebada agradeciendo sus cosechas y esta acción la convirtió en fiesta de peregrinación.
Siguen las otras dos fiestas de la alegría que son Shavuot o fiesta de la cosecha de verano, que ofrecían el pan y el trigo, y finalmente, la fiesta de Sucot, fiesta otoñal de la vendimia, de la cosecha del olivo y de los frutales, los peregrinos llevaban al Templo ramilletes de diversas plantas.
Pésaj rememora la independencia nacional, la primera, la que ocurre con el éxodo de Egipto y se puede afirmar que es considerada la fiesta predilecta del pueblo judío.Es una fiesta hogareña y la celebración de la misma pone en la vida de los judíos un carácter vivificante y restaurador, relacionado con la vivencia de la nueva vida consecuencia de la liberación de la esclavitud.
Con esta última definición, podemos decir que Pésaj tiene una gran potencia porque conmemora dos grandes procesos de transformación: el contenido histórico que trae la liberación del esclavo que se transforma en individuo libre y, la de carácter natural por la primavera, que transforma el suelo desnudo en un campo lleno de vida y floración.
Pésaj es una de las fechas principales del año tradicional judío. Desde semanas antes, el ánimo de todos se predispone para la festividad.Dentro de las casas reina una actividad inusitada, una revolución en los ámbitos femeninos: todos los objetos y utensilios que serán utilizados en la fiesta están siendo preparados; también, los condimentos de la comida y los vinos especiales que la acompaña.
Es el momento de comer durante ocho días el pan sin levadura, el pan que se prepara exclusivamente con harina y agua.La presencia de este elemento denominado “pan de la miseria” viene del momento histórico de trascendencia mundial en que, hacia medianoche, todo un pueblo, con sus mujeres, sus niños y hasta sus rebaños, conducidos por la voluntad divina encarnada en Moisés, salió tan apresuradamente del Egipto que la masa preparada para faenar el pan no tuvo tiempo de fermentar.
Simbólicamente, está el recuerdo de tiempos de opresión e induce a los judíos a no abusar del poder, a velar por el derecho del prójimo y a ayudar al necesitado.El pan sin fermento tiene la marca de la “Justicia y de la Bondad” en la conciencia de éste pueblo. Estos sentimientos dan origen a una costumbre denominada “monedas para el trigo” y consiste en una colecta que se realiza entre los miembros de la comunidad y lo recaudado se entrega a los necesitados para la adquisición del pan y de otros elementos esenciales para la celebración de Pésaj o de la liberación del individuo.
2) Pascua Cristiana
Estamos en la Semana Santa. Para los cristianos tenemos la simbología de la muerte y la resurrección de Jesús en Cristo. Es la representación simbólica de ENTREGA del hombre común (Jesús) y el retorno de un alma que entró en contacto con lo Divino (Cristo).Lo que hace Jesús es entregar, abrir a todos los seres humanos el chakra del corazón, DAR AMOR, para que podamos así también entrar en contacto con lo DIVINO.
Estos días son excelentes para hacer una buena meditación, para hacer una limpieza física, emocional, mental y espiritual de todas las actitudes de vida del año que paso, para poder comenzar una nuevo ciclo “limpio” o consciente de las impurezas para poder seguir limpiando y la manera de hacer tal trabajo está en el proceso de agrandar dentro de nosotros nuestra capacidad de DAR AMOR.
A título de curiosidad la fiesta de Pascua de Resurrección se celebra en toda la comunidad de la Iglesia Católica el primer domingo después de la Luna Llena que sigue inmediatamente al equinoccio de Aries.La fecha de la Pascua determina las demás fechas como: el miércoles de ceniza que cae 45 días antes, la Ascensión 40 días después, el Pentecostés 50 días después y, Corpus Cristi 60 días después (siempre de la fecha de la Pascua).
3) Pascua vista con la simbología astrológica
Es muy interesante saber que el Pésaj (Pascua judía) está siempre relacionado con el 14 día de Nisán o la Luna Llena, dentro de la simbología astrológica, del signo de Aries.Lo que me impresiona bien es que los rabinos estudian profundamente todos los movimientos celestes, y guardan muchos conocimientos que vienen de los babilonios, para poder hacer el cálculo de todas las demás fiestas judías que se basan en la fecha de Pésaj.
Tenían y tienen que saber los ciclos de las Lunaciones de sus 19 años y prestar atención cuando algunos días estos cálculos caen en el día sábado para cambiar, acomodar las fechas y los días de la semana, etc. Sepan que éste año todo eso marca el inicio del año.¡Feliz Año Nuevo!
Otra cosa importante para mencionar es el hogareño ritual judío anterior a la fiesta de Pésaj, donde las amas de casa, las madres de familia tienen mucho trabajo.Para preparar esta fiesta es primordial un trabajo de limpieza, de limpieza profunda que está simbolizada por no tener ningún elemento que contenga levadura dentro de la casa en estos ocho días de festividad.
Todo tiene que ser sacado de los armarios, limpiar los objetos y el armario por dentro; todos los utensilios de la casa van a ser lavados y dejados listos para ser usado en la fiesta y todo el año. Astrológicamente, esta actitud de limpieza está asociada al signo de Piscis que es el signo anterior a Aries. Podemos siempre pensar que Aries “nace” de Piscis, Aries “sale” de Piscis y de este proceso de limpieza que nos trae concentración y de ella se aglutina la carga energética que da origen a Aries.
El inicio, el comienzo está dentro de Aries. Quince días atrás toda la colectividad judía limpiaban sus casas, tiraban las cosas que no sirven más, las que están rotas, la que están viejas, y arrancan el año con todo aquello que quieren tener. Nada está fuera de lugar, todo está cuidado. Es así que se empieza el año, es así que arranca Aries.
También es interesante relacionar estas dos culturas en sus tradiciones y simbologías. El cristianismo da origen al “CORAZÓN DE CRISTO” que está asociado a la liberación del ser por medio de su propia CONCIENCIA AMOROSA, que es equivalente a la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto.

Ser feliz es una decisión



Aunque la Felicidad no es un estado permanente sino solo destellos, ser feliz sí es una decisión sin importar las circunstancias y las situaciones que se presenten.
Se trata de adoptar estilos de vida que nos conduzcan a sacarle el mayor provecho a nuestros estados de felicidad.
Mi vida transcurre como la de cualquier mortal, con alegrías y tristezas pero logro derrotar estas últimas, pensando en las bendiciones que Dios me ha concedido hasta el día de hoy y he decidido comenzar cada día con una declaración de felicidad, después de dar gracias a Dios por el nuevo día, tratando siempre de alargar los momentos de alegría pero sobretodo tratando de hacerle la vida amable a la gente que me rodea y así generar un entorno que me permita crecer y desarrollarme dentro de un ambiente sano que invite a disfrutar cada momento.
A veces me pregunto, ¿por qué cuando podemos ser felices no lo somos, cuando todos deseamos la felicidad?
Y tratando de responderme, encuentro que mi felicidad está dentro de mi y no afuera, porque si es el entorno el que no me permite ser feliz ese entorno lo he generado yo mismo y muchas veces nos encontramos como extraviados buscando felicidad donde no la vamos a encontrar.
(...) Tenemos tres palabras que debemos ubicar plenamente, ellas son: Pasado, Presente y Futuro.
El Pasado debemos agradecerlo pero ya no podemos vivir en él.
El futuro es tan interesante que podemos construirlo a nuestro gusto pero aún no podemos vivir en él.
Lo que solo nos queda VIVIR EL PRESENTE, pero vivirlo con alegría es nuestra propia decisión, dependiendo esto de nuestra musculatura mental porque así como podemos construir nuestra musculatura física, así podemos construir nuestra musculatura mental con ejercicios que me motiven a vivir y no a sobrevivir, parafraseando a Goethe quien dijo:
"Empieza y se te calentará la mente. Continua y la tarea quedará completa".
Para ser feliz he encontrado que debo ser un buen administrador del tiempo PRESENTE que es el único que poseo y con el que puedo construir mi futuro sin convertirme en un planificador eterno de los que dicen "Algún día haré…." y aprender del pasado, pues éste me enseña y yo tengo el deber de aprender.
En la sabiduría Hindú he aprendido:
"El ayer no es más que un sueño,
El mañana no es más que una visión,
pero el PRESENTE, bien vivido, hace de cada ayer un sueño de felicidad y,

de cada mañana, una visión de esperanza. Por lo tanto, prestemos atención a este día"

Las 8 preocupaciones mundanas

“Alegrarte cuando te alaban 
Deprimirte cuando te insultan o te desprecian 
Sentirte feliz cuando tienes éxito 
Sentirte deprimido cuando fracasas 
Entusiasmarte cuando adquieres riquezas 
Desalentarte cuando eres pobre 
Estar satisfecho cuando tienes fama 
Sentirte deprimido cuando careces de reconocimiento”

El verdadero practicante debe ocuparse de que el cultivo del altruismo no quede mancillado por estos pensamientos. Por ejemplo, si mientras doy esta charla en el fondo de la mente albergo la más leve esperanza de que me admiren, mi motivación queda mancillada por consideraciones mundanas, que los tibetanos denominamos “las ocho preocupaciones mundanas.

….el practicante puede aplicar los ideales altruistas a su vida cotidiana, pero si de pronto se enorgullece y se considera un gran practicante, instantáneamente las ocho preocupaciones mundanas mancillan su práctica. Lo mismo podemos decir del practicante que espera que admiren lo que hace o que supone que lo alabarán por el gran esfuerzo que realiza. Estas preocupaciones mundanas echan a perder nuestra práctica y es importante garantizar que no ocurra con el propósito de que se mantenga pura.