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miércoles, 27 de julio de 2016

“Las JMJ pueden convertir hasta al más ateo”

Cantante peruano lleva su música a Polonia tras una singular travesía 



Dentro de los cientos de miles de jóvenes que llegan a Cracovia, la tierra de Juan Pablo II, se encuentra un joven peruano. Con su guitarra a cuestas, decidido a emprender esta travesía. Esta es su tercera JMJ. Elton Usquiano sabe a lo que va, a peregrinar. Es por eso que no quiso dejar pasar esta oportunidad.

Once años de músico católico y 15 participando en la pastoral de su parroquia San José del distrito de Jesús María en Perú, son suficientes para continuar con estas experiencias esta vez al otro lado del mundo.
“Siempre que el Señor me ha llamado he dispuesto mi corazón para seguir evangelizando. Eso es para mí extraordinario”.

Sin modo de financiar el viaje y tan solo a una semana tomó la decisión. Recibieron su carta y lo invitaron a participar en dos eventos.

Tendrá una presentación en el Festival de la Juventud dentro de un concierto inspirado en el Año de la Misericordia, además está en Cracovia el 27 en Rynek Podgórski y el 28 de julio en el Stadion Cracovii en la feria vocacional en el Stand Cristonautas.

Inesperada travesía al otro lado del mundo

“Aún no puedo creer cómo llegué a ser recibido por esta familia que me ha acogido en Cracovia. Enrumbé desde Lima a Madrid para luego llegar a Munich y finalmente a Cracovia. Dos o tres días de vuelo, sin mucho dinero en el bolsillo. Ya en dos horas llegaré a Cracovia”, detallaba en su cuenta de Facebook.

“En Madrid nos recogieron los organizadores de la JMJ de lo contrario nunca llegábamos. Luego nos llevaron a la parroquia ‘San Benito’. Es extraordinario reunirse por Cristo cantando en diferentes idiomas y con jóvenes de todas partes del mundo”, prosigue.

“Cuando participé en Madrid 2011 junto a la delegación peruana pasamos por Burgos, Aranda de Duero y todos nos recibían como ‘héroes’, y es que en estos lugares no había muchos jóvenes. Fue en 4 Vientos, donde mi espíritu se enriqueció, era la vigilia con el Papa”, recuerda.

“Caminar entre millones de personas, cantar en el metro… cambió mi vida para siempre. En Río 2013 la gente nos recibía en sus casas y parroquias cantando en las catequesis”, expresó.


Música peruana en Cracovia

Llegó a Madrid 2011 como ganador de un concurso de Lectio Divina. Tras escuchar el mensaje de Benedicto XVI estuvo con Francisco en Río en 2013. Ahora lleva sus canciones a Cracovia luego de haber sido escogido entre 400 agrupaciones musicales de 60 países.

Elton Rey, como lo llaman en el ambiente artístico, se desvivía por sorprender al mundo con sus canciones a ritmo de salsa y cumbia. Cantaba siempre como solista y también tocaba en algunos grupos de música tropical.

“Sin embargo, no le encontraba sentido a la música, necesitaba llevar siempre un mensaje. Hasta que fui llamado por un grupo de misioneros para participar en la parroquia. Me negué totalmente. Nunca participaba en misa y menos en la parroquia”, comenta.

“Fue en ese año cuando me confirmé, cuando mi vida cambió por completo. Dejé la salsa romántica, para alabar a Dios “Con toditita mi alma”, “Ven y verás” y “Quiero alabarte”. Ahora vivo sorprendido con lo que Dios hace en mí en cada concierto”, expresa.


El joven cantante asegura que estás jornadas pueden convertir hasta al más ateo.

La XXXI Jornada Mundial de la Juventud será clausurada con una misa de envío. Este es uno de los momentos más esperados porque se anuncia la sede de la próxima JMJ.

La calurosa bienvenida de Polonia al papa Francisco

Los momentos más destacados de esta tarde en Cracovia


¿Quiere Dios que le defienda? ¿Cómo quiere que le defienda?

Sin espíritu polémico


“El sumo sacerdote interrogó a Jesús sobre sus discípulos y su enseñanza. Jesús le contestó: «Yo he hablado abiertamente al mundo. He enseñado constantemente en los lugares donde los judíos se reúnen, tanto en las sinagogas como en el Templo, y no he enseñado nada en secreto. ¿Por qué me preguntas a mí? Interroga a los que escucharon lo que he dicho» Al oír esto, uno de los guardias que estaba allí le dio a Jesús una bofetada en la cara, diciendo: «¿Así contestas al sumo sacerdote?» Jesús le dijo: «Si he respondido mal, demuestra dónde está el mal. Pero si he hablado correctamente, ¿por qué me golpeas?»”(Jn 18, 20-23)

Así responde Jesús ante un juicio injusto: saliendo al encuentro. No puede entenderse la respuesta de Jesús como una provocación. Al contrario. Jesús se tomó en serio a sus interlocutores, incluso a aquellos que le tendieron trampas. No fue un incauto. Pero tampoco actuó jamás a la defensiva. No era un polemista. Su paso por esta vida, la que Él vivió, estuvo marcado por el propósito inquebrantable de hacer el bien y de devolver bien, por mal.

Si ser cristiano es encontrarse personalmente con Jesucristo en una relación de confianza amorosa que nos lleva a seguirle dejándonos hacer por el modo cómo Él vivió, no hay duda acerca del modo como estamos llamados a comportarnos.

Y no importan las circunstancias. No hay otro modo cristiano de relacionarse con el mundo en el que vivimos que no pase por el modo como Jesús vivió, y también murió.

A veces creemos que ante las contrariedades y los desafíos, pero mucho más ante las interpelaciones y las acusaciones, nuestro Dios nos exige coger la espada, aunque solo sea en sentido figurado. Lo hizo Pedro, en Getsemaní. Y ¿qué hizo Jesús? Le reprendió.

El estilo de vida y las enseñanzas de Jesús no fueron jamás un elemento de orden. No vino a justificar el mundo en el que vivió. Tampoco vino a condenarlo, sino a darle una Palabra, la del Padre. ¿No será así como nuestro Dios quiere ser testimoniado?

Me lo pregunto cada vez que escucho clamar con ardor a favor de la presencia pública de los católicos y la Iglesia en nuestra sociedad española. Y me lo pregunto, sobre todo, cuando el mundo, con razón o sin ella, nos desafía, a veces, hasta sonrojarnos.

Confieso que una de las cosas que más he aprendido del pontificado de Benedicto XVI es precisamente a rechazar los métodos y las actitudes defensivas. En eso, como en otras cosas, creo que él y Pablo VI comparten convicciones y actitudes.

Recuerdo perfectamente el Discurso de Benedicto XVI al Colegio de Escritores de La Civilità Cattolica, revista de la Compañía de Jesús, pronunciado en febrero de 2006. En ese discurso el Papa habló de fidelidad, de claridad y de defensa de las verdades de la fe cristiana, pero lo hizo subrayando una expresión que diez años después sigue resonando en mí. Era esta: “sin espíritu polémico”.

Cuando lo leí me recordó la mansedumbre, la claridad, la confianza y la prudencia a las que invitaba la primera encíclica del Papa Pablo VI, Ecclesiam Suam.

¿Qué pasaría si en lugar de condenar, saliéramos al encuentro? ¿Qué sucedería si en lugar de interpretar, preguntáramos antes? ¿Qué pasaría si en lugar de lanzar anatemas aprendiéramos el arte de la acogida?

Tender la mano y preguntar por qué no es debilidad. ¿Acaso nos atreveríamos a calificar de débil a Jesucristo, el Hijo de Dios, cuando le respondió al sumo sacerdote “por qué me golpeas”?

Confieso que estas cuestiones me golpean cada vez que creo descubrir que una parte de mi familia que es la Iglesia me pide que responda de manera envalentonada a provocaciones que a veces no son más que lamentos expresados con rabia, otras veces son reacciones viscerales a conductas incomprendidas, otras veces no pasan de rabietas infantiles y otras, sin embargo, son el modo de llamar la atención de una madre de la que se ha perdido el rastro.

Como sea, cuando eso sucede me acuerdo de Montini y de Ratzinger y me pregunto ¿quiere Dios que le defienda? Y, en caso de que así sea, ¿cómo quiere que le defienda? Y entonces me acuerdo de Jesús ante el sumo sacerdote y me pregunto ¿por qué me golpeas?


El Código del Anciano, un sueño de jóvenes

Una universidad para mayores, jubilación, integración, acabar con el maltrato,... una propuesta desde Uruguay


Allison Kennedy es una joven de 25 años, licenciada en Comunicación Social por la Universidad Católica del Uruguay y preocupada por salvaguardar los derechos de los adultos mayores. Es por ello que desde hace un año está impulsando la actualización del Código del Anciano para que se convierta en proyecto de ley.

El original había sido creado por su abuelo, el geriatra gerontólogo Antonio Ferrara, en la década del 80, junto a la doctora Delia Giudice. Ahora, su sueño es lograr que no quede plasmado solamente en el papel, sino que pueda ponerse en práctica.

A través de una amplia difusión mediática, también en redes sociales con campañas específicas y el inicio de los contactos a nivel político y social, Allison está promoviendo esta idea.

“He encontrado compromiso de todos y ha tenido mucha repercusión en la gente”.

En cuanto a los objetivos del Código, indicó que el original ya de por sí era muy visionario, pero actualmente realizó algunos cambios.

“La parte de maltrato hacia los adultos mayores todavía está contemplado, pues hace 25 años también existía. Mi abuelo promovía la creación de una universidad de la tercera y cuarta edad. Pero también hay muchas cosas como la jubilación, la vivienda que son nuevas”, expresó.

El proyecto cuenta con más de 200 artículos divididos en varios capítulos, entre los que se destaca el papel del adulto mayor en la sociedad y su ubicación. También indica la creación de comisiones, además de otros temas como protección civil, trabajo y salud.

Propone también la creación de clubes estatales para promover la integración de las personas de la tercera edad, de la creación de comunidad, pero también contemplar lo referente a hogares y otros centros.

“Se puede mejorar la calidad de vida de muchos adultos mayores. No quiero que quede registrado en un papel, quiero que se aplique a nivel social. Si se aplica se estaría cumpliendo mi sueño”, prosiguió.

Allison también indicó que durante el proceso de investigación para desarrollar su iniciativa no encontró otras experiencias similares a nivel internacional.

“Así como existe un Código del Niño puede existir un Código del Adulto Mayor. En otros países hay leyes, pero no conozco otros códigos”, indicó.


¿Código de referencia internacional?

La joven uruguaya recordó que cuando el proyecto original fue presentado por su abuelo ya se creía que era posible que se desarrollara un código a nivel internacional.

Ahora, con esta actualización, si bien Allison aún entiende que falta mucho para poder llegar a esa instancia, no descarta que así sea e incluso reconoció que el objetivo fue contemplado.

“A mí me gustaría muchísimo que este código sea modelo a nivel regional y mundial, pero soy consciente de que hay muchos organismos internacionales como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) deberían brindar apoyo si fuera a nivel mundial”, precisó.

Igualmente, desde otros países algunas personas la han felicitado por su trabajo. “Desde Perú me dijeron que estaría bueno que se apruebe a nivel regional porque hace falta que se contemplen los derechos del adulto mayor. Se han contacto conmigo desde Argentina y otros países”, aseguró.

¿Los ancianos, material de descarte?

Uruguay es uno de los países de América Latina con mayor número de adultos mayores de la región, pero el fenómeno, en cuanto a este aumento, no es exclusivo y hay otros países de la región como Chile donde el tema también preocupa mucho.

En varias oportunidades se ha generado el debate sobre el rol de los ancianos en la sociedad y si deben ser considerados “material de descarte o no”.

“Creo que es muy subjetivo considerar a un adulto mayor como descarte o no, porque depende de los valores de cada persona. Hay muchos que se preocupan muchísimo por sus adultos mayores y otros que no y los dejan al abandono”, dijo.

“La idea es atender y generar una gerocultura (contemplar a las personas mayores de una forma integral e integradas en la sociedad de la que forman parte) dentro de la sociedad uruguaya para educar en la importancia del adulto mayor en la sociedad y buscar para los casos en que se los abandone se les quiera más, se les cuiden más y se les valore más”, sostuvo.

El sueño de que llegue a Francisco

“’Me gustaría contar con el apoyo de la Iglesia católica y me gustaría enviarle a al cardenal uruguayo Daniel Sturla una copia del original redactado por mi abuelo y una copia actualizada. También me gustaría enviarle al papa Francisco la copia actualizada del adulto mayor”, explicó.

“Uno de mis sueños es que llegue al papa Francisco. Me gustaría pedirle una bendición sobre el proyecto y para todos los ancianos del mundo”, agregó Allison.

Según estima la joven, este año el anteproyecto de ley podría ser considerado por el Parlamento uruguayo.  

“Lo importante es que ingrese el proyecto con ayuda de todos. Creo que va a ingresar a estudio. Con respecto a probarse lleva un tiempo y depende de los políticos, de los legisladores”, manifestó.

“Muchos jóvenes han contactado conmigo porque dicen también que quieren trabajar y ayudar en el tema. Los motiva ver a una persona joven como ellos preocuparse por los adultos mayores”.

Estas expresiones de Allison, más el arduo trabajo de promoción y reflexión sobre el tema que viene realizando desde hace tiempo, no hacen más que confirmar que mejorar la vida de los adultos mayores es también un sueño de jóvenes.

Pensar en la otra vida


Viajo con un hombre de negocios al que apenas conozco. Ambos tenemos por delante un largo viaje. Acomodados en nuestros asientos del avión, le pregunto: «¿Te has fijo la belleza del paisaje desde las alturas? ¡Qué hermosura el cielo, las costas, las montañas!». La conversación llega a niveles de mayor trascendencia. En un momento determinado me dice: «A mí todo esto del cielo y el infierno me parece ridículo. Una invención de la Iglesia para generar miedo. A mí el Cielo no me atrae para nada. Y el infierno no me asusta porque no existe».
Es triste, pero los hombres somos tan terrenales que nos aferramos a la mundanidad de la vida, obviando la trascendencia. Nos asimos a lo que experimentamos y conocemos. Nada más. La razón nos faculta para identificar ideas y conceptos, para cuestionarlos, para tratar encontrar coherencia o contradicciones entre ellos. Nos permite discernir lo bueno de lo malo. Lo hermoso de lo feo. Los agradable de lo que no lo es. Y tratamos de lograr para nosotros lo mejor de la vida. El afán del ser humano es acomodarse lo mejor posible al ambiente en el que vive. No extraña nada. La vida nos regala cosas muy hermosas. Nos permite amar y ser amados. Admirar bellos monumentos, hermosos paisajes, magníficas obras de arte, excelentes películas, leer libros llenos de poesía, contemplar como nuestro trabajo ofrece los frutos deseados, satisfacer nuestras apetencias, viajar a lugares increíbles, disfrutar de una gastronomía rica y variada…
Relativizar todo esto no es una tarea sencilla. La gente con la que convivimos, nuestra familia, nuestra pareja, nuestros hijos, lo que hemos obtenido como fruto de nuestro esfuerzo… Todo exige esfuerzo para conseguirlo y para mantenerlo.
La consecuencia de todo ello: no es fácil pensar en la otra vida. No es sencillo tener presente ni el cielo ni el infierno. Y como a este compañero de viaje, ni nos atrae el cielo, ni damos importancia al infierno. ¿Y por qué ocurre esto? Porque nos creemos dioses en minúsculas. Actuamos como seres inmortales. Y consideramos una ridiculez que el cielo y el infierno existan. ¡Pero a uno de estos dos lugares estamos predestinados!
Por eso hoy pongo en oración que mi destino y el de los míos es alcanzar el cielo prometido. Mi destino es la eternidad, mi auténtico hogar. La única opción de mi vida. Y esa debería ser mi ambición personal. No quiero convencerme de que la felicidad se asienta en la tierra porque la felicidad perfecta y total está en la vida eterna. ¡Que no olvide nunca, Señor, que me has creado para llegar un día junto a Ti en el cielo!

¡Sí, Señor, que no olvide nunca que Dios me ha creado para alcanzar la vida eterna! ¡Padre Bueno, creo en Cristo, tu Hijo! ¡Creo, Padre, firmemente en la verdad de su testimonio, que solo Él tiene palabras de vida! ¡Creo, Padre, que solo en Jesús y con Jesús puedo ser feliz, porque solo en Él soy amar auténticamente! ¡Dame, Señor, tu gracia para que a través de la oración acreciente mi fe y pueda hacerla vida con el amor a los que más cerca tengo! ¡Señor, soy pequeño y pecador! ¡Algunas veces he dudado de tus preceptos y he buscado la felicidad sin Ti! ¡Sácame, Señor, de mis comodidades y aburguesamientos y pídeme lo que sea más conveniente para mí para llegar al cielo! ¡Reconozco, Señor, que la pena de mi pecado es separarme ti! ¡Acepto, Señor, el alto precio que pagaste por mis pecados cuando moriste en la Cruz! ¡Ven, Jesús, a mi corazón y perdóname todos mis pecados! ¡Te entrego, Señor, el control de mi vida y recibo tu Espíritu Santo como señal de ser adoptado en tu familia! ¡Ayúdame, Señor, a soñar con metas altas, con cumbres elevadas, con estrellas que iluminen mis caminos! ¡Tú estás, Señor, en todo! ¡No quiero, Señor, huir de ti nunca! ¡Ayúdame a avanzar, Jesús, desde mi pobreza y mi pequeñez! ¡Siento, Señor, la desproporción entre mi vida pobre y tu grandeza, entre la vida eterna como promesa y mi vida acomodada! ¡Te amo, Señor!