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domingo, 31 de julio de 2016

¿Cuántas veces se puede aplicar la indulgencia para sacar a un alma del purgatorio?

10 aclaraciones que pueden interesarte


La indulgencia es una remisión de la pena temporal infligida por los pecados cometidos pero que ya han sido perdonados. Dentro de esta pena temporal están incluidas también la eliminación de todo residuo de culpa y la huella negativa que los pecados dejan en el alma.

Y esta remisión la concede la Iglesia si se cumplen ciertas condiciones a favor del alma que deja este mundo en gracia de Dios.

La remisión o eliminación, en todo o en parte, de la pena temporal se alcanza cuando la Iglesia aplica a dicha alma las satisfacciones de Jesucristo y de los santos (Catecismo, 1471), las cuales constituyen su tesoro.

La Iglesia, gracias al “poder de las llaves” dado por Jesús a san Pedro -“Lo que ates en la tierra yo lo ato en el cielo” (Mt. 16, 19)-, tiene potestad para declarar la liberación de las almas del purgatorio; y por tanto nos da la facultad de aplicarles este inmenso tesoro de misericordia.

Este vínculo entre nosotros y las almas del purgatorio se basa en la comunión de los santos, verdad que profesamos en el credo.

Se ha dicho que la remisión de la pena temporal es total o en parte porque hay dos clases de indulgencias: plenaria y parcial (Can. 1471). Las indulgencias pueden aplicarse a nosotros o a las almas del purgatorio.

‘Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias tanto parciales como plenarias’ (Canon 994).

Para ganar una indulgencia plenaria se necesitan las siguientes condiciones:

1. Estar bautizado, no excomulgado.
2. Tener la intención de ganarla.
3. Estar en estado de gracia (la confesión).
4. La comunión eucarística.
5. En este año de la misericordia pasar por una Puerta Santa. El atravesar la Puerta Santa se hará el mismo día que se lucra la indulgencia. Sin embargo también se puede pasar la puerta siete días antes o siete días después de dicha indulgencia.
6. Rezar según las intenciones del Papa. Bastará un Padrenuestro, un credo, un Ave María y un Gloria.
7. Una obra de caridad o de penitencia.
8. El fiel podrá añadir cualquier otra oración, según su piedad y devoción.

10 aclaraciones sobre las indulgencias que pueden interesarte:

1. Se puede ganar una indulgencia por día cumpliendo los requisitos. Cada día se puede ganar una sola indulgencia plenaria por un alma del purgatorio.
2. La indulgencia plenaria suprime el purgatorio. Si la gana un moribundo no pasa por el purgatorio.
3. Si la indulgencia es plenaria basta con aplicarla por el alma una sola vez. Si la indulgencia es parcial se debe aplicar varias veces.
4. Si la indulgencia plenaria se aplica para sí mismo, esta remite la pena temporal de los pecados perdonados hasta el día en que se aplica.
5. Las condiciones para ganar la indulgencia conviene cumplirlas el mismo día.
6. El ofrecimiento de la indulgencia plenaria puede ser previo o posterior a la misma.
7. Con una sola confesión se pueden ganar varias indulgencias plenarias en diversos días, siempre y cuando la persona se mantenga en gracia de Dios.
8. La persona elige el alma para quien pretende conseguir y aplicar la indulgencia.
9.En el caso que no se quiera aplicar por alguien en concreto se puede ofrecer por el alma que más necesitada.
10. La Iglesia ha conferido también la indulgencia plenaria para fechas señaladas, para diversas oraciones o pías practicas, no sólo para este año de la misericordia.

¡La JMJ vuelve a América! El Papa Francisco hizo anuncio oficial


La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) se celebrará por quinta vez en su historia en el continente americano, anunció el Papa Francisco esta mañana en el Campus Misericordiae de Cracovia, Polonia. El país elegido es Panamá.

En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Santo Padre señaló que “la Providencia de Dios siempre nos precede. Pensad que ya ha decidido cuál será la próxima etapa de esta gran peregrinación iniciada por san Juan Pablo II en 1985”.

“Y por eso os anuncio con alegría que la próxima Jornada Mundial de la Juventud —después de las dos de ámbito diocesano— será en 2019 en Panamá”, dijo, seguido de los gritos de alegría de los jóvenes presentes en el Campus Misericordiae.

Las JMJ fueron creadas por San Juan Pablo II, y se celebran cada año en las diócesis de todo el mundo. Pero cada cierto tiempo, en un evento especial, congregan a jóvenes de todo el planeta en una ciudad para celebrar la alegría de la fe y compartir con el Papa.

La primera Jornada Mundial de la Juventud se celebró en Roma (Italia), en 1985. Dos años más tarde se celebró la primera JMJ en el continente americano, en Buenos Aires (Argentina).

La segunda JMJ que se celebró en América fue la de Denver (Estados Unidos) en 1993. La tercera fue la de Toronto (Canadá) en 2002.

La última JMJ en América fue la de Río de Janeiro, en 2013. Esta fue la primera JMJ que presidió el Papa Francisco.

¿Confías en Dios?

Menos depósitos bancarios, más vida



A veces guardo y retengo pensando en el futuro. Construyo grandes graneros que me aseguren la vida:

“Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba entre sí, diciendo: – ¿Qué haré, pues no tengo dónde reunir mi cosecha? Y dijo: – Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: – Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea. Pero Dios le dijo: – ¡Necio! esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán? Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios”.

Pero no conozco el día ni la hora. No sé ese momento en el que dejaré este mundo. No lo veo. En cualquier momento me voy y muero. Pero yo hago planes. Guardo en los bancos. Ahorro. Aseguro mi vida. Tengo miedo. Como si todo dependiera de mí. Como si nada dependiera de Dios. Me gusta hacer cálculos pensando en el futuro.

Vivo una época de incertidumbres. Asesinatos injustificados. Bombas. Atentados. Estos días fue asesinado un sacerdote de 84 años, auxiliar de la parroquia de un pueblo francés. Hacía ocho años había festejado sus bodas de oro sacerdotales. Un cura no se jubila nunca. Y fue asesinado mientras celebraba misa.

El arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, dijo tras su asesinato: “La Iglesia católica no puede esgrimir unas armas distintas a la oración y la fraternidad entre los hombres”.

Ante las manos caídas de un sacerdote octogenario el corazón llora. Las muertes injustas duelen profundamente. Pero no despiertan la rabia ni el odio. No hay ira. Sí la más honda tristeza. Y la más profunda oración. Y un canto de agradecimiento por la vida de ese hombre que tocó tantas veces a Jesús entre sus manos.

La violencia injustificada nos supera. Es como si pensáramos de repente que a nosotros también nos puede suceder lo mismo. A nosotros, a nuestros hijos. Y nos sentimos indefensos ante cualquier peligro. Impotencia, dolor, angustia.

¿Quién me va a defender? Siempre la muerte puede llamar a mi puerta y golpear duro. Y temo el futuro incierto. Y quiero protegerme. Guardarme. Construir reservas.

Pero, ¿de qué me sirve guardar en un granero inmenso pensando en mi salvación? No me sirve de nada guardar sin compartir. Retener sin dar. El granero puede arder. Yo puedo morir mañana. ¿Qué habré hecho con mi vida? No añado un solo día a mi vida preocupado por el futuro.

Hoy escucho: “¿Qué saca el hombre de todos los trabajos y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?”. No saco nada si no me entrego a Dios, si no me anclo en su corazón. Vanidad de vanidades una vida perdida egoístamente. Guardar para no morir. Para no sufrir. Para sobrevivir. Todo asegurado.

¿Y mi confianza en Dios? A veces me falta. Dudo de ese Dios bueno y fuerte que salva mi vida del peligro. De ese Dios que construye conmigo un camino de alegría entre los hombres.

Santiago, un joven que falleció hace muy poco, dejó huella con su vida. Decía de él su hermano mayor: “Tenía la virtud de dejar huella por donde pasaba. Tenía un atractivo físico y un interior que marcaba a las personas. Una capacidad especial de empatizar, de ponerse en el lugar del otro. Era una persona con un gran fondo y con un corazón que no dejaba indiferente a nadie”.

Dejó huella con su vida, con su entrega. Tal vez sus graneros vacíos. Se había desgastado. Como los graneros de ese sacerdote mayor asesinado. No guardó nada para él. Tampoco Santi guardó para él.

Quiero aprender a no guardar para mí. Quiero confiar en el Dios de mi vida. Encontrar su mano en mi vida. Le busco. Quiero ensanchar mi corazón y no tanto los graneros. Ensancharlo para que quepan más vidas. Quiero amar más y no tanto guardar lo que no me da la felicidad eterna.

¡Me centro tanto en la seguridad de este mundo! Y me ato. Y me vuelvo esclavo de mí mismo y de mis miedos. Centrado en lo que me preocupa, en lo que temo perder. Menos graneros, más vida, más confianza.

La preciosa canción de Noa para dar la bienvenida al papa Francisco

Cerca de dos millones de peregrinos escucharon la voz de la cantante israelí Noa al recibir al papa Francisco cantando en inglés y en hebreo Beautiful that way, antes de la misa final de la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia.

Achinoam Nini, su nombre real, canta palabras que ligan muy bien con Jorge Mario Bergoglio: “Sonríe, sin importar lo que digan. No escuches lo que dicen. Porque la vida es bella así…”.

Escucha a Noa en este vídeo único:

¡Qué sepa acoger en mi corazón la virtud de la magnanimidad!

Ayer, alguien al que respeto y aprecio, me expresa su preocupación por un tema que a ambos nos concierne. Las enseñanzas de la gente de oración son siempre una escuela de sabiduría. Un buen consejo facilita dar el siguiente paso en la vida con seguridad: para frenar el dolor, crecer en la caridad, el amor, la generosidad. Me habla de una actitud, la magnanimidad, bella en la pronunciación, preciosa en su aplicación. Medito sobre esta cuestión que comporta grandeza de corazón, misericordia en la victoria, sencillez en el desquite, humildad en el servicio, ánimo grande en las empresas pequeñas… No me habla de heroísmo sino de sencillez, nobleza, generosidad, caballerosidad y desinterés. Que las acciones estén acordes con la pureza de corazón.
Me vino enseguida a la mente la figura del Papa Francisco cuando, al inicio de su pontificado, el Santo Padre recibió en audiencia a la presidenta argentina. Fue la primera autoridad mundial que entraba en el palacio apostólico para felicitar al Santo Padre. El Papa la acogió con afecto a pesar de que, cuando era cardenal de Buenos Aires, Cristina Fernández le había negado al entonces cardenal audiencia en catorce ocasiones y lo había intentado desprestigiar ante la opinión pública argentina. Magnánimo es el que tiene grandeza de alma. Quien tiene grandeza de espíritu sabe olvidar las afrentas y perdona con sinceridad. El saber de la magnanimidad es la humildad. El poder de la humildad es la magnanimidad.
¡Señor, que sepa acoger en mi corazón la virtud de la magnanimidad! ¡Dame un corazón grande de ánimo capaz de hacer el bien, repartir lo propio, devolver más de lo que recibo, ser prudente en mis acciones, manifestar siempre la verdad, no quejarme nunca, perdonar de corazón, amar sin contrapartidas, preocuparme más de la verdad que de los chismes y de la opinión parcial, no gloriarme por el triunfo o por la alabanza de los demás, estimar poco el poder, desapegarme de lo material! ¡Gracias, Señor, porque pones a mi lado amigos de corazón que saben con palabras sencillas y gestos amorosos corregir mi corazón tantas veces soberbio y egoísta!

No me mueve mi Dios para quererte, versionado por la hermana Glenda: