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domingo, 7 de agosto de 2016

A Dios rogando y con el mazo dando

Ayer escuché una frase que hacía tiempo que no oía: «A Dios rogando y con el mazo dando». Es una frase que me ha facilitado, en cierta manera, a profundizar en la oración cuál es mi relación con Dios. Al final, mirando la Cruz y contemplando en silencio el sagrario, comprendes que hay que confiar en el Señor porque todo depende de Él pero al mismo tiempo poner todo el empeño como si todo en realidad dependiera de mí. Confianza y trabajo son dos verbos que marcan esa relación con el Señor. Confianza porque creo con firmeza. Trabajo porque me esfuerzo para tratar de ser mejor y hacer las cosas bien hechas. Confianza porque espero en Dios. Trabajo porque quiero alcanzar las metas. Cuando uno tiene fe y esperanza, confianza y trabajo son das valores que no contraponen. Al contrario, se complementan perfectamente. Para convertirme en un seguidor auténtico de Cristo siento que tengo que unir ambas actitudes.
Saber que estoy en las manos de Dios me da mucha confianza. Y me anima a luchar cada día más. Si he aprendido algo a lo largo de los años en que las dificultades se han convertido en una carrera de obstáculos es que con Dios uno sale siempre adelante. Por muy doloroso que sea el momento y muy difícil la circunstancia que uno está viviendo, desde una lectura cristiana todo son bendiciones. La esperanza y confianza en Dios es el sostén de todo creyente.
Pero nadie puede pedir a Dios si previamente no pone todo su esfuerzo por cambiar la cosas. Dios no es un prestidigitador que saca de su «chistera» divina los problemas de la gente. Es dándose como mejor acoge Dios nuestra necesidad.
Con independencia de la situación que uno está viviendo —sufrimiento, problemas económicos, angustias morales, dificultades personales, enfermedad…— hay que dar lo mejor de uno mismo, hay que tratar de construir en positivo, hay que sacar del interior el valor del esfuerzo y de la entrega, la capacidad de aguantar pero siempre en la confianza y en la espera en Dios, en la esperanza que Dios todo lo puede. Nada destruye al hombre si Dios está en lo más íntimo de su ser porque la vida es un don que Dios ha regalado y eso es lo que le da la trascendencia. Por eso, me siento identificado con esta frase que tanto tiempo hacía que no escuchaba: «A Dios rogando y con el mazo dando».

¡Señor, quiero darte infinitas gracias por los días que cada día me regalas! ¡Muchos están llenos de dificultades pero a tu lado todos son bendiciones y esperanza cerrar! ¡Gracias, Señor por la vida! ¡Señor, gracias, te encomiendo mi pequeña persona, mi vida entera, mi familia, mis amigos, mi trabajo, mis agobios, mis preocupaciones, mis cansancios! ¡Todo es tuyo, Señor, y lo pongo en tus manos misericordiosas para que las eleves a Padre! ¡Te pido, Señor, la fortaleza para llevar la cruz de cada día, para confiar siempre en ti, para vivir alegre sabiendo que tú te ocupas de mis cosas y la de los míos! ¡Señor, gracias porque cuando me pongo en oración tú me escuchas porque soy fruto de tu ternura infinita y amorosa! ¡Quiero, Señor, amarte como tú me amas, quiero valorarme como tú me valoras, quiero respetarme como tú me respetas! ¡Señor, quiero poner en valor todas y cada una de las riquezas que has puesto en mi corazón! ¡Ayúdame también a descubrir las cosas buenas que hay en mi interior y ponerlas al servicio de los demás para que te reconozcan a ti en mis acciones! ¡Te pido, Señor, que estremezcas mi corazón para ser consciente de que cada latido es sostenido por tu amor! ¡Y a ti, Espíritu divino, te pido que me ayudes a ser una persona siempre disponible a los demás! ¡Sana las heridas que la vida produce en mi corazón y enséñame a vivir desde la entrega generosa de la propia vida! ¡Sé mi consejero en todos los proyectos de mi vida porque sin ti nada puedo conseguir! ¡Espíritu Santo, tú eres mi compañero fiel que siempre me acompaña, te pido que fortalezcas cada uno de los pasos vacilantes de mi vida! ¡En papá con la fuerza de tu gracia todos los momentos de mi vida!

Hoy cantamos, Tan solo he venido:

Santa Teresa de América: Los lazos de la santa de Calcuta con el continente

México, Cuba, Guatemala, Brasil... Madre Teresa contada por su postulador para la causa de canonización


El padre Brian Kolodiejchuk es físicamente un gigante, y tiene el rostro y la alegría de un niño. Nació en Canadá, pero su familia es de origen ucraniano, como demuestra su apellido impronunciable. Conoció a Madre Teresa en Roma cuando tenía 21 años. Había viajado con sus padres para encontrarse con su hermana, que era misionera de la caridad y en ese momento estaba en la casa romana de San Gregorio al Celio.

Cuando estaban por volver a Canadá, Madre Teresa le dijo: “Quédate conmigo”. Puede parecer extraño, pero Brian le contestó que sí. Comenzó con los contemplativos, la única rama masculina de la congregación que existía en aquel momento, y terminó siendo uno de los primeros Padres Misioneros de la Caridad, la última rama masculina fundada por Madre Teresa. Los Padres son sacerdotes que se ocupan de cuidar las almas de las misioneras y de las personas que ellas asisten.

Ahora Brian es el Superior de los Padres y también el postulador de la causa de canonización de la Beata Teresa de Calcuta. Vive en Tijuana, México, ciudad tristemente famosa porque se ha convertido en la meta de miles de migrantes clandestinos que tratan de cruzar el muro que los separa de San Diego, Estados Unidos. Por otra parte, todos los miembros de la Familia de los Misioneros de la Caridad, varones y mujeres, tienen la vocación de establecer sus casas en los infiernos del mundo.

Probablemente por eso el padre Brian ha reflexionado tanto sobre la experiencia de la oscuridad que vivió durante cincuenta años la Madre Teresa, porque en ese largo sufrimiento espiritual de la hermana de los pobres se encuentran las huellas que orientan hacia la comprensión de la vocación de los Misioneros de la Caridad: llevar la luz de Cristo a la oscuridad de la condición humana.

Ahora el padre Brian se ha establecido temporalmente en Roma para llevar adelante el intenso trabajo de la Postulación, en vistas del próximo 4 de septiembre, cuando el Papa Francisco proclamará santa a la Madre Teresa de Calcuta. Después viajará a Argentina, invitado para hablar de Santa Teresa de América en la tierra del Papa Francisco.

Los lazos que unen a Madre Teresa con América Latina son muchos, empezando por el segundo milagro, el que permitió la canonización, a un brasileño…

Así es, aparte del milagro, la primera casa de las Misioneras de la Caridad que se abrió fuera de la India, fue en Venezuela en 1965. Este fue un paso muy importante para la Madre Teresa y su congregación, ya que dio inicio a su expansión internacional.

Ella visitaba a las hermanas con mucha frecuencia en los primeros años, y estaba muy impresionada por la apertura y la calidez con la que las hermanas eran recibidas en América Latina. Durante las tres décadas siguientes, Madre Teresa fue a muchos países de América Latina con el fin de abrir nuevas casas para los más pobres de los pobres.

En relación con el milagro que se produjo en Santos, Brasil, en 2008, por intercesión de la Beata Teresa, Ud. dijo que le enviaron la documentación recién a fines de 2013 y fue aprobado en diciembre de 2015…

Exactamente el 17 de diciembre del 2015 el Papa Francisco aprobó la promulgación del decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión de la Beata Teresa de Calcuta. El caso presentado por la Postulación de la Causa de Canonización se refiere a la curación milagrosa que tuvo lugar en 2008 en la ciudad de Santos, Brasil. Se refiere a un hombre que tenía una infección bacteriana del cerebro, lo que dio lugar a múltiples abscesos con hidrocefalia triventricular. Los diversos tratamientos realizados no fueron eficaces, y por lo tanto su estado empeoró cada vez más.

El 9 de diciembre de 2008 el paciente se encontraba en un estado clínico agudo: hidrocefalia obstructiva; se encontraba en estado de coma y estaba muriendo. Se decidió proceder a una cirugía de emergencia. A las 18:10 el paciente fue llevado al quirófano, pero el anestesiólogo no pudo realizar la intubación traqueal para la anestesia.

Mientras tanto, desde marzo del 2008 la esposa del paciente buscó continuamente la intercesión de la beata Madre Teresa para su marido. A sus oraciones de intercesión se unieron también las de sus familiares, amigos, y las del párroco; todos estaban orando por una curación milagrosa por intercesión de Madre Teresa.

Ese mismo día, 9 de diciembre del 2008, cuando el paciente entró en una crisis muy grave y tuvo que ser sometido a una intervención de emergencia,  se dirigieron oraciones más intensas a la Beata Teresa pidiendo por su recuperación. Exactamente entre las 18:10 y 18:40 la esposa del paciente se dirigió a la Beata Teresa rogando con mayor determinación por la curación de su marido moribundo. A las 18:40 el neurocirujano regresó al quirófano y encontró al paciente inexplicablemente despierto y sin dolor.

El paciente le preguntó al médico: “¿Qué estoy haciendo aquí?” A la mañana siguiente, 10 de diciembre del 2008, a las 7:40, cuando se examinó al paciente, estaba completamente despierto y sin ningún tipo de dolor de cabeza; estaba asintomático con percepciones cognitivas normales.

El paciente, completamente curado, reanudó su trabajo como ingeniero mecánico sin ningún tipo de limitación. Por otra parte, los estudios habían demostrado que el paciente era estéril como consecuencia de la inmunosupresión intensa y prolongada y los antibióticos, y actualmente la pareja tiene dos niños sanos nacidos en 2010 y 2012.

El 10 de septiembre del 2015, la comisión médica votó por unanimidad que a la luz de los actuales conocimientos médicos la sanación es inexplicable. El 8 de octubre del mismo año la comisión teológica también votó por unanimidad que había una conexión perfecta de causa y efecto entre la invocación de la Madre Teresa y la curación científicamente inexplicable. El 15 de diciembre del 2015, el caso recibió la aprobación final del Congreso de los Cardenales y Obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, reunidos en sesión ordinaria.

La relación de Madre Teresa con México también es muy fuerte. ¿Podría explicarla en pocas palabras?

Cuando la Madre Teresa llegó por primera vez a Ciudad de México en 1976, las autoridades civiles no eran muy favorables a los religiosos, sin embargo, tratándose de la Madre Teresa estaban dispuestos a hacer excepciones, y fue muy bien recibida. Actualmente, las hermanas tienen 12 casas en México para los pobres, de las cuales cuatro están en la ciudad de Tijuana. Allí las hermanas tienen una comunidad de la rama contemplativa, y está la Casa Madre (que es también el Generalato] de los Padres Misioneros de la Caridad.

Por lo tanto, es evidente que Madre Teresa tenía un amor especial por México y por Tijuana en particular. En una ocasión, ella y el obispo fueron a ver un lugar en la periferia de la ciudad donde las hermanas y los Padres estaban trabajando. Una persona pobre se acercó a ella y le pidió que les dieran La Palabra de Dios, incluso antes de pedir cualquier ayuda material. Madre Teresa estaba tan impresionada que ese mismo día mandó traer una casa de remolque al lugar para que las hermanas pudieran comenzar inmediatamente allí una comunidad.

Y también en Cuba…

Madre Teresa contaba con gusto que la invitaron a conocer a Fidel Castro, cuando a otros religiosos los estaban expulsando de Cuba. Madre Teresa estuvo varias horas con Castro y su familia. Ella le ofreció llevar sus hermanas a Cuba para ayudar a los pobres. Por supuesto, Castro le dijo: “No tenemos ningún pobre en nuestro sistema.” Entonces ella ofreció llevar el amor y el cuidado a los que están solos y abandonados.

Al terminar la visita, la Madre le dijo: “Voy a orar por usted. Usted ore por mí,” pues eso era lo que la Madre acostumbraba a decir. Él dijo: “Mi oración es mi trabajo por el pueblo”, y ella dijo: “¡Qué hermosa oración!” Madre Teresa le dio una imagen de la Virgen y un rosario. Ella se sentía perfectamente cómoda en su compañía, y aquel hombre que había sacado a otros religiosos de su país, terminó invitando a Madre Teresa para que fuera.

La fe que Madre Teresa tenía en la presencia de Dios en cada ser humano la llevaba a encontrar la bondad en cada persona y al mismo tiempo la suscitaba en ellos, tanto si eran santos como pecadores. Esta actitud tenía un efecto impresionante en la gente, porque se sentían amados en vez de sentirse juzgados.

¿Hay otros países de América Latina con los que Madre Teresa haya tenido relación?

En febrero de 1976 un gran terremoto sacudió Guatemala, y Madre Teresa ofreció enviar a sus hermanas. Le escribió al Cardenal, diciéndole que enviaba a las hermanas con mucho amor desde la India para dar tierno amor y cuidado a las personas que sufren

Usted hablará de Santa Madre Teresa cuando ya esté canonizada, en el mes de septiembre en Argentina, la tierra del Papa. ¿La Madre Teresa tuvo relación con la Argentina?

De acuerdo con nuestra lista tenemos 7 casas en Argentina. En la ciudad de Zárate, a sesenta kilómetros de Buenos Aires, fundada en mayo de 1978, y en la localidad de Frontera, fundada en agosto de 1980. Seis años después, en febrero de 1986, se abrió una casa en San Isidro, y otra en la misma provincia de Buenos Aires, en agosto de 1994. Otras tres se fundaron respectivamente en Mar del Plata, en el mes de junio de 1996, en Córdoba en enero de 1998 y en julio del mismo año en la ciudad de Mendoza.

Madre Teresa visitó a las hermanas en Zárate en 1977 y se quedó con ellas cuatro días. También estuvo en Argentina en septiembre de 1982. No tenemos registro de otras visitas, aunque no se descarta la posibilidad que Madre Teresa haya visitado Argentina en otras oportunidades.

¿Y con el Papa Bergoglio?

No creo que hayan tenido mucha relación personal. El mismo Papa cuenta que la vio en el Sínodo de los Obispos de 1994, cuando él era el arzobispo de Buenos Aires. Como el Padre Lombardi, portavoz del Vaticano, explica: “Bergoglio estaba cerca de Madre Teresa, quien se encontraba detrás de él, y en varias oportunidades la escuchó intervenir con mucha fuerza, sin dejarse intimidar por la gran asamblea de obispos. A partir ese momento empezó a sentir un gran aprecio por ella, como una mujer fuerte, capaz de dar un testimonio valiente”.

Pero el mismo Papa, que siempre ha demostrado admiración por las mujeres que lo criaron y le enseñaron, agregó: “Hubiera sentido miedo de tenerla como superiora, porque era bastante exigente”.

El Ave María de Schubert en las manos del rey del Vals

Ave Maria



André León Marie Nicolas Rieu, es un director de orquesta, violinista y compositor holandés. Hijo de un director de orquesta, desde pequeño se fascinó por el mundo de la música. Estudió violín desde los cinco años, primero en el Conservatorio Real de Lieja y posteriormente en el Conservatorio de Maastricht. Entre 1974 y 1977 asistió a la Academia Musical en Bruselas. 40 millones de discos vendidos, 400 discos de platino, su orquesta, la ‘Johann Strauss Orchestra’ hoy cuenta con más de 40 músicos.

Lo llaman el rey del Vals, por sus célebres ejecuciones del Segundo Vals, de las Jazz Suites de Dmitri Shostakovich. André Rieu, logra hacer volteretas entre la música clásica, el pop y folk, entre bandas sonoras cinematográficas y musicales teatrales. Con su vivacidad y la particularidad de la atmósfera que logra crear, ha logrado acercar a un vasto público a la música clásica. En esta actuación se presenta con una de las más sobresalientes composiciones de Schubert. 

Hiroshima fue bombardeada hoy hace 71 años. Este chico escogió cantar al respecto, pero ¿cruzó el límite?

¿Una amarga diatriba envuelta en un alegre ritmo mucho más profundo?



"Escribí la canción desde la simple perspectiva que fueran o no justificados esos bombardeos, fueron trágicos fracasos para la humanidad".

Encontré mi placer culpable

Puse la canción de Kevin Heider Enola’s Wake una y otra vez: hermosa, pero no era cristiana. La canción es un brindis al paso de Enola: “Duerme Enola, duerme y nunca despiertes. Estoy triste de haberte conocido, y la muerte de la que estaba hecha tu vida” dice el coro.

Kevin Heider cruzó la línea esta vez. Como he escrito antes, el álbum de Heider The Spark es oscuro, crudo y más “humano” de lo que estamos acostumbrados a oír en la música cristiana. Atrevidamente nos lleva a las periferias de la experiencia humana, y ¿gozosamente hace un brindis por la muerte de una mujer? ¿Dónde está la misericordia? ¿La esperanza de su salvación?

La metáfora hundida

La canción no será mi placer culpable al fin y al cabo. No fue una amarga diatriba envuelta en un alegre ritmo. Cada palabra fue una metáfora designada a hacer la discusión de un duro tema más agradable.  

Estuve a punto de ser engañada por la genialidad de su letra, perdiendo de vista la cuidadosamente concebida metáfora en medio de la propia narrativa creativa, el brindis por el penoso paso de la mujer. Los débiles recuerdos de una clase de historia distante abrieron mis ojos. 

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos dejó caer una bomba atómica en la ciudad de Hiroshima, Japón. La bomba, llamada “Little boy”, fue transporada en el avión llamado Enola Gay. Ahora, la metáfora se está probablemente hundiendo, mira la letra (al inicio del artículo); es realmente increíble.

Un tema que divide

Heider, quien escribió la canción, compartió con Cecilia su lucha interna personal con el tema, admitiendo que una vez “argumentó con fuerza – y en retrospectiva, sin respeto e ignorancia – a favor de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki”.

Cuando escribió la canción, comenzó a reconsiderar su firme apoyo, pero aún no estaba seguro dónde se encontraba. Estaba, sin embargo, seguro de una cosa. Creía firmemente en las palabras de Juan Pablo II: “La guerra no siempre es inevitable. Siempre es un fracaso para la humanidad”.

“Con esa verdad en la mente”, dijo Heider, “escribí la canción desde la simple perspectiva que fueran o no justificados los bombardeos, fueron trágicos fracasos para la humanidad”.

Puedes encontrar el álbum de Heider The Spark, junto a su nuevo EP Us, en iTunes.

sábado, 6 de agosto de 2016

¿Por qué un cristiano no puede maldecir a nadie?

Maldecir es mucho peor que hablar mal de alguien, ¡es desear su destrucción!


Primeramente, tres textos introductorios: 1.- “Bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os maltraten” (Lc 6, 28) 2.- “Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis” (Rm 12, 14). 3.-“Finalmente, tengan todos un mismo sentir, compartan las preocupaciones de los demás con amor fraterno, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien bendigan, pues para esto han sido llamados; y de este modo recibirán la bendición” (1 P 3, 8-9).

Dicho lo anterior, ya intuimos que no maldecir es prácticamente una orden. En el Sermón del Montaña, Jesús se refirió a la prohibición de maldecir: “Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial,…” (Mt 5, 44-45).

Alguien se preguntará: “¿Pero qué pretende Jesucristo al decir esto? ¿Qué ame a mis enemigos, a quien me maltrata, a quien busca mi mal?” Pues sí, aunque suene absurdo a la lógica humana, esto es lo que nos pide Jesús. Es más, si cumplimos su voluntad es lo que nos identifica como hijos del Padre Celestial; es lo que nos hace sus hijos, es lo que me invita a reconocer en el otro a un hermano.

La fraternidad no es una condición impuesta de arriba, es algo que construimos nosotros día a día, aun entre desconocidos, si en realidad somos cristianos. Para ser hijos de Dios, de hecho y no de nombre, ya sabemos qué hacer.

Las cosas se tienen que hacer como Cristo, el Hijo de Dios, nos ha enseñado con su ejemplo para ser hijos de nuestro Padre celestial. Ser hijo de Dios no es sólo tener un certificado de bautismo entre el bolsillo, es vivir como tal. Si digo que soy hijo de Dios, me tengo que comportar de acuerdo a lo que soy, es de ley natural establecida por Dios. No puede ser de otra manera, las leyes naturales no pueden ser violadas, así de sencillo.

Nosotros tenemos que conocer quién es nuestro Padre para saber comportarnos como sus hijos, en el Hijo. Ahora bien, nosotros los bautizados somos seres espirituales, somos personas llamadas a la conversión, a identificarnos cada vez más y mejor con la Palabra y la voluntad divinas, a ser lo que somos ‘imagen y semejanza de Dios’ (Gn 1, 26-27).

De manera pues que el bautizado se tendrá que comportar como hace Dios Padre que bendice indiscriminadamente pues “hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos” (Mt 5, 45). Somos bendecidos abundantemente por Dios para ser, única y exclusivamente, una bendición para todos.

Por tanto, todas las características y los atributos de nuestro Padre Dios son, o tienen que ser, características y atributos que debemos tener nosotros en la medida que nos corresponde y demostrar. Y si Jesucristo se ha mostrado misericordioso y amoroso para con sus enemigos, nosotros no podemos ser menos, tenemos que comportarnos de la misma manera.

Alguien más se preguntará: “¿Pero es posible amar a mis enemigos? ¿Es posible bendecir a los que nos maldigan o persiguen?” Pues es posible aunque no sea fácil; y no es fácil porque normalmente tendemos a reaccionar en línea con las actitudes de los demás. Dicen que por toda acción hay una reacción; y si hay una acción de agresión hacia nuestra persona pues es lógico, ‘humanamente hablando’, que la primera tentación (y ya sabemos quién es el tentador) sea de agresión también.

Pero Jesús trajo una nueva ley a su pueblo, una ley que es más exigente que la ley anterior dada por Moisés. La ley de Jesús, aunque sea difícil de cumplir, es muy posible cumplirla pues, en Él, somos nuevas criaturas de Dios, somos una nueva creación, las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas (2 Cor 5, 17).

Por otra parte el cristiano, que quiere seguir a Jesús tiene que cumplir con lo que Él dice. Jesús dijo: “Quien quiera seguirme niéguese a sí mismo” (Mc 8, 34). No podemos seguir a Jesús si no nos negamos, si somos esclavos de unos instintos, si nos aferrarnos a una lógica humana que invita a seguir la ley caduca del talión.

Tenemos pues que actuar según las condiciones o indicaciones de nuestro guía. ¿Qué condiciones? Recordemos, entre otras: Amar a los enemigos, bendecir a los que te maldicen, hacer el bien a los que te aborrecen y orar por los que te ultrajan y persiguen.

Si un cristiano responde a estos requerimientos de Jesús, entre los tantos que Él nos propone, para con quien se tiene algún problema significa que es hijo de Dios y discípulo de Cristo. Pero si no las manifiesta significa que todavía no ha nacido a esa nueva vida en Cristo.

Nadie, absolutamente nadie -mucho menos un sacerdote-, debe maldecir. Quien maldice se hace instrumento del maligno. Y maldecir no es decir mal o hablar mal de alguien, que es pecado; es condenar a alguien o a alguna cosa a la destrucción. Maldecir, según el diccionario, es pedir y desear que le ocurra un mal a alguien, que le vaya mal a alguien, etc. Y en este sentido maldecir también es pecado, y aun más grave.

La sagrada escritura, tanto en el Antiguo Testamento como en el nuevo, rechaza la acción de maldecir. Y hay que tener cuidado pues maldecir afecta más a quien profiere la maldición. Maldecir es como escupir hacia arriba. El primer perjudicado del mal es quien lo comete.

El maldecir es más propio de los incrédulos (Rm 3, 14), no de los creyentes. Maldecir es el fruto de un corazón lejano de Dios. No existe justificación alguna, aunque se pueda tener toda la razón del mundo, para que un creyente profiera maldiciones.

Santiago lo puso muy bien en su carta: “Con ella (con la lengua) bendecimos a nuestro Señor y Padre y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen la bendición y la maldición. Hermanos, esto no puede ser así. ¿Es que puede brotar de la misma fuente agua dulce y agua amarga? La higuera no puede producir aceitunas ni la vid higos, y lo salobre no dará agua dulce.” (St 3, 9-12).

La cosa es pues clara y sencilla. Así como una fuente no puede dar agua dulce y agua salada a la vez, así tampoco un creyente puede bendecir a Dios y luego maldecir al prójimo. Cuando un cristiano tiene a Dios en su mente y en su corazón y se alimenta de Dios en la comunión y medita su palabra noche y día será imposible que de su boca salgan maldiciones, porque de la abundancia del corazón habla la boca (Mt 12,34).