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sábado, 29 de octubre de 2016

Lamentarse de las cruces cotidianas

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La vida es como una fotografía, un dibujo, toma forma poco a poco con borrones y tachaduras, cuando nos ponemos en camino, y solo al final comprendemos que cada trama ha ido dado forma a nuestros pasos. Por eso es triste cuando peregrinamos espiritualmente por la vida con una actitud pasiva, despreocupada, sin ilusiones ni compromisos. Desde los inicios, los cristianos estamos llamados a caminar, a dar luz a nuestros pasos. Cuando Dios llamó a Abraham no pretendía que quedara vinculado a sus raíces. Todo lo contrario, esperaba de él que rompiera su seguridad, su arraigo a lo que para él era certero y que se pusiera en camino hacia una tierra desconocida. ¡Una tierra desconocida! Y desde Abraham, Dios nos desafía a que dejemos de lado nuestras falsas seguridades para caminar por nosotros mismos. El Señor no nos quiere como cristianos pasivos sino como gentes llenas de dinamismo, de activismo alegre, responsables y comprometidos. En el seguimiento a Cristo estamos llamados a ser cristianos afanosos, que nos levantemos y caminemos, con la propia voluntad y con nuestros propios pies.
¡Pero tantas veces preferimos detenernos y aminorar la marcha! ¡Queremos seguir a Cristo pero no podemos! Y no podemos ¡por qué en apariencia nos lo impiden nuestras dificultades económicas, nuestros problemas en el matrimonio, las dificultades con nuestros hijos, la pobreza económica, la falta de trabajo, la tibieza de nuestra vida...! En definitiva, los mil problemas que atenazan nuestra vida. Las cruces cotidianas, esas que cada uno lleva, se convierten en la excusa perfecta para aminar la marcha. Son cruces con rostro propio que sirven de justificación para detenernos, para lamentarnos por nuestros problemas y sufrimientos y quedarnos sentados en la cuneta del camino. ¿Aprueba el Señor esta actitud? Jesús no quiere que nadie esconda su cruz entre las zarzas del camino. No desea que nadie baje los brazos y se escabulla con la excusa de que el sufrimiento hace mella en su vida, compadeciéndose de las desgracias, dejando de buscar la verdad, con pretextos para dejar de amar. ¡Claro que Cristo es consciente de que en nuestra vida las cruces son muchas y muy dolorosas! De eso Él sabe más que nosotros pues su amor es tan grande que padeció por nosotros con una muerte de cruz.
Renunciar al peso de nuestra cruz o convertirla en una excusa implica buscar la salvación por medio de bienes que no perduran nunca, que forman parte de lo efímero de la vida; sin embargo, aceptar la cruz, pero no de una forma pasiva sino para emprender el camino, implica darse, perder para obtener una ganancia superior que tienen más que la vida misma.

¡Jesús, amigo, hermano, maestro, gracias por recordarme cada día que el único camino auténtico para alcanzar la santidad es el de la cruz! ¡Señor, por la cruz y desde la cruz me muestras el itinerario para alcanzar la santidad! ¡Ayúdame, después de este rato de oración, a cargar mi cruz con convicción, amor y esperanza y comprender que todo lo que sucede en mi vida es una muestra amorosa de la predilección que sientes por mí!

viernes, 28 de octubre de 2016

¿Qué hacer cuando el pasado te hace daño?

El pasado es como una brújula: recordar no es quedar atrapado, es tener un parámetro, una noción de qué caminos tomar (o no)


Cuando recordamos algo que nos pasó, adquirimos un parámetro. Una noción de lo que antes fue. De eso que forma parte de nuestra historia, de nosotros mismos. Sin embargo, muchas veces recordar es doloroso y evitamos hacerlo.

En casos de desesperación, si tuviésemos ese poder, lo borraríamos en un instante. Con todo, borrar el pasado supone mucho más que olvidar aquello que fue turbador, doloroso y que nos afectó: borrar el pasado es perder el referente de quienes fuimos y de quiénes somos ahora, es perder una de las bases de la vida.

Mirar atrás es necesario cuando se necesita entender algo actual, comprender el momento, analizar y constatar hechos, entender mejor nuestras propias verdades, aquello que forma parte de la esencia de quienes somos. Como cuando miramos hacia atrás y nos damos cuenta de que esa realidad de entonces actualmente sería inconcebible e incluso inimaginable. Ver que nos aguantamos cuando podríamos haber dicho no, darnos cuenta de que nos contentamos con poco, con las migajas de algo mejor.

Si el presente hoy suena diferente es por algo del pasado que recibió un nuevo significado, no se encajó sin más. El mañana también se hace en base no sólo a lo que queremos, sino también a lo que no queremos, a eso a lo que no queremos volver otra vez.

Para vivir el hoy de forma plena es preciso usar el pasado como brújula, apuntando los errores cometidos, los fallos, las verdades omitidas, el recelo que habló más alto que la razón, los sueños asfixiados, los sentimientos bloqueados. Usarlo como brújula para determinar en qué dirección no queremos volver, qué fallos no queremos volver a cometer.

Porque es mucho más fácil que el pasado se convierta en un ancla que nos pesa demasiado y nos arrastra hasta el abismo, culpabilizándonos una y otra vez por los errores cometidos, cuando en realidad el pasado puede ser una gran ayuda en el proceso de cambio y evolución, de resignificación.

Mirar a mi ayer para saber lo que ya no me encaja, para integrar entre la mente y el corazón aquello que ya no forma parte de mi verdad más genuina. Ver lo que ya no tiene lugar hoy. Recordar es necesario, más que eso, es fundamental. Sin nuestros recuerdos, seríamos una partitura incompleta, un libro inacabado, inconexo. Recordar no es quedar atrapado, es tener un parámetro, una noción de qué caminos no queremos tomar, es saber lo que es bueno.

Usar el pasado como una brújula en alta mar, para saber en qué costas detenernos, cuáles son los vientos a evitar, qué direcciones no tomar. Recordar no es revivir, es aprender: que el pasado no nos aprisione, sino que nos oriente.
(via Obvious)

LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

Reflexiones sobre la celebración de Halloween


El significado de Halloween es "All hallow's eve", un término que proviene del idioma inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos". Se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, la costumbre antigua anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del miedo, del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca una triste vuelta al antiguo paganismo, tendencia que lamentablemente se ha propagado también entre los pueblos hispanos.

Halloween es una festejo pagano con intereses consumistas. La cultura de consumo propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo. Hollywood ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad. Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad. El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el "consumo del terror". 

Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verdaderamente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido "templos del Espíritu Santo".

Ante todos estos elementos que componen hoy el Halloween, vale la pena reflexionar y hacerse las siguientes preguntas: 

¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que para "divertirse" ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral, a la fe y a los valores del Evangelio.? Veamos qué dice Nuestro Señor Jesucristo del mal y lo malo en Mt. 7,17. Mt. 6,13. La Palabra de Dios nos habla de esto también en 1ª Pe. 3, 8-12.

¿Cómo podemos justificar como padres de una familia cristiana que nuestros hijos celebren el día de Halloween como una fiesta pagana ¿No seríamos incongruentes?

Con los disfraces y la identificación que existe con los personajes del cine ... ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal y el demonio son solo fantasías,  un mundo irreal que nada tiene que ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan? La Palabra de Dios afirma la existencia del diablo, del enemigo de Dios en St. 4,7  1ª Pe 5,18  Ef. 6,11  Lc. 4,2  Lc. 25, 41

¿No es Halloween otra forma de relativismo religioso con la cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristianas se vean debilitadas?

Si aceptamos todas estas ideas y las tomamos a la ligera en "aras de la diversión de los niños" ¿Qué diremos a los jóvenes (a quienes durante su infancia les permitimos jugar al Halloween) cuando acudan a los brujos, médiums, echadores de cartas y todas esas actividades contrarias a lo que nos enseña la Sagrada Escritura?

Es que nosotros, como cristianos, mensajeros de la paz, el amor, la justicia, portadores de la luz para el mundo ¿podemos identificarnos con una actividad en donde todos sus elementos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad? Sobre el tema de la paz podemos leer Fil. 4,9  Gál. 5,22. Ver qué dice Jesús sobre esto en Mt. 5,14  Jn. 8,12

Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles a los valores de la Iglesia Católica, llegaremos a la conclusión de que el halloween no tiene nada que ver con nuestro recuerdo cristiano de los Fieles Difuntos, y que todas sus connotaciones son nocivas y contrarias a los principios elementales de nuestra fe.



Celebraciones alternativas a Halloween en España

Hay muchas actividades que se pueden realizar como alternativa a Halloween, dependiendo de la edad. Por ejemplo, para niños pertenecientes a una comunidad parroquial, un colegio, un movimiento o dentro de su propia familia, las sugerencias son:

- Disfrazarse de Santos: Los más pequeños pueden elegir un disfraz del Santo que quieran.
- Aprender lo más destacado de la biografía de un Santo o alguna de sus frases más célebres. Luego, reunidos en grupo, pueden mostrar lo aprendido.
- Dibujar a un Santo, poner su nombre y colgarlo en un lugar visible de la casa, de la clase del colegio o de la parroquia. 

Para los jóvenes, se puede:
- Organizar un cine forum para ver algunas de las numerosas películas que hay sobre la vida de los Santos. 
- Hacerse 'selfies' disfrazados de Santos y compartirlas en Instagram o Facebook.
- Idear un hashtag para Twitter en el que se muestre que estamos celebrando Holywins en vez de Halloween. Un ejemplo sería #YoCelebroHolywins

En este sentido, la Diócesis de Alcalá de Henares (España) organiza desde 2009 una peculiar celebración para la víspera del día de Todos los Santos que incluye Misa, Adoración Eucarística , evangelización y disfraces de santos para los más pequeños, con chocolate incluido, como una alternativa al Halloween. Fueron los pioneros en España.

Carlos Cortés, organizador de Holywins en Alcalá de Henares, comenta que esta idea surgió de un grupo de jóvenes que tenían el deseo de evangelizar por las calles francesas y sobre todo en un día tan específico como la víspera de la fiesta de Todos los Santos.

 "La primera persona que nos ayudó en esta evangelización por la calle era un chico de la Comunidad del Emmanuel, quienes ya hacen esta misión ‘Holywins’ desde 2002 en París. Nos contó la idea, nos pareció estupenda y desde 2009 la llevamos a cabo también en Alcalá", explicó.



Celebraciones alternativas a Halloween en otros países
En la misma línea, la Conferencia Episcopal Británica publica cada año en octubre, desde 2010, un comunicado en el que anima a todos los cristianos a encender una luz en su ventana el 31 de octubre, noche de Halloween, para mostrar que son seguidores de Jesucristo y reivindicar el sentido religioso de la fiesta, una iniciativa que han denominado 'Night of light'.

Entre otras propuestas, la Iglesia de Reino Unido sugiere hacer vigilia, acudir a misa, llevar una prenda de color blanco, y en el caso de los menores, disfrazarse de santos, fabricar velas, cocinar galletas u organizar juegos.

El obispo de la diócesis de Arundel y Brighton y jefe del departamento de Evangelización y Catequesis, Kieran Conry, ha apuntado que Halloween  "es tiempo de recordar a los cristianos su verdadero significado". En esta línea, la Conferencia Episcopal Británica explica que Halloween viene de "All Hallow's Eve" que quiere decir "Víspera de Todos los Santos"

De la misma forma, la Conferencia Episcopal Española anima cada año, desde octubre de 2010, a los niños a disfrazarse de santos, en lugar de vestirse de brujas o calaveras la noche de Halloween para que les sirva como "estímulo" para seguir con su vida cristiana.


No te lamentes por el Halloween, ¡organiza Holyween!

HolyweenHolyween es una iniciativa que nació en Italia en 2006 para conocer e imitar a los santos en su día. En lugar de lamentarse por los monstruos, las calaveras o las máscaras irreverentes propias de las fiestas de Halloween, en varias parroquias y diócesis de Italia se está difundiendo la idea de descubrir y contar historias y virtudes de los santos de preferencia de cada cual festejando Holyween.

Se trata de una la propuesta que realiza el proyecto "Centinelas de la mañana" el cual se está difundiendo en diferentes diócesis de todo el país.

En el folleto promocional, elaborado por jóvenes presentes en otras 35 diócesis, está la calabaza y el rostro de Santa Teresita con la frase "Holyween, un santo en cada iglesia".

Una noche llena de luz

"Pon el rostro de un santo en una iglesia y en tu balcón en las vísperas del día de todos los santos", piden los centinelas. 

"En una noche donde los jóvenes aman vestirse horriblemente, Holyween quisiera mostrar el encanto y la actualidad de los santos, inmortalizados en una foto o en el arte".

"Nos hace bien recordar sus rostros que nos dicen cómo hoy la santidad es posible, en personas concretas de carne y hueso", aseguran los Centinelas de la mañana.

No obstante, el padre Andrea Brugnoli, creador de esta fiesta precisa: "No queremos ir en contra de nadie. Simplemente queremos llenar la ciudad no de monstruos sino de rostros bellos: los de los santos".

Se espera que centenares de jóvenes bajen por las calles y entren a los bares para anunciar la llegada de la fiesta de Todos los Santos. Para ellos "Halloween" se ha transformado en "Holyween" desde el año 2006.

El slogan habla claro: los santos se toman de nuevo su fiesta y para hacer ahora más evidente la antigua tradición. No tienen nada que temer de las modas del momento, rostros de santos aparecerán en los balcones y en las ventanas de su ciudad.

"Si ves un esplendor en la ventana, pon tu nariz hacia arriba y verás el rostro sonriente de un santo italiano, preferiblemente joven", recomiendan los Centinelas de la mañana.

En las ciudades donde se festeja el Holyween los jóvenes vinculados a este proyecto vivirán una velada llamada "Una luz en la noche".

Las iglesias permanecerán abiertas desde las 10 de la noche hasta las 2 de la mañana. El encuentro se ha hecho ya 350 veces en 50 ciudades italianas.

Hasta ahora centenares de miles de jóvenes han participado en las ediciones pasadas. La prensa y a la televisión han estado presentes para registrar el acontecimiento, atraídos por este fenómeno, y han registrado el flujo continuo de personas.

En un país como Italia, en el cual el 35 % de los católicos va a misa cada semana (según datos suministrados por Doxa en octubre de 2009) Holyween representa un reto particular.

La celebración incluye el concurso de los santos más destacados. En 2008 ganó la Madre Teresa de Calcuta y el Padre Pío ocupó el segundo lugar.

"Los centinelas de la mañana" es un proyecto que busca que los jóvenes sean responsables en primera persona de la pastoral juvenil de cada diócesis. Pertenecen a diferentes diócesis y realidades sociales y eclesiales dentro de Italia.

En la localidad de Desenzano hay un centro que suministra material, ideas y propuestas formativas para ayudar a las diferentes diócesis en la tarea evangelizadora de los jóvenes.

La muerte no es el final

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Me maravilla como el espíritu de Cristo provoca milagros en el corazón del hombre de fe y del que no la tiene. Acompaño hasta su casa a un hombre maduro de mi parroquia, saliendo de un encuentro de oración. Me cuenta cómo su hija universitaria, a consecuencia de una leucemia, fue debilitándose paulatinamente. Luchó con la fortaleza de la juventud hasta que, un año y medio más tarde, su frágil cuerpo no pudo aguantar la enfermedad. María murió en los brazos de sus padres y de la Virgen. 

Lo hizo con una gran paz interior, aceptando su sufrimiento como un camino de amor y de preparación para la vida eterna.
Embargado por la emoción, el padre me cuenta que momentos antes de su muerte, junto a su mujer y sus otras dos hijas, con el corazón roto pero lleno de paz y de gozo, sostenidos por una fe inquebrantable, cantaron a María el «Magnificat». Daban gracias a la Madre y al Dios de bondad el regalo de aquella hija y hermana. Dieron gracias a Dios por los veintitrés años que habían compartido juntos, por sus experiencias, por lo que habían aprendido de ella, por la gracia de la enfermedad que les había unido a todos en lo humano y en lo espiritual y les había permitido crecer en la fe.

La muerte de esta joven podemos verla a la luz humana como una injusticia pero en los planes de Dios hay que vivirla al ritmo pausado de la sabiduría del Evangelio. La fe en Cristo es más poderosa que la muerte. La enfermedad de María, "me cuenta su padre," fue un fogonazo de confianza en su amor y su misericordia. Un tiempo en que su ternura permitió un camino de dolor y de silencio pero también de vida. El hombre es figura moldeada por sus manos. Aquella joven en la flor de su juventud fue un testimonio. Fue fruto de la fe verdadera en un Cristo arraigado en el corazón de una familia cristiana. María no ha dejado un vacío en ellos. Ella está muy presente cada día en el seno de esta familia que, al amparo del testimonio de su hija, tratan de crecer humana y espiritualmente. «Gracias, Dios mío, por la fe y porque tu eres el Dios de la vida». Es una letanía que este hombre repite cada día. Ha perdido terrenalmente una hija pero la ha ganado en el cielo donde en la contemplación de Dios, vela por ellos cada día. Y todos sienten que, a través de ella, han llegado muchas gracias inesperadas a la familia.
¡Señor, hoy te quiero pedir por todas aquellas personas que han perdido un ser querido y que sufren la tristeza de una muerte próxima, compadécete de ellos! ¡Ante la muerte de Lázaro tu exclamaste, Señor, «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.», haz Señor que veamos siempre la muerte como un camino hacia la eternidad! ¡Y cuando perdamos a un ser querido, Señor, que veamos que se cumple tu voluntad, que nos quede el consuelo y la esperanza de que lo recibes en el seno de tu gran misericordia! ¡Te ofrezco, Señor, mis pequeñas buenas obras y mis oraciones por todas las almas! ¡Durante tu vida, Señor, te compadeciste siempre por el sufrimiento de los hombres, te pido mires con amor y misericordia el alma de aquellas personas que han fallecido para que puedan gozar del descanso eterno! ¡Te pido, Señor, que nos levantes siempre para que podamos contemplar más allá, para que nuestra mirada pueda mirar la luz con mayor claridad y sentirnos más cerca de Ti y de todos aquellos seres queridos que ahora se encuentran contigo en el cielo! ¡Danos siempre la fortaleza, la serenidad y la fe para aceptar tu divino querer en el momento de la pérdida de un ser querido!
La muerte no es el final, meditamos hoy musicalmente:

Una versión del Aleluya de Leonard Cohen que no has escuchado aún

El grupo vocal Pentatonix ofrece una versión de la quizá sea la canción más famosa del canadiense


Aleluya quizá sea la canción más conocida y versionada, pero también una de las más polémicas, de Leonard Cohen, el cantante, compositor, novelista y poeta canadiense ganador del premio Príncipe de Asturias, a la que hace algunos meses ya le habíamos dedicado este post.

Si bien algunos no aplauden del todo el tema del artista por no encontrarlo del todo “bíblico” –precisamente porque el tema es, en cierta medida, autobiográfico, y porque Cohen procura hacer de este un canto de celebración de ciertos momentos de su propia vida-, otros, como los integrantes del grupo vocal Pentatonix, han optado por versionar el tema sin omitir una palabra de la letra, entendiendo quizá que nada humano le es ajeno a lo divino.

Si quieres cantar, en español, aquí tienes la letra del tema:

He oído que existe un acorde secreto
que David solía tocar, y que agradaba al Señor.
Pero tú realmente
no le das mucha importancia a la música, ¿verdad?
Era algo así como
la cuarta, la quinta
cae la menor y sube la mayor.
El rey, confundido, componiendo un aleluya.

Aleluya…

Tu fe era fuerte, pero necesitabas una prueba.
La viste bañarse en el tejado.
Su belleza, y el brillo de la luna, te superaron.
Te ató a la silla
de su cocina.
Rompió tu trono,
y cortó tu pelo.
Y de tus labios arrancó un aleluya.

Aleluya…

Dices que tomé su nombre en vano.
No conozco siquiera su nombre.
Pero si lo hice, bueno, realmente, ¿qué significa para ti?
Hay un resplandor de luz
en cada palabra.
No importa la que hayas oído.
La sagrada o la rota. Aleluya.

Aleluya…

Hice lo mejor posible, no fue mucho.
No podía sentir, así que intenté tocar.
Dije la verdad, no te tomé el pelo.
Y aun así todo salió mal.
Permaneceré ante la oración del Señor,
sin nada en mi lengua más que el aleluya.

Aleluya…