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domingo, 3 de julio de 2016

¡Tanta necesidad a mi alrededor y tan poco remedio!

¿Te superan tus obligaciones?


Hoy Jesús envía a sus discípulos a la misión: “En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir Él. Y les decía:

 – La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino!”.

Los envía antes de su muerte y su resurrección. Él los espera a la vuelta, cuando regresen a casa después de haber entregado la vida. Los manda a esos mismos lugares a los que luego pensaba ir Él.

Me parece bonito que Jesús me pida hoy pisar la tierra que luego pisará Él. ¿Qué quiere que haga antes de su llegada? Quiere que vaya de aldea en aldea anunciando su vida y su esperanza. Sembrando paz, entregando la vida. Me impresionan estas palabras dirigidas hoy a mí. Me pide que me ponga en camino. Que deje mi comodidad. Que no tenga miedo. Que confíe.

Y me habla de la desproporción que hay entre mi misión y mis fuerzas. La mies es demasiado abundante y supera todas mis capacidades. Es demasiado grande y yo me siento demasiado pequeño. Es tanto lo que hay que hacer y yo me veo tan pequeño…

Y recuerdo las palabras del papa Francisco pidiéndome que no descuide lo esencial, mi oración, mi trato con Jesús, poniendo la excusa de un apostolado desbordante.

Me insiste en que me deje tiempo para rezar. Y eso que sé que la mies es inmensa. Pero su gracia me basta. Y para tener fuerzas necesito orar, descansar en Él, volver siempre a Él. 
Hoy Jesús me mira y me envía. Oigo cómo manda sólo a setenta y dos discípulos. ¡Tanta necesidad a mi alrededor y tan poco remedio! ¡Tantas ovejas perdidas sin pastor y tan pocos pastores! No doy abasto en mi entrega. No llego donde me gustaría llegar. Quisiera dar la vida por tantos y la guardo con egoísmo.

El papa Francisco me recuerda la misión que tiene la Iglesia, me recuerda mi misión: “La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno”.
Me gusta esa misión. La tomo en mis manos. Me da vida. Me asusta porque supera mis fuerzas. Quiero dar mi tiempo y mi vida para llevar la misericordia a tantos corazones. Nunca podré decir que sea suficiente lo que hago. Creo que siempre falta algo más. Un día más. Un pueblo más. Un esfuerzo más. Una persona más.

¿Cuándo es suficiente? No lo sé. Tal vez cuando llegue al cielo y pueda descansar en los brazos de Dios.

De momento no hago cálculos humanos. No quiero contemporizar y sentir que me adapto al mundo. No quiero conformarme con una entrega mediocre. No quiero rendirme sin luchar cada día, cada hora. Me pongo en camino.

El Santuario de Schoenstatt es Belén, Nazaret, Betania, Calvario



Miles de personas en todo el mundo sienten en este lugar un cobijamiento tan profundo que marca todo lo que hacen después: sus trabajos, sus relaciones personales,… Es el Santuario de Schoenstatt, una pequeña capilla, réplica de la original situada en Alemania, que se encuentra en numerosos países.



Visitar este pequeño santuario de la Virgen María significa para tantos experimentar lo que en la historia ha sido Belén, Nazaret, Betania, el Calvario,… Allí Cristo vuelve a nacer, a crecer, a descansar, a morir, en cada peregrino.

Desde allí, la Virgen Peregrina sale también en miles de pequeños Santuarios a las calles, a los hogares, a las cárceles, colegios y conventos, para llevar por todo el mundo ese cobijamiento y transformación.

viernes, 1 de julio de 2016

9 sacerdotes y religiosos, 7 países y 1 Misión:

Evangelizar a través de la música

Salir de sus rectorías, monasterios y conventos para entrar en la televisión, radios y conciertos
Antes de Cecilia, había oído hablar de uno o dos artistas de esta lista, como sor Cristina, y el Padre Pontifex. Pero luego me di cuenta que había otros como ellos, en todo el mundo y en cada género musical. Existen sacerdotes y religiosos que tiene un don para la música. Muchos de ellos comparten la misma historia: están apasionados por la música, algunos de ellos incluso se dedicaban a tiempo completo, pero cuando descubrieron su llamada a la vida religiosa significó renunciar a sus carreras musicales. Dios los ha vuelto a llamar de vuelta a la música. Su música se volvió una vocación dentro de la vocación, una manera de conectar con la gente para evangelizar.

A continuación una breve lista (porque hay muchos más) de sacerdotes y religiosos que usan sus dones musicales para la gloria de Dios.

P. Rob Galea | Australia



Él juró que nunca se haría sacerdote, pues los curas eran muy aburridos. Pero más tarde conoció a un sacerdote italiano que estaba enamorado de todo lo que hacía. Y el P. Rob pensó que si se pareciera en algo a ese hombre, consideraría volverse cura. Desde su aparición en X Factor Australia, P. Rob ha sacado varios vídeos musicales, incluyendo su primer vídeo de baile electrónico. Conoce más sobre este sacerdote aquí.

Siervas | Peru



Católicos y no católicos alaban la labor de estas religiosas. Las monjas forman parte de una nueva comunidad en Lima, Perú: Las Siervas del Plan de Dios. Desde el principio, la música ha sido parte fundamental de su misión, acercándose a las experiencias humanas y dándoles respuestas a la luz de la fe.

Fray Gabriel | Australia



Fray Gabriel es un monje franciscano con un gran talento en el canto gregoriano como en su skateboard. Bajo la instrucción de su superior, Gabriel va una vez a la semana a patinar para llegar a los jóvenes. Su voz y su habilidad en el skateboard le hicieron merecerdor de un Emmy en 2015.

P. Pontifex | USA




Es conocido por sus parroquianos como p. Claude Burns, para el resto del mundo es p. Pontifex. Comenzó a rapear de adolescente y como muchos que han sentido la llamada a la vida religiosa, renunció a su carrera musical. El año de su ordenación conoció PhatMass y se encontró de vuelta en el mundo católico del hip hop.

Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial | Colombia



Estas jóvenes religiosas forman parte de una comunidad en Colombia que han puesto su talento musical y comunicativo al servicio de la evangelización, ofreciéndose al mundo como puente entre Dios y la humanidad. Con un atractivo ritmo salsa seguramente, además de querer bailar, te sacarán una sonrisa.

P. Damián | España



Su nombre es P. Damián y es un sacerdote misionero redentorista en Madrid, España. Ha seguido los pasos de sor Cristina apareciendo en el concurso musical La Voz.

Sor Cristina | Italia



Esta es una mujer que no necesita mucha introducción. Es una de las pioneras- la primera religiosa en participar, con hábito incluido, en el programa de La Voz, Italia. Además ha participado en la obra musical Sister Act.

Frailes Franciscanos de la Renovación | EUA



Más franciscanos que combinan su talento atlético con su habilidad musical, en este caso se trata de los Frailes Franciscanos de la Renovación. Seguramente no sabes aún discernir cuál es su talento más impresionante. Este video fue una forma para llamar la atención de la gente y dar a conocer Mary’s Meals, una organización que ofrece comida a los niños en las escuelas.

P. Albert Owie Ofere | Reino Unido



P. Albert es un sacerdote católico que trabaja como capellán en la comunidad católica nigeriana en Inglaterra y Gales. El sacerdote escogió el género afro pop “porque a mucha gente le gusta bailar la música afro pop y usarla para la gloria de Dios ayudaría a ganar almas para él”. Su alegría y amor por Dios son contagiosos; mira el video y lo verás.

Uno de los mayores testimonios de misericordia que se encuentran en el Evangelio


La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Cracovia a finales de julio está llena de sorpresas. Una de ellas será la visita de las reliquias de Santa María Magdalena, quien llegará a la ciudad polaca como “Apóstol de la Misericordia”.

Así lo ha anunciado la organización del encuentro mundial de jóvenes desde una nota de prensa. De acuerdo con la información, las reliquias de la santa, que llegarán procedente de la diócesis de Fréjus-Toulon, sur de Francia, donde permanecen, podrán ser veneradas todas las tardes de la semana de la JMJ en la iglesia de los Franciscanos, situada en el centro histórico de Cracovia.

“Tenemos la alegría de traer las reliquias de María Magdalena a Cracovia para la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Serán acompañadas por voluntarios dominicos, responsables de custodiarlas. Las reliquias fueron encomendadas a los jóvenes por la diócesis de Fréjus-Toulon. En Cracovia se alojarán en la iglesia de la Orden de Frailes Menores de los Franciscanos en el centro histórico, en la calle Reformacka 4. Será posible venerarlas todas las tardes de la semana que dura la Jornada”, dicen desde el sitio web de la JMJ Cracovia 2016.

Varias serán las gracias que los jóvenes podrán pedir al venerar las reliquias de la santa, como prosigue la nota de prensa: “la gracia de la oración, para experimentar a Cristo en lo más profundo de nuestro corazón; la gracia de la conversión, para permitirle a Dios transformar nuestros corazones, reconciliarnos con Él y ser fortalecidos por Él; y la gracia de ser testigo, de modo que la alegría del don recibido nos llene de alegría en la predilección de los milagros de Dios”.

María Magdalena será una de los santos de la misericordia que estarán presentes en la JMJ. También acompañarán el encuentro mundial Santa Faustina Kowalska, santa que es conocida por difundir la devoción de la Coronilla de la Misericordia; San Juan Pablo II, gran promotor de esta devoción; y San Maximiliano Kolbe, portador de misericordia. Como otra de las sorpresas, las reliquias del beato italiano Pier Giorgio Frassati, quien sigue siendo modelo de santidad para los jóvenes, también acompañarán el encuentro mundial.

Esta Santa es uno de los mayores testimonios de misericordia que se encuentran en el Evangelio, como lo recuerda San Lucas 7, 36-50, al narrar el encuentro de María Magdalena con Jesús: “Y volviéndose hacia la mujer, dijo de Simón: ‘¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor’. Después dijo a la mujer: ‘Tus pecados te son perdonados’. Los invitados pensaron: ‘¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?’. Pero Jesús dijo a la mujer: ‘Tu fe te ha salvado, vete en paz'”.

Benedicto XVI, el 23 de julio de 2006, sobre ella dijo: “La historia de María Magdalena recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.

De acuerdo con una tradición difundida en occidente, Santa María Magdalena, tras Pentecostés, se fue con Marta y Lázaro a evangelizar la Provenza, Francia, pasando los últimos años de su vida en los Alpes Marítimos en la caverna llamada ‘La Sainte Baume’.

Información de krakow2016.com y corazones.org.

Como canta la iglesia hoy

¿Y si se cantara (la gloria de Dios)? El canto gregoriano

Mientras los viejos cancioneros de parroquia con forro de cuero amarillean tranquilamente bajo los bancos de las iglesias, Ecclesia Cantic reunió a finales de mayo a cerca de 500 jóvenes en Grenoble, Francia. Miembros de coro o no, el caso es que a estos jóvenes les encanta cantar y, sobre todo, cantar la gloria de Dios a través del canto polifónico (es decir, a cuatro “voces”: soprano, alto, tenor, bajo). Así, dan testimonio de la renovación del canto litúrgico en la la Iglesia. Un canto que no hace tabla rasa con el pasado, sino que se enriquece con su larga historia. Desde el canto gregoriano a los cantos carismáticos, ¿cómo canta la Iglesia de hoy día? Hagamos un repaso (no exhaustivo) de las sensibilidades musicales de los fieles…


Capítulo 1. El canto gregoriano

Canto por excelencia de la Iglesia universal, el gregoriano fue cultivado como un precioso tesoro por monjes y monjas entre los muros de sus abadías. Es el canto propio de la liturgia romana, que acompaña el rezo de la Iglesia católica desde hace siglos. Además, el Concilio Vaticano II lo califica como “tesoro de valor inestimable” (Constitución Sacrosanctum Concilium). La particularidad de este canto reside en su carácter “monódico”, es decir, que está compuesto de una única voz. Otra característica: el gregoriano incorpora a la música un texto sagrado, extraído de la Biblia, o bien de himnos escritos más tardíos (en latín).
“Es una melodía extraordinariamente fluida”, explica Olivier Bardot, profesor en el Conservatorio Superior de la región de París y profesor de canto gregoriano y de polifonía en el seminario de la Comunidad de Saint-Martin.

“No tiene medida, es decir, es de ritmo libre. Simplemente tiene su apoyo [en el tetragrama] y se desarrolla en base a tensiones –arsis– y distensiones –thesis–, igual que cuando recitamos una frase hablada, que subimos y bajamos el tono”.
El Exultet – himno cantado al comienzo de la Vigilia Pascual para proclamar la victoria de la luz sobre las tinieblas y anunciar la Resurrección de Cristo; en este caso lo interpreta magistralmente el sacerdote carmelita colombiano Alejandro Tobón:



Un canto para todos

“Es un canto tanto para hombres como para mujeres”, señala Pema Suter, directora coral en la escuela Saint-Grégoire, que forma en el canto gregoriano tanto a laicos como a religiosos.
Reconoce, no obstante, que “el color no es el mismo”. “Como las mujeres cantan más agudo, hay que evitar caer en algo que suene demasiado angelical”.


Para los más reticentes, deben saber que “este canto no es exclusivo de los más tradicionalistas”, como dice Pema Suter. “Hay que reconocer que gracias a ellos ha sobrevivido, y se lo agradezco, pero no hace falta que lo acaparen”, bromea.

Un pie en la eternidad

¿Cuál es el secreto de este canto y de la fuerza espiritual que emerge de él?

“Estas letras fueron rezadas antes de ser musicadas, son fruto de la lectio divina (la meditación prolongada de un texto bíblico). El origen de su composición se extiende a veces a muchos siglos atrás. Por otra parte, muchas de las obras fueron compuestas por monjes que ya tenían un pie en la eternidad”, indica Olivier Bardot.

Otra ventaja: las raíces del gregoriano se remontan a cantos de tiempos muy antiguos.

Derivan de la cantillatio de los salmos (la recitación con diferentes alturas de voz) que ya existía entre los hebreos de antes de nuestra era y que persistió en las primeras comunidades cristianas. “El objetivo era que la persona que recita fuera audible ante un gran número de personas y pone en valor diferentes partes del texto sagrado”, explica Olivier Bardot, que también es profesor de historia. Este repertorio se transmitió por vía oral hasta el siglo IX. Según los ingenios de la historia, se cree, erróneamente, que deriva del papa Gregorio I Magno, gran reformador de la liturgia de finales del siglo VI. “Las denominaciones de un fenómeno a menudo se producen mucho tiempo después”, explica. “En la Edad Media, se eligió la figura prestigiosa de este papa para dar ‘peso’ a este canto frente al canto ambrosiano proveniente de Milán”. Muy hábil.

El gregoriano propiamente dicho nació allá por el 750. En esta época, los lombardos invaden Roma. El papa Esteban II fue a buscar refugio en Saint-Denis, en la Galia franca. Descubre entonces un nuevo repertorio de las voces de los cantantes locales. Con la ayuda de Pipino el Breve, hace fusionar los repertorios romano antiguo y galicano, dando origen así al canto gregoriano. Un poco más tarde, Carlomagno, de acuerdo con el papa, impondrá este canto como repertorio único en todo el imperio.

Las emociones de un texto sagrado

Aun con todo, lo genial del gregoriano es sin duda su capacidad de transmitir las emociones producidas por el texto sagrado. Según Olivier Bardot, “las fórmulas fueron elegidas porque destacan el valor del texto o un efecto producido por el texto”. “Nos conmueven porque sentimos de una manera muy corporal que hay algo más allá de nosotros, del orden de lo misterioso”, añade.

“Es un canto muy empírico, que responde a emociones profundamente arraigadas en nosotros, independientemente de nuestra cultura”.

Los que llegan más tarde al gregoriano y admiten que nunca les gustó escuchar discos de canto gregoriano (!), descubren un repertorio apasionante a través de la liturgia de la Iglesia.

“No es difícil formarse en el gregoriano”, asegura. “No importa quién seas, con un mínimo de formación musical y de oído se puede aprender a cantarlo”.

Sin embargo, requiere “perseverancia y trabajo”. ¿Por qué? “Porque es un canto muy diferente de las músicas modernas y por ello hace falta un poco de tiempo para acostumbrarse”.
La abadía benedictina de Solesmes (Sarthe) se considera la Meca del canto gregoriano.

Fue allí donde, durante la segunda mitad del siglo XIX y con el impulso de su abad, Dom Guéranger, los monjes resucitaron el repertorio, que había caído en el olvido desde finales de la Edad Media.

Para Dom Jacques-Marie Guilmard, antiguo director de coro (aquí puedes ver la entrevista integral original con Dom Jacques-Marie Guilmard), este canto no es una forma de oración, es en sí mismo una oración, inspirada por el Espíritu Santo. Este Espíritu que nos hace gritar “Abba” (Padre) para dirigirnos a Dios, como dice san Pablo (Rm 8, 15).

¡Y menuda oración! Según afirma este monje cuyo corazón ha sido moldeado por los cánticos sagrados, “el gregoriano es un canto de meditación que toma la forma de todas las formas de oración posibles: adoración, alabanza, súplica, deprecación (solicitud de perdón), etc.”.

Esta oración no es “folclórica”, advierte, sino “una oración completa” que une a toda la Iglesia en el espacio y en el tiempo.

Fundada por monjes de Solesmes, la abadía de Keur Moussa en Senegal ha adaptado el canto gregoriano con ritmos africanos: