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martes, 4 de octubre de 2016

5 citas bíblicas que te muestran el gran poder de la oración

¿Qué esperas para recurrir al inmenso poder de la oración?



La oración es una fuerza tan poderosa. Nosotros la subestimamos tanto porque a veces no vemos los resultados tangibles. La oración puede mover montañas si tan sólo lo CREEMOS de verdad, Dios así lo afirmó. Si tan sólo nos diéramos cuenta de lo poderosa que puede ser la oración, nunca perderíamos la fe o la esperanza.

De vez en cuando hablo y pido a los ángeles a que me ayuden a elevar mi oración a Dios, es por ello que procuro estar en el mayor estado de gracia posible. Les pido a los ángeles que intercedan y le presenten mi petición humilde a las manos de Creador.

Ninguno de nosotros está solo en la oración. Cuando rezas tu ángel de la guarda está allí contigo, él une su oración a la tuya y se la presenta al Señor, convirtiéndola en una poderosa arma de lucha espiritual que te hará crecer en santidad.

Lo increíble que nuestras oraciones hechas con gran fe puede hacer grandes cosas, incluso marcar la diferencia en otra persona. A continuación te presentamos las siguientes cítas bíblicas que te harán recordar hoy el GRAN PODER que tiene la oración:

1.- Siempre pedir, buscar y llamar

“Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7,7-8)

Pedir, pedir, pedir. Muchas veces, el Señor nos llamó a la insistencia en la oración. ¿Por qué desistimos a veces? Recuerda que tus tiempos no son los de Dios, Él sabe cuando y de qué manera contestar… Sigue pidiendo, buscando y llamando.

2- Mover montañas con la fe

“Jesús les respondió: “Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo que yo acabo de hacer con la higuera, sino que podrán decir a esta montaña: “Retírate de ahí y arrójate al mar”, y así lo hará. Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán” (Mateo 21,21-22)

¡Esto me parece increíble! pero es Palabra de Dios. Cuántas cosas podríamos hacer con este poder si tan sólo tuviésemos esa fe de las que nos habla el Señor. Aprendamos a decir como el padre de aquel joven endemoniado: “Señor, creo, pero aumenta mi fe”

3.- Oración: Poder liberador contra el demonio

“Jesús les respondió: “Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración” (Marcos 9,29)

La oración se nos presenta como una comunicación directa con Dios, pero también como una gran armadura espiritual contra el demonio. Que poder tan tremendo nos ha regalado Dios en la oración que podemos ser hasta capaces de expulsar demonios en su Nombre.

4.- No hay que vacilar

“Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que la pida a Dios, y la recibirá, porque él la da a todos generosamente, sin exigir nada en cambio. Pero que pida con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del mar levantadas y agitadas por el viento. El que es así no espere recibir nada del Señor” (Santiago 1,5-7)

No vacilemos en ningún momento. No perdamos la esperanza. El Señor es bondadoso y fiel, Él da con una generosidad infinita, Él es fuente inagotable de compasión y está siempre dispuesto a darnos lo mejor, lo que nos conviene para nuestra salvación, pero, TENGAMOS FE y nuestra oración será poderosa

5.- Una forma de alcanzar la paz

“No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús”. (Filipenses 4,6-7)

Esta cita bíblica es una de mis favoritas, ¿por qué? ¿Quién no necesita paz en su corazón? Estamos en un mundo donde a cada vuelta de la esquina nos espera un problema que nos aflige y nos roba la paz. San Pablo nos da la fórmula secreta para alcanzar la paz en el corazón: Oración y Acción de gracias, es decir: oración y Eucaristía, puesto que la Eucaristía en es sí misma, una acción de gracias.
Nunca subestimes el poder de la oración. Cuando oramos con fe, si es la voluntad de Dios, esa oración es indetenible. Y ¿cómo sabemos cuál es la voluntad de Dios? Que te responda el Señor:

“Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán” (Juan 15,7)

Esta es una promesa del Señor. Si estamos caminando en comunión con Dios y su Iglesia, entonces vamos a empezar a orar conforme a la voluntad de Dios. ¿Cómo permanecemos en Dios? A través de los Sacramentos de la Iglesia, viviendo según sus mandamientos, así Su Palabra vivirá en nuestros corazones.

Y entonces, comenzaremos a ver que nuestras oraciones son contestadas.

sábado, 10 de septiembre de 2016

5 principios básicos de sanación interior que nos enseña la Biblia

¡Cuidado! El demonio quiere que nos quedemos a solas con nuestro sufrimiento

Nuestro Dios es un Dios que escucha, que muestra compasión ante el lamento, que no se queda impasible ante las lágrimas, se deja vencer por la súplica. Las oraciones atraviesan las nubes y llegan a él. Tenemos que tomar esto en cuenta, porque el demonio quiere que nos quedemos a solas con nuestro sufrimiento, que luchemos solo con nuestras fuerzas, pero luchar con nuestras solas fuerzas es insuficiente, para vencer las heridas profundas, para llegar al perdón auténtico, para empezar a amar, para sonreír de corazón no basta con proponérselo.

Es cierto que son muy buenos los libros de autoayuda y tomar una actitud positiva, pero para la mayoría de las personas esas cosas son insuficientes. Frente a las decepciones profundas de la traición de un amigo, frente a las violaciones que experimentó una niña, frente a una enfermedad, no basta con simplemente con tomar una actitud positiva.

Sin embargo, hay gente que le pone demasiada confianza a las neuronas y creen que todo consiste en reprogramar el cerebro, en pensar diferente, pero aunque algo bueno puede salir de allí, es algo muy limitado. Un cristiano reconoce que es cierto que debe reprogramar su vida, pero pone su confianza no en sí mismo para hacerlo, sino en el Señor.

Dios sabe todo de nosotros, y se compadece de nosotros, Él es misericordioso y nos quiere ayudar a sanar las dolencias de nuestra alma. Aquí están los principios de sanación interior en el Nuevo Testamento:

1.- Realismo

Las actitudes de huida, de negación, de represión y de escapismo son contrarias a la dinámica del Evangelio, y cada vez que nosotros escondemos el problema que tenemos estamos obrando en dirección opuesta. Necesitamos confrontar al pecado, confrontar el dolor, confrontar la herida, confrontar al demonio. La negación del problema es nuestra primera dificultad, debemos ser realistas y aceptar nuestros problemas.

La oración, el silencio y participar en un retiro espiritual nos ayuda a ver nuestros errores, nuestra soberbia, nuestro orgullo, nuestra petulancia, así podemos despertar a la realidad.

2.- Bondad de la creación

Eso quiere decir que usted peca con su cuerpo pero el cuerpo humano en sí no es malo, usted peca con su boca pero el don de la palabra o es malo, usted peca con el dinero pero el dinero en sí no es algo malo. La bondad de la creación indica que la raíz de nuestros problemas no están en las cosas y no está afuera, Cristo dijo “No es lo que viene de afuera lo que hace impuro al hombre, es lo que sale de su corazón.”

La bondad de la creación es un principio que existe para que te reconcilies con tu cuerpo, como por ejemplo en el caso de la autoculpabilización por sufrir un abuso, lo cual sucede mucho en las mujeres, que luego de una violación comienzan a creer que ellas son las culpables y piensan que sus cuerpos son pecaminosos, pero debemos estar conscientes de que cada una de las células de nuestro cuerpo bendito es una creación de Dios. Tenemos que reconciliarnos con nuestro propio cuerpo, dejar a un lado los rechazos físicos, para así encontrar paz con nosotros mismos. Lo mismo sucede con los sentimientos, tenemos que dejar de luchar con ellos. Dios acepta y ama y tu ser, por eso es importante que nosotros también lo hagamos.

3.- Hay un orden correcto cuando se trata de sanar el corazón

La mayor parte de la gente cree que cuando se habla de perdón y perdonar se trata de cambiar sentimientos, porque ponemos los sentimientos como la locomotora de la vida pero es un error.

Si usted intenta luchar contra un sentimiento va a perder, porque los sentimientos son más fuertes que nosotros. Eso no va a funcionar porque el orden es, en primer lugar la escucha del mensaje de Dios, es decir, lo primero que necesitamos para que nuestra vida cambie es recibir la palabra de Dios de una manera personal, pues Él le habla a nuestro corazón para que algo cambie en nosotros, no podemos cambiar nada en nuestras relaciones problemáticas si no comenzamos a ser una persona diferente, cuando nos sentimos perdonados por Dios nos abrimos a perdonar a otros, la vida no cambia si no cambiamos nosotros, y el único que puede cambiarnos es el Señor, debemos aliarnos con Él, escuchemos la palabra de Dios y apliquemos sus enseñanzas a notros. Debemos escucharlo como si fuéramos su único oyente, y entonces llegará el verdadero gozo gracias al cambio en nuestra vida.

La locomotora es la escucha de Dios, cuando hemos entendido eso, podemos avanzar, y el primer vagón es la convicción y la fe de que Dios lo puede todo. El segundo vagón es la obediencia, es la acción de buscar el bien de la otra persona así nos haya hecho daño, y el primer bien que podemos hacerle a nuestros enemigos es entregarlos a la voluntad de Dios, debemos orar por ellos. El tercer vagón es el sentimiento, es allí cuando podemos cambiar la manera en que vemos a quienes nos han hecho daño, que podemos comprenderlos y cambiar nuestros sentimientos hacia ellos. Por último está el cuarto vagón, que es la reflexión, allí debemos reflexionar sobre lo que Dios hizo y apreciamos la transformación que ha logrado el Señor en nosotros.

4.- Todo camino de sanción apunta a la instauración del reino de Dios

La razón principal de la llegada de Cristo a la tierra, fue para instaurar y abrir las puertas del reino de Dios a la humanidad, por lo tanto, la llegada de Cristo a tu corazón busca hacer lo mismo.

La mayor parte de los seres humanos, incluyéndome, hemos llegado a Cristo porque necesitamos un parche en nuestras vidas, necesitamos resolver un problema, sin embargo Él no está ahí para eso, Él busca vivir en nosotros. Debemos entregarle el trono de nuestras vidas a Jesús, para que se convierta en el Señor de nuestra existencia.

5.- Re-significación

Muchas veces cuando nos suceden cosas malas nos preguntamos “¿Por qué a mí?”, con este principio Cristo llega a entender el motivo, es la respuesta a la pregunta a nuestra devastación, son las razones positivas detrás de las tragedias que nos suceden, es el bien que surge después del mal, eso es la re-significación, y estos son los motivos:

Cristo nos muestra que el mal que hemos padecido es una oportunidad para probar nuestros propios límites, y para fortalecernos. Las experiencias de desbordamiento, tienen como fin vencer la soberbia, así podemos vencer la raíz de todos los pecados, pues la soberbia es la raíz todos los pecados y Dios nos libera de ella a través de esas experiencias abrumadoras de devastación.
Las decepciones y desilusiones tienen la función de desatarme y liberarme de la idolatría de los poderes de este mundo, ellas nos libran de la idolatría hacia las cosas y las personas, es indispensable pues a veces tenemos una idea demasiado romántica de nuestros amigos, de nuestras carreras, de nuestros esposos, de nuestra familia, y cuando nos decepcionamos nos damos cuenta de los errores de los demás.
  • Las situaciones negativas además nos ayudan a experimentar directamente la necesidad humana, y nos abre a la compasión, pues las personas que surgen de las condiciones más oscuras de la humanidad y de los fracasos, son los más indicados para ayudar a personas que están pasando por las mismas tragedias, nos vuelven más compasivos y abiertos a ayudar a otros.
  • Cristo permite que vivamos el mal porque quiere hacer de nosotros un libro viviente, un narrador que sirva de testimonio, una prueba de superación, nos quiere mostrar su misericordia a nosotros y la esperanza a otros. No es para que nos quedemos con los males que nos suceden, sino porque nuestra vida tendrá un desenlace precioso y las experiencias negativas nos llevarán allá, a través de la narrativa que está construyendo en nosotros le mostrará el bien a otros.
  • Dios a través de historias de gran dolor está preparando regalos maravillosos para nosotros y para otras personas, una referencia clara de eso es la historia de José, hijo de Jacob, la cual se refleja en el génesis, él fue vendido como esclavo por sus hermanos, más tarde fue encarcelado y termino por convertirse en la mano derecha del Faraón, y gracias a eso logró salvar a su familia. Los males que estas padeciendo hoy, son la antesala de los bienes maravillosos del mañana, no lo vemos claramente cuando estamos en esa situación, pero más adelante se vuelve evidente.

Nuestros dolores son ocasión de penitencia, de purificación y de unión con la pasión de Cristo. El transforma nuestro sufrimiento y lo convierte en salvación para nosotros y para los demás.
Esos males nos sirven para entender que lo mejor siempre está por delante, que lo mejor no ha llegado todavía. A veces necesitamos los descontentos para avanzar, para no quedarnos en un lugar, que entendamos que somos peregrinos, que estamos de paso.
Recibamos la gracia del señor, recibamos los males que nos da, pues siempre lo hace para un bien mayor, aunque suframos, pequemos y nos decepcionemos, tenemos que confiar en el Señor. Él siempre tiene un plan que no alcanzamos a vislumbrar completamente, pero debemos confiar en que de su mano llegaremos al lugar correcto, a la vida eterna.

domingo, 21 de agosto de 2016

Conocer la Palabra para ser más sabio

En una cena veraniega los anfitriones invitan a personas muy diferentes a disfrutar de una velada a la luz de las estrellas. Una de ellas, es alguien muy inteligente. Dos doctorados por sendas reputadas universidades. Domina varios idiomas. Prestigio reconocido a nivel mundial. Inteligencia demostrada. Autor de reconocidos tratados de Economía. Me explica una anécdota: es incapaz de hacerse una simple tortilla. Le digo, con respeto pero con ironía: «Te das cuenta, eres alguien muy docto pero sólo cuentas con una parte de la sabiduría». Sonríe. La sabiduría está también en las pequeñas cosas de la vida.
Se declara agnóstico. Sin embargo, una de las cosas que más le llenan es ir de procesión con su cofradía en Semana Santa. «¿Por qué lo haces?», le pregunto. «Es una tradición familiar, que me llena», responde. El hombre carga ídolos a sus espaldas sin ir a la fuente de la sabiduría. «Toda la vida formándote, investigando, buscando la excelencia académica, esforzándote por ser el mejor en tu campo. En esa figura que durante un día al año llevas sobre tus hombros, está la sabiduría auténtica. En esa sabiduría radica toda la verdad del hombre».
Algún día este economista de prestigio tendrá que rendir cuentas a Dios. Como lo tendré que hacer yo. Y cualquiera que en este momento esté leyendo este texto. No valdrán ni los títulos académicos, ni las lenguas muertas que conozcamos, ni los premios recibidos, ni los puestos que ocupemos en los consejos de administración, ni las cifras de seis ceros de nuestra cuenta bancaria. Ni siquiera los logros conseguidos para el beneficio personal. La única justificación estará en la fe en Cristo.
Le recomiendo, a un hombre tan sabio como él, la lectura de la Biblia. En la palabra de Dios se encuentra la fuente inagotable de la sabiduría. Es el complemento ideal a la sabiduría del hombre, don de Dios. La Biblia es inspiración del Espíritu Santo y Dios nos la regaló para que toda criatura humana adquiriera sabiduría a través de su Palabra. Y para adquirirla basta algo tan sencillo como leerla atentamente, acogerla con el corazón, asumir humildemente sus enseñanzas y pedirle al Espíritu Santo la gracia de acoger su contenido. Conocer la palabra de Dios nos hace más sabios. Y es en la cercanía a Dios donde nuestra grandeza como hombres, creados a su imagen y semejanza.

¡Dios mío y señor mío, tú eres el creador de todas las cosas, es gracias a tu sabiduría que nos has creado para que dominemos todas las cosas creadas por ti, para que gobernemos el mundo con rectitud, honradez y santidad y las administremos no sólo con justicia sino con un corazón lleno de rectitud! ¡Te pido hoy, Señor, que me des la sabiduría para gestionar bien las cosas de este mundo que tú me has dado, para gestionar bien mi propia vida, para gestionar bien mis relaciones con los demás! ¡Envía, Padre bueno, al Espíritu Santo a mi corazón para que me llene con el don de la sabiduría, el más excelso de todos los dones, para saborearte y experimentarte siempre, mi Dios, y para que sea capaz de ver con tus propios ojos, sentir con tus oídos, amar con tu corazón, juzgar las cosas según tu juicio! ¡Que la sabiduría que viene de ti me acompañe siempre en mi trabajo, en mis obras, en mi forma de amar, de entregarme a los demás, y me enseñe siempre lo que a ti te agrada! ¡Que tu sabiduría mi guíe siempre con prudencia en todas mis acciones y mis comportamientos! ¡Concédeme, Señor, la sabiduría para buscar siempre tu voluntad, desear aquello que tú apruebas, buscar todas las cosas con prudencia, cumplir con perfección cada uno de mis pasos! ¡Te suplico, también, la sabiduría para poner orden a cada una de las cosas de mi vida, a cumplir siempre tu voluntad y no la mía, caminar siempre por el camino más recto, el que me lleve hacia la santidad y no el que me lleve hacia mi voluntad siempre oportunista y tendenciosa! ¡Dame, la sabiduría para conocer la verdad de mi vida, para no dejarme obnubilar por lo bonito de la prosperidad ni caer en el desaliento ante las adversidades sino que todo lo acepte como un regalo tuyo, como un don tuyo, y que cuando las cosas no lleguen tenga la paciencia de aceptarlas con amor y generosidad! ¡Dame la sabiduría para entender que es en la sencillez de la vida donde el hombre es realmente feliz! ¡Otórgame la sabiduría para mantener siempre el equilibrio y que nada me alegre o me entristezca si es mundano y que todo lo ponga en un plano de eternidad! ¡Dame la sabiduría para agradarte siempre! ¡Dame la sabiduría, Señor, para buscarte siempre, confiar siempre, esperar siempre! ¡Dame Señor una inteligencia que te conozca y te complazca!

Nos confiamos al Consolador para que nos ofrezca sabiduría: 

martes, 19 de julio de 2016

Asombroso: Profecías del Antiguo Testamento cumplidas en Jesús

Una impactante comparación de textos bíblicos de antes de nacer Cristo y de después


Sabemos que en Jesucristo se cumplen todas las profecías que hablan de Él en el Antiguo Testamento; y sabemos que son muchas profecías, algunos cuentan más de 300.

Esas profecías anuncian sobre su persona, sus acciones, su doctrina, de forma más o menos directa, más o menos velada. El cumplimiento de todas esas profecías es uno de los motivos que nos llevan a saber que la Biblia está inspirada por el Espíritu Santo.

Jesús sabe que las profecías mesiánicas se refieren a Él. 

Al leer Isaías en la sinagoga de Nazaret, afirma: “Hoy se está cumpliendo ante vosotros esta escritura” (Lc. 4, 21). A los fariseos que rehúsan creer en El, les dice: “Escudriñad las Escrituras ya que en ellas esperáis tener la vida eterna; ellas testifican de mí” (Jn. 5, 39).

El evangelista Mateo se propone en su evangelio demostrar que Jesús es el Mesías, basándose en las profecías del Antiguo Testamento.

Profecías que anuncian a Jesucristo, cientos y miles de años antes, incluso desde el punto de vista estadístico, de probabilidades de cumplimiento, exigen realmente una clara intervención divina.

Vamos a tomar una pequeña muestra de esas profecías en aspectos que nos resultan más familiares, en los que se refieren a los grandes momentos de su vida.

Descendiente de la tribu de Judá

Génesis 49:10 “El cetro no se apartará de Judá ni el bastón de mando de entre sus piernas, hasta que llegue aquel a quien le pertenece y a quien los pueblos deben obediencia”.

Lucas 3:33 “Naasón, hijo de Aminadab; Aminadab, hijo de Admín; Admín, hijo de Arní; Arní, hijo de Esrom; Esrom, hijo de Fares; Fares, hijo de Judá”.



Nacimiento en Belén

Miqueas 5:1 “Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial”.

Mateo 2:1 “Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén”.



Nacimiento de una virgen

Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llevará por nombre Emanuel.”

Mateo 1:18 “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.”



Matanza de los niños de Belén

Jeremías 31:15 “Así habla el Señor: ¡Escuchen! En Ramá se oyen lamentos, llantos de amargura: es Raquel que llora a sus hijos; ella no quiere ser consolada, porque ya no existen..”

Mateo 2:16 “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos”.



Huida a Egipto

Oseas 11:1 “Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.”

Mateo 2:14 “José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.”



Predicación en Galilea y en las cercanías del río Jordán

Isaías 8:23 “En un primer tiempo, el Señor humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí, pero en el futuro llenará de gloria la ruta del mar, el otro lado del Jordán, el distrito de los paganos

Isaías 9:1 “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.”

Mateo 4:12-16 “12. Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. 13. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, 14. para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: 15. “¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! 16. El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”.


Desprecio del pueblo judío

Isaías 53:3 “Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo tuvimos por nada”.

Juan 1:11 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”.



Entrada triunfal en Jerusalén sobre un pollino

Zacarías 9:9 “¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna”.

Juan 12:13-14 “Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito”.



Traicionado por uno de los suyos

Salmo 41:10“Hasta mi amigo más íntimo, en quien yo confiaba, el que comió mi pan, se puso contra mí”.

Marcos 14:10 “Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo.”



Sería vendido por 30 piezas de plata

Zacarías 11:12 “Yo les dije: «Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo». Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata.”

Mateo 26:15 “Y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.”



El precio sería devuelto

Zacarías 11:13 “Pero el Señor me dijo: « ¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!». Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor.”

Mateo 27:6-7 “Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros”.



Durante su juicio se mantendría en silencio

Isaías 53:7 “Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él no abría su boca”.

Mateo 26:62-63 “Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Más Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios”.



Sufriría por los demás

Isaías 53:4-5 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

Mateo 8:16-17 “Y como fue ya tarde, trajeron a él muchos endemoniados: y echó los demonios con la palabra, y sanó a todos los enfermos; Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaías, que dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”.



Crucificado con malhechores

Isaías 53:12 “Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.

Mateo 27:38 “Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.”



Sus manos y pies serían perforados

Salmo 22:16 “Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies”.

Juan 20:27 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.”



Sería escarnecido y despreciado

Salmo 22:6-8 “Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. 7. Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: 8. Se encomendó al Señor; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.”

Mateo 27:39-40 “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, 40. y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.”



Le darían a beber vinagre

Salmo 69:21 “Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre”.

Juan 19:29 “Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca”.



Su costado sería traspasado

Zacarías 12:10 “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.”

Juan 19:34 “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”.



Sobre sus ropas echarían suertes

Salmo 22:18 “Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes”.

Marcos 15:24 “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno”.



Ninguno de sus huesos serían quebrados

Salmo 34:20 “El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado”.

Juan 19:33 “Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”.



Sepultado en una tumba de ricos

Isaías 53:9 “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.”

Mateo 27:57-60 “Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, 60. y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue”.


Resucitaría después de su muerte

Salmo 16:10 “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción”.

Mateo 28:9 “He aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”.


Ascendería al cielo

Salmo 68:18 “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos Dios”.

Lucas 24:50-51 “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo”.