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ADORACIÓN EUCARÍSTICA ONLINE 24 HORAS

Aquí tienes al Señor expuesto las 24 horas del día en vivo. Si estás enfermo y no puedes desplazarte a una parroquia en la que se exponga el...

domingo, 30 de abril de 2017

¡Gracias, Jesús Eucaristía!

A Dios tengo que buscarlo en la realidad de lo cotidiano. Y cuando lo buscas siempre se te aparece porque Él es un Dios que sale siempre al encuentro del hombre. En la historia personal y espiritual de cada ser humano Dios se hace habitualmente el encontradizo en las circunstancias y situaciones más insospechadas. Con Dios de nada sirve tratar de tenerlo todo controlado porque, en cuando uno menos lo espera, le envía el vendaval de gracia del Espíritu que desmorona las autosuficiencias y aplaca el orgullo del corazón. Con Dios no tiene sentido preconcebir las situaciones porque con ello solo sellas el corazón y el alma a los dones del Espíritu.

El gran encuentro de Dios con el hombre tiene lugar, fundamentalmente, a través de Cristo. Y tiene en la Eucaristía la forma más potente de dejar su impronta en el hombre. En la Eucaristía, memorial de las maravillas de Dios, sacramento del amor, fuente de vida, brota el camino de fe, de testimonio y de comunión. En la Eucaristía Dios posiciona a cada uno en su dignidad de hijos.
orar con el corazon abierto

La Eucaristía, memorial y sacrificio ofrecido por el hombre, hay que vivirla en una actitud de fe, esperanza y caridad. Por eso me gusta recibirla diariamente porque da luz y esperanza a mi vida. En los momentos de incertidumbre, dolor, sufrimiento, duda o oscuridad allí está Cristo en la Cruz. Y sobre todo, allí está Dios, en su cercanía y ternura de Padre, contemplándome a través de su Hijo, escuchando y acogiendo mi súplica: «Dios mío, Dios mío…».
Ayer, durante la fracción de pan, tuvo un sentimiento hermoso. Sentí la suavidad y ternura de Nuestro Señor descubriéndome su infinita bondad y amor tomando para sí las cosas tristes y penosas de mi vida para aplicarme el fruto provechoso de cada una de ellas. Comprendí que mis contradicciones, mis sufrimientos, mis debilidades, mis miserias, mis caídas son la ocasión que el Padre me ofrece diariamente, en mi fragilidad, para sentir su abrazo lleno de amor y misericordia para hacerlas suyas. Y algo todavía más impresionante. La fuerza de ese abrazo es el alimento de mi corazón que se une al pan de Cristo que me salva, me perdona y me une al Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¡Es tan hermoso que se hace difícil expresarlo con palabras!

¡Gracias, Jesús Eucaristía! ¡Deseo, Señor, recibirte cada día en la Eucaristía como te mereces, con un interior perfectamente engalanado, con el corazón limpio y puro, con mi alma refulgente! ¡Gracias, Señor, porque eres el Amor, porque has venido al mundo por amor, porque entras en mi vida por amor, porque has entregado tu vida por mi por amor, porque estás presente cada día bajo las especies de pan y vino por amor! ¡Gracias, Jesús Eucaristía! ¡Gracias, porque me haces comprender que el amor es tu signo de distinción y debe ser también el mío! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque me haces comprendes que quieres entrar en mi corazón, quieres que goce con tu presencia, que tu amor llene por completo mi corazón, que todos mis sentimientos, mis palabras, mis pensamientos, mis miradas, mis acciones esté movidos por el mismo amor que tu presentas! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres la fuerza que sostiene mi vida, tan frágil y débil! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque tu presencia me sostiene y me alimenta! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque tomas todo aquello que me abruma y lo haces tuyo! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres el amor que se entrega hasta el extremo, porque tu amo es infinito, porque tu bondad es misericordiosa y compasiva, porque me buscas para que alcance la felicidad, porque quieres que ame como tu amas, sea fiel en el amor como lo eres tu! ¡Ayúdame, Señor, a olvidarme de mi, de mis apegos y de mis problemas y me entregue por completo a Ti como tu te has entregado hasta el extremo! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres la ternura de Dios presente en las especies santas! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque a tu lado siento que tu amor me salva, me sostiene, me cura y me conforta!
Jesús Eucaristía, milagro de amor, es el sentimiento que se desprende de esta meditación y que sea aúna en esta canción:

jueves, 27 de abril de 2017

Escucha el susurro... o el ladrillazo

Nuestro ritmo de vida nos lleva muchas veces a vivir demasiado deprisa. Sobre este tema trata la reflexión que os propongo leer:


Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a gran velocidad en su flamante automóvil eléctrico Tesla. Al llegar a un cruce, redujo su velocidad por precaución, por si cruzaba la calle algún chico sin mirar. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta del vehículo. Al bajarse, vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Giró en sentido contrario para dirigirse a donde vio salir el ladrillo que acababa de afectar a su precioso auto.
Salió del vehículo de un salto y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia la pared de un edificio, le gritó a toda voz: ¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tú? ¿Qué crees que haces con mi auto? Y muy enfurecido, continuó recriminándole al chiquillo: !Es un auto nuevo y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! ¿Por qué hiciste eso?
"Por favor, Señor, por favor. ¡Lo siento mucho! no sabía que hacer", suplicó el chiquillo." Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía... las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado.
"Es mi hermano", le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: "Puede usted, por favor; ayudarme a sentarlo en su silla? Se ha golpeado, está en tierra y pesa mucho para mí solito". Soy pequeño.
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó la saliva  que se le formó en su boca.
Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó en su silla nuevamente sacando su pañuelo de seda para limpiar un poco los cortes y la suciedad sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró; y el chiquillo le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.
El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita. El ejecutivo no ha reparado aún la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo; para recordarle el no ir por la vida tan deprisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención. Dios nos susurra en el alma y en el corazón. Hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.

Escoge: Escucha el susurro... o el ladrillazo.

miércoles, 26 de abril de 2017

El gusto espiritual





orar con el corazon abierto
Las personas estamos sometidas a un permanente combate espiritual. Cada uno conocemos nuestras flaquezas y debilidades. Yo me sorprendo muchas veces de la mías. La mejor forma de caminar hacia Dios es tener las armas para discernir el bien del mal. Es necesario, en el fragor de nuestras luchas cotidianas, que nuestro espíritu conserve la paz y la serenidad con el fin de que la mente sea capaz de asumir con claridad los pensamientos que proceden de Dios y arrojar al vertedero del mundo aquellos pensamientos negativos que envía el demonio para minar nuestro crecer como cristianos.
Tener la llama del Espíritu permanentemente encendida facilita al hombre caminar a la luz del conocimiento y la verdad. Sin embargo, para conocer la verdad y vivirla plenamente es necesario aprender a discernir, hacerle un hueco al Santo Espíritu. Un interior iluminado por Él ayuda a crecer en santidad y aparta con arrojo cualquier influencia negativa del príncipe del mal. Hay momentos que siento gran consternación interior, cuando consciente de mis faltas y mi pecado, un sentimiento de tristeza me abate por la pérdida de la gracia. En estos momentos le pido al Espíritu iluminación interior, gusto espiritual, sensibilidad para ser receptivo a los dones de su gracia. Que mi amor crezca y mi gusto espiritual se acreciente para que sea la bondad la que lo impregne y no la realidad de mi pecado la que se asiente.
Por eso es tan importante hacer uso del sacramento de la Penitencia, para congraciarme con Dios y para purificar mi alma tan entregada a satisfacer lo mundano y apegada a las falsas alegrías de este mundo.
Pero donde se adquiere el gusto interior es, sobre todo, en la oración frecuente ese diálogo a corazón abierto con Dios en el que participa por entero el alma, la voluntad y la imaginación para dar valor sobrenatural a la fragilidad de nuestra vida cotidiana. Y en la comunión diaria, la unión íntima con el Señor que se hace uno con nosotros.
Esto es lo que le pido hoy al Señor, que a través del Espíritu, me otorgue mayor sensibilidad por el gusto espiritual para, desde la sensibilidad interior, luchar con humildad, confianza y perseverancia para vencer los obstáculos que me alejan de Dios.

¡Señor, tú sabes que hay momentos en que parece que mi espíritu y mi corazón se endurecen! ¡Reclamo la presencia de tu Santo Espíritu para deleitarme con tu presencia y sentirla vivificante en mi corazón! ¡Te pido, Señor, que me hagas muy humilde porque cuanto más lo sea más fácilmente podré ser sensible a las cosas de Dios! ¡Ayúdame a ser perseverante en la oración y encontrarte cada día en la comunión diaria para no perder el gusto por lo espiritual! ¡Ayúdame Espíritu Santo a no perder el gusto por lo espiritual porque es la forma de que mi espíritu se comunique con Dios y crezca mi fe! ¡Espíritu Santo, cuando al no rezar no sienta el deseo de entregarme a Dios, sea incapaz de abrir mi corazón o me despiste, cuando no pronuncie palabras a conciencia sino meras repeticiones, cuando al adorar a Dios mi corazón no se quebrante, cuando al servir a los demás mi espíritu no se inquiete, cuando el pecado no me genere sensación de culpa, cuando no sienta necesidad de entregarme a los necesitados de la sociedad, cuando mi corazón solo vea los errores y las faltas ajenos y no la gracia y la misericordia de Dios, cuando esté siempre a la defensiva, cuando, cuando, cuando... hazte presente en mi alma para coger gusto por lo espiritual! ¡No permitas que me convierta en alguien insensible a todo lo que tiene que ver con lo espiritual! ¡No permitas que lo mundano prevalezca en mi vida! ¡Concédeme mucha sensibilidad espiritual para gozar de una vida cristiana plena!
El Salmo 1 nos sirve hoy para meditar cantando:

martes, 25 de abril de 2017

Como luz del cirio pascual

Orar con el corazon abierto
Meditaba ayer contemplando el cirio pascual la belleza del significado de la Pascua. Con el testimonio del Cristo vivo y resucitado, la Pascua es la luz que alumbra sobre las tinieblas del mundo, la hermosura que se trasluce sobre tantas mascaras que encubren la maldad y fealdad de esta sociedad desacralizada, la bondad que vence al mal, la vida que vence definitivamente a la muerte, el perdón que se impone al odio y el rencor, el bien que supera el mal, la esperanza que ilumina cualquier desazón, la alegría que difumina la tristeza,  la paz que derrota a la violencia... pero soy yo, cristiano comprometido, el que tiene que mantener viva cada día la llama incandescente del cirio pascual. Solo alumbrando en mi entorno y dando luz a los demás dejaré testimonio fe de esa verdad de que ¡Cristo ha resucitado!
Y quiero ser testigo de la luz. Quiero ser luz pascual. Quiero ser cirio encendido en medio del mundo. Quiero ser luz de verdad. Quiero ser luz que ilumine el camino de la vida. Quiero ser luz siempre encendida para iluminar los corazones en tinieblas, tristes, heridos, sufrientes, doloridos... Quiero ser luz de la Palabra para transmitir la verdad de las enseñanzas de Cristo, esa Buena Nueva de esperanza, sabiduría y amor. Quiero ser luz en mis afanes cotidianos, en la realidad de mi vida, con mis errores y aciertos.
Quiero a la luz de Cristo contemplar las heridas en sus manos y sus pies y la llaga de su costado en las mías y en las de mi prójimo. Contemplar el glorioso rostro transfigurado de Cristo en la mirada del hermano.
Quiero ser luz que de amor. Y para lograrlo debo vivir en verdad, en autenticidad, en honradez, con paz interior, con total honestidad, con serenidad, con bondad y con limpieza de corazón.
Cristo es la luz. Soy cristiano y esta luz me propongo hacerla brillar.

¡Señor, con los salmos te canto: Tu Palabra es una lámpara para mis pasos y una Luz en mi camino, Dios mío, mírame, respóndeme, llena mis ojos de luz; Envía tu Luz y tu verdad, para que me enseñen el camino que lleva al lugar donde Tú habitas! ¡Señor, Tu dices «Yo soy la Luz del mundo. El que me sigue tendrá la Luz que le da vida y nunca andará en oscuridad», hazme luz para los demás! Fortalece, Señor, mis flaquezas para anunciar tu Palabra y que tu Luz resplandezca en mi vida y sea llama viva en mi corazón! ¡Señor, dame un corazón pobre, humilde, sencillo, compasivo, servicial, sufriente con el que sufre, entregado, dócil, generoso, transparente y misericordioso que siga tu voluntad y la haga ley en cada uni de mis quehaceres cotidianos!  ¡Señor, sé Tu mi luz y ayúdame a ser una pequeña luz en medio de este mundo desorientado que tanto necesita encontrar a Dios para dar sentido a su vida!
Enciende una luz, cantamos hoy con Marcos Witt:

Así te Hablaría Dios

Haz suyas tus palabras para rezarle desde tu corazón

Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
Si lloras, estoy deseando consolarte.
Si eres débil, te daré mi fuerza y mi alegría.
Si nadie te necesita, yo te busco.
Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
Si estás vacío, mi ternura te colmará.
Si tienes miedo, te llevo en mis brazos.
Si quieres caminar, iré contigo.
Si me llamas, vengo siempre.
Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
Si estás cansado, soy tu descanso.
Si pecas, soy tu perdón.
Si me hablas, trátame de tú.
Si me pides, soy don para ti.
Si me necesitas, te digo: estoy aquí dentro de ti.
Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
Si eres infiel, yo soy fiel contigo.
Si quieres hablar, yo te escucho siempre.
Si me miras, verás la verdad en tu corazón.
Si estás en prisión , te voy a visitar y liberar.
Si te marchas, no quiero que guardes las apariencias.
Si piensas que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti
Si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente, un niño.
Si estás excluido, yo soy afiliado.
Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
Si no tienes a nadie, me tienes a mí.
Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón.