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jueves, 26 de mayo de 2016

11 consejos de Santa Teresa para una vida de oración

Claves sencillas y eficaces para quien quiere crecer en la intimidad con Dios



1. Dirige a Dios cada uno de tus actos; ofréceselos y pídele que sea para Su honra y gloria.

2. Ofrécete a Dios cincuenta veces al día, y que sea con gran fervor y deseo de Dios.

3. En todas las cosas, observa la providencia de Dios y Su sabiduría, en todo, alábale.

4. En tiempos de tristeza y de inquietud, no abandones ni las obras de oración, ni la penitencia a la que estás habituado. Antes, intensifícalas, y verás con qué prontitud el Señor te sustentará.

5. Nunca hables mal de quien quiera que sea, ni jamás lo escuches. A no ser que se trate de ti mismo. Y progresarás mucho, el día en que te alegres de ello.

6. No digas nunca, de ti mismo, algo que merezca admiración, ni sobre tus conocimientos, tus virtudes, tu nacimiento, a no ser para prestar un servicio. Y en este caso, que sea con humildad, y considerando que esos dones vienen de las manos de Dios.

7. No veas en ti sino el siervo de todos, y en todos contempla a Cristo Nuestro Señor; así le respetarás y le venerarás.

8. Respecto a las cosas que no te conciernen, no muestres curiosidad, ni de cerca, ni de lejos, ni con comentarios, ni con preguntas.

9. Muestra tu devoción interior sólo en caso de necesidad urgente. Recuerda lo que decían San Francisco y San Bernardo: “Mi secreto me pertenece a mi”.

10. Cumple con todo como si Él estuviese realmente visible; actuando así, mucho ganará tu alma.

11. Que tu deseo sea ver a Dios. Tu temor, perderle. Tu dolor, no complacerle en su presencia. Tu satisfacción, lo que puede llevarte a Él. Y vivirás en una gran paz.

(Santa Teresa De Ávila)

Tomado del libro: “Oraciones de todos los tiempos de la Iglesia”. Prof. Felipe Aquino (org). Ed. Cléofas.

Las desgarradoras oraciones de Nietzsche al Dios desconocido

“Mis lágrimas, a torrentes, discurren en cauce hacia Ti”


El filósofo Friedrich Nietzsche, quien proclamó “Dios ha muerto” y ha influido en el pensamiento de tantos ateos, expresó así, cuando tenía 44 años, su búsqueda desesperada:

Dame amor… ¿quién me ama todavía? ¿quién, aún, me da calor?
Tiéndeme manos ardientes, dale un brasero a mi corazón…
ofrécete, sí, entrégate a mí, ¡tú, el más cruel enemigo!
¿Huyó? Él mismo ha huido, mi único compañero,
mi gran enemigo, mi desconocido, ¡el Dios verdugo!
¡No! ¡Vuelve otra vez! ¡Con todos tus suplicios!
Vuelve a mí, ¡al último solitario!
Mis lágrimas, a torrentes,
discurren en cauce hacia Ti,
y encienden en mí el fuego
de mi corazón por Ti.
¡Oh, vuelve, mi Dios desconocido!
Mi dolor, mi última suerte, ¡mi felicidad!

Esta desgarradora oración está recogida en la compilación de 2.397 fragmentos póstumos del gran filósofo del siglo XIX recopilados por Friedrich Würzbach Das Vermächtnis Friedrich Nietzsches: Versuch einer neuen Auslegung allen Geschehens und einer Umwertung aller Werte (El legado de Friedrich Nietzsche. Ensayo de una nueva interpretación de todo acontecer y de una transvaloración de todos los valores).

A pesar de las dificultades para publicar todos los escritos de Nietzsche que todavía no habían salido a la luz después de su muerte, el trabajo editorial de Würzbach está reconocido a nivel internacional.

Y otros libros, como Friedrich Nietzsche de Jorge Manzano (Universidad Iberoamericana, Ciudad de México), recogen también plegarias del exaltador del “superhombre”, escritas en distintos momentos de su vida.

Como esta, cuando tenía 20 años:

Antes de seguir mi camino y de poner mis ojos hacia delante, alzo otra vez, solitario, mis manos hacia Ti, al que me acojo, al que en el más hondo fondo del corazón consagré, solemne, altares, para que en todo tiempo tu voz, una vez más, vuelva a llamarme. Abrásame, encima, inscrita hondo, la palabra: Al Dios desconocido: suyo soy, y siento los lazos que en la lucha me abaten, y si huir quiero, me fuerzan al fin a su servicio. Quiero conocerte, Desconocido, tú, que ahondas en mi alma, que surcas mi vida cual tormenta, ¡tú, inaprehensible, mi semejante! ¡Quiero conocerte, servirte quiero!

Aunque quizás la oración más entrañable que pronunció fue la que algunos reconocen como sus últimas palabras antes de morir, pronunciadas en un marco de silencio y evasión de la realidad: “Madre, soy un tonto”.

Católicos y anglicanos, Welby y Nichols juntos en Facebook

VATICAN INSIDER  26 MAYO, 2016


En la era de las redes sociales, el ecumenismo llega a Facebook. En Gran Bretaña habrá un evento en el que los protagonistas serán el arzobispo de Canterbury, Justin Welby (primado de los anglicanos), y el cardenal Vincent Nichols, arzobispo católico de Westminster, la diócesis de Londres. A partir de las 14,20 hrs. de mañana, los líderes de las dos comunidades participarán juntos en una sesión de «Preguntas» y «Respuestas» en la página de Facebook de la Arquidiócesis de Canterbury, misma que ha enviado a sus «followers» la invitación para plantear preguntas en vista del evento.

La idea nació en la mente del primado anglicano Welby, quien desde hace ya algunas semanas utiliza la más popular de entre las redes sociales para dialogar con los fieles; una meditación del Miércoles de Ceniza suya tuvo un éxito inesperado, con casi un millón de visitas. Y así se fueron multiplicando las iniciativas: la semana pasada, por ejemplo, el arzobispo de Canterbury, llevó a cabo con este sistema una meditación sobre el pasaje del Evangelio de Juan en el que Jesús llama a sus discípulos. Después de haberlo leído e introducido brevemente, con la ayuda de un joven responsable de Lamberth Palace para la nueva evangelización, el reverendo Chris Russell, respondió a algunas preguntas que le hacían los que habían visto el evento en vivo, enviadas como simples comentarios al «post». Fueron veinte minutos de transmisión en vivo que fueron vistos por miles de anglicanos de todo el mundo: de Australia a Nigeria, de Sudán del Sur a Estados Unidos. Y el Arzobispo de Canterbury concluyó con una invitación a tomar la Biblia y hacer lo mismo en las propias casas con los amigos y conocidos.

Una experiencia inédita de comunión alrededor de la Palabra de Dios, pues, que fue posible gracias a la potencialidad de las nuevas tecnologías y redes sociales. Y ahora el Arzobispo de Canterbury decidió extender hacia una dimensión ecuménica, invitando a una nueva sesión al cardenal Vincent Nichols. «Hablarán juntos sobre la oración, sobre la unidad de los cristianos y sobre cómo compartir con todos la Buena Noticia de Jesucristo en el mundo de hoy», escribió Welby en la invitación al evento. Ambos arzobispos ya han recibido muchas preguntas. Y muchas se refieren a cuestiones abiertas desde hace tiempo: ¿Cuándo anglicanos y católicos podrá recibir la Comunión en las fiestas litúrgicas de los otros? ¿Cómo colaborar en el anuncio del Evangelio más allá de las diferencias doctrinales entre ambas confesiones? ¿Qué podemos hacer juntos frente a dramas como el de los prófugos sirios?

Nadie, obviamente, se espera que una «sesión» en Facebook sea suficiente para superar los obstáculos y las desconfianzas con las que desde hace décadas se ha topado el camino ecuménico. Pero una experiencia como esta va por la dirección correcta hacia ese ecumenismo de pueblo que muchas personas han pedido en los últimos años como una de las vías para volver a encontrar el impulso de los años del Concilio Vaticano II en el camino hacia la unidad de los cristianos. 

LOS SACRAMENTOS


 
27.1) La sacramentalidad en la economía de la salvación.
27.2) Concepto y número de los sacramentos.
27.3) Elementos que integran el signo sacramental.
27.4) Cristo, autor de los sacramentos.
27.5) La potestad e intención del ministro.
27.6) La capacidad e intención del sujeto.
27.7) Efectos de los sacramentos. 
27.1 La sacramentalidad en la economía de la salvación.
La economía de la salvación es sacramental. La revelación que empieza con la creación ya es sacramental- por signos - porque la creación nos lleva a conocer la sabiduría, providencia divina, etc.
Pero Dios no se conforma y se manifiesta al hombre a través de hechos y palabras.
En Cristo, la sacramentalidad llega a su culmen. Cristo sacramento primordial, sacramento del Padre, ‘quien me ve...’, Cristo no sólo da a conocer al Padre sino que nos pone en contacto con El.
‘La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo y instrumento de la unión íntima con Dios’ LG 1. La Iglesia hace presente a Cristo comunicando la vida divina por medio de los sacramentos, los sacramentos son actos de Cristo, no mero símbolo, algo vital a través de lo que Dios actúa. Son huellas de la Encarnación del Verbo.
27.2 Concepto y número de los sacramentos.
‘ El sacramento de la Nueva Ley es una cosa sensible que por institución divina, tiene la virtud de significar y obrar la santidad y la justicia’ (Cat. Rom., II,1,II).
S. Pío X lo define en el Catecismo Mayor como ‘un signo sensible y eficaz de la gracia, instituido por Jesucristo para santificar nuestras almas’ (n. 519).
‘ Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas’ Cat. 1131.
En definitiva, son medios por lo que Dios nos concede la gracia. No porque en sí mismas esas cosas sensibles tengan una cualidad especial, sino que la poseen en virtud de una voluntad expresa de Dios.
Hay en la Iglesia siete sacramentos:
1.- Bautismo.
2.- Confirmación o Crismación.
3.- Eucaristía.
4.- Penitencia.
5.- Unción de los enfermos.
6.- Orden sacerdotal.
7.- Matrimonio. Cat. 1113.
 
27.3 Elementos que integran el signo sacramental.
Signo compuesto de dos elementos:
- res = materia.
- verbum= forma.
Res, es la parte del signo sacramental más indeterminada en cuanto al simbolismo.
Verbum, es la parte del signo más determinada, que concreta el sentido de la res.
La materia puede ser: remota: La cosa sensible con la que se realiza el sacramento. Próxima: La acción que resulta de aplicar la cosa sensible. ej, ablución, unción, imposición de manos, etc.
Esta composición tiene inspiración bíblica, Ef 5, 26 ‘para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra". Cristo toma pan y vino y a continuación dice unas palabras.
Tradición: S. Cirilo ( Cateq. Mistag. 3) " El pan después de la invocación no es pan común".
Magisterio: Con. Florencia y Trento, res y verbum son esenciales del sacramento.
Hay una unión estrecha entre los dos elementos. Por tanto el signo sacramental es inmutable. Quien realiza un cambio sustancial de la materia o de la forma, hace inválido el sacramento; y si lo realiza conscientemente, peca gravemente. Quien realiza un cambio accidental, no hace inválido el sacramento; pero pecará grave o levemente, si lo realiza conscientemente y sin causa suficiente.  
27.4 Cristo, autor de los sacramentos.
Dios es el autor principal de los sacramentos, los sacramentos confieren la gracia por ser participación de la naturaleza divina. La Iglesia ha considerado siempre que ha recibido los sacramentos de Cristo. El concilio de Trento (Dz 844) definió como de fe divina y católica la institución de todos los sacramentos por Cristo.
Al estudiar cada uno en particular, se verán los textos en que se apoya esta afirmación. Jesucristo no sólo instituyó todos los sacramentos de la Nueva Ley de manera inmediata, sino que también determinó su materia y su forma, aunque de distinto modo: unos sacramentos los instituyó con su uso (Bautismo, Eucaristía), otros, prometiendo sus efectos (Confirmación), otros, confiriendo una potestad (Orden, Penitencia).
La Iglesia no tiene ninguna potestad sobre lo que pertenece a la sustancia del sacramento, que es -en cada caso- lo que Cristo mismo ha fijado.
27.5 Potestad e intención del minstro.
Con. Florencia: para que exista un sacramento debe haber: res, verbum, ministrum.
Cristo ha querido servirse de ministros secundarios, siendo Él el ministro principal , para realizar la santificación de las almas.
El ministro puede ser consagrado o no consagrado, según el sacramento de que se trate. Ordinario o extraordinario, según le corresponda por oficio o por necesidad y especial delegación respectivamente.
Para la válida administración del sacramento, se requiere en el ministro: Potestad debida: no todos pueden administrar todos los sacramentos. Debida intención: de hacer lo que hace la Iglesia ( al menos virtual ). Recta aplicación: de la forma a la materia.
Para la lícita administración del sacramento se requiere en el ministro: fe, estado de gracia, debida jurisdicción o licencia oportuna, inmunidad de censuras y de irregularidad.
Para la válida realización del sacramento, se requiere en el ministro tenga intención al menos, de hacer lo que quiere la Iglesia. Esto se recoge en Trento (Dz 854). Esa intención debe ser al menos virtual; debe recaer sobre una materia y sujetos determinados y no basta con que sea externa, debe ser también interna.
27.6 Capacidad e intención del sujeto.
Para la recepción válida de los sacramentos, se requiere la capacidad del sujeto, esto es, solus homo viator, es sujeto capaz de los sacramentos.
Pero no todo hombre vivo puede recibir todos los sacramentos. Se requiere el Bautismo para recibir los demás sacramentos; cada sacramento tiene sus particularidades para recibirlo válidamente; para la recepción válida de los sacramentos no se requieren, en general, ni la fe -excepto en la penitencia- ni la probidad del sujeto (estado de gracia).
En los adultos que tienen uso de razón, para la validez de todos los sacramentos (exceptuada la Eucaristía), se requieren la intención, que es diversa para los diversos sacramentos: habitual (tenida alguna vez y no retractada), salvo en el matrimonio, orden y penitencia , que requieren una intención al menos virtual.
Para la lícita recepción de los sacramentos, se requiere, aunque ya se verá en cada uno en particular: el adulto con uso de razón, al recibir un sacramento de muertos: la intención requerida y la atrición sobrenatural de los pecados cometidos. el adulto con uso de razón, al recibir un sacramento de vivos: estar en gracia. El adulto con uso de razón debe recibir cualquier sacramento con reverencia y devoción actual.
27.7 Efectos de los sacramentos.
Los sacramentos producen, la gracia (todos ellos) y el carácter sacramental ( el bautismo, la confirmación y el orden).
Los sacramentos confieren la gracia "ex opere operato", es decir, por la virtud del mismo sacramento recibida de Dios (Trento, Dz 851).
Como no producen la gracia por propia virtud, sino en virtud de la voluntad de Dios, se dice que los sacramentos son causa instrumentales de la gracia que confieren, siendo Dios la causa eficiente principal. Esa virtud instrumental proviene de la Pasión del Señor. La virtud instrumental de la Pasión del Señor alcanza a cada uno de los hombres, de todos los lugares y tiempos, mediante los sacramentos.

domingo, 22 de mayo de 2016

Prepárate para alabar a Dios

¿Cuál es mi experiencia más honda de Dios?


Hablar de la Trinidad no es tan sencillo, es un misterio. Hablar de un solo Dios y tres personas, de un amor que se construye en un silencio eterno, de un misterio que mi corazón no abarca,… no logro comprender el misterio.

Me gusta pensar en un hombre hecho a imagen de la Trinidad. En un hombre que es reflejo del amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Un hombre inhabitado por Dios Trino. Bendecido.
Estoy llamado a ser un hombre trinitario. Un hombre pobre, vacío de mí y lleno de Dios. Un hombre anclado en lo más profundo del cielo y al mismo tiempo con los pies muy en la tierra.
Una persona rezaba: “Me da miedo que el espíritu pierda la fuerza y dejar de soñar con las cosas imposibles. Me da miedo ser demasiado del mundo y demasiado poco del cielo. Pero sé que Tú estás ahí para recordarme de dónde vengo y adónde voy”.

Soy ciudadano del cielo en la tierra. Con esa tensión que provoca ser templo de Dios entre los hombres. Lleno de luces y de sombras. Volcado en la tierra y abierto a la luz del cielo.
Quiero vivir así. Anclado y enraizado. Sujeto y atado. Perteneciendo a Dios. Siendo parte de los hombres. Es el misterio de la vida. Es el misterio de Dios. Siempre me supera. Un misterio de amor que no comprendo.El amor de Dios es imposible. Me desborda. Sin Él no puedo vivir. Tanto me amó Dios que me creó con infinito cuidado, soñando conmigo desde siempre.Me buscó, me esperó, salió a mi encuentro en tantas esquinas de mi vida. Me perdonó, me abrazó. Lo dejó todo, todos sus privilegios, para hacerse hombre y caminar a mi lado. Para tocarme con manos humanas, sanar, darlo todo y morir.

Tanto me amó que se quedó conmigo en su cuerpo y en su Espíritu. Tanto me ama que quiere habitar en mí, para que sea más suyo. A pesar de mi pobreza, quiere que mi corazón sea su morada. Y ser luz para mis pasos. Susurrarme por dónde puedo ser más feliz, hacer más feliz a otros, amar más.

¿Quién es Dios para mí? ¿Cuál es mi experiencia más honda de Dios? Seguro que tiene que ver con mi sed de amor, con mi herida de amor. Justo ahí Dios se ha derramado en mi vida. Me ha sostenido. Me ha querido más todavía. Ha vuelto a morir por mí.En los momentos de desaliento sus ojos no se apartan de mí. Llena mi pozo vacío. Se derrama en la grieta de mi roca. En mi pecado. En mi dolor más hondo ahí está Dios abrazándome y diciéndome que vuelva.
Me dice que me quiere, que me perdona, que me cuida. Me recuerda que no hay nada que haya podido hacer en mi vida que no pueda perdonarme. Todo es motivo para amarme y esperarme.

Si me abro, si me dejo, Él entra. Él puede cambiar en mi vida lo gris en azul. Él tiene ese poder que me parece increíble, es el mayor milagro.Él ha convertido mis momentos de cruz en momentos de apertura. La amargura en paz. La renuncia en crecimiento interior. El dolor en ocasión para pedir ayuda y sentir que no estoy solo. La oscuridad en búsqueda. La angustia en esperanza.
Él ha salido a mi encuentro tantas veces en mi desaliento… En tantos caminos de Emaús Él ha ido a buscarme. Porque me quiere.¡Cuántas veces en mi vida he sentido que Dios volvía a buscarme y lo hacía sólo por mí! ¡Cuántas veces en mi vida he sentido su mirada de amor cuando yo le había negado previamente como Pedro!
¿Cuál es ese rostro de Dios que me busca? Ese rostro que me pide habitar en mi alma. ¿Cómo puedo vivir siempre a su lado? ¿Cómo puedo ser de verdad templo de la Trinidad?

Si no hago más que ir y venir, si no hago más que buscar fuera de mí al que está muy dentro, si no me abro permaneceré vacío y roto.Me gustaría que hoy, cada uno de nosotros, se hiciera esta pregunta: ¿Cómo han sido los pasos de Dios en mi camino, en mi alma, en la tierra más honda y árida de mi corazón?
Dios, a veces delante, a veces detrás, a veces a mi lado, ha caminado siempre conmigo. ¿Cómo ha sido su mano, su mirada sobre mi vida?

Quiero adorarlo. Alabarlo. Darle gracias. Hoy es un día de darle gracias por sus huellas ocultas en mi alma. Por su fidelidad. Adorarlo de rodillas, en silencio, mirarlo.¡Cuántas veces me miro a mí mismo al rezar! Quiero mirarlo a Él y decirle que le quiero. ¿Cuál es mi oración de alabanza hoy? ¿Por qué le quiero dar gracias de forma especial?
Una persona rezaba: “Gracias, Dios mío, por ir a mi lado, por esperarme, por ir a buscarme, por llegar a mí. Pasa dentro. Muy dentro. Hasta la hondonada de mi alma. Y quédate. Enséñame a sentirme querido por ti, a veces no me siento así, me cuesta creerlo. Y necesito creerlo. Enséñame a amar. Hasta que nos encontremos en el cielo, camina junto a mí”.
Le doy gracias porque nunca está lejos, porque es el Dios de mi vida, y se acerca cada día hasta mí. Porque toma mi corazón y lo va modelando, con mi pobreza y mi riqueza, con mis montes y mis valles, con mis sueños y mis miedos. Con mis caminos de luz y mis caminos de renuncia. Con mis odios y mis amores. Con mis síes y mis noes.

Hoy alabo a Dios porque su amor es más fuerte. Porque me ama desde siempre, porque cada día lo deja todo por mí para llenar mi pozo vacío, mi alma seca. Porque me ama como soy y no como debería ser.Ser hijo es lo más bonito que puedo ser. Hoy de nuevo quiero ser hijo y decirle a Dios que tome el timón de mi vida. Él sabe mejor que yo el rumbo hacia el cielo. Le entrego mis proyectos y decisiones. Sin condiciones. Sin pedirle que lo haga a mí manera.

Quiero estar junto a Él, tal como soy. Quiero que me lleve en sus manos, que sea mi descanso, mi refugio, mi roca. Que me enseñe a amar un poco según Él. Amar sin medida, sin límite, sin condiciones.Parece imposible. Pero la cruz lo hizo posible para mí. Le doy gracias porque mi vida sin Él estaría vacía, y con Él está tan llena. El templo de mi alma lleno de Dios. De ese Dios Trino que hace morada en mí.
Hoy es un día para mirar cuánto me ama Dios a mí de forma concreta. ¿Conozco su forma de llegar a mí? Esa forma que sólo usa conmigo. Porque conmigo usa un camino que nadie sabe, que sólo es para mí…

Sí, quiero ser templo de Dios. Quiero vaciarme de mí mismo para llenarme sólo de Él. Le pido hoy a Dios ese milagro.