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viernes, 27 de mayo de 2016

María se aparece en San Nicolás (Argentina)

El caso “exhibe carácter sobrenatural y es digno de creencia,” confirma un obispo.




Tras años de exigente análisis y discernimiento, el obispo de la diócesis argentina de San Nicolás de los Arroyos confirmó el carácter sobrenatural de los acontecimientos que en esa localidad de la provincia de Buenos Aires dieron nacimiento a la devoción a Santa María del Rosario de San Nicolás.

Mediante un decreto con fecha el 22 de mayo de 2016, titulado “Declaración acerca del juicio definitivo sobre la presencia de la Virgen María del Rosario de San Nicolás”, el obispo de esa diócesis monseñor Héctor Cardelli repasa el discernimiento, y citando pasajes que la Virgen expuso a la madre de Familia con quien se comunica, asegura que “Dios se detuvo en San Nicolás de los Arroyos, trayendo para nosotros el perfume de Santa María”.

“Concluimos luego de un seguimiento de más de tres decenios que todos los aspectos pueden calificarse de positivos en adhesión a la verdad más plena”, asegura el obispo, y destaca la actitud de Gladys, la mujer que desde hace más de 30 años se comunicaría con la Virgen María: “Se ha apreciado además la sana reserva, docilidad ante la autoridad eclesiástica, además de una evidente ausencia de protagonismo y vanagloria en la persona a la que la Santa Madre invitó para transcribir sus mensajes”.

El decreto se enmarca en las normas que la Santa Sede prevé para el juicio sobre las revelaciones privadas y la enseñanza de que el cristiano del siglo XXI “no tiene que esperar otra nueva revelación pública antes de la gloriosa manifestación de Jesucristo”.

El obispo también recuerda con el Catecismo que las revelaciones privadas no pertenecen al depósito de la Fe, y que su función “no es la de mejorar o completar la revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivir más plenamente en una cierta época de la historia (CIC 67)”.

“El en caso de San Nicolás reconocemos su significado positivo en cuanto ha ayudado a comprender y vivir mejor el Evangelio anunciado por Cristo y lo vemos como un alimento para la Fe, la Esperanza y la Caridad, vías que señalan con claridad la intención de seguir los caminos de Salvación que la Palabra de Dios enseña”.

Durante el repaso, se enuncia en el decreto, no se puede encontrar “origen en mera acción humana” que explique los acontecimientos, “el exquisito contenido, la calidad y riqueza de los mensajes, los frutos en términos de conversiones, cambios de vida, sanaciones”. Asimismo, se elimina por los frutos resultantes la posibilidad de “considerar que el mal busque el bien y la santidad de las almas”, rechazándose así la posibilidad de que lo ocurrido sea obra del Enemigo.

El obispo, en su potestad, expresa tener “la suficiente certeza para concluir que el Caso mariano de San Nicolás de los Arroyos exhibe carácter sobrenatural y es digno de creencia”.

El origen de la devoción

En 1983, varios rosarios en varias casas de San Nicolás de los Arroyos, localidad ubicada a 240 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, se iluminaron misteriosamente. Ante este extraño signo, una madre de familia comenzó a rezar con intensidad a la Virgen, quien se le reveló el 25 de septiembre de ese año. La petición de María en esas primeras apariciones consistía en buscar una imagen de María del Rosario que había sido bendecida por un Papa y estaba olvidada. La imagen a la que hacía referencia fue hallada en el campanario de la catedral. Se trataba de una imagen de María con el niño en brazos que había sido bendecida por León XIII con motivo de la inauguración del templo parroquial.

En todo momento la mujer se puso a disposición de la Iglesia, compartiendo los mensajes con las autoridades eclesiales y sometiéndose a su voluntad, cuidándose así que el acontecimiento mariano se conserve “en el seno de la Iglesia”.

El entonces obispo de San Nicolás, monseñor Domingo Salvador Castagna, aprobó la publicación y difusión de los Mensajes de María del Rosario en San Nicolás y ordenó la construcción de un Santuario, erigiéndolo canónicamente, tal como la Virgen lo había pedido.

“No cabe duda: este hecho seguirá creciendo. Por sus frutos espirituales, dio prueba de su autenticidad”, comentó en 1990 monseñor Castagna, quien asistido por una Comisión de investigación, discernió los hechos, aprobó la ortodoxia de los mensajes, y acompañó la devoción estableciendo las reglas necesarias. Los sucesivos obispos acompañaron desde entonces la permanente peregrinación de fieles al santuario en construcción, y en todo este tiempo la vidente, de nombre Gladys, mantuvo su bajo perfil y su vida piadosa.

Habita en una humilde casa cercana al santuario, donde asiste asiduamente a Misa, según confirman los vecinos. La casa es fácilmente identificable por el enorme buzón en la puerta, en el que peregrinos al santuario dejan cartas para que sean compartidas con la Virgen.

“Dios se detuvo en San Nicolás de los Arroyos”, asegura el obispo Cardelli en su decreto. “Él se detiene en las almas que lo necesitan. Nosotros lo necesitamos, nuestro país lo necesita, el mundo lo necesita”, expone.

Para quienes quieran conocer más de Santa María del Rosario de San Nicolás, a cuyo santuario acuden anualmente decenas de miles de peregrinos, solos o en conmovedoras peregrinaciones masivas, se invita a seguir el Facebook del Obispado.

jueves, 26 de mayo de 2016

El Papa en el «Corpus Domini»

Hay que «partir» la vida por los pobres y los marginados

Papa Francisco recordó «a los santos y a las santas (famosos o anónimos) que se han ‘partido’ a sí mismos, la propia vida, para ‘dar de comer’ a los hermanos», a los padres que «han ‘partido’ sus corazones para hacer crecer a sus hijos» y a todos los cristianos que «como ciudadanos responsables», han «‘partido’ la propia vida para defender la dignidad de todos, especialmente de los más pobres, marginados y discriminados». Lo hizo en la homilía que pronunció en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Domini), que conmemora el acto de «‘partir’ el pan» con el que Jesús instituyó la Eucaristía. La ceremonia fue en la Basílica de San Juan de Letrán, y el Papa presidió, como todos los años, la procesión hasta Santa María Mayor.

Francisco comenzó su reflexión a partir de la expresión que utiliza dos veces San Pablo, en la Carta a los Corintios, para describir el mandato de Jesús a la hora de la institución de la Eucaristía: «Hagan esto en conmemoración mía»; «Es el testimonio más antiguo sobre las palabras de Cristo en aquella Última Cena», subrayó Francisco. «Hagan esto. Es decir tomen el pan, den gracias y rómpanlo; tomen el cáliz, den gracias y distribúyanlo. Jesus manda que repitan el gesto con el que instituyó el memorial de su Pascua, mediante el que nos donó su Cuerpo y su Sangre. Y este gesto ha llegado hasta nosotros: es el ‘hacer’ la Eucaristía, que siempre tiene a Jesús como sujeto, pero se pone en práctica mediante nuestras pobres manos ungidas por el Espíritu Santo. Hagan esto. Antes, Jesús había pedido a los discípulos que ‘hicieran’ lo que Él ya tenía en su ánimo, en obediencia a la voluntad del Padre. Lo hemos escuchado hace poco en el Evangelio. Ante las multitudes cansadas y hambrientas, Jesús dice a sus discípulos: ‘Ustedes mismos denles de comer’. En realidad, es Jesús quien bendice y parte los panes hasta saciar a toda esa gente, pero los cinco panes y los dos pescados son ofrecidos por los discípulos. Jesús quería justamente esto: que, en lugar de despedir a la multitud, pusieran a disposición lo poco que tenían. Y luego hay otro gesto: los pedazos de pan, rotos por las manos santas y venerables del Señor, pasan a las pobres manos de los discípulos, que los distribuyen entre la gente. También esto es ‘hacer’ con Jesús, es ‘dar de comer’ con Él. Está claro que este milagro no quiere solo saciar el hambre de un día, sino es signo de lo que Cristo pretende cumplir para la salvación de toda la humanidad, dando su carne y su sangre. Sin embargo, siempre hay que pasar a través de esos dos pequeños gestos: ofrecer los pocos panes y peces que tenemos; recibir el pan roto por las manos de Jesús y distribuirlo a todos».

El Papa después se detuvo para reflexionar sobre otra palabra que explica el sentido de ese «Hagan esto en conmemoración mía». «Partir». Jesús, dijo Francisco, «se partió, se parte por nosotros. Y nos pide que nos demos, que nos partamos por los demás. Justamente este ‘partir el pan’ se ha convertido en el ícono, en el signo de reconocimiento de Cristo y de los cristianos». Es «la Eucaristía, que se convierte, desde el principio, en el centro y la forma de la vida de la Iglesia. Pero —explicó Bergoglio—, pensemos también en todos esos santos y en todas las santas (famosos y anónimos) que han ‘roto’ a sí mismos, la propia vida, para ‘dar de comer’ a los hermanos. Cuantas mamás, cuantos papás, junto con el pan cotidiano, cortado en la mesa de casa, han roto sus corazones para hacer que crezcan sus hijos, ¡y hacer que crezcan bien! ¡Cuántos cristianos, como ciudadanos responsables, han roto la propia vida para defender la dignidad de todos, especialmente de los más pobres marginados y discriminados! ¿En donde encuentran la fuerza para todo esto? Justamente en la Eucaristía: en la potencia del amor del Señor resucitado, que también hoy parte el pan para nosotros y repite: ‘Hagan esto en conmemoración mía’».

El Papa concluyó pidiendo  que «pueda también el gesto de la procesión eucarística, que dentro de poco haremos, responder a este mandato de Jesús. Un gesto para recordarlo; un gesto para dar de comer a la multitud de hoy; un gesto para partir nuestra fe y nuestra vida como signo del amor de Cristo por esta ciudad y por el mundo entero».

¿Ya recibiste “el reto del amor” en whatsapp?

Las Dominicas de Lerma, desde la clausura, evangelizan también a través de los servicios de mensajería instantánea


Desde hace más de dos años, las Dominicas del monasterio de San Blas de Lerma, en Burgos, envían un mensaje a miles de personas, a las 7:50 de la mañana, vía WhatsApp.

Lo llaman “el reto del amor”.

En una entrevista con Jesús García, para Religión en Libertad, la Maestra de Novicias del monasterio, sor Leticia, explica en qué consiste el reto, que ya ha llegado a esparcirse “viralmente” (como gustan decir los afectos a las redes) desde España hasta Argentina, pasando por Rusia, Grecia, México, Estados Unidos y Alemania, entre otros.



“El reto del amor –explica la religiosa- es un desafío a amar en el día, en tus circunstancias. Da igual que seas monja, padre de familia o estudiante. Todos estamos llamados a lo mismo, que es al amor, pero esto sólo un hombre puede enseñarnos a vivirlo: Cristo. Para vivir desde el amor, primero lo tienes que recibir de Cristo; luego, lo podrás dar”.


Cada “reto”, diariamente, procura dar directrices para vivir el día en clave teologal: “hoy el reto es que pongas amor en todo lo que hagas viéndolo como un regalo del Señor” (junto a un texto desmenuzando el cómo); “hoy el reto del amor es acercarte al enfermo” ; “hoy, el reto es apostar por lo importante”. Así, las monjas de Lerma han llevado un apostolado “online” por más de dos años, con abundante fruto.

Si quieres recibir el reto del amor en tu teléfono móvil, puedes escribirles a vivedecristo@gmail.com.

Niña italiana podría ser pronto la santa más joven de la historia de la Iglesia

La Venerable Antonietta Meo podría convertirse en la santa “confesora” más joven, no mártir, de la historia del cristianismo


Antonietta Meo nació en Roma el 15 de diciembre de 1930, y murió cuando tenía sólo seis años de edad, el 3 de julio, 1937. Pronto podría llegar a ser la santa “confesora” más joven (que no mártir)  canonizada por la Iglesia Católica. Pero ¿cuál es la historia de Antonietta?

Cuando tenía sólo cinco años de edad, Nennolina (como le apodaba su familia) se cayó y se lesionó la rodilla. Al ver que su rodilla no sanaba, se le diagnosticó un osteosarcoma, una forma agresiva de cáncer de hueso. Su pierna tuvo que ser amputada, y luego se le entregó una pierna artificial. De acuerdo con sus biógrafos, la niña soportó todo con una alegría excepcional.


Nennolina escribió más de cien cartas extraordinarias a Jesús y la Virgen María, que le han ganado la reputación de ser una mística a carta cabal, entre los teólogos católicos, debido a su contenido.
Nennolina escribió más de cien cartas extraordinarias a Jesús y la Virgen María, que le han ganado la reputación de ser una mística a carta cabal, entre los teólogos católicos, debido a su contenido.
Pero, además, Nennolina escribió más de cien cartas extraordinarias a Jesús y la Virgen María, que le han ganado la reputación de ser una mística a carta cabal, entre los teólogos católicos, debido a su contenido. Escritas durante sus últimos meses de vida, las cartas muestran una comprensión de los misterios de la fe y acciones espirituales que van mucho más allá de las de cualquier niño promedio de su edad. Algunas de las cartas estaban dirigidas a Jesús (“Querido niño Jesús, tú eres santo, tú eres bueno. Ayúdame, dame tu gracia y devuélveme mi pierna. Pero si no quieres, entonces hágase tu voluntad”), y algunas otras describen visiones celestiales.
Nennolina escribió más de cien cartas extraordinarias a Jesús y la Virgen María, que le han ganado la reputación de ser una mística a carta cabal, entre los teólogos católicos, debido a su contenido.

Nennolina insistía en escribir una última carta a Jesús unos días antes de su muerte. En ella, le pidió a Jesús que cuidase de todos aquellos a quienes amaba, y pidió fortaleza para soportar el dolor por el que estaba pasando. La carta quedó inconclusa, interrumpida por enfermedad de la niña. Las últimas palabras que escribió fueron: “Tu niña te envía muchos besos”.

Poco después, dijo a su madre que estaba a punto de morir: “En unas pocas horas, voy a morir, pero no voy a sufrir más, y no debes llorar. Debería haber vivido unos días más, pero Santa Teresa del Niño Jesús dijo, ‘¡Es suficiente!’”. Después de la muerte de la niña, su madre tuvo una visión de Nennolina en gloria, asegurándole que estaba ahora en el cielo.

Las reliquias de Antonietta Meo se encuentran ahora en la Basílica de Santa Croce, en Roma, donde fue bautizada, y pasó gran parte de su tiempo rezando y meditando.

11 consejos de Santa Teresa para una vida de oración

Claves sencillas y eficaces para quien quiere crecer en la intimidad con Dios



1. Dirige a Dios cada uno de tus actos; ofréceselos y pídele que sea para Su honra y gloria.

2. Ofrécete a Dios cincuenta veces al día, y que sea con gran fervor y deseo de Dios.

3. En todas las cosas, observa la providencia de Dios y Su sabiduría, en todo, alábale.

4. En tiempos de tristeza y de inquietud, no abandones ni las obras de oración, ni la penitencia a la que estás habituado. Antes, intensifícalas, y verás con qué prontitud el Señor te sustentará.

5. Nunca hables mal de quien quiera que sea, ni jamás lo escuches. A no ser que se trate de ti mismo. Y progresarás mucho, el día en que te alegres de ello.

6. No digas nunca, de ti mismo, algo que merezca admiración, ni sobre tus conocimientos, tus virtudes, tu nacimiento, a no ser para prestar un servicio. Y en este caso, que sea con humildad, y considerando que esos dones vienen de las manos de Dios.

7. No veas en ti sino el siervo de todos, y en todos contempla a Cristo Nuestro Señor; así le respetarás y le venerarás.

8. Respecto a las cosas que no te conciernen, no muestres curiosidad, ni de cerca, ni de lejos, ni con comentarios, ni con preguntas.

9. Muestra tu devoción interior sólo en caso de necesidad urgente. Recuerda lo que decían San Francisco y San Bernardo: “Mi secreto me pertenece a mi”.

10. Cumple con todo como si Él estuviese realmente visible; actuando así, mucho ganará tu alma.

11. Que tu deseo sea ver a Dios. Tu temor, perderle. Tu dolor, no complacerle en su presencia. Tu satisfacción, lo que puede llevarte a Él. Y vivirás en una gran paz.

(Santa Teresa De Ávila)

Tomado del libro: “Oraciones de todos los tiempos de la Iglesia”. Prof. Felipe Aquino (org). Ed. Cléofas.