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sábado, 25 de junio de 2016

Francisco en Armenia: Santa Misa en Gyumri

Francisco en Armenia visita al Tzitzernakaberd Memorial Complex

Visita al Tzitzernakaberd Memorial Complex

La roca: ¡confía y empuja!

Dios sólo nos pide obediencia y fe en Él


Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas. El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día.

Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas…y esta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Como el hombre empezó a sentirse frustrado Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a su mente: Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido”. Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión. Satanás le dijo: Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente”.

El hombre pensó en poner en práctica esto pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: “Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aún así, no he podido mover la roca ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? “.

El Señor le respondió con compasión: “Querido amigo, cuando te pedí que me sirvieras y tu aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar. Ahora vienes a mi sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste?. Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo, yo moveré la roca”.

Algunas veces, usamos nuestro intelecto para descifrar su voluntad, cuando en realidad Dios sólo nos pide obediencia y fe en Él. Debemos ejercitar nuestra fe, que mueve montañas, pero conscientes que es Dios quien al final logra moverlas.

Cuando todo parezca ir mal… solo EMPUJA!
Cuando estés agotado por el trabajo… solo EMPUJA!
Cuando la gente no se comporte de la manera que te parece que debería… solo EMPUJA!
Cuando no tienes más dinero para pagar tus cuentas… solo EMPUJA!
Cuando la gente simplemente no te comprende… solo EMPUJA!
Cuando te sientas agotado y sin fuerzas… solo EMPUJA!

En los momentos difíciles pide ayuda al Señor y eleva una oración a Jesús para que ilumine tu mente y guíe tus pasos. Entrega tus miedos al Señor y pídele con una oración que Jesús te ayude a encontrar el camino que te conduzca a Él.

Artículo originalmente publicado por Oleada Joven

viernes, 24 de junio de 2016

Watoto Child Care Ministries


¿De la opresión, del hambre y de la guerra puede nacer la alegría?
Oh what love_ Be exalted




Fundado por Gary y Marilyn Skinner, Watoto nació a través de la  Watoto Church; la próspera y comunitaria iglesia protestante que la pareja implantó en Kampala, Uganda, en 1984.

Ya en 1988, en un pueblo llamado Rakai, Gary Skinner se encontró con una cruda realidad que no podía ignorar. Ocho años antes, él y su joven familia se habían trasladado a Uganda; un país que era conocido por su violencia y pobreza. Implantaron una iglesia en Kampala, que creían que Dios usaría para devolver la esperanza a la ciudad y la nación.

El pueblo de Uganda había sufrido mucho. Gobernantes corruptos y opresores habían librado guerras sin cuartel contra el pueblo y, cuando terminaron con su masacre, dejaron atrás casi un millón de muertos.

Viudas y huérfanos

Gary fue llevado a visitar una viuda de 79 años de edad que hacía de madre para siete niños. Mientras caminaban por las plantaciones de plátanos detrás de su pequeña cabaña, señaló la tumba de su marido y seis de sus hijos. El SIDA los había matado a todos. Una de las supervivientes, una hija, estaba muriendo de la misma enfermedad. Visitar a esta mujer tocó a Gary en lo hondo de su ser, y se convirtió en uno de los momentos decisivos de su vida.

Se acordó de Santiago 1, 27, que dice: “La religiosidad pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en ocuparse de los huérfanos y de las viudas cuando están necesitados, y en no contaminarse con el mundo”.

En 1994, nacieron los Ministerios de Cuidado Infantil Watoto dependientes de la Watoto Church como resultado de este encuentro. Comenzó con una simple casa en Kansanga; un barrio que está a ocho kilómetros al sur de Kampala. Aquí, a ocho huérfanos y una viuda se les dio la oportunidad de convertirse en una nueva familia”.

Tomado del sitio:  Watoto

Una joven colombiana despunta en el escenario de la música de adoración