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miércoles, 10 de agosto de 2016

Hablar de esperanza y misericordia a través de la música

El peruano que integró el grupo latinoamericano que le dio voz al Himno de la JMJ


A través de ella canta, reflexiona y alaba. La música es la mejor forma de expresar que vive enamorado de Dios. Jamás imaginó integrar el grupo de artistas latinoamericanos que dieron voz a la versión en español del Himno de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Cracovia 2016.

Desde el año 2000, Miguel Quiñones, cantautor peruano, cuenta con su guitarra a través del pop melódico, la paz y la esperanza que, postrado a los pies del Señor, ha encontrado en su vida.

Quiñones nos propone seguir al pie de la cruz. “No desmayar porque a pesar del dolor, la incomprensión y del cansancio, encontraremos la felicidad”, dice en la letra de uno de sus temas musicales del álbum “Camino” producido en 2009.

 
Misericordia para los bienaventurados

 “…Bienaventurados, los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia…”, es lo que nos dice el músico peruano junto a un grupo de jóvenes cantantes de diversos países de Latinoamérica.

“Cuando un amigo me invitó a participar para interpretar un estribillo de esta canción, compuesta por Jakub Blycharz, bajo la producción de Andrés Nicolás Fernández, no dudé en aceptar. Sabía que había otras versiones, lo que jamás imagine fue ser parte de una de ellas”, expresó.

Con 6 discos producidos ha hablado de Dios por diversos países de América y Estados Unidos.

“`Quiero entregarte todo porque todo es tuyo Señor, es tuyo Señor, es tuyo Señor´, dice uno de mis temas y es justamente lo que ese día le respondí al Señor al recibir tal invitación”, comentó durante una entrevista. “No hay duda que cuento con uno de los mejores publicistas: el Espíritu Santo”, sonrío.

Música para la oración

A través de un vídeo animado donde el músico participa junto al religioso franciscano Ángelo Costa, sacerdote dedicado a acompañar a los matrimonios en Perú, el músico católico, nos invita desde una barca, a escuchar la voz de Dios y descubrir en ella esperanza. “Cuando empecé a hacer música nunca imaginé que sería para alabar y adorar a Dios”, manifestó.
“Hacer música católica contemporánea no sólo es producirla sino más bien vivir para servir a través de ella. Eso es lo que logré descubrir al iniciar éste camino. Los músicos que emprendemos esta aventura vamos por la vida dando testimonio de ello”, aseguró.


“Cantarle a todo el mundo anunciando la gran compasión del Señor junto a Elton Rey y Daniel Armas dos músicos que también dedican su vida a anunciar el mensaje de salvación de Cristo, fue toda una experiencia. Nos lanzamos a la aventura de la misericordia; construir puentes y derribar muros. Asistir al que se siente solo y abandonado a través de nuestra música no tiene precio”, manifestó.

Los jóvenes músicos peruanos están dispuestos como ha dicho el Papa Francisco a ser enviados para compartir el amor misericordioso de Dios. “Podemos dar testimonio de que la vida es plena cuando la vivimos desde la misericordia. Como ha dicho el papa esa es la parte más dulce”, culminó.

martes, 9 de agosto de 2016

Súplica por un milagro

Ayer me resultaba complicado encontrarme en paz con el Señor. Numerosos problemas que parecían no tener solución. Situaciones importantes que, de no resolverse de manera rápida, podían encadenar un sinfín de problemas colaterales. Hay días que el peso de la cruz se hace difícil de llevar y el camino que lleva al Calvario es agreste, tortuoso y parece interminable. Cuando uno se encuentra en una situación complicada le embarga la pesadumbre. Por un lado, encomendaba para que ese problema se solventara. Por otro, mi corazón se cerraba por completo a la paz del espíritu. Sin embargo, algo interno —fruto de la fuerza embriagadora de la gracia que derrama el Espíritu Santo— dirigía mis pasos hacia un templo cercano. Me pongo de rodillas y le suplico que haga el milagro.
La misericordia de Dios siempre vence. Dios es siempre el vencedor de cualquier partida. Aunque sea de penalti y en el último minuto. Además, ostenta el récord de imbatibilidad en la historia de la humanidad. La dificultad, los problemas, la no resolución de los mismos me llevó ayer a un encuentro más íntimo con el Señor. Y aquí estaba el milagro: el problema no se solucionó, pero mi corazón tuvo paz. Él sabe por qué y cómo hace las cosas. Abandonado en mi pequeñez, consciente de mi debilidad, una enseñanza muy hermosa: Dios vence con su amor, su misericordia y su consuelo. Amo a Dios y ese amor profundo me hace siempre salir adelante. Aunque lo que haya delante sea un precipicio de una altura… que da vértigo.

¡Señor, en este día te pido que me ayudes a ponerme en tu presencia y abrir mi pobre corazón, que me enseñes a hablarte desde la sencillez y la pequeñez de mi vida, que me ayudes a hacer oración, una oración confiada, entregada, llena de esperanza! ¡No quiero pedirte nada Señor, sólo quiero estar cerca de ti, sentirte cerca, sentir que me amas, sentir que abres tus brazos para acogerme! ¡Te pido la humildad para que me hagas ver con claridad todas aquellas cosas que me alejan de ti cada día: mis pecados, mis faltas, mi orgullo, por mi soberbia, mi incapacidad de amar, por mi egoísmo, mi carácter, mi falta de confianza…! ¡Señor, necesito que me muestres tu misericordia, tu compasión por este pequeño hombre que tanto te necesita! ¡Señor necesito que me hagas ver el camino que debo seguir cada día y las cosas positivas y negativas que me suceden ayúdame a aceptarlas cada día con mucho amor y mucha confianza! ¡Envíame al Espíritu Santo para que mi oración desde el corazón esté siempre iluminada por Él y sea siempre perseverante en las tribulaciones y las alegrías porque esta es la mejor manera conocerte de manera auténtica!

Tu gracia me sostiene, cantamos hoy acompañando esta meditación:

Desde el respeto de la diversidad a evitar querer cambiar al otro. Así, el amor eterno ya no es una quimera


¿Estás enamorado pero infeliz? ¿Piensas que tu pareja necesita una inyección de energía? Encontrar el equilibrio y la felicidad con la pareja es un recorrido lleno de obstáculos.

El prof. Robert Cheaib, teólogo, profesor en la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Roma y la Universidad Pontificia Gregoriana, en Il gioco dell’Amore (El juego del amor) presenta diez pasos para que una pareja se encamine hacia la felicidad. Diez consejos prácticos y útiles que volverán más serenos tu futuro.

“Este libro – comenta Cheaib – pretende ir más allá del falso mito que la pareja feliz es una empresa fácil. Feliz y fácil no siempre van de la mano. Como, por otro lado, feliz y difícil no son antónimos, ni siquiera en el diccionario. La pareja es un camino, y cuando se camina se tiene menos equilibrio que cuando se está quieto o sentado. Pero los descubrimientos, los encuentros y las experiencias que se tienen mientras se camina valen completamente el riesgo de ponerse en marcha. Si ponerse en camino es arriesgado, estar inmóviles es mortal, es la muerte”.

Y entonces aquí tienes los diez pasos para volar hacia una posible felicidad.

1) Estar bien incluso en soledad

La incapacidad de saber estar solos empuja a las personas a refugiarse en el amor como antidepresivo, como droga, como sedante y a construir parejas hechas de individuos que se refugian en el amor desde su identidad incierta. El arte de saber estar bien solos, en cambio, abre a un gran privilegio: el de poder elegir con quien estar. La soledad fecunda y rica nos restaura a nosotros mismos y nos permite compartir con el otro no sólo cosas, no sólo experiencias, no sólo la lista de la compra, sino a nosotros mismos, nuestra misma valiosa vida. Es bueno casarse con la propia soledad antes de casarse.

2) Respetar (y perdonar) la diversidad

Un dicho anglosajón afirma que no se debe juzgar a una persona antes de haber recorrido una milla con sus zapatos.

Para recorrer una milla con los zapatos de alguien más, debo quitarme primero que nada los míos, esforzándome por llegar a ese difícil desapego de mi subjetividad. Sólo quien se atreve a vivir la aventura de la alteridad vive un encuentro comprometedor y feliz. Tener pareja sin el intento de ponerse en los zapatos del otro es un preanuncio de desventura asegurada.

Si no estoy listo para la aventura de la alteridad, me encuentro en una condición narcisista de atravesar al otro en busca de mí mismo. Me engaño al ver al otro y veo visiones y, en realidad, imprimo mi imagen bajo el disfraz del nombre y el rostro del otro. Lo primero que tenemos que reconocer en el otro es su diversidad. Lo primero que tenemos que perdonar en el otro es su alteridad.

3) Los riesgos de la familiaridad

La pareja es un nido, un refugio, un espacio precioso. Le preguntó el discípulo al maestro: “¿Cuál es el peligro más grande para la vida en común?”. La respuesta decidida y lapidaria fue: “La familiaridad”. Familiaridad es cuando estás tan habituado a una realidad que no te das cuenta. Pasas al lado o, peor aún, pasas por encima, sin pestañear. Familiaridad es tomar al otro por descontado, olvidando que las relaciones no pueden vivir de descuentos. Dar por descontado las relaciones genera descontento. Familiaridad es también creer que tienes el derecho, más aún el sagrado deber, de decir todo lo que “sientes” o lo que te pasa por la cabeza.

Ser uno mismo no equivale a abandonarse a las propias emociones que vienen y van. Ser uno mismo es también estar en control de los propios sentimientos y de los propios cambios de humor. Ser uno mismo es dominar los propios instintos y frenar la propia lengua.

4) Ser exigentes

No se puede amar condicionadamente: “te amo si”, “te amo pero”. Cuando se ama a alguien, se ama por sí mismo. Teniendo en mente el principio de reciprocidad en la exigencia. Exigir es incitar, no exprimir. Es contribuir delicadamente a la floritura de la libertad con el calor de un amor incondicional.

El amor tiene las exigencias de “eternidad”. Pero no sólo.

Incluso exigencias de responsabilidad. Ser responsable de alguien es poder responder por los propios gestos en relación a él y custodiar siempre el espacio de su respuesta. Responsabilidad implica premura. La premura garantiza la acogida y el cuidado por la existencia del otro. Es una dimensión “materna” que marca el amor que no puede ser condicionado.

5) No actuar como “psicólogos”

Muchas personas se desilusionan del otro, no porque sea malo, sino simplemente porque no las completa. Esperaban, al estar con esa persona, no aburrirse o sentirse solas y no tener que hablar más porque el otro las habría entendido inmediatamente… en cambio se encuentran con una maldita alteridad, a la que se le necesita explicar todo y repetidamente.

Nadie, pero realmente nadie, puede volverse una presencia total y totalizante en nuestra vida. No idealizar. La persona que encontrarás, o con la que ya estás, no es Dios, sino al máximo un don de Dios. No es un salvador, ni un salvavidas, sino una persona como tú que necesita salvación. A propósito de “salvadores”, uno de los grandes errores – especialmente de las personas con el carácter de cruz roja, de madre Teresa o con el síndrome de Jesucristo – es estar con una persona para salvarla, para repararla. No se puede vivir sanamente una relación a dos niveles y con dobles papeles: no se puede ser el novio y el psicólogo de tu novia.

6) Buen humor

El deseo de amor necesita una seguridad lúcida que le de la dosis de paz necesaria para permanecer y construirse, pero necesitan también de ese toque de lucidez, de novedad y renovación. Necesita esa pizca de aventura que se regala con la sorpresa recreativa del humor y le permite superar sus desventuras.

Ser lúdico es relativizar sus experiencias, incluso las más bellas… incluso la del amor. La sabiduría de la sonrisa sabe introducir la efervescencia de novedad en la pareja, pero sabe también simpatizar con la familiaridad, con las cosas que no cambian.

7) Morir para saber escuchar

El amor mata el egoísmo para salvarte del ahogo en ti mismo y salvar la pareja de la vorágine del egoísmo a dos. Quien quiere amar realmente, debe salir de sí mismo. Salir de sí, luego, no siempre es un éxtasis agradable. Es confiar en lo ignoto, como una semilla que se encomienda al frío y a la oscuridad de la tierra, para morir. Sólo aceptando esta “sepultura”, la semilla puede “resurgir” y dar fruto.

Zanjar el propio egoísmo significa haber aprendido a dialogar con el otro. En todo diálogo verdadero hay una muerte a sí mismo, porque la parte esencial del diálogo es la escucha.

Escuchar no es sólo oír, es escuchar los sentimientos que se hacen palabras. Es un gesto de “compasión”, de compartir y de acoger el pathos(1) del otro.

8) Resurgir para relanzar

Hay muchas ocasiones por las que una relación de amor llega a un momento de estancamiento. Cada intento de reactivar el dinamismo de vida parece chocar contra un muro de acero. En situaciones de inactividad y de muerte relacional, se vuelve crucial decir “tú no morirás” porque significa “aún creo en ti”. Significa que quiero invertir nuevamente y todavía. Significa simplemente: “Te amo”.

Y en estos momentos no se debe tener miedo del contraste y la discusión constructiva. Hay personas que piensan que discutir significa no amarse más. No soy de la filosofía de “el amor no es bello si no es peleon”. Lo que les digo siempre a las parejas, sin embargo, es esto: no se alarmen si discuten animadamente, teman más bien la concordia sin alma.

Para recomenzar, el amor necesita de tres aliados: humildad, valentía y esperanza.

Atreverse a resurgir no siempre es el lado dramático de una relación que muere y que necesita reanimación, o resurrección. Puede simplemente adquirir la forma de una elección renovadora del otro después de haber conocido mejor su realidad. Es escoger al otro, no sólo cuando su atractiva novedad lo impone como perfecto, sino cuando el tiempo lo repropone en su imperfección y, con todo eso, nos atrevemos a escogerlo como perfecto para nosotros, precisamente en esta imperfección.

9) Permanecer conectados (con el mundo real)

“Atreverse a estar conectado”, es uno de los pasos más difíciles de este camino, porque implica al menos restablecer y reforzar tres conexiones: con nosotros mismos, con lo que hacemos y con los demás. Es el compromiso de estar menos conectados con pseudo mundos wifi y más conectados y presentes en encuentros reales y vivos. Las parejas, además, necesitan un contexto de parejas para confrontarse y consolarse. Las relaciones permiten a las parejas relativizar sus propios dramas. Y se sorprenden que ciertos dramas sentimentales se vuelven comedias que sacan alguna carcajada.

10) Acercarse a Dios

El amor no es Dios, pero gracias al éxodo del amor comenzamos a parecernos a Dios, permitimos a Dios volverse vida en nuestra vida. Amar como Dios nos transfigura, no para hacernos dioses caprichosos que poseen al otro, sino para conformarnos a semejanza del Dios que ama donando todo y donándose a sí mismo completamente.

Estamos llamados a ser “por participación lo que Dios es por naturaleza”, por lo tanto, a ser partícipes del amor que Dios es. La distinción entre Dios y el hombre permanece, pero la posibilidad de amar a Dios es puesta a nuestra disposición para transfigurarnos. Esta es la gran revolución. El amor es una “virtud teologal” porque es el don puro de Dios que nos permite hacer un acto típico de Dios: amar verdaderamente.


El rostro de la misericordia en el tiempo de Bergoglio

“Obró con fe heroica y con un amor que no percibía. Por eso su santidad es mucho más grande, ¡excepcionalmente heroica!”. Es una frase extraña en boca del padre Brian Kolodiejchuk, la persona que mejor conoce en el mundo a la mujer que el próximo 4 de septiembre será proclamada Santa por el Papa Francisco. ¿Y puede obrar sin amor una candidata a la santidad? Antes de explicar esta afirmación, el sacerdote canadiense que forma parte de los Misioneros de la Caridad, la última rama masculina fundada por Madre Teresa, explica por qué Madre Teresa es una “persona-mensaje” para nuestro tiempo. 

En una entrevista al jesuita Jeaque Servais, Benedetto XVI dijo que “es un signo de los tiempos” el hecho de que la idea de misericordia de Dios sea cada vez más central y dominante”. ¿La Madre Teresa, entonces, es un signo de los tiempos?  

Sin duda, y de muchas maneras. Podemos decir que cada santo es un “signo de los tiempos” para esa época que le tocó vivir, pues, por lo general, Dios hace surgir un santo para dar un mensaje a ese tiempo; es una forma que tiene Dios para hacer que la Iglesia y el mundo tomen conciencia de las necesidades del momento presente. 

Primero con el Papa Juan Pablo II, después con el Papa Benedicto, y actualmente con el Papa Francisco, la misericordia de Dios ha sido un tema predominante en sus enseñanzas, y con el Papa Francisco, sobre todo con su ejemplo. Toda la obra de la Madre Teresa y las Misioneras de la Caridad se concentra en las obras de misericordia, tanto espirituales como corporales. En agosto, el Centro de Madre Teresa publicará un nuevo libro, precisamente sobre la relación de la Madre Teresa con las obras de misericordia. El libro reúne las enseñanzas de la Madre Teresa sobre las obras de misericordia y luego ofrece ejemplos de cómo las vivió, tomados de los testimonios que se recogieron durante el proceso. El título es, “Un llamado a la Misericordia: Corazones para amar y manos para servir” y será publicado primero en inglés y después de la canonización en otros idiomas; seguramente también lo será en español. 

¿Por qué dijo de ella misma que quería ser un “lápiz de Dios”?  

Un lápiz es algo insignificante, es sólo un instrumento que alguien utiliza para escribir un mensaje. Cuando usted recibe una carta, por ejemplo, usted quiere leerla para saber lo que la persona le quiere decir; no se interesa en el papel o en el instrumento que utilizó para escribirla. 

Al considerarse a sí misma como un lápiz, Madre Teresa quería poner el acento en la humildad del instrumento – ella misma – y la grandeza de Dios, que se vale de la “nada para mostrar su grandeza”, como a ella le gustaba decir. Y otra cosa, un lápiz es barato y accesible para todos, por lo tanto, muy común. El que lo usa – Dios – es el que hace grandes cosas, si ese lápiz le permite actuar con libertad. 

Hay un momento que Madre Teresa llamaba el día de la inspiración, cuando escuchó la voz de Jesús que le pedía que fundara una nueva congregación. No se puede comprender la oscuridad si no se conoce la luz, y muchas personas no tienen idea de esa experiencia. ¿En qué consiste?  

Ahora sabemos que la Madre Teresa escuchó la voz de Jesús por primera vez el 10 de septiembre de 1946, pidiéndole que fuera a los más pobres de los pobres en los barrios pobres de Calcuta para llevarles su luz y su amor. Estas locuciones interiores y más tarde, en 1947 las visiones interiores, continuaron hasta entrado el año de 1947. Antes de eso la Madre Teresa había pasado ya por las purificaciones regulares que San Juan de la Cruz explica en sus escritos. Esta purificación la condujo, en 1947, a la experiencia consoladora de una unión continua y profunda con Jesús. 

Mucho se ha hablado de los 50 años de “noche oscura del alma”. ¿Se puede decir que corresponde a la experiencia de otros santos o tiene un significado distinto?  

Incluso después de haber alcanzado la unión con Jesús, la experiencia de la “oscuridad”, como ella la llamaba, regresó. Después de algunos años empezó a dirigirla un sacerdote Jesuita, quien la ayudo a entender esta oscuridad como el lado espiritual de su trabajo. Era la forma de identificarse con Jesús en sus sufrimientos más grandes, en el Huerto de los Olivos y en la Cruz. A su vez, ella estaba experimentando lo que llamó “la mayor pobreza en el mundo actual, es decir, de no ser amado, ni deseado, ni querido”. Para la Madre Teresa su oscuridad no era tanto para su purificación sino más bien como expiación, era penetrar en la oscuridad de los pobres que no tienen fe y sobre todo no tienen amor. 

Los únicos santos que han tenido una experiencia similar de oscuridad por un tiempo tan largo fueron San Pablo de la Cruz, quien también experimentó períodos de consuelo, y Santa Juana de Chantal. Lo que también es único en la Madre Teresa es que su oscuridad, hasta donde sabemos, continuó hasta su muerte. 

¿Cómo explica en una santa este “silencio”? ¿Y por qué no es una objeción para la santidad?  

La santidad consiste en la fe, la esperanza y el amor, y por lo tanto no consiste en lo que uno siente, sino en cómo actúa. Madre Teresa actuó con fe heroica y con un amor que no percibía. Por lo tanto, su santidad es mucho más grande, ¡excepcionalmente heroica! 

También podemos decir que nadie es canonizado por sus sentimientos, sino por sus obras; en última instancia: por su “amor en viva acción”, otra expresión que a Madre Teresa le gustaba usar. Como nos dice el Evangelio: por sus frutos los conoceréis. 

Madre Teresa fue beatificada en 2003 por Juan Pablo II, quien había puesto inmediatamente en marcha la causa derogando los cinco años que requería el código de Derecho Canónico. Y tampoco se puede decir que el Papa Francisco haya perdido tiempo. ¿A qué se debe ese apuro?  

La Madre Teresa es excepcional, en el sentido de que ya en vida tenía una reputación sólida y generalizada de santidad. Las personas la consideraban y la llamaban santa, incluso en su presencia. Después de su muerte, esta reputación de santidad y su poder de intercesión (muchas personas estaban reportando favores e incluso milagros por su intercesión) le permitió al Papa Juan Pablo II hacer por primera vez una excepción a la espera de cinco años antes de comenzar (una regla que se estableció para confirmar con hechos la reputación generalizada de santidad, que es el requisito básico para que la Iglesia pueda comenzar una causa de canonización). 

Sin embargo, aunque se hizo una excepción al período de espera, el proceso se realizó de acuerdo con las normas canónicas; el proceso en sí no fue menos exigente que cualquier otro. Para Juan Pablo II, la Madre Teresa era una “persona-mensaje” para nuestro tiempo, que encarna muchas de las enseñanzas fundamentales de su pontificado, por ejemplo, la “civilización del amor” y “el respeto a la vida”. Con el Papa Francisco, existe una afinidad en su carisma de ir a los marginados, a las periferias de la existencia humana, a los más pobres entre los pobres. 

Es sorprendente que después de la muerte de la Madre Teresa, las Misioneras de la Caridad hayan tenido su mayor expansión. Eran 3.842 en el momento de su muerte, trabajando en 594 casas, y ahora son más de 5.000 en 758 casas de 139 países. ¿Debe morir el fundador para que la obra que ha nacido de él se difunda en el mundo?  

En realidad, las hermanas Misioneras de la Caridad tuvieron su mayor expansión a fines de los años 70 y principios de los 80, cuando la Madre Teresa aún vivía. El hecho de que la congregación siga creciendo es sólo una señal de que su carisma sigue vivo y activo en la Iglesia, sigue dando frutos. Pero no es éste el caso de que se hayan expandido sólo después de su muerte. 

¿Usted conocía a las 4 hermanas de Madre Teresa que fueron asesinadas en Yemen?  

No, no las conocí. 

¿El martirio forma parte del carisma de las hermanas de Madre Teresa?  

Ser mártir, lo mismo que la santidad, es una posibilidad que existe en toda vocación cristiana. Sin embargo, el martirio es una gracia, y no sabemos para quién la tiene reservada Dios ni quién está “listo” para recibirla. Dicho esto, la Madre Teresa esperaba dar santos y mártires a la Iglesia, y después de su muerte se le concedió su deseo. 

Estados Unidos: Miles piden detener nueva “misa negra” en Oklahoma


WASHINGTON D.C., (ACI).- Miles de personas han firmado una alerta de la plataforma CitizenGO, exigiendo que se suspenda la realización de una “misa negra” programada para el 15 de agosto–Solemnidad de la Asunción de la Virgen María– en el Civic Center Music Hall de Oklahoma City, en Estados Unidos.

El ritual satánico es convocado por Adam Daniels, condenado por agresión sexual en 2009, que realizó uno similar en 2014.

En esa ocasión, Daniels robó una hostia consagrada con el propósito de profanarla. La oportuna intervención legal del Arzobispo de Oklahoma, Mons. Paul Coakley, forzó al satanista a devolver la Eucaristía antes de realizar su ritual.

La campaña de CitizenGO cuenta hasta la fecha con más de 22.000 firmas dirigidas al Civic Center Music Hall de Oklahoma City, y demanda suspender el ritual satánico “en pro de la decencia de la ciudad, de la convivencia ciudadana y del sentido común”.

Los firmantes cuestionaron también si el centro de eventos permitiría que se realice en su interior un ritual contra los musulmanes o las personas homosexuales.

“¿De verdad que permitirían un performance que consistiera en quemar un Corán o en colgar de una grúa a los homosexuales?”.

Por su parte, Mons. Paul Coakley denunció el “patrón de actos provocativos de ofensiva blasfemia” desarrollados por Adam Daniels, quien realizó también un ritual ofensivo contra la Virgen María frente a la antigua catedral de San José en Nochebuena de 2015.

El Arzobispo exhortó a los fieles a pedir la intercesión de San Miguel Arcángel, la Virgen María y todos los ángeles y santos “para que así el Señor vele por nuestra comunidad y nos proteja del mal y sus muchas manifestaciones destructivas y violentas”.

“No estoy alentando manifestaciones en el Civic Center –precisó– lo que solo parece alimentar su hambre de atención y alienta a repetir actuaciones de obscenidad y ultraje”.

En lugar de estas manifestaciones, el Prelado alentó a ofrecer “oraciones en nuestras iglesias y hogares”, así como durante los servicios ecuménicos.

Para firmar la campaña de CitizenGO exigiendo que se detenga la “misa negra”, puede ingresar a este enlace.