Este singular video recoge imágenes y sonidos del gran monasterio cartujo del norte de Grenoble, en Francia.
El Te Deum es uno de los primeros himnos cristianos. Tradicionalmente, se le ha atribuido a San Ambrosio, por lo cual también se le llama “himno ambrosiano”, aunque también se dice que fue compuesto en conjunto por Ambrosio y Agustín: en el año 387, cuando San Agustín fue bautizado San Ambrosio, este último, inspirado por el Espíritu Santo, improvisó el himno, mientras Agustín iba respondiendo a sus versos. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que la autoría corresponde a Aniceto (también conocido como “Nicetas”) de Remesiana, en el siglo IV.
El Te Deum es, en sentido estricto, un himno de acción de gracias; las primeras palabras del himno, “Te Deum laudamus” (que traducen “a Ti, Dios, te alabamos”) dan cuenta de ello.
Este himno suele cantarse en momentos de celebración (una canonización, ordenaciones sacerdotales, la elección de un Papa), pero también es cantado regularmente en la Liturgia de las Horas. El el video, escenas de la vida en la Gran Cartuja de Grenoble son acompañadas por el audio de los monjes cartujos, cantando el himno, en el latín original:
Te Deum laudámus: te Dominum confitémur.
Te ætérnum Patrem omnis terra venerátur.
Tibi omnes Angeli; tibi cæli et univérsae potestátes.
Tibi Chérubim et Séraphim incessábili voce proclámant:
Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus Deus Sábaoth.
Pleni sunt cæli et terra majestátis glóriæ tuæ.
Te gloriósus Apostolórum chorus;
Te Prophetárum laudábilis númerus;
Te Mártyrum candidátus laudat exércitus.
Te per orbem terrárum sancta confitétur Ecclésia:
Patrem imménsæ majestátis;
Venerándum tuum verum et únicum Fílium;
Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.
Tu Rex glóriæ, Christe.
Tu Patris sempitérnus es Fílius.
Tu ad liberándum susceptúrus hóminem, non horruísti Vírginis úterum.
Tu, devícto mortis acúleo,
aperuísti credéntibus regna cælórum.
Tu ad déxteram Dei sedes, in glória Patris.
Judex créderis esse ventúrus.
Te ergo quǽsumus, tuis fámulis súbveni,
quos pretióso sánguine redemísti.
Ætérna fac cum sanctis tuis in glória numerári.
Salvum fac pópulum tuum, Dómine, et bénedic hæreditáti tuæ.
Et rege eos, et extólle illos usque in ætérnum.
Per síngulos dies benedícimus te.
Et laudámus nomen tuum in sǽculum, et in sǽculum sǽculi.
Dignáre, Dómine, die isto sine peccáto nos custodíre.
Miserére nostri, Dómine, miserére nostri.
Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos, quemádmodum sperávimus in te.
In te, Dómine, sperávi: non confúndar in ætérnum.
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