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sábado, 28 de mayo de 2016

5 Razones para quedarse hasta el final de la misa


Esperamos que nuestro pastor y amigos no se den cuenta que nos vamos temprano pero Alguien sí


La mayoría de nosotros lo ha hecho al menos un par de veces.

Vamos directos a la puerta con la cabeza gacha nada más recibir la comunión porque tenemos algo importante que hacer.
Confiamos en que el pastor y nuestros amigos no se den cuenta. Tal vez ellos no lo noten. Pero hay Alguien que sí.

Como  he viajado bastante de aquí para allá, e sorprende lo radicalmente diferentes que pueden ser unas parroquias de otras según la zona o  país. Soy del norte de España y rara vez veras a alguien salir de misa antes tiempo.  Viví en Francia durante unos cuantos años,en la parroquia a la que asistía, la gente llegaba tarde y a veces se iba pronto. Ahora vivo en el noroeste de España me sorprende que tanta gente deje la misa antes de que termine. Es un fenómeno interesante. Un incidente aislado no es algo que me preocupe, pero si la mitad de los feligreses se han fugado al aparcamiento antes de que termine el canto final, mi corazón se entristece un poco.

A veces me gustaría correr detrás de estas personas que veo salir apresuradamente de la iglesia justo después de recibir la comunión para decirles “¡Tenéis a Jesús dentro de vosotros! ¡Tomaos aunque sea un minuto para hablar con él, para darle gracias, para amarle!”.

¿Necesitas más motivación para quedarte un poco más hasta haber completado la misa? ¿Sabes de alguien que no le vendría mal algún acicate?

Aquí tienes algunas razones por las que yo me quedo hasta el final de la misa (además del hecho de que soy monja y sería un poco escandaloso si saliera corriendo tras la comunión de cada domingo):



1- La comunión es conversación:
Cuando recibimos la comunión, recibimos al mismísimo Jesús. Si comemos y salimos corriendo es como ir a visitar a un amigo y precisamente en el momento en que ya puede sentarse y dedicarnos tiempo plenamente, nos levantamos de repente y salimos corriendo por la puerta mientras gritamos, “Ha sido fantástico pasar un rato contigo, ¡hasta la semana que viene!”. En la comunión hay que conversar con nuestro Señor y Salvador. Y para poder conversar de verdad tenemos que saborear ese momento especial con Él y aprovechar ese breve momento de intimidad con nuestro Señor.


2- No está bien ser irrespetuoso:
En el Santuario, tenemos una hora de adoración y meditación sobre el Evangelio. Algunas veces llego tarde y entro rápidamente mirando hacia abajo, avergonzado de que todos puedan ver que me he quedado dormido. Hace poco me di cuenta de que mi motivación para llegar a tiempo no debería ser evitar la vergüenza, sino el hecho de que voy a ver a Jesús. ¿Por qué nos preocupamos tanto de las reacciones de los demás y tan poco de la reacción de Jesús? Pensamos, Tengo que darme prisa porque me queda mucho que hacer, que si esto, que si lo otro, ¡no puede esperar! ¿Por qué nos resulta tan fácil irnos tan rápido, incluso llegando tarde a veces, cuando es el Creador del Universo el que nos espera para reunirse con nosotros?


3- Ir a misa no es hacer un recado:
A menudo, cuando veo a personas salir corriendo de misa, me da la sensación de que están tachando de la lista uno de los recados de ese día y que estaban deseando pasar a lo siguiente. La vida cristiana no es una lista de tareas. Es una invitación a tener una relación con Dios. Si vamos a misa por un sentido de responsabilidad, es cierto que estaremos evitando el pecado mortal, pero contentarnos con evitar el pecado mortal no es precisamente el objetivo de la llamada de nuestra vida espiritual. Estamos llamados a relacionarnos, a santificarnos, a transformarnos.


4- La bendición final es importante:
 El Día del Perdón, Zacarías, padre de Juan Bautista, tuvo el honor de entrar en el Sancta Sanctorum el día que el ángel le dijo que su esposa y él tendrían un hijo. El pueblo esperaba con entusiasmo a que él les diera su bendición tras hacer la ofrenda de incienso. Cuando Zacarías regresó mudo porque no pudo creer el mensaje del ángel, la falta de una bendición amplificó la deshonra y la tragedia de haber perdido su voz. Estoy seguro de que los allí presentes volvieron a casa muy decepcionados. Las bendiciones son un tesoro. Cuando un sacerdote, que por su ordenación está configurado con Cristo, da su bendición final, estamos siendo bendecidos por Dios mismo. Si Jesús estuviera preparándose para darnos su bendición antes de que nos fuéramos de misa para volver al mundo, ¿no le esperarías?


5- Recibes MÁS gracia:
 Según el Catecismo, “los frutos de los sacramentos dependen también de las disposiciones del que los recibe” (CIC 1128). El poder de los sacramentos está en ellos y también se deriva de ellos, pero la cantidad de poder que cala en nuestras almas y se desarrolla en nuestras vidas depende de nuestra disposición. Si salimos con prisas de la iglesia tras la comunión, no es muy probable que nuestra disposición sea la de un conocimiento reverencial del asombroso hecho de estar consumiendo el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de Dios mismo. No es poca cosa. Así que merece una actitud y una disposición de gran respeto, aunque fuera sólo porque a todos nos hace falta toda la gracia que podamos recibir.


¿Se te ocurren más motivos? Pues me encantaría escucharlos.

¡Escríbelos en los comentarios!

10 cosas sorprendentes que te pasan cuando haces adoración con frecuencia.

Encontrar tiempo para hacer Adoración Eucarística puede ser difícil, pero, si lo consigues, ¡podrás percibir grandes resultados!


La Eucaristía es descrita en el Catecismo como fuente y culmen de la fe. Encontrar tiempo para hacer Adoración Eucarística puede ser difícil, pero, si lo consigues, ¡podrás percibir resultados sorprendentes!


“Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen, esto es mi Cuerpo. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos” (Marcos 14, 22-24).

En la cultura actual, la idea de progreso interior es drásticamente desvalorada como “desperdicio de tiempo” o “cosa de los antiguos e ingenuos”. Sólo el progreso exterior parece palpable. Pero el progreso material permanece fuera de nosotros: incluso nos ofrece sentimientos positivos, pero es siempre efímero y sin sustancia. Pero el progreso interior significa que tu te estás transformando y volviéndote mejor.

El tiempo que dedicas a la Adoración puede sorprenderte de muchas maneras. Por ejemplo:

1. Puedes desarrollar un sentimiento de admiración y maravilla

¡No hay nada como la atmósfera de una capilla o iglesia tranquila! El olor del incienso y el esplendor del ostensorio ayudan a comprender la verdad de lo que está sucediendo en la Adoración. ¡Estamos realmente ante Jesucristo! Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma, Su Divinidad. Cuanto más te quedas en silencio ante la Hostia Santa, más comprendes que la única respuesta a la grandeza de Dios es la maravilla, la admiración y el amor.

2. Experimentas la paz en otras áreas de tu vida

Jesús dijo: “Mi paz les dejo, mi paz les doy” (Jn 14, 27). La paz exterior que podemos experimentar en la Adoración (la quietud y el silencio) van mucho más al fondo y nos llevan a una paz interior que abraza todas las áreas de nuestra vida. Esto no significa que todo será perfecto y sin sufrimiento, pero esa paz nos fortalecerá para enfrentarnos con más firmeza y serenidad a las tempestades de la vida.

3. Empieza a mirar más fuera de ti mismo

Jesús dijo: “Como yo les amé, ámense también ustedes unos a otros” (Jn 13, 34). La Adoración nos conecta al prójimo y al mundo – al final, ¡estamos dedicando tiempo al Creador de todo lo que existe! Más tiempo para alabar y adorar a Dios significa más tiempo para ir más allá de nuestras propias preocupaciones y para atender las necesidades de los demás y del mundo en que vivimos.

4. A veces, es pesado …

Habrá momentos en que la Adoración parecerá “insulsa”, “árida”… Te distraerás, tu mente empezará a divagar… La Adoración regular puede estabilizarse y dejar de parecer especial, pero eso no quita valor ni disminuye la verdad de la Adoración. Nuestra fe es mucho más que los sentimientos, y Dios continuará trabajando en ti aunque sientas o pases por momentos más “secos”. Aunque tu mente divague, estás dando a Dios lo mejor que puedes: ¡tu tiempo, tu compromiso y tu compañía!

5. ¡Te emocionas en la Adoración!

Cuanto más tiempo dedicas a adorar a Dios, más descubres que Él te ama y quiere pasar tiempo contigo. ¡Y más empiezas a querer realmente vivir ese tiempo con Él! Si la Adoración antes parecía rutina, ¡en poco tiempo percibes que deseas hacerla! Como decimos en la misa, “es justo y necesario” dar gracias al Señor. La Adoración a Dios está inscrita en nuestro corazón, y “nuestro corazón está inquieto hasta que no descansa en él” (San Agustín).

6. La gracia entra en tu vida

Es increíble como un simple acto de compromiso con Dios, aunque sea un corto periodo de Adoración, haga la diferencia para el resto de tu vida. Puedes tener la certeza de seguir en su presencia aunque hayas salido de la iglesia o capilla. La gracia te poya en todos los momentos, especialmente en los de tentación. Es más fácil resistir a la tentación cuando se dedica más tiempo a la Adoración.

7. Te das cuenta de lo afortunado que eres

Hay personas que quisieran pasar más tiempo con Jesús en Adoración, pero no pueden porque están enfermos o tienen mil tareas necesarias en el día a día. Hay personas, en muchas regiones del mundo, que arriesgan la vida por la Eucaristía y son perseguidas por causa de la fe. ¡Hay personas que enfrentan situaciones extremamente peligrosas para estar con Jesús! Y tu tienes el regalo de poder adorarlo abiertamente, ¡sin hablar de lo que significa tener un sacerdote para administrar los sacramentos!

8. ¡Comprendes que Dios tiene sentido del humor!

Cuanto más dejas que Dios te hable, en vez de gastar todo tu tiempo hablándole, ¡más notas que Dios tiene un gran sentido del humor! ¡Hay incluso momentos en que quisieras reír en voz alta! Quizás parezca sorprendente, pero los mejores padres ¿no demuestran su amor con buen humor?

9. Vas a querer confesarte más veces

Puede parecer intimidador, pero no lo es. ¡La confesión nos permite experimentar el océano ilimitado de la misericordia de Dios! Su misericordia engulle todos nuestros pecados y nos da una libertad real, una libertad sin miedo, que nos permite entrar en su Amor y en su Bondad! La confesión fortalece la conciencia de que estamos en los brazos de un Padre que nos ama mucho y que “nunca se cansa de perdonar” (Papa Francisco).

10. ¡Te apasionas!

Cuando dedicas tiempo de corazón abierto a adorar a Dios y permitir que Cristo te muestre Su Amor, ¡también te apasionas! ¡Y su amor te revela a ti mismo y permite que seas tu mismo! “Yo he venido para que todos tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10).

Entonces, ¿a qué estás esperando? Dedica un tiempo a la Adoración Eucarística, ¡y deja a Dios transformar tu vida!

viernes, 27 de mayo de 2016

Lourdes: ¿Hacia una 70ª curación milagrosa?

Una niña italiana sorda de nacimiento empieza a oír en una peregrinación al santuario francés


Una niña italiana de seis años, sorda de nacimiento, empezó a oír, inexplicablemente, durante una peregrinación a Lourdes que realizó del 8 al 12 de mayo, junto a su madre, su hermano pequeño, su abuela y otros cientos de peregrinos de las parroquias de la ciudad de Milán.

La noticia llegó diez días más tarde a los medios italianos. A través del teléfono, el santuario de Lourdes declara “ser consciente del entusiasmo de los medios” que provoca este acontecimiento.Pero precisa: “En Lourdes, cada gracia de curación o conversión es recibida con alegría, pero hay que respetar los procedimientos que exigen prudencia y el deber de la discreción”, sobre todo porque es el caso de una niña menor de edad.

Los hechos de la curación

La pequeña, cuyo nombre no ha sido revelado, padecía una sordera profunda en ambos oídos y tenía que usar audífonos.
Pero el pasado 11 de mayo, a las 20:30 horas, se los quitó y le dijo a su madre: “Ya no me hacen falta, escucho bien”, declara Giuseppe Secondi, director de la peregrinación organizada por UNITALSI-Lombardie.

Él se encontraba jugando con la niña y fue testigo directo de la escena: “Tenía que irme porque tenía un compromiso, pero la vi acercarse a su madre y quitarse sus dispositivos. Sin ellos, estaba condenada a la sordera. Entonces su madre le dijo que se los volviera a poner, pero la niña se negó diciendo que podía escuchar bien”.
La chica es natural de la región de Liguria. Nació el 25 de diciembre de 2009, después de sólo 26 semanas de embarazo, con un peso de solamente 800 gramos.

Los médicos lograron salvarla, pero algunos de los medicamentos usados durante sus tres meses de hospitalización, en el Instituto pediátrico Gaslini de Génova, causaron hemorragias cerebrales que dañaron sus canales auditivos.
Los exámenes efectuados posteriormente confirmaron una “pérdida auditiva profunda en ambos oídos”. Sin embargo, gracias a la logopedia, la niña consiguió aprender a leer los labios y a hablar, aunque con dificultad.

La peregrinación de la misericordia

La familia tomó la decisión de ir en peregrinación a Lourdes en el último momento, aprovechando que coincidía con el Año de la Misericordia para “dar las gracias a la Virgen María por haber protegido a nuestra niña, que estuvimos a punto de perder y que al final se salvó, y también para pedir su apoyo y así tener la fuerza de hacer frente, mi hija, yo, todos nosotros, a un estilo de vida tan exigente”, confiesa la madre.

Era su primera estancia en Lourdes y la vivieron “con gran emoción y fervor” ya desde los preparativos, según explican sus allegados.“Cuando escuché a mi hija decir: ‘Oigo bien, ya no necesito mis dispositivos’, mi corazón comenzó a latir muy fuerte… En realidad tenía aspecto de estar oyendo mejor. Los niños no mienten y mi hija no se los habría quitado sin motivo”, continúa la madre.Ese día, la noticia se extendió de inmediato entre los peregrinos. “Lo celebramos y seguimos celebrándolo”, asegura el director de la peregrinación.
Y añade: “No sabría dar un nombre a lo que ha sucedido. Sólo sé que es un acontecimiento hermoso en el que hay que profundizar”.

El sacerdote de Giovanni Frigerio, ayudante de UNITALSI, intenta ponerle palabras: “Yo lo llamo una curación. Otros ya explicarán el cómo y el por qué”.
“Lo que yo sé es que aquí vienen muchísimas personas que sufren, en el cuerpo y en el espíritu, y que regresan revitalizadas, dispuestas a retomar el camino de sus vidas llenas de esperanza y gracia”.

Prudencia y discreción

La madre llevó de inmediato a su hija a la Oficina de Constataciones Médicas de Lourdes.

Los médicos han pedido toda la documentación referente al historial médico y han propuesto nuevos exámenes audiométricos.Según la madre y el responsable de UNITALSI, “efectivamente, se ha confirmado una mejoría auditiva, así como el restablecimiento de los órganos”.Pero todos están de acuerdo en ser prudentes y rigurosos. Tras presentar el expediente, el proceso de verificación acaba de comenzar.
Si el caso es considerado “serio”, el médico convoca un “consejo”, es decir, una reunión para la “discusión de un caso clínico” en la que pueden participar todos los médicos y el personal sanitario presentes en Lourdes, independientemente de sus creencias religiosas.

¿Cómo se autentifica una curación?

Según explica Patrick Theillier, antiguo director de la Oficina de Constataciones Médicas y miembro del Comité Médico Internacional de Lourdes (CMIL), “para que sean reconocidas como milagrosas, las curaciones inexplicables producidas en un contexto de fe deben ser autentificadas –de inmediato e indisociablemente– desde un punto de vista médico (la razón) y un punto de vista espiritual (la fe); puesto que la curación milagrosa es mucho más que una curación médica”.
Aquí, la función de la medicina, continúa, es asegurar la veracidad de la curación: “Tiene que haberse producido objetivamente una transición de una condición patológica demostrada hacia un estado de buena salud evidente”.
“Para que el estudio médico pueda concluir en favor de una curación ‘verdadera, definitiva y sin explicación médica’ hay cuatro condiciones necesarias: certeza del diagnóstico y de la enfermedad, pronóstico estable o fatal, curación extraordinaria y súbita, tratamiento sin relación con la curación”.
Por tanto, la constatación de una curación en un contexto de fe es, claramente, tanto médica como espiritual. La intervención de los hombres de ciencia es un requisito previo, pero una curación “inexplicable” no basta para hablar de un milagro.Por eso, explica y concluye el experto, sólo hay 69 milagros reconocidos en Lourdes, mientras que el consultorio médico ha confirmado más de 3.000 curaciones objetivamente inexplicables.La 69ª curación reconocida como milagrosa por la Comisión médica se remonta a julio de 2013. Había sucedido hacía 24 años, lo que dice mucho de la lentitud y complejidad del proceso y de la prudencia de la Iglesia.

Transformar el mundo con la esperanza

"Lila", un cortometraje conmovedor


Lila es el título de un cortometraje que muestra diversos acontecimientos en el día de una joven artista. Este pertenece a una trilogía realizada por el productor Carlos Lascano.

Los 8 minutos de duración están llenos de un lenguaje simbólico y estético, así que exigen del espectador una atención y reverencia particular para poder percibir los mensajes que se van dando constantemente, algunas veces de manera velada y otras incluso paseando entre la realidad y la fantasía.Esta particularidad hace que sea algo arriesgado afirmar la existencia de enseñanzas o ideas detrás del video, pero hay algunas características que sobresalen, y las presentamos a continuación.

Todas ellas pueden ser sugerentes para nuestra vida cristiana y para un mundo que, buscando que todo sea mejor, anhela en lo más profundo la plena reconciliación.
La joven artista, por medio de dibujos, esboza realidades que imagina necesarias en diversas situaciones de la vida y estas misteriosamente se integran en la realidad para tener efectos positivos en las personas involucradas.

Su sensibilidad le permite intuir y descubrir con mayor profundidad y agudeza la situación y las necesidades de las demás personas.
Ante esto, ella no pasa de largo ni se aísla en un mundo paralelo sino que permanece abierta a lo que ocurre en la realidad y busca hacer lo posible, dentro sus capacidades y posibilidades, para poder remediarlas.Toda una dinámica que nos puede enseñar mucho a participar caritativa y activamente y no quedarnos balconeando la vida, como nos lo decía el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro.


El vídeo presenta otro detalle que da mucho para meditar: sus deseos se cumplen solo después de haber salido a ayudar a los demás. Esto se expresa en el florecimiento de la flor marchita en su escritorio.Ese fue el primer deseo que buscó realizar por medio de un dibujo, pero nada ocurrió. Solo después de una jornada de entregarse a mejorar la vida de los demás sin esperar nada a cambio se encuentra, al regresar, con el milagro que tanto anhelaba.




Un sencillo gesto que evidencia que el que da siempre gana y que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hechos 20, 35).
Todos tenemos la nostalgia de un mundo mejor. El camino de regreso a su casa muestra un claro contraste entre los anhelos más profundos del hombre y la situación de contingencia del mundo real.

La protagonista desata un cambio en los lugares por donde pasa, lo transforma todo según los deseos de su corazón. Todo se torna bello y se llena de color, aparece al fin el campanario que tanto anhelaba ver desde el inicio de la jornada, la ciudad gris se convierte en un lindo pueblo junto al mar y hasta se atreve a luchar contra la separación humana, encontrándose en una playa eterna con sus padres.
Lila nos deja conmovidos y tocando, con nostalgia, nuestra esperanza de una nueva creación, de un corazón y una tierra nueva (Apocalipsis 21,1; 2 Pedro 3, 13), nuestro anhelo de la plena reconciliación que nos ha prometido ese Dios con nosotros (Mateo 1, 23).

Una única enseñanza católica que resuelve 14 problemas

Si el alma y el cuerpo son una unidad, entonces eso significa varias cosas…


En los seres humanos, el alma y el cuerpo son una unidad; son uno solo. Nosotros no somos almas presas en un cuerpo a espera de liberación, ni somos sólo cuerpos que llevan a cabo funciones cerebrales superiores.

La Iglesia católica habla de unidad “profunda” del alma y el cuerpo. El espíritu y la materia “no son dos naturalezas unidas, sino que su unión forma una única naturaleza”.

Es difícil enfatizar la importancia de esta enseñanza y cuán fácil es entenderlo mal.

A continuación 14 verdades que se despliegan de la unidad del alma y el cuerpo:


  • El hombre es noble

¡Qué obra de arte es el hombre!”, dijo Hamlet. “Cuán noble de razón, cuán infinito de facultades. En forma y movimiento, cuán admirable. En el actuar, cuán angelical. En el aprendizaje, cuán semejante a un dios. La belleza del mundo. El parámetro de los animales”.
Somos parte animal y parte “ángel”; estamos hechos de polvo y soñamos con alcanzar las estrellas. En la imagen destacada del libro del Génesis, Dios nos hace a partir del barro e inspira en nosotros el soplo de vida.
Si la Iglesia está en lo correcto, nosotros somos nobles y bellos; si la Iglesia está equivocada, somos meros receptáculos de placeres fugaces, altamente desarrollados.


  • El arte puede ser grandioso

Cuando creamos arte, expresamos ideas intangibles mediante materia tangible, audible, visible. El arte utiliza nuestros sentidos para hablarle a nuestra alma.
Si la Iglesia está en lo correcto sobre la unidad del alma y el cuerpo, entonces el arte es un canal para una belleza que nos trasciende.
Pero si la Iglesia está equivocada, el arte es sólo un ejercicio de creatividad.


  • La ley natural importa

Lo que hacemos con nuestro cuerpo, aunque de modo independiente de nuestras intenciones interiores, importa. Nuestro cuerpo, de hecho, es “nosotros”: no es que nosotros “tenemos” un cuerpo: nosotros “somos” cuerpo y alma. Y, por lo tanto, somos responsables de nuestras acciones.
Pero si la Iglesia está equivocada, no podemos acusar o encontrar culpa en nadie, porque no tenemos cómo juzgar las intenciones de los demás y porque sus cuerpos simplemente responden a fuerzas de las cuales ellos no son responsables.


  • La encarnación de Dios es posible

Las herejías cristológicas iniciales intentaban separar la divinidad y la humanidad de Jesucristo: ¿será que su alma era Dios, pero su cuerpo no lo era? ¿Será que Él era un Dios “menor” porque “tenía” cuerpo? ¿Será que Él “se volvió” Dios en el bautismo?
La unidad del alma y el cuerpo resuelve todas estas herejías: Él siempre fue quien Él es: verdadero Dios y verdadero hombre.
Si la Iglesia está equivocada sobre la unidad del alma y el cuerpo, entonces Jesús no puede ser Dios y nosotros no podemos ser redimidos. Si la Iglesia está en lo cierto, nuestra fe no es en vano.


  • Los edificios de la Iglesia importan

Si el alma y el cuerpo no son una sola cosa, entonces no importa la apariencia de las iglesias: estas son sólo algo ante lo que el cuerpo reacciona por instinto.
Pero si el alma y el cuerpo son una sola cosa, entonces las iglesias deben ser, también en su construcción material, testigos elevados de la grandeza de Dios.
Sin la enseñanza sobre la unidad del cuerpo y el alma, las iglesias podrían estar vacías o priorizar formas geométricas que no distrajeran a nuestra alma.
Con esta enseñanza, sin embargo, ellas pueden y deben ser llenadas con iconos e imágenes atractivas también para nuestra naturaleza corporal.


  • Los sacramentos son necesarios

Sin esta enseñanza, sería inútil que lo material transmitiera la gracia.
Pero, con esta enseñanza, podemos tener acceso a la gracia a través de cosas comunes, táctiles, transformadas por un sacerdote: el agua, el pan, la mano que unge, la palabra hablada…


  • María es especial

Sin esta enseñanza, María sería sólo una madre de alquiler que sólo cargó el cuerpo de Jesús.
Pero, con esta enseñanza, ella es la Madre de Dios.


  • Los santos importan

Sin esta enseñanza, sólo celebraríamos los misterios de la vida de Cristo.
Con esta enseñanza, sin embargo, podemos también celebrar a los grandes hombres y mujeres que comparten la vida de Cristo en su propia vida.


  • El sexo importa

Sin esta enseñanza, la sexualidad es un mero entretenimiento y no importa ni el número ni el tipo de parejas.
Con esta enseñanza, en cambio, la sexualidad es la conexión espiritual más íntima posible entre un hombre y una mujer y necesita ser tratada con dignidad y propósito.


  • Las obras de misericordia importan

Sin esta enseñanza, dar de comer y de beber, vestir y abrigar al necesitado son simples cuestiones de decoro público, no actos de misericordia.
Pero, con esta enseñanza, estamos no sólo gestionando necesidades de cuerpos ajenos, sino amando a nuestros hermanos.


  • El ejercicio físico importa

Sin esta enseñanza, cuidar del cuerpo no es relevante; o, por lo menos, no tanto como cuidar el alma.
El cuerpo, no obstante, es parte de quienes somos. Y esto significa que debemos cuidarlo bien.


  • …pero sin exagerar

La Iglesia rechaza la noción neopagana que tiende a promover el culto al cuerpo, a sacrificar todo por él, a idolatrar la perfección física y el éxito en los deportes.


  • El matrimonio no es mera construcción jurídica

Sin esta enseñanza, el matrimonio sería sólo un contrato entre cualquier grupo de dos o más personas, vinculadas por cualquier necesidad mutua.
Con esta enseñanza, sin embargo, el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer con el objetivo final de generar y crear hijos por amor, hijos que jamás fueron, son o serán un mero “conglomerado de células”.


  • Tus órganos genitales y tus cromosomas importan

Si tu cuerpo y tu alma no son una unidad, entonces tu identidad de género es un concepto que queda escondido de los demás.
Pero si tu cuerpo y tu alma son una unidad, entonces las demás personas saben decir lo que tú eres, aunque las ideologías inventen otra cosa.