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viernes, 8 de agosto de 2014


50.3) El Dogma de la Resurrección de la Carne; Dotes del Cuerpo Resucitado
50.4) Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra
 
50.1 Parusía y Transformación del Mundo
En la primitiva comunidad cristiana se vivía la expectación definitiva, gloriosa de la venida de Jesús. Esto es obvio en el N.T. Toda la vida de los cristianos se orienta hacia una especie de evento finalizado que da su sentido a la historia y la termina, este acontecimiento se llama Parusía (pareimi) -Adsum- Presencia. Tiene un sentido de llegar, llegada o presencia de personas o sucesos.
La palabra preexiste en el helenismo y se usa para referirse a la manifestación de personas divinas a la tierra y visitas de reyes a sus ciudades, con un sentido tanto sacro como profano y siempre tiene una nota de triunfo.
Los escritos neotestamentarios designan siempre con la palabra parusía la llegada gloriosa de Cristo al final de los tiempos, presencia porque ha habido llegada. Esta llegada de Cristo se conecta con tres ideas:
1. El fin del mundo: 1 Tes 2,19; Mt 24,3 ¿cual será la señal de tu venida y del fin del mundo?
2. Resurrección de los muertos: 1 Cor 15, 23; 1 tes 4,15 "Los que vivamos hasta la venida del Señor no nos adelantaremos a los que murieron".
3. Juicio final universal: 1 Tes 5,23 "Que todo vuestro ser se conserve sin mancha hasta la venida del Señor J.C.".
La Parusía tiene un carácter revelador, hay una oscuridad -la de la fe- que se iluminará, pero esto no agota el contenido de la Parusía. Esta trae algo nuevo con respecto a lo que ahora experimentamos, el cristiano aguarda no simplemente un revelamiento sino un cumplimiento de algo que ya está incoado, pues de lo contrario ¿para que servirá el tiempo entre la revelación y la Parusía? Sería un tiempo neutro, aparte de que la consumación entraña novedades como son: La resurrección, el juicio y la nueva creación.
Si se tiene de esto una visión simbólica (protestante) la Parusía no añade nada, pero la Escritura nos habla de los acontecimientos que se aglutinan en torno a la Parusía:
- Aparición de Cristo, correlativo al aparecer nosotros gloriosos con El. (Cor 3,4)
- Una nueva creación (Rom 8,19).
La Parusía completa la revelación, no es solo desvelar, el escatón posee un carácter cristológico nos desvela la capitalidad ontológica y salvífica que tiene Cristo. La Parusía elimina la distancia ontológica que separa todavía a Cristo y el mundo, porque la humanidad y el mundo no son todavía lo que deben ser, ni yo soy todavía lo que debo ser. Desde el punto de vista cristológico, la Parusía es el último estadio de nuestra transformación en Cristo, es metahistórica, hace saltar el marco histórico.
Los signos escatológicos que aparecen en el N.T. no pueden nunca interpretarse como indicaciones cronológicos, todas las épocas si quisieran podrían rastrear signos que presagian el fin, esto ya relativiza los signos.
La Iglesia de los signos habla poquísimo y cuando lo hace es en plan positivo -signos de los tiempos- la Parusía tendrá desde luego unos signos que inquietan nuestra existencia pero no son indicaciones cronológicas, el signo escatológico ayuda a los cristianos a no mundanizarse y a trabajar porque este mundo tiene consistencia. 
50.2 El Juicio Universal
La Parusía lleva consigo el juicio escatológico, toda intervención de Dios en la historia tiene siempre un cierto sentido de juicio, pues ante toda oferta divina los hombres tienen que escoger, pero el último es el definitivo. "Cuando yo predico tiemblo", decía Orígenes pensando en el juicio de Dios.
Los hombres no podemos juzgar, Dios sí. Porque conoce los corazones, es un juicio sobre el hombre porque es retribuidor. El juicio divino tiene una doble vertiente salvífica y judicial. Es una manifestación del poder divino y la llegada definitiva del reino, juzga el que puede juzgar.
Venturus - el que ha de venir (referencia parusiaca)
Iudicare vivos et mortuos - A juzgar a los vivos y a los muertos.
1 Jn 4,17-18: "En esto ha llegado el amor a su plenitud en nosotros: en que tengamos confianza en el día del juicio, no hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor".
Perspectiva de gloria, del poder de Cristo, de misericordia y de gracia y junto a eso de una decisión que puede ser de condenación, puede ser el "dies irae". Siempre en el juicio hay una incertidumbre, en este caso es la incertidumbre máxima porque es la separación entre buenos y malos, la hora de la verdad porque el juicio incluye una discriminación - ovejas y cabritos (Cf. Mt)- Dios sí discrimina porque elige a los hombres, da a algunos más gracia que a otros predestina a algunos al Cielo. ¿Cómo lo hace? no sabemos. Es una consecuencia del obrar en esta vida y tiene mucho de auto juicio, pero esto supone el juicio particular. Cada hombre después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida en Cristo (Catecismo 1022).
El juicio final sucederá cuando vuelve Cristo glorioso, solo el Padre conoce el día y la hora en que tendrá lugar; solo El decidirá su advenimiento. Entonces, El pronunciará por medio de su Hijo JC, su palabra definitiva sobre la historia. Nosotros conoceremos el sentido último de toda la obra de la creación y de toda la economía de la salvación y comprenderemos los caminos admirables por los que su Providencia habrá conducido todas las cosas a su fin último. El juicio final revelará que la justicia de Dios triunfa de todas las injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la muerte (Cat. 1040).
50.3 El Dogma de la Resurrección de la Carne; Dotes del Cuerpo Resucitado
La resurrección viene como a ratificar las esperanzas de los hombres y mujeres del N.T.: "Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra fe y somos los mas desgraciados de los hombres". Es como la piedra de toque de que el cristiano ha elegido bien y Dios no abandona al hombre en la muerte. Al discípulo le ocurre lo que al Maestro, el cristiano sigue los pasos de Jesús.
La resurrección es un tema típicamente cristiano, en otros pensamientos filosóficos y religiosos se da la inmortalidad: reabsorción en la sustancia divina, o metempsicosis, pero la respuesta de la Resurrección es típicamente cristiana. El N.T. habla constantemente de la Resurrección.
Hay algunos precedentes un poco oscuros en Dt., salmos místicos -Ps 16- y sobre todo en 2 Macabeos. Con estos precedentes algunos grupos judíos mas estancados doctrinalmente -saduceos- no admitían la resurrección. No así los fariseos.
Todos los sinópticos pero especialmente Jn. en la resurrección de Lázaro hacen una conexión entre la resurrección de Lázaro y la auténtica resurrección, "Tu hermano resucitará: ya se que resucitará en el último día" (Jn 11,24). Se ve también en Hech. 23,6,8 la polémica ante el Sanedrín y la defensa de Pablo ante el procurador Félix a quien atemoriza hablando del juicio, de la continencia y de la resurrección (Hech 24, 14-15).
Sinópticos:
-Mc 12,8 (La mujer que tuvo 7 maridos): "Dios no es Dios de muertos sino de vivos". Teniendo en cuenta que no se puede concebir una vida verdadera que no sea encarnada.
S. Juan:
-5, 25-29: "Todos oirán la voz del Hijo, unos resucitarán para la vida y otros para el juicio".
-5, 25: habla de la resurrección de los justos.
-6: Hace la conexión entre la Eucaristía y la Resurrección, la Euc. rompe las barreras entre el tiempo y la eternidad.
San Pablo:
En Pablo el tema de la Resurrección es un tema cardinal y ya hay una elaboración, pero a diferencia de S. Jn., S. Pablo habla exclusivamente de la resurrección de los justos, nunca de los pecadores, el texto más antiguo es 1 Tes 4, 13-17. Los tesalonicenses aguardaban una parusía inminente y temen que sus hermanos muertos queden fuera del influjo salvador de Cristo glorioso. Pablo responde que ese temor es propio de los que no tienen esperanza, la fe en la Resurrección de Cristo debe extenderse a los que murieron en Jesús, resucita el Cristo total porque Dios resucitó a Jesús y también resucitará a sus hermanos, somos hijos de Dios por ser hermanos de Cristo, somos hijos en el Hijo (v. 14). La resurrección de Jesús es la única respuesta al misterio de la muerte, hay una vinculación en ese estar en el cuerpo de Jesús -la Iglesia- y resucitar.
Otro testimonio es 1 Cor 15. Aquí hay problemas de tipo gnóstico que hablaban no de una resurrección corporal sino de tipo neumático o espiritual.
vv 1-11: Desarrolla las consecuencias negativas de negar la resurrección (somos los más desgraciados de los hombres).
v 12: Sin resurrección no hay salvación, la salvación cristiana solo puede ser encarnada y escatológica.
vv 20-28: Cristo resucitó como primicias de los que durmieron, o sea que Cristo no resucita para sí mismo, sino como abriendo brecha hay una conexión entre el destino de Cristo y el de los cristianos.
vv35ss: ¿Con qué cuerpo resucitan los cuerpos?
El cuerpo actual es la semilla del definitivo, cómo salga no se atreve a decirlo.
Resucitaremos con un cuerpo espiritual, quiere insistir en el soma neumático, o sea, estrecha unidad entre lo espiritual y lo material. La salvación del hombre no consiste en la liberación del soma sino en su transformación (alusión en 2 Cor 5,1-5).
Este cristocentrismo de Pablo indica un carácter corporativo, o sea, la referencia a Cristo no es solo porque Cristo abre brecha, sino que es el cuerpo de Cristo el que resucita y alcanza así su plenitud, los individuos resucitan en tanto miembros del cuerpo de Cristo, dado que resucita el cuerpo en su conjunto, es el tema de la solidaridad Cristo-cristianos.
Esto significa que la resurrección es algo que acontece en un solo momento para todos. La constitución del cuerpo de Cristo se consuma comunitariamente una vez completados todos sus miembros.
Col 3,4: "Cuando aparezca Cristo Vida vuestra, entonces también vosotros apareceréis con El".
La plenitud de gozo se produce cuando hay dos requisitos:
a) el cuerpo
b) El número de los salvados, el cuerpo de Cristo.
De todo esto junto con el testimonio de los símbolos y Padres se deduce:
1. La Resurrección es escatológica, o sea, tendrá lugar en el último día.
2. Será un evento universal, afectará a justos y pecadores.
3. Habrá una identidad somática, resucitarán con sus cuerpos, en esta carne en la que ahora vivimos, no es una carne aérea o síquica, se afirma la identidad personal que no se puede separar de la identidad somática.
Los cuerpos resucitados (todos, justos y condenados) serán inmortales, espirituales e incorruptibles.
Además los cuerpos gloriosos de los justos tendrán las siguientes dotes: impasibilidad, sutileza, agilidad y claridad. A imagen de Cristo resucitado.
50.4 Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra
La tierra, igual que el hombre es glorificada, hay datos bíblicos y además es exigencia de una antropología bien entendida.
La Nueva Creación es un dato de la escritura (Apoc.). La inteligencia se ha plateado la razón de una estructura cósmica que sea correlativa a la nueva estructura del resucitado que necesita un marco de corporeidad porque el hombre nunca puede ser comprendido al margen de lo mundano, al hombre es un ser en el mundo siempre, y eso es un aspecto constitutivo de la nueva humanidad dada la enorme solidaridad que existe entre el hombre y el cosmos.
La triple relación del hombre con Dios, el otro y la naturaleza también reaparece en el más allá; reaparece Dios que resucita a Cristo. Reaparece "el otro", se salva el Cristo total, el número de los elegidos y reaparece la nueva creación, los cielos nuevos y la nueva tierra.
Esta solidaridad del hombre con la tierra es una tesis de la S.E., de la antropología y de la escatología, pues solamente la creación entera puede expresar las perfecciones divinas. El hombre ha nacido en el mundo y ya siempre tendrá que ver con el mundo. La consumación del hombre también repercute en la del cosmos que tiene un destino que se alcanza cuando alcanza el suyo la humanidad, el cosmos es subsidiario del hombre, la tierra no es un escenario neutro o indiferente de la historia humana, las intervenciones de Dios en la historia alcanzan cierta resonancia cósmica:
- El pecado del hombre contamina la tierra y la hace objeto de la maldición divina (Gen 3,17).
- La primera alianza de Dios con Noe (Gen 8, 21-22) es un pacto ecológico (mientras dure la tierra habrá ritmos).
- Los profetas muestran como el pecado del hombre contamina el medio ambiente que sufre por eso la ira de Dios y a veces se desata en sus aspectos destructivos.
El N.T. habla de que el mundo material se incluye en el cuadro de la salvación definitiva (2 Pt 3,12; Ap 21,1ss).
Mt 19,28 habla de una regeneración de la tierra (una nueva creación).
Pablo une cosmología y antropología en un marco cristológico porque Cristo es el mediador de la creación y de la salvación. Pablo, Juan y Hebreos amplían hacia atrás la misión de Cristo -Cristo preexistente- hablan de la función creadora de Cristo.
-1 Cor 8,6:La acción salvífica de Cristo tiene las mismas dimensiones que su acción creadora, todo lo que es creado es salvado, por eso, Cristo ha de reconciliar, recapitular todas las cosas.
-Rom 19-23: "La ansiosa espera de la creación" -la creación es personificada y desea vivamente la manifestación gloriosa de los hijos de Dios-.
Podemos en vista de esto afirmar:
1. La suerte del universo está vinculada a la del hombre, el hombre arrastra el universo a su corrupción y también le hará participar de su liberación (vv 19-21).
2. La redención del universo depende del rescate de nuestro cuerpo, o sea la resurrección (v 23).
3. La redención del universo no es solo la resurrección de los muertos, el mismo universo será liberado de lo que hay en El ahora de vanidad, esclavitud y corrupción. El universo gime con dolores de parto que espera la manifestación gloriosa de los hijos de Dios.
Vaticano II habla de este tema y dice:
-L.G. 48: Se habla de la restauración de todas las cosas, perfecta instauración en Cristo del universo mundo. La renovación del mundo está irrevocablemente decretada y se refuerza con una cita de 2 Cor 5,9 -"Nos esforzamos por agradar a Dios en todo", se alude a que la nueva creación venidera no debe desinteresar a los cristianos en el mundo presente.
-G.S. 39: contiene tres ideas fundamentales:
1. El hecho de la nueva creación: "Dios nos prepara una nueva morada y una tierra donde habita la justicia", o sea, certeza del hecho e incertidumbre del cuando y del como.
2. La expectación de una nueva tierra no debe agotar sino mas bien estimular la solicitud por perfeccionar esta tierra. Por eso, aunque el progreso temporal ha de distinguirse cuidadosamente del desarrollo del Reino de Cristo, interesa mucho el progreso temporal por cuanto puede ayudar en gran medida a ordenar la sociedad humana.
3. Los frutos de nuestro esfuerzo volveremos a encontrarlos finalmente limpios de toda mancha iluminados y transfigurados.
La actividad humana es cooperación a la creación de Dios y por tanto responde al propósito divino (G.S. 34) el trabajo humano perfecciona la creación.
El orden de la creación tiene valor propio (G.S.36) las cosas libres de mancha pueden participar entonces de la nueve creación.
"El creyente sabe que el inmenso esfuerzo de transformación del mundo dispone las materiales con que Dios levantará la nueva creación" (Ruiz de la Peña).

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